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Hay cosas de las que es imposible aburrirte. De la persona a la que quieres. De la tortilla de patata. De una buena charla con amigos. De un baño en aguas cristalinas… Da igual que se repita. No importa que suceda una y otra vez. Te gusta y punto. No hay muchas más explicaciones que dar. Y lo mejor es que, aunque parezca que es siempre lo mismo, existen matices. La persona a la que quieres te sorprende. La tortilla puede estar más o menos cuajada. La charla con tus colegas pueden ir por derroteros insospechados. Y el baño en aguas cristalinas puede ser entre palmeras o pinos. Con arena negra volcánica o con una totalmente blanca. Algo así nos pasa con las Arribes del Duero. Es uno de los paisajes que más nos fascina, no sólo de España, sino del mundo. Y lo mejor de todo es que los tenemos al lado. Para repetir siempre que queramos. Para embobarnos con un escenario que tiene miles de matices. Pero en todos ellos hay un denominador común. El Duero en perfecta calma guardado como un tesoro entre dos paredes rocosas que separan España de Portugal.
Una de las mejores maneras de apreciar el magnetismo de la frontera natural hispano-lusa es hacer un recorrido por los miradores de las Arribes del Duero. Su orografía permite que abunden y que cada uno de ellos aporte una visión totalmente diferente. Los hay en Salamanca, Zamora y en Portugal y la mayoría son muy accesibles. Después de casi una década recorriendo este parque natural desconocido para muchos y olvidado para otros, creemos que es el momento de hacer un repaso de unas atalayas donde las fotografías se convierten en postales.
Ruta por los miradores de Arribes del Duero en Salamanca, Zamora y Portugal
Desde el muelle de Vega Terrón en la localidad salmantina de La Fregeneda hasta el salto de Castro en Zamora el Duero va encajonado formando un cañón en que en algunos puntos sobrepasa los 400 metros de altura. En su entorno, especialmente en el lado portugués, un clima mediterráneo con inviernos suaves y veranos muy cálidos permite el cultivo de olivos, vides, naranjos, cerezos, almendros… Un auténtico vergel que da un valor añadido a un parque natural que deja además un buen puñado de rutas de senderismo. De sur a norte, vamos a ir recorriendo los mejores miradores de las Arribes del Duero en los que formarse una idea de grandeza de un paisaje que, lejos de aburrir, engancha.
Mirador del Molinillo (Sobradillo. Salamanca)
Las Arribes del Duero no sólo se circunscriben al curso del río que nace en los Picos de Urbión y muere en Oporto. Hay otra cara de este parque natural aún más desconocida y son las arribes que forman algunos de sus afluentes. Uno de ellos es el Águeda que, en la provincia de Salamanca, también forma frontera natural entre España y Portugal. Se trata de un cañón más abierto y no tan profundo, pero que igualmente ofrece paisajes de excepción como se puede comprobar en localidades como Ahigal de los Aceiteros y, por supuesto, en Sobradillo.
Uno de los mejores miradores que hay en las Arribes del Águeda se sitúa en esta última población. Se trata del Molinillo. Para llegar hasta él hay que realizar una sencilla ruta de senderismo de apenas cuatro kilómetros (ida y vuelta). En este itinerario estaremos acompañados por campos de olivos y por encinas que se intenta abrir paso entre la roca.
Mirador del Fraile y la Monja (Saldeana. Salamanca)
Antes de meternos de lleno con el Duero, hacemos otra parada en sus afluentes. En este caso es el río Huebra, que también tiene sus propias arribes. El mejor lugar para contemplarlas es el mirador del Fraile y la Monja en Saldeana. Para llegar hasta él también hay que realizar la bella ruta de senderismo de los Arribes del Águeda y el Castro de Saldeana. Una vez en él podremos contemplar una inmensa mole rocosa con formas imposibles moldeadas por el tiempo. Los colores que vemos fruto de la erosión muestran las entrañas de una roca desnuda y desprovista de cualquier maquillaje.
