Diez cosas que ver en Terceira, el manto verde de las Azores

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Una vista lo resume todo. Una panorámica completa y certera. El ojo humano se transforma en el de un pez por arte de magia. De punta a punta. De este a oeste. Toda la isla de Terceira ante nuestros ojos. Una perfecta cuadrícula. Un inmenso tablero de ajedrez (lo que ellos llaman ‘manta de retazos’) que desciende sostenido hacia la costa. Sin casillas blancas y negras. El verde es el único protagonista. Un sinfín de pequeñas praderas delimitadas con las negras rocas volcánicas donde pastan plácidamente las vacas. Una, otra, y otra más. Todo es verde. Todo es vida. Una vista que lo resume todo.

Vista de os campos de pastos de Terceira desde la serra do Cume
Vista de os campos de pastos de Terceira desde la serra do Cume

Estamos en una de las dos grandes atalayas de Terceira. Porque para ver casi al completo la tercera isla más grande de las Azores y la tercera que fue descubierta (su nombre lo deja bien a las claras) hay dos lugares para sentirse gigante y a la vez pequeño. Gigante por tener tanta belleza reunida en un solo movimiento de ojos. Y pequeño porque te conviertes en una hormiguita en mitad de una isla que surge casi de manera mágica en mitad del Atlántico. Prácticamente a medio camino entre Europa y América. Las sierras de Santa Bárbara y Cume son esas dos cimas de la isla. Ridículas si vemos que la primera se eleva a 1.021 metros sobre el nivel del mar y la segunda lo hace a 545. Pero con la suficiente envergadura como para embobarse con el verde. Tener la sensación de que si algún día nos perdemos, nos deberían buscar en este paraíso. Quizás escondidos en el cráter del Algar de Carvao. Quizás perdidos por las callejuelas repletas de color de Angra do Heroísmo. Quizás tomando el sol en Praia da Vitoria. Quizás caminando por los interminables senderos del Monte do Brasil mientras el sol se va ocultando con delicadeza.

En el interior del Algar do Carvão
En el interior del Algar do Carvão

Fue la primera parada de nuestro viaje a las Azores por libre y nos ganó. Tres días fueron suficientes para convertir en realidad las principales cosas que ver en Terceira. Es una isla pequeña, manejable. Donde conducir es un placer y las paradas a cada kilómetro son obligadas. Bienvenidos a la isla donde el verde tiene una tonalidad diferente. Donde las hortensias viven en una perpetua floración. Donde los cráteres son amables, las ‘touradas’ son una religión, la gastronomía enamora y el Atlántico refresca el ambiente con su brisa.

Alquilar coche y alojarse en la isla de Terceira

La también conocida como “isla malva” por las flores de sus innumerables hortensias, es pequeña y cómoda para el viajero. Eso sí, para que no quede pendiente ninguna de las cosas que ver en Terceira es fundamental alquilar coche. Nosotros lo hicimos con la empresa Goldcar y la experiencia fue fantástica. Recogimos el coche en el mismo aeropuerto donde llegamos procedentes de Oporto y de esta manera pudimos escudriñar cada rincón sin prisas, pero sin pausa.

Nuestro coche de alquiler de Goldcar en Terceira
Nuestro coche de alquiler de Goldcar en Terceira

Su reducido tamaño hace que cualquier punto de la isla sea bueno para alojarse. Nosotros lo hicimos en su capital, Angra do Heroísmo. Eso nos permitió conocer la ciudad de noche y disfrutar de una perspectiva diferente de su bella y colorista arquitectura. El hotel Do Caracol es uno de los más populares de Angra. Su relación calidad precio es muy buena. Está a veinte minutos caminando del centro de la ciudad, las habitaciones son amplias y se han reformado recientemente y al desayuno es variado. Tiene un aparcamiento con una entrada un tanto complicado y una piscina para los meses de verano. También tiene acceso directo al océano a través de unas escaleras, puesto que en esta zona, como ocurre en la mayor parte de las islas de las Azores, las playas brillan por su ausencia.

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Piscina del hotel do Caracol en Terceira viajar a las Azores por libre
Piscina del hotel do Caracol en Terceira

Senderismo, cráteres, monumentalidad… Un paseo por todo lo que ver en Terceira

En 400 kilómetros cuadrados (poco más que La Gomera), Terceira ofrece un variedad paisajística asombrosa. Fue descubierta por los portugueses a mediados del siglo XV y se la conoce como la “isla de los flamencos”, porque fueron inmigrantes procedentes de Flandes los primeros en habitarla. Durante unos años estuvo bajo dominio español y su estratégica situación la convirtió en base estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y también en escenario de la famosa foto del “trío de las Azores” con Bush, Blair y Aznar en 2003.

