Qué ver en Faial. La isla azul de las Azores

Un puente entre dos mundos. Europa y América. Una tierra viva y ardiente que despide o da la bienvenida a Europa a aquellos barcos que cruzan el ‘charco’. Faial se ha acostumbrado a jugar ese papel. En el centro de todo. No solo del Atlántico, sino de las propias islas Azores. El Peter Café Sport de su capital, Horta, es el lugar que mejor refleja ese carácter de punto de paso para miles de marineros. Punto de paso, pero también de encuentro. El de todos aquellos hombres del mar que, entre pintas de cerveza, comparten sus aventuras y desventuras de navegación. Los mensajes y banderines de sus paredes así lo atestiguan. Pero Faial es además la isla azul de las Azores. El de sus millones de hortensias que decoran los arcenes de las carreteras. Un colorido que contrasta con el enlutado de su Vulcão dos Capelinhos, el último volcán de las Azores que entró en erupción allá por 1957. En esta guía repasamos todo lo que ver en Faial para sacarle el máximo partido a la que, para muchos, es la isla más magnética del archipiélago de Azores.

Cómo llegar a Faial

En avión. Faial cuenta con un pequeño aeropuerto al sur de la isla y pegado al Atlántico. Una infraestructura totalmente nueva ubicada a 10 kilómetros de la ciudad de Horta. La compañía Sata de Azores Airlines es la única que opera con conexiones con Lisboa y las islas de Corvo, Flores, São Miguel y Terceira. En nuestro caso llegamos a Faial en barco desde São Jorge y nos fuimos en avión a Ponta Delgada (São Miguel) para desde allí regresar a Oporto.

En barco. El barco es el medio de transporte más cómodo y barato para viajar entre las conocidas como islas del triángulo (Faial, Pico y São Jorge). La compañía Atlánticoline tiene varias frecuencias diarias con tiempos de viaje que nunca superan las dos horas. Por ejemplo, el trayecto entre Faial y Pico es de solo media hora. Por su parte, entre Faial y São Jorge dura 1 hora y 40 minutos. Los precios de los billetes son muy ajustados y la comodidad de los barcos es absoluta.

Alquilar coche en Faial

La planificación del viaje a Faial debe prestar especial atención al alquiler de un vehículo. Es una herramienta indispensable. En nuestro segundo viaje a las Azores que nos llevó a Faial, Pico y São Jorge apostamos por la empresa local Autatlantis. La experiencia fue formidable, tanto por la calidad del servicio como por el trato. Dado que esta compañía no cuenta con oficina en Faial, una buena opción si se va a utilizar el barco es desplazar el coche desde otras islas como Pico o São Jorge. Por ejemplo, en un trayecto entre São Jorge y Faial, transportar el vehículo tiene un precio de unos 30 euros.

Quinta das Bunganvílias, una casa rural de ensueño para alojarse en Faial

Existen dos tipos de alojamientos. Los que son poco más que una fría habitación, no dejan huella y son un actor secundario del viaje. Y los que, en cambio, se convierten en un aliciente más del destino. Tan importantes a veces como la visita a un monumento o a un paraje natural. La Quinta das Bunganvílias de Faial está en este segundo grupo. Cada estancia de esta casa rural refleja la pasión y el esmero que Anna y su marido han puesto en hacer un alojamiento diferente desde que tomaron las riendas de este negocio en 2012. Han logrado eso tan fácil de decir y tan complicado de hacer que es hacer sentir al huésped mejor que en casa.

La Quinta das Bunganvílias está compuesta por dos casas de campo, una de ellas levantada con la negra piedra volcánica de Faial, y decoradas con un estilo tradicional y con un buen gusto exquisito. En la Casa Principal hay tres habitaciones dobles, además de una antigua cocina y la estancia donde se sirven los desayunos. La Casa da Pedra, donde nosotros nos alojamos, tiene cuatro habitaciones dobles y una individual, con dos salas de estar equipadas con una pequeña cocina para uso de los huéspedes.

Todo ello está enclavado en una parcela de dos hectáreas con un frondoso jardín repleto de especies exóticas que dan un colorido muy especial. Por si fuera poco, el desayuno está repleto de productos naturales y de primera calidad como quesos y yogures de la isla, mermeladas caseras, zumo de naranja recién exprimido, huevos revueltos elaborados en el acto… No se puede pedir más.