En este lugar es habitual contemplar además el vuelo imponente de los buitres leonados y escuchar el discurrir del agua del arroyo Grande desembocando en el Huebra.
Mirador del Alto da Sapinha (Portugal)
El parque natural do Douro Internacional es la versión portuguesa de las Arribes. Una zona protegida que abarca la frontera que delimita el río y que deja también numerosos miradores. En la carretera que une Figueira de Castelo Rodrigo con Barca d’Alva tenemos la atalaya del Alto da Sapinha. Inaugurado en 2005, el mirador cuenta con un merendero y ofrece unas sensacionales vistas de la desembocadura del río Águeda en el Duero junto al muelle de Vega Terrón.
Desde allí podemos ver la localidad de Barca d’Alva, el puente internacional que forma parte del Camino de Hierro entre La Fregeneda y Portugal e incluso alguno de los cruceros que a diario recorren el Duero entre Oporto y la frontera. Y, por supuesto, también será posible contemplar el vuelo de los buitres y las aves rapaces que abundan en este enclave.
Mirador de Mafeito (La Fregeneda. Salamanca)
En la carretera que une La Fregeneda con Barca d’Alva sale a la derecha una pista forestal que nos lleva hasta el mirador de Mafeito. Podemos acceder cómodamente en coche hasta el lugar donde se encuentra un panel informativo que nos ofrece datos sobre el paisaje de las Arribes. En este punto podremos comprobar una constante común a otros miradores de las Arribes del Duero. Mientras en el lado portugués vemos cómo toda la ladera del cañón está cultivada con olivos, frutales y vides, en la parte española no es así. El éxodo a las ciudades y el abandono de los cultivos en Salamanca y Zamora acabó con una de las tierras más fértiles, aunque complicadas al mismo tiempo, del oeste español. Portugal resistió y ahora recoge los frutos de unos cultivos que vuelven a vivir una época dorada y que además proporcionan un recurso turístico de primer orden.
Desde el mirador de Mafeito se puede descender caminando hasta la misma orilla del río Duero gracias a una pista.
Mirador de la Peña de la Vela (Hinojosa de Duero. Salamanca)
Hinojosa de Duero, localidad famosa por la calidad de sus quesos de oveja, nos regala un par de miradores de excepción. Uno de ellos es el del Contrabando, ubicado al pie de la carretera que conduce al Salto de Saucelle. Recibe este nombre al ser una de las rutas que se usaban en la posguerra para traer ilegalmente productos de Portugal. Desde el mirador del Contrabando sale una pista que conduce a una atalaya más espectacular aún, la Peña de la Vela.
Se encuentra a 508 metros de altitud y permite observar los viñedos portugueses, la desembocadura del Huebra, el Salto de Saucelle, el mirador Penedo Durao y el relieve montañoso de un enclave con un magnetismo singular.
Mirador de Las Janas (Saucelle. Salamanca)
Nos metemos tierra adentro para descubrir uno de los miradores más singulares de las Arribes del Duero. Se encuentra en la localidad de Saucelle y recibe el nombre de mirador de Las Janas. Y decimos singulares porque no ofrece la típica visión del río Duero encajonado.
Desde este lugar vemos la inmensa perillanura del parque natural con su vegetación y los tan comunes berrocales. El río que aparece en primer término es el Huebra, que en esta zona recibe las aguas del río Camaces, donde se forma una de las cascadas más espectaculares de las Arribes, el Cachón del Camaces.
Mirador del Salto (Saucelle. Salamanca)
La serpenteante carretera que comunica Saucelle con su salto y la frontera con Portugal deja un mirador que regala vistas de gran belleza de las Arribes del Duero. Desde el mirador del Salto se contempla la desembocadura del Huebra en el Duero. Además aparece la central hidroeléctrica de Saucelle y el poblado en el que residían los trabajadores de la misma. Hoy se ha convertido en un gran complejo de turismo rural con mucho encanto. De hecho tuvimos la fortuna de asistir a una boda que se celebró allí y el atractivo es incuestionable.