El colorido de Angra do Heroísmo

Las Azores son naturaleza. Volcanes, acantilados, piscinas naturales, miradores, lagos, fumarolas… Pero en Terceira, además de todo eso, tenemos monumentalidad. Piedra tallada y coloreada por el hombre para dar como resultado una de las ciudades con más personalidad y encanto de toda Portugal. Angra do Heroísmo es un arcoíris donde se mezclan casas de estilo colonial con otras más modernas e iglesias perfectamente decoradas. Los tonos azules, pastel, amarillos… reinan en una ciudad donde, a la menor degradación de la pintura, se monta un andamio para, a golpe de brocha, restaurarla.

Catedral de Angra do Heroísmo
Catedral de Angra do Heroísmo

La Rua da Sé es la principal arteria de la capital. Comienza en la plaza Velha, presidida por el imponente edificio del Ayuntamiento. Unos metros más adelante se levanta su catedral del Salvador. La misma que fue visitada por Juan Pablo II en 1991 durante su periplo por las Azores. Es que ha tenido que ser restaurada en varias ocasiones a causa de un terremoto y un incendio.

Iglesia de la Misericordia
Iglesia de la Misericordia

Angra do Heroísmo invita a perderse. Especialmente por el entorno de la iglesia de Nossa Senhora da Conceição que posee un interesante retablo barroco. Enfrente se ubica la Casa de la Cultura con su linterna acristalada de tipo indiano que da un aire colonial a este rincón.

Jardín del Duque de Terceira
Jardín del Duque de Terceira

Otras visitas imprescindibles son el frondoso y cuidado jardín del Duque de Terceira y la iglesia de la Misericordia, con su imponente fachada azul y blanco que parece de cartón piedra. Un lugar además ideal para disfrutar de las vistas de su pequeño puerto y del gran promontorio verde que se adentra en el mar y que es visible desde cualquier punto de la ciudad. Hablamos del Monte do Brasil, un antiguo volcán convertido en un vergel en el que perderse por sus senderos señalizados. Desde su pico das Cruzinhas, disfrutamos de un atardecer inolvidable.

Angra do Heroísmo desde el Monte do Brasil
Angra do Heroísmo desde el Monte do Brasil
Atardecer desde el Monte do Brasil
Atardecer desde el Monte do Brasil

Las fumarolas de las Furnas de Enxofre

El origen volcánico de Terceira queda demostrado en enclaves como las fumarolas de las Furnas de Enxofre. El espectáculo del suelo humeante y el olor a azufre marca el sendero de algo menos de un kilómetro que recorrer el lugar. Es aconsejable acudir a primera hora de la mañana, cuando las temperaturas son más bajas. De esta forma serán más visibles las fumarolas por el contraste térmico. Nosotros estuvimos solos durante el recorrido. La entrada es gratuita.

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Furnas de Enxofre
Furnas de Enxofre

Rutas de senderismo

Las Azores son un paraíso para los amantes del senderismo. Cada isla tiene un buen puñado de rutas señalizadas y de diferentes niveles y distancias para adentrarse en la naturaleza más pura y salvaje de estas perlas del Atlántico. Terceira tiene ocho senderos y nosotros hicimos dos de los más conocidos, los Mistérios Negros y las Baías de Agualva. Ambos son circulares y de poco más de cinco kilómetros.

Ruta de los Mistérios Negros
Ruta de los Mistérios Negros

La ruta de los Mistérios Negros parte junto a la entrada de la Gruta do Natal. El sendero permite contemplar ejemplares de criptomerias para adentrarse en las cúpulas formadas por la erupción de Pico Gordo en 1761. Es impresionante ver la lava completamente negra inundando un paisaje que, casi por arte de magia, vuelve a tornarse verde gracias a la impresionante capacidad de regeneración de esta tierra. En el tramo final se puede hacer un desvío para ascender al Pico Gaspar, una elevación de origen volcánica que, cómo no, también está teñida de verde.

Ruta Baías de Agualva
Ruta Baías de Agualva

Una ruta que contrasta muy bien con la anterior es la de Baías de Agualva, que se desliza por un impresionante sendero con vistas a la costa norte de Terceira. Desde los miradores que se asoman a los acantilados podemos contemplar el fenómeno de la disyunción columnar o, lo que es lo mismo, columnas rocosas formadas por el enfriamiento rápido de la lava a consecuencia de su contacto con el agua. Es similar a lo que vemos de manera grandiosa, gracias a sus columnas de basalto, en la Calzada del Gigante de Irlanda y también en algunos puntos de la costa de Islandia.