La Quinta das Bunganvílias se localiza en un punto estratégico de Faial. Junto al aeropuerto (se puede ir incluso caminando), con vistas al océano, a un cuarto de hora de Horta y a media hora de la Caldeira.

6 lugares que ver en Faial

Desgraciadamente solo dispusimos de un día para recorrer la isla de Faial, pero estamos seguros de que volveremos para redescubrirla. Nuestro consejo es dedicarle como mínimo dos días completos, que pueden ser más si queremos relajarnos en su playa de Porto Pim y realizar las principales rutas de senderismo. A continuación, repasamos seis lugares que ver en Faial para enamorarse de la isla azul de las Azores.

Caldeira

Impresiona comprobar cómo un lugar yermo que fue pasto de la lava y del fuego es hoy un vergel repleto de plantas endémicas de gran valor. La Caldeira de Faial refleja a la perfección la riqueza de las Azores. Islas que cambiaron el negro por el verde. Este cono volcánico de dos kilómetros de ancho y 400 metros de profundidad es uno de los grandes atractivos de Faial. Está declarado Reserva Natural y cuenta con un sendero circular que lo bordea. Un paseo de casi 7 kilómetros sin apenas dificultad que nos llevará poco más de dos horas.

A la Caldeira se llega cómodamente por una carretera asfaltada que acaba en un gran aparcamiento. Desde allí solo hay que subir hasta el mirador que, si la niebla no lo impide, permite contemplar la dimensión de esta gran olla a partir de la cual se formó toda la isla. La Caldeira forma parte del pico más elevado de Faial, el Cabeço Gordo, situado a 1.043 metros de altitud.

Los que no quieran realizar la ruta alrededor del cono volcánico, pueden quedarse simplemente en el mirador disfrutando de las vistas de este regalo de la naturaleza.

Vulcão dos Capelinhos

De un volcán que entró en erupción hace 400.000 años a otro que lo hizo hace poco más de 70. En el extremo oeste de Faial cambiamos el verde por el negro para adentrarnos en un paisaje que parece de otro planeta. El Vulcão dos Capelinhos podría calificarse como el último gran fenómeno de la vulcanología que se ha vivido en la Tierra. Un volcán submarino que se mantuvo en erupción durante 13 meses (entre el 27 de septiembre de 1957 y el 24 de octubre de 1958). Una actividad que cambió por completo la fisionomía de la isla, aumentando su territorio en 2,5 kilómetros cuadrados, pero al mismo tiempo desbastando numerosas viviendas, zonas de pastos y campos de cultivo. Sin su forma de vida, muchos habitantes de Faial tuvieron que emigrar a Estados Unidos y Canadá. Un golpe demográfico a la isla del que todavía no se ha recuperado.

En mitad de ese escenario de cenizas donde tímidamente comienzan a crecer algunas plantas, encontramos el faro da Ponta dos Capelinhos y, junto a él, el Centro de Interpretación del volcán, donde se entiende mejor un fenómeno único que acuñó el término de ‘erupción capeliniana’.

Monte da Guia

Ningún paraje natural de la larga lista que ver en Faial permanece ajeno al origen volcánico. Otro ejemplo es el Monte da Guia, una especie de pinza de cangrejo que se adentra en el mar desde la ciudad de Horta. Nos recordó mucho al Monte de Brasil, el cono volcánico que surge en la capital de la isla de Terceira, Angra do Heroísmo

El Monte da Guia es una sucesión de acantilados, playas rocosas, cuevas marinas, bahías y ensenadas que constituyen un paraje natural de incalculable valor. Desde su parte más alta, donde está enclavada la sencilla capela de Nossa Senhora da Guia, se divisan las mejores vistas de Faial. Una silueta verde y armoniosa con el pico del Cabeço Gordo al fondo y en primer término la ciudad de Horta y la preciosa playa de Porto Pim. Si la niebla no lo impide, la vista también alcanzará la vecina isla de Pico y su imponente Montaña de Pico.