Mirador del Picón del Moro (Saucelle. Salamanca)
En la misma carretera donde se encuentra el mirador del Salto, el Ayuntamiento de Saucelle ha habilitado en 2019 otra atalaya, en este caso recibe el nombre de Picón del Moro y quiere ser la versión española del mirador que vamos a ver a continuación, el de Penedo Durao. Consta de un gran balcón que se eleva en un promontorio de piedras graníticas. También se ha habilitado un acceso para que no resulte peligroso caminar entre las rocas. De esta forma es posible ver perfectamente el salto de Saucelle y la vecina Portugal.
Mirador de Penedo Durao (Portugal)
Por su elevada altitud, el de Penedo Durao es uno de los miradores de las Arribes del Duero más espectaculares y que brindan una panorámica más completa. Una vez que hemos pasado a Portugal por el Salto de Saucelle, tomamos dirección Freixo de Espada á Cinta. Antes de llegar a esta localidad, una carretera que sale a la izquierda nos llevará directamente hasta este mirador que cuenta además, como suele pasar en Portugal, con un gran merendero.
Desde esta atalaya contemplamos una visión más general del Salto de Saucelle, la desembocadura del Huebra, el poblado del Salto y los campos de cultivo portugueses. En esta zona, las Arribes ofrecen una imagen totalmente diferente a la que tenemos desde los miradores de Aldeadávila de la Ribera. El cañón se ensancha, permitiendo el cultivo de la tierra y el color verde domina el paisaje junto al curso tranquilo y sosegado del Duero.
Mirador de Carrascalinho (Fornos. Portugal)
A poco más de veinte kilómetros de Freixo de Espada a Cinta se encuentra la localidad de Fornos. Una pista asfaltada nos lleva hasta el mirador de Carrascalinho, una especie de homólogo portugués de la Peña del Águila. Se encuentra prácticamente enfrente. De hecho desde esta atalaya se contempla la localidad de Mieza.
A partir de este punto las Arribes se van despojando de los campos de cultivo de vides, olivos y cítricos por culpa de la dificultad del terreno. El cañón del Duero se hace más vertical y las grandes rocas graníticas adquieren protagonismo. Un paisaje inalterado por la mano del hombre que resulta fascinante. Es posible ver algún águila y ejemplares de buitres. El mirador cuenta con una especie de balcón cuyo panel informativo ha desaparecido y posee alguna gran roca desde la que contemplar una imagen completa el curso del gran río.
Mirador del Monte Gudín (Vilvestre. Salamanca)
Vilvestre nos ofrece uno de los paisajes a pie de río más singulares de toda la provincia de Salamanca. Hablamos de La Barca. Allí es posible tomar el barco que sale de Freixo de Espada a Cinta y hace un recorrido por las Arribes. Además cuenta con merendero y un chiringuito en los meses de verano.
Pero como estamos hablando de miradores, nos vamos a acercar a uno de los más recónditos que proponemos en esta lista. Se trata del Monte Gudín. Hasta él sólo podemos llegar caminando como en bicicleta de montaña. Pasaremos por el llamado molino de Luisa e iremos asciendo hasta encontrar una portera que marca el inicio del Monte Gudín. Esa es la razón de que no sea una ruta señalizada al completo, ya que se trata de una propiedad privada, en la que podremos entrar al tratarse de un camino de servidumbre de paso. Después de pasar por las antiguas construcciones de la finca, llegaremos a una gran explanada sin vegetación que nos permitirá observar una interesante panorámica del Duero.
Mirador de la Peña del Águila (Mieza. Salamanca)
Aunque cada vez es menos común, con un poco de suerte podremos contemplar algún águila posada en la peña que las homenajea en la localidad salmantina de Mieza. En este bolo granítico modelado con el tiempo se levanta uno de los interesantes miradores con los que cuenta este pueblo. En este punto el cañón del río Duero se va estrechando mostrando un escenario completamente diferente al que habíamos visto en Saucelle y Penedo Durao.