Sierras de Santa Bárbara y Cume, las atalayas de Terceira

Terceira no es tan prolífica en miradores como su vecina Sao Miguel. Pero eso no quiere decir que no tengamos atalayas excepcionales para tener una completa panorámica de la isla. Al comienzo del post hablábamos de sus dos grandes cimas para tener una vista casi inabarcable. La Sierra de Santa Bárbara es el punto más alto que ver en Terceira con sus 1.021 metros. Es posible que nos encontremos con niebla, por eso hay que intentar acudir en un día lo más despejado posible. La carretera asciende zigzagueante hasta el lugar donde podemos dejar el coche junto a varias antenas. Desde allí vemos perfectamente las parcelas verdes que se extienden hasta la costa. La vista alcanza Angra do Heroísmo y su Monte do Brasil.

Vistas desde la sierra de Santa Bárbara
Vistas desde la sierra de Santa Bárbara

Al este de Terceira se levanta la sierra de Cume. Aunque su altura es la mitad que la de Santa Bárbara (545 metros), las vistas no desmerecen en absoluto. Su ventaja es que nos ofrece dos perspectivas. Por un lado vemos el paisaje cuadriculado, llamado ‘manta de retazos’, donde las vacas pastan plácidamente. Y por otro gozamos de la mejor panorámica de la localidad de Praia da Vitória y su pequeño arenal con el intenso azul del Atlántico.

Mirador de la serra do Cume
Mirador de la serra do Cume
Praia da Vitória desde la serra do Cume
Praia da Vitória desde la serra do Cume

Praia da Vitória

Con algo más de 20.000 habitantes, Praia da Vitória es la segunda ciudad de Terceira. Muchas de las personas que visitan la isla se alojan en este enclave que presume de tener la única playa con todas las letras que hay que ver en Terceira. Grandes diques la protegen del oleaje como también a su coqueto puerto deportivo. Podríamos decir que es la cara más turística de Terceira, pero sin perder en ningún momento la autenticidad de la isla y su auténtica personalidad. Una agradable caminata por su paseo marítimo nos invita a tocar los muros de su fortaleza, donde están diseminados azulejos con poemas de diferentes autores.

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Playa de Praia da Vitória
Playa de Praia da Vitória

Si nos adentramos en su casco histórico podemos visitar su iglesia del Santo Cristo das Misericórdias, perfectamente pintada de azul y blanco. En 1921 fue destruida por completo por un incendio, teniéndose que reedificar tras años más tarde. Un amable lugareño nos sirvió de guía improvisado para explicarnos los pormenores del templo y una de las tradiciones más arraigadas de la isla. Los ocho domingos siguientes a Semana Santa la familia encargada de guardar el altar de Jesús celebra una comida matando una vaca e invitando a sus amigos y a la gente del pueblo. Esta iglesia también fue visitada por Juan Pablo II durante su viaje a las Azores.

Iglesia del Santo Cristo das Misericórdias
Iglesia del Santo Cristo das Misericórdias

La iglesia principal de la localidad recibe el nombre de la Santa Cruz y junto a ella se encuentra el coqueto edificio del Ayuntamiento al que se accede por unas escalinatas. En su entorno seguimos viendo azulejos con poemas, casas de colores vivos y calles perfectamente adoquinadas por los ‘calceteiros’.

Una de las calles más pintorescas de Praia da Vitória
Una de las calles más pintorescas de Praia da Vitória

Un buen colofón es ascender en coche hasta el mirador do Facho. Una pista engalanada con hortensias nos conducen hasta la imponente imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Junto a ella contemplamos la silueta característica de Praia da Vitória con su puerto y playa.

Praia da Vitória vista desde el mirador do Facho
Praia da Vitória vista desde el mirador do Facho

Algar do Carvao

Es un símbolo de la isla de Terceira y de todas las Azores. La cavidad circular inmensamente verde y por la que la luz entra tímidamente es uno de los lugares mágicos que nos regala la fuerza de la tierra. El Algar do Carvao es una chimenea volcánica de 90 metros de profundidad que se formó hace 3.200 años. La humedad que se acumula ha permitido que la vegetación surja en cada rincón. Descender por la escalera que llega hasta el punto más bajo es una experiencia formidable. La luz entra tímidamente iluminando el espectáculo de hiedras, helechos y otras plantas que cuelgan de las paredes mientras miles de gotas de agua te mojan irremediablemente.

