Índice de contenidos
Ruta de los Molinos y el mirador de Las Barrancas (Fariza. Zamora). Dificultad: Fácil. Distancia: 7,3 kilómetros (circular). Duración: 2 horas y 30 minutos aproximadamente
Una de las rutas de senderismo más interesantes que hacer en los Arribes del Duero zamoranos es la que discurre por la rivera de Los Molinos de Fariza y alcanza el espectacular mirador de Las Barrancas. Un itinerario sencillo y muy atractivo que en época de lluvias regala unos paisajes bucólicos. Te contamos cómo hacerla y qué te vas a encontrar en ella.
El agua de los pequeños ríos y arroyos que discurren por los Arribes zamoranos rumbo al Duero fueron en su día el motor para numerosos molinos, aceñas y batanes. Hoy algunos de ellos se mantienen en pie gracias a un importante trabajo de restauración. Su funcionamiento era muy sencillo, pero efectivo. El molinero introducía el grano en la tolva, éste iba avanzando por la canaleja al ritmo del traqueteo para que finalmente fuera machacado por las dos piedras y la harina cayera en el fornal. El agua sigue moviendo alguno de ellos a modo testimonial y para obtener unos pocos kilos de pienso que sirven de alimento natural a las gallinas. Un recuerdo del pasado de una tierra donde el pastoreo y la agricultura servían para hacer frente al aislamiento y a una geografía agreste y complicada.
La ruta de los Molinos y el mirador de las Barrancas en Fariza recorre precisamente una rivera donde en su día había nada más y nada menos que 18 molinos. Las aguas del arroyo del Pisón bajaban con una fuerza inusitada y eran capaces de mover las pesadas piedras sin las cuales el ser humano y los animales no hubieran podido sobrevivir en estas tierras. Ese recuerdo del pasado nos acompaña durante un paseo corto, pero muy agradable. Una ruta circular de poco más de siete kilómetros que tiene como premio final la visita a Las Barrancas, uno de los mejores miradores de los Arribes del Duero.
Cómo hacer la ruta de los Molinos y el mirador de Las Barrancas de Fariza
La ruta de los Molinos y el mirador de Las Barrancas, parte de la localidad de Fariza, ubicada en la comarca zamorana de Sayago y en pleno parque de los Arribes del Duero. Nunca nos cansamos de hablar de la admiración que tenemos por este espacio natural. Su belleza es inversamente proporcional a su promoción, y mucho más cuando hablamos de la vertiente zamorana. Eso permite al visitante disfrutar de sus parajes, rutas y miradores casi en solitario. Encontrando el auténtico significado de la palabra sosiego.
Fariza está a 43 minutos en coche de Zamora por la CL-527 y la ZA-304 y a solo un cuarto de hora de la capital de la comarca de Sayago, Bermillo. Para comenzar la ruta podemos dejar el vehículo junto a la iglesia de la localidad para tomar la calle Nueva y girar posteriormente a la derecha. Cruzaremos el puente sobre el arroyo del Pisón, protagonista de la primera parte de la ruta. Giraremos a la izquierda y en ese momento empezamos a ver las marcas blancas y amarillas propias de los senderos de medio recorrido que nos guiarán durante todo el itinerario.
El cautivador paisaje del arroyo del Pisón, sus puentes y molinos
Al margen del mirador de Las Barrancas, el gran atractivo de esta ruta es caminar junto al curso del arroyo del Pisón. El paisaje es bucólico, repleto de verdes pastos, vegetación de ribera y grandes domos graníticos moldeados por el agua y el viento. Es importante hacerla en época de lluvias para apreciar todo su magnetismo.
El sendero desciende de forma sostenida entre alcornoques, pequeñas parcelas destinadas a la labor ganadera y con el sonido inconfundible y relajante del arroyo del Pisón. En más de una ocasión será inevitable acercarnos al agua y captar alguno de los escenarios más fotogénicos que nos regala la roca granítica horadada, formando pequeñas pozas y cascadas. También comenzaremos a ver esos molinos de los que os hablábamos al principio. Algunos reducidos a ruinas, pero otros rehabilitados para no olvidar el pasado de una tierra y unas gentes que se merecen nuestra más profunda admiración y reconocimiento.
Los enebros aparecen como compañeros de los alcornoques antes de empezar a contemplar al fondo las viviendas de la localidad de Cozcurrita, perteneciente a Fariza. Precisamente esta pedanía posee un interesante bosque de enebros que se recorre gracias a una sencilla ruta circular de apenas 4 kilómetros.