El mirador de la Peña del Águila está a tres kilómetros de Mieza y se puede llega en coche a través de una cómoda pista. También es posible realizar una ruta de senderismo circular que comunica este mirador con el de la Code gracias a un sendero que nos ofrece una continua vista del Duero. El problema es que la maleza y la falta de mantenimiento lo han ido ocultando y en algunos tramos es complicado seguirlo.
Mirador de la Code (Mieza. Salamanca)
“Code de Mieza, que cuelgas sobre la sima del lecho”, escribió Miguel de Unamuno sobre la atalaya de la que presume con orgullo esta localidad salmatina. No es para menos. Junto a la pequeña cueva de la Virgen de la Code, esa que honran los vecinos del pueblo cada 20 de agosto, se alza un mirador al que se puede llegar cómodamente en coche. Para Unamuno era el “mirador más imponente de la Ribera” y sin duda junto a los de Aldeadávila y el Penedo Durao, así lo es.
Un consejo: acudir a este lugar al atardecer es una experiencia inolvidable. Los reflejos de va provocando la caída del sol en el Duero nos permiten realizar imágenes con un colorido muy especial.
Mirador del Colagón del Tío Paco (Mieza. Salamanca)
Una de las ventajas de visitar el mirador de la Code es que, de una tacada, podemos disfrutar de dos atalayas. El Colagón del Tío Paco tiene la ventaja de estar adaptado para personas con movilidad reducida y e incluso también para invidentes. Desde este lugar podemos admirar una panorámica muy similar a la que nos ofrece la Code y también el bosque de almez (Celis australis) que se extiende justo debajo. Se trata de una especie mediterránea que los lugareños usaban en su día para obtener leña. El que se encuentra en Mieza, es el bosque de almez más extenso de Europa occidental.
Mirador de la presa de Aldeadávila (Aldeadávila de la Ribera. Salamanca)
Conocido también como el mirador de Iberdrola, es el punto en el que mejor observamos la magnitud de la imponente presa de Aldeadávila. La construcción que se inmortalizó en el cine gracias a “Doctor Zhivago” es la mayor de España en cuanto a producción de electricidad. Algo lógico al comprobar sus casi 140 metros de altura. Una magnífica obra de ingeniería que es aún más espectacular cuando se asiste al momento del desembalsado. Esta imagen corresponde al que se realizó en abril de 2016 por las abundantes lluvias de aquel año. Precisamente en la escena final de “Doctor Zhivago” se puede ver a la presa soltando agua.
Además del salto de Aldeadávila, el mirador de la presa también permite observar la imponente altura de los cortados del Duero en este punto de las Arribes, sin duda el más vistoso de todo el parque natural.
Para llegar hasta este mirador hay que pasar por el poblado de la central hidroeléctrica, encaminarnos a la presa hasta donde vemos unas señales de prohibido el paso. En ese punto tenemos que tomar la carretera que sale a la derecha y que, tras una sucesión de curvas, nos lleva a nuestro destino.
Mirador del Fraile (Aldeadávila de la Ribera. Salamanca)
Una perspectiva diferente del salto de Aldeadávila nos la ofrece el mirador del Fraile. Para nosotros es uno de los mejores miradores de las Arribes del Duero, sino el mejor. A un lado podemos ver el agua embalsada y el vertiginoso desnivel que genera la presa. Y al otro, el Duero en calma avanzando por un cañón que en este punto alcanza los 400 metros de altura. Un espectáculo natural que podemos contemplar desde un balcón que se asoma a las Arribes y al que se puede llegar cómodamente en coche desde Aldedávila de la Ribera.
El nombre de mirador del Fraile le viene porque desde este aquí se podía ver a los franciscanos del cercano convento de La Verde ir a su huerta en busca de los productos que cultivaban.