Algar do Carvão
Algar do Carvão

Esa agua de lluvia que impregna la vegetación ha formado en el fondo de la chimenea un lago subterráneo que incluso llega a alcanzar los 15 metros de profundidad. Es bueno ir equipados con chubasquero y bajar con precaución ya que la humedad hace que los escalones se encuentren resbaladizos. El Algar do Carvao tiene un horario muy extraño (de 14:30 a 17:15 horas entre el 24 de marzo y el 31 de mayo. De 14:00 a 18:00 horas entre el 1 de junio y el 14 de octubre). Su entrada cuesta 6 euros y combinada con la Gruta do Natal es de 9 euros por persona.

Lago del Algar do Carvão
Lago del Algar do Carvão

Gruta do Natal

Muy cerca del Algar do Carvao se encuentra la Gruta do Natal o, lo que es lo mismo, Gruta de la Navidad. Es un tubo volcánico de 697 metros por el que fue circulando la lava y que actualmente es una cueva donde se pueden apreciar las formas imposibles que se convierten en un auténtico regalo para la vista. Cuenta con dos itinerarios, uno más sencillo y otro que transita por toda la parte visitable de la gruta. En su interior se ve el altar donde cada 25 de diciembre se celebra la misa de Navidad. De ahí su nombre. Esta tradición arrancó en 1969 gracias a los montañeros que descubrieron y habilitaron la gruta. El recorrido es sencillo y sólo es necesario llevar calzado cómodo y ropa de abrigo porque la temperatura en su interior es baja. En el centro de visitantes proporcionan un casco. El horario es igual que el del Algar do Carvao.

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Gruta do Natal
Gruta do Natal

Biscoitos, la capital del vino de Terceira

En el norte de Terceira existe una parada obligada en la pequeña localidad de Biscoitos. Es la capital del vino de la isla y posee un interesante museo sobre este producto que no pudimos visitar por su limitado horario (de martes a sábado de 13:30 a 16:00 horas con entrada gratuita). En él se puede ver una exposición de utensilios usados en la producción vinícola de la localidad así como catar el ‘verdelho’ (verdejo) que se elabora en Biscoitos. Esta tradición viene de lejos, ya que las armadas portuguesas que desembarcaban en la isla se aprovisionaban de este vino.

Viñas de Biscoitos
Viñas de Biscoitos

Pero uno de los aspectos más interesantes de la viticultura el Biscoitos está fuera de su museo. Para ello hay que salir del casco urbano en dirección a la costa y ver cómo, de la aparente yerma roca volcánica, surgen las verdes vides. Prácticamente un milagro que le da a la uva de Biscoitos un carácter más mineral. Los viticultores tienen diseñadas con las negras rocas volcánicas pequeñas parcelas que cuidan con mucho mismo para dar como resultado uno de los vinos más especiales que se elaboran en Portugal.

Piscinas naturales de Biscoitos y Lajes

Al igual que ocurre en la isla de Madeira, a falta de playas bien están las piscinas naturales. Precisamente en Biscoitos, muy cerca de los parcelas con vides, se localizan las más populares de Terceira. Su entrada es gratuita y se encuentran perfectamente habilitadas. El fuerza del Atlántico ha ido penetrando en la roca volcánica formando recovecos donde bañarse si el tiempo y el oleaje no lo impiden. Junta a esta zona de baño se encuentra el modesto puerto de Biscoitos con apenas un puñado de barcos

Piscina natural de Biscoitos
Piscina natural de Biscoitos

Otra zona menos conocida para disfrutar del baño son las Escaleiras de Lajes. Se encuentran muy cerca del aeropuerto y tienen acceso a través de una escalera que parte del gran aparcamiento asfaltado en el que poder dejar el vehículo. Posee una piscina habilitada con escaleras y, junto a ella, una gran playa de arena negra y guijarros.

Zona de baño de las Escaleiras de Lajes
Zona de baño de las Escaleiras de Lajes

Puerto de São Mateus da Calheta

Cerramos esta lista de diez cosas que ver en Terceira con el puerto más pintoresco de la isla. Se ubica en la localidad de São Mateus da Calheta, muy cerca de Angra do Heroísmo. Está protegido por los restos del antiguo Forte Grande, hoy pintado de amarillo y junto al que se ha construido un agradable paseo. La actividad pesquera es constante y basta con sentarse en uno de sus bancos y contemplar el trabajo de los pescadores con sus pequeñas y coloridas barcas.

Puerto de São Mateus da Calheta
Puerto de São Mateus