Playa de Porto Pim

La lengua de tierra que une Horta con el Monte da Guia forma una cerrada bahía donde el Atlántico se convierte en lo más parecido a una piscina de aguas transparentes. Hablamos de la playa de Porto Pim, un pequeño arenal que para muchos es la mejor playa de todas las Azores. El problema es que su reducido tamaño y, al mismo tiempo, su accesibilidad y cercanía con Horta, hacen que en verano esté muy concurrida. A la playa de Porto Pim llegaron los primeros pobladores de Faial allá por el siglo XV.

Junto al arenal se puede visitar la Fábrica de la Ballena de Porto Pim, un museo en el que se expone la maquinaria utilizada por la industria ballenera azoriana hasta bien entrados los años 80 del siglo XX. Durante décadas fue la forma de vida de los habitantes del archipiélago como pudimos comprobar en el Museo dos Baleeiros de la isla de Pico. Hoy la Azores admiran con respeto a las ballenas gracias a las actividades de avistamiento de cetáceos que se desarrollan en islas como São Miguel.

Horta

Horta es una de las ciudades más interesantes de todas las Azores y también la que alberga una mayor vida social y cultural. Un paseo por sus calles y su puerto es uno de los planes imprescindibles que hacer en Faial. En ese recorrido deberemos hacer parada en el Museo de Horta, ubicado en el imponente antiguo colegio de los Jesuitas y que recoge la obra de la artista local Euclides Rosa. Se trata de miniaturas elaboradas con el corazón laminado de las ramas de la higuera y sellados con goma arábiga.

De un museo al uso a otro muy particular. Es el mencionado Peter Café Sport. Un bar que parece trasladarnos por un momento a Inglaterra, Escocia o Irlanda y que se ha convertido en testigo de ese punto de encuentro y de paso que fue y sigue siendo Faial. Se abrió en 1918 y para nosotros fue obligatorio entrar a tomar una cerveza y extasiarnos con los banderines y mensajes que pueblan sus paredes. Por allí han pasado navegantes, balleneros, hombres de negocios, polizones buscavidas y hasta agentes secretos.

El bar alberga un peculiar museo donde se recogen centenares de colmillos de ballena grabados por diferentes artistas. Otra muestra de la importante industria ballenera que tuvo la isla.

Delante del Peter Café Sport se encuentra el puerto deportivo de Horta. Las grandes regatas internacionales y los que se aventuran a cruzar el Atlántico en sus embarcaciones tienen en este lugar una parada técnica obligatoria. Sus muelles de hormigón están decorados con todo tipo de colores. Los supersticiosos de la mar dicen que pintar el suelo del puerto otorga protección durante el resto de la travesía.

Piscinas naturales de Castelo Branco

Muy cerca de nuestro alojamiento de la Quinta das Bunganvílias se encuentran las piscinas naturales de Castelo Branco. Junto a las playas de Porto Pim y do Norte, son una de las mejores zonas de baño que ver en Faial. Aprovechando las formas de la roca volcánica erosionada por la fuerza del Atlántico se han creado unas pequeñas piscinas totalmente accesibles y que disponen de zona de merendero y de juegos infantiles.

Principales rutas de senderismo que hacer en Faial

Además de la ruta que bordea la Caldeira, existen otras ocho rutas señalizadas en la isla. Una de las más interesantes es de la Rocha da Fajã (6 kilómetros/circular/dificultad baja). Parte de la costa norte y discurre por las denominadas fajãs de las que os hablamos en la guía dedicada a la isla de São Jorge. Se trata de terraplenes formados a pie de costa a causa de los desprendimientos de los acantilados. El camino desciende hasta un acantilado donde predomina el bosque de laurisilva y permite contemplar unas espectaculares vistas de la costa norte de Faial.

Aunque es lineal, la ruta de la Levada (15 kilómetros/ida y vuelta/dificultad baja) es una de las más espectaculares que hacer en Faial. Transita junto al canal que se construyó para llevar el agua empleada para la generación de energía. Algo que también vimos en Madeira, donde las levadas son muy populares, aunque en ese caso para trasladar el agua desde el centro de la isla hasta la costa. La levada de Faial data de 1946 y es una de las mayores obras de ingeniería de todo el archipiélago de las Azores. La ruta se inicia en la pedanía de Cedros y se adentra en un frondoso bosque de laurisilva.