Mirador del Picón de Felipe (Aldeadávila de la Ribera)
Muy cerca del mirador del Fraile se levanta el del Picón de Felipe. También podemos llegar cómodamente en coche por una pista y hacer los últimos metros caminando entre las rocas con mucha precaución. Nosotros llegamos hasta él por una ruta de senderismo muy interesante que parte desde Aldeadávila, pasa por el mirador de Rupitín, transita junto al río por un bello sendero que acaba en el Picón de Felipe y regresa a la localidad por la Senda del Duero.
Se trata de una atalaya se que levanta en un macizo rocoso que ofrece unas panorámicas sensacionales del rio Duero y el tajo que provoca su curso. Su nombre se debe a una leyenda de Aldeadávila que cuenta que Felipe, un pastor de la localidad, estaba enamorado de una joven portuguesa del pueblo que hay justo al otro lado del río, Bruçó. Felipe acudía a diario a picar la roca para taponar el lecho del Duero y así poder cruzar para ver a su amada.
Mirador de Rupitín (Aldeadávila de la Ribera. Salamanca)
Otro de los grandes miradores de Aldeadávila de la Ribera es el de Rupitín. Se llega hasta él por una pista en buen estado que sale junto a la ermita de La Santa de la localidad. Nosotros lo incluimos en la ruta de senderismo que mencionamos anteriormente. Se trata de una atalaya menos conocida que el resto que posee Aldeadávila, pero que regala una imagen muy panorámica y muy extensa del curso del río Duero por los cortados.
La ruta que llega hasta el mirador de Rupitín continúa por un bellísimo sendero señalizado que va ascendiendo en paralelo al río hasta alcanzar el Picón de Felipe.
Mirador de Rupurupay (Aldeadávila de la Ribera. Salamanca)
Los senderos que en su día fueron utilizados por pastores y agricultores de Aldeadávila de la Ribera son hoy auténticos balcones para que los senderistas nos asomemos al Duero. Uno de los más bellos desciende desde el mirador de Rupurupay a la cascada del mismo nombre. Pero antes hay que dedicarle unos minutos a este atalaya hasta la que se puede bajar en coche por una pista en un estado aceptable. El mirador cuenta con un pequeño balcón desde el que observamos cómo la vegetación, especialmente las encinas y alcornoques, han creciendo casi colgando de la roca granítica. También contemplamos los cultivos de olivos en bancales, más presentes en Portugal que en España. La zona cuenta con un panel informativo donde se explica la historia de Las Mugas, los hitos de piedra que marcan la frontera entre los dos países y que también dan nombre a la firma que hacen desde 1864 los alcaldes de los municipios fronterizos para ratificar que el Duero es la frontera natural entre España y Portugal.
Mirador del Picón de Mariota (Aldeadávila de la Ribera. Salamanca)
Descendiendo por la carretera que comunica que une Aldedávila de la Ribera (en concreto el anejo de Corporario) con la playa del Rostro, veremos un desvío a otros de los miradores de las Arribes del Duero más espectaculares, el del Picón de Mariota. Se puede llegar cómodamente en coche y cuenta con un balcón desde el que asomarse a uno de los tramos más espectaculares del cañón del río Duero. Antes de la construcción de la presa de Aldedávila y cuando el caudal era bajo, la zona del Picón de la Mariota se usaba para el contrabando de productos entre España y Portugal. Posteriormente, y aprovechando las mansas aguas del río reguladas por el embalse, se cruzaba de un lado al otro en balsas artesanales de madera.
Mirador de la ermita de Nuestra Señora del Castillo (Pereña de la Ribera. Salamanca)
Pereña de la Ribera es conocida por ser la atalaya del Pozo de los Humos y también por contar con la cascada “reversible” de las Arribes del Duero, el Pozo Airón. Por este motivo suele quedar en un segundo plano su principal balcón al cañón del río que protagoniza este post. Se trata de la ermita de Nuestra Señora del Castillo. Podemos llegar a ella a través de una pista asfaltada para gozar de una interesante vista donde el río Duero va haciendo una curva a la altura del conocido como picón de la Tabla. Este lugar fue elegido por los vetones para construir un castro dado su posición estratégica. Hoy la ermita acoge la imagen de la Virgen del Castillo que cuenta con su particular romería cada 14 de mayo.
El mirador de la ermita de Nuestra Señora del Castillo se puede incluir también en esta ruta de senderismo en Pereña de la Ribera, una de las más agradecidas que hemos hecho en las Arribes del Duero.
Mirador del Duero (Villarino de los Aires. Salamanca)
Villarino de los Aires tiene la fortuna de contar con tres miradores en su casco urbano. De hecho esta terna forma parte de una ruta urbana que se propone en los paneles informativos que reciben al turista en la localidad. A los miradores de La Rachita y La Falla hay que sumarle el que recibe el nombre del Duero.
Desde este balcón vemos cómo el río avanza generando pequeños meandros que otorgan mayor majestuosidad a la panorámica. También se puede intuir la presa portuguesa de Bemposta, que regula el caudal del Duero y que es más visible desde el paraje de Ambasaguas. Allí, un Tormes muy pírrico por el efecto de la presa de Almendra vierte sus aguas en el Duero.
Mirador del Castillo (Fermoselle. Zamora)
De Salamanca a Zamora. De las Arribes a los Arribes. Nuestra provincia vecina tiene un protagonismo singular en cuanto a miradores se refiere. Uno de los más destacados se encuentra en la gran “capital” de los Arribes zamoranos. Hablamos de Fermoselle. Villa fronteriza, de gran pujanza en tiempos de los romanos y con un peso específico en el Reino de León. Un ejemplo de la importancia de Fermoselle está en su castillo. Se levanta en el punto más alto de la localidad y se ha convertido en uno de los mejores miradores de las Arribes del Duero.
La fortaleza fue construida sobre un antiguo castro y fue lugar de retiro de la mismísima Doña Urraca. La elección no pudo ser mejor, ya que desde aquí se disfruta de una completa panorámica de la localidad zamorana y se atisba al fondo el curso del río Duero formando frontera natural con Portugal.
Mirador del gran meandro del Duero (Pinilla de Fermoselle. Zamora)
El río Duero forma varios meandros en su paso por las Arribes. El más espectacular y vistoso es el que nos regala en la localidad de Pinilla de Fermoselle. A 1,5 kilómetros de esta localidad caminando por la Senda del Duero llegamos hasta este mirador que no lo es tal, ya que no cuenta ni con paneles informativos ni con un espacio habilitado. Simplemente hay que deleitarse con las vistas desde el mismo sendero o tomar algo de altura ascendiendo por la ladera para obtener la panorámica completa del gran meandro.
Mirador Fraga do Puio (Picote. Portugal)
Damos de nuevo el salto al país vecino para gozar con la vista de otro de los meandros que hace el río Duero, en este caso de una forma casi triangular. Estamos en el mirador Fraga do Puio, en la pequeña localidad de Picote, cercana a Miranda do Douro. Con el coche podemos acceder hasta el propio mirador, que fue reconstruido tras quedar reducido a cenizas por el voraz incendio que asoló la zona en 2017. Cuenta con una plataforma de madera y un balcón que se asoma al espectáculo del Duero. Puede ser una parada interesante entre Miranda do Douro y la espectacular cascada de la Faia da Água Alta.
Mirador de la Falla de Ribas Altas (Mámoles. Zamora)
Las Arribes zamoranas (o los Arribes como los denominan en estas provincia) nos dejan un cañón del Duero que poco a poco va ganando altura y donde los picones y plataformas pétreas sirven de excepcionales miradores. Uno de ellos es el de la Falla de Ribas Altas, en la localidad de Mámoles. Hasta esta atalaya se puede llegar caminando desde el pueblo en una ruta sencilla lineal de casi cinco kilómetros en total. Si lo preferimos, podemos llegar con el coche hasta un cruce de caminos donde el camino se transforma en un sendero más estrecho. De esta forma solo haremos algo más de dos kilómetros ida y vuelta. El mirador no está señalizado, pero no tiene pérdida. El sendero es visible en todo momento y en el tramo final atraviesa dos viñas para llegar hasta una zona de matorral bajo donde, tras caminar unos metros, llegaremos al mirador.
Desde esta atalaya veremos el curso del Duero y a nuestra derecha se podrá intuir la ermita de Nuestra Señora del Castillo de Fariza. Justo enfrente, y si acudimos en época de lluvias, escucharemos y contemplaremos la desembocadura de la ribeira de Duas Igrejas en la vertiente portuguesa. Al sur de este mirador y también saliendo desde Mámoles podemos visitar la cascada de las Lastras de Aguas Bravas y el mirador del Testero del Burro.
Mirador de Las Barrancas (Fariza de Sayago. Zamora)
Una ruta muy atractiva, corta y cómoda que se puede hacer en los Arribes del Duero zamoranos es la que sale de la localidad de Fariza de Sayago y alcanza la ermita de Nuestra Señora del Castillo y el mirador de Las Barrancas después de discurrir por la ribera de los molinos del arroyo del Pisón. Son 7,3 kilómetros muy agradecidos que nosotros hicimos en época de abundantes lluvias por lo que la belleza del recorrido fue mucho mayor. El gran premio de la ruta es asomarse al imponente mirador de Las Barrancas. Desde su balcón contemplamos enfrente el pueblo portugués de Freixiosa, perteneciente a Miranda do Douro. A nuestra derecha, veremos la localidad zamorana de Cozcurrita y el descenso vertiginoso del arroyo del Pisón, formando sus particulares arribes antes de desembocar en el Duero. Los que prefieran acudir en coche pueden llegar hasta la ermita de Nuestra Señora del Castillo y hacer caminando los 400 metros que la separan del mirador.
Mirador de Peña Redonda (Villardiegua de la Ribera. Zamora)
El entorno de Villardiegua de la Ribera se recupera poco a poco del grave incendio que sufrió en 2013 al cruzar las llamas desde la vecina Portugal. Un ejemplo de que la tierra en las Arribes es como el ave fénix y posee una riqueza infinita. En esta localidad podemos realizar una interesante ruta de senderismo circular de 12 kilómetros que nos deleita con varias panorámicas del Duero. La más notable es la de Peña Redonda, junto a las ruinas de la ermita de San Amede. Se trata de una atalaya ubicada en una peña, precisamente redonda, desde donde vemos el curso del río y la pequeña localidad portuguesa de Vale de Aguia, cercana a Miranda do Douro. Desde este mirador también son muy visibles los denominados arribanzos, los imponentes acantilados graníticos que generan curiosas formas y que son una de las señas de identidad de las Arribes.
Peña Redonda también es una de las paradas de la etapa 23 de la Senda del Duero que une Villardiegua de la Ribera con Torregamones.
Mirador de Sao Joao das Arribas (Aldeia Nova. Portugal)
Damos de nuevo el salto a Portugal porque, al otro lado de Villardiegua de la Ribera, se encuentra la ermita de Sao Joao das Arribes (San Juan de las Arribes). Accesible en coche desde Aldeia Nova, se trata de un pequeño templo sin interés arquitectónico que cuenta con un amplio merendero y zona de descanso. Allí se levantó un castro y fue una zona con una fuerte presencia romana.
Lo mejor de todo es el mirador donde se aprecian los mencionados arribanzos y la profundidad considerable del cañón del Duero. Esta visita puede completar, por ejemplo, un paseo por Miranda do Douro en la que degustar su gastronomía y una visita a la cascada más grande de Portugal, la Faia da Água Alta.
Mirador del puente de Requejo (Viladepera. Zamora)
En 1914 se inauguró una de las obras de ingeniería más increíbles de toda España. Inspirándose en la escuela de Eiffel, José Eugenio Ribera levantó sobre el Duero el puente de Requejo para unir las comarcas zamoranas de Sayago y Aliste. Hoy nos seguimos admirando con esta maravilla que prácticamente se mimetiza con las Arribes para regalarnos una de las panorámicas más simbólicas de todo este recorrido.
El también llamado puente de Pino, por la cercana localidad de Pino de Oro, cuenta con un mirador en el lado de la carretera que pertenece a Aliste. Aquí al Duero ya no es frontera natural con Portugal y discurre íntegramente por la provincia de Zamora.
Banco del Hullón (Villadepera. Zamora)
La localidad zamorana de Villadepera cuenta también con uno de los miradores más ‘instagrameables» de las Arribes del Duero. El del Hullón posee un elemento que lo hace singular: un banco que perfectamente podía estar en la lista de los más bonitos del mundo.
Para llegar hasta este mirador tan solo tenemos que tomar el camino que parte de la carretera que une Villadepera con Moralina justo enfrente de las piscinas municipales. La ruta a pie nos supondría caminar ocho kilómetros ida y vuelta. Dado que el interés paisajístico del primer tramo es más limitado, os aconsejamos realizar los tres primeros kilómetros en coche. Cuando el camino se empieza a complicar hay un pequeño aparcamiento donde dejaremos el vehículo para así realizar el último tramo caminando. La vista del Duero en perfecta calma regulado por el salto de Castro es absolutamente cautivadora.
Gracias por la información Pablo y Estefanía. Nosotros también somos de Salamanca y nos flipan las Arribes. Vamos muy a menudo a hacer senderismo pero no conocíamos muchos de estos miradores de las Arribes del Duero. Hemos tomado buena nota para visitarlos en nuestros próximos viajes por la zona. Muchas gracias y os seguiremos a partir de ahora.
Muchas gracias Ana Belén. Nos alegra mucho que os hayamos descubierto nuevos miradores de las Arribes del Duero. En la lista no están absolutamente todos, pero la iremos completando a medida que sigamos recorriendo la zona. Un saludo.
Bueno muy, muy bueno.
Lo comparto en Facebook.
Gracias.
Muchas gracias Esperanza. Nos alegra que te haya gustado. Un saludo.
Hay un mirador que descubrí, que fue por causilidad y no hace mucho, que ni siquiera está indicado, llegado a un punto, se podía ver la sierra de la estrella, sierra de Bejar y sanabria nevadas y esta en las arribas portuguesas
Hola Carlos. Qué pena que no te acuerdes del nombre de este mirador en las Arribes porque sería muy interesante visitarlo y además por lo que cuentas, la amplitud de la vista es enorme. Si te acuerdas no dudes en poner otro comentario que te lo agradeceremos. Un saludo.
Espectacular trabajo. Me ha servido de mucho. Felicitaciones!!!
Muchas gracias por tus palabras Toni. Nos alegra que te haya sido de utilidad. Un saludo.
Muy buena información, nosotros vamos a menudo. No me canso de conocer, visitar y revisitar los miradores del Duero. Muchas gracias por compartirlo
Muchas gracias por tu comentario María. A nosotros nos pasa lo mismo, no nos cansamos de visitar las Arribes del Duero y asomarnos a sus miradores. Es un auténtico vicio jeje. Un saludo afectuoso
Uno de los más guapos el mirador denPino del Oro, se ve el puente Pino como es conocido el puente de toda la vida.
Hola José, gracias por tu comentario. Sin duda el de Pino del Oro es uno de los mejores miradores de las Arribes del Duero. Las vistas del puente de Requejo desde cualquier punto son impresionantes. Saludos.
Buenísima entrada, muchas gracias ¿puedo compartir en la página web que estoy haciendo? Un slaudo
Muchas gracias por tu comentario Carmen. Sería un honor que lo compartieras y te damos las gracias por ello de antemano. Un saludo afectuoso.
Muchas gracias por esta valiosa información. Muy acertados los comentarios sobre algunos de los miradores que conozco. Las Arribes siempre merecen la pena.
Muchas gracias a ti por tu comentario y por visitar el blog Esther. Las Arribes es uno de nuestros enclaves naturales favoritos y siempre es un lujo asomarse a sus miradores. Saludos.