Siempre como el sonido del agua como privilegiada banda sonora, el sendero se adentra en una zona más frondosa donde las rocas se tiñen del musco y el tronco de los alcornoques luce ese particular ‘abrigo’ que forman los líquenes. El final del descenso lo marca el rústico pero eficaz puente del Puerto. Lo cruzaremos para dejar a nuestra derecha el arroyo del Pisón y alcanzar un cruce en el que deberemos tomar la dirección de la ermita de Nuestra Señora del Castillo.
La ermita de Nuestra Señora del Castillo y el mirador de Las Barrancas
La ruta de los Molinos y el mirador de Las Barrancas nos concede ahora su tramo más exigente con una ascensión de un kilómetro hasta la ermita de Nuestra Señora del Castillo. El sendero está protegido por una pequeña y desigual valla construida con pequeñas piedras. No hay que dejar de contemplar a la derecha las vistas de Cozcurrita y del arroyo del Pisón formando sus propias arribes antes de morir en el Duero.
Pasamos junto al pozo conocido como la fuente de Nuestra Señora, mientras avanzamos en dirección a una ermita que se asienta en un altozano al que se accede abriendo una portera. Desde la ermita ya intuimos parte del curso del río Duero. Un lugar privilegiado en el que se asentó un castro astur hace 2.500 años y donde posteriormente se construyó un templo que cada primer domingo de junio acoge la romería de los Viriatos. Junto a la ermita existe un pequeño sendero interpretativo (con paneles informativos en braille) en el que se habla de la historia de este enclave, además de la flora y la fauna de la zona.
No es el único lugar de los Arribes donde vemos una ermita asomarse a los cañones del Duero. Ocurre, por ejemplo, en Pereña de la Ribera (Salamanca) con un templo que tiene el mismo nombre que el Fariza, Nuestra Señora del Castillo.
Solo 450 metros separan la ermita del mirador de Las Barrancas. Un cómodo descenso nos pone en esta atalaya, una de las mejores de todo el parque natural. Desde este punto contemplamos el profundo cañón del Duero y cómo nuestro compañero de viaje durante la primera parte de la ruta, el arroyo del Pisón, regala sus aguas al río entre enebros y piornos. Enfrente, como no podía ser de otra manera, tenemos a Portugal. A la freguesia de Freixiosa, perteneciente a Miranda do Douro.
Un balcón privilegiado en el que estaremos acompañados por los buitres leonados, los alimoches y las águilas. Por algo se trata de uno de los mejores puntos de avistamiento de aves de los Arribes del Duero. Probablemente nos encontraremos con algún que otro visitante, ya que son muchos los que acuden hasta la ermita de Nuestra Señora del Castillo en coche y descienden caminando al mirador de Las Barrancas.
Regreso a Fariza entre encinas y sabinas
Después de disfrutar con el espectáculo del Duero encajonado en el mirador de Las Barrancas, toca deshacer lo andado hasta la ermita y tomar la pista asfaltada que une Fariza con el templo. Solo será durante unos metros, ya que muy pronto cogeremos un camino que parte a nuestra izquierda. Aunque no está señalizado, no tiene ninguna pérdida ya que nace junto al aparcamiento destinado a los autobuses. Nos adentramos en una zona de dehesa poblada de encinas y sabinas. El hábitat ideal para especies de avifauna como petirrojos, alondras, alcaudones y tarabillas.
Cuando parece que el camino desemboca de nuevo en la carretera, cogemos nuevamente un sendero que parte a nuestra izquierda. Pasamos por delante de la denominada Cruz del Misterio, mientras avanzamos cómodamente en dirección a Fariza abrigados por las encinas y las sabinas. Deberemos caminar durante algunos metros por la carretera, pero rápidamente nos desviaremos por un camino que nace a la izquierda de la calzada. Sin opción a pérdida, pasaremos junto a un cercado de cerdos para coger la Senda del Duero y disfrutar con el paisaje otoñal que nos regalan los robles que pueblan el último tramo antes de avistar el casco urbano de Fariza.
De esta forma culminamos la ruta de los Molinos y el mirador de Las Barrancas, una de las más atractivas de los Arribes zamoranos junto a otras como la de los miradores de Villardiegua de la Ribera, la de peña Blanca y peña Centigosa en Villadepera y la que se asoma al mirador del Testero del Burro y la cascada de Lastras de Aguas Bravas en Mámoles.
[…] esta ruta en el blog Viaje con Pablo y en general está bastante bien señalizada. Si solo se quiere ir hasta el mirador sin hacer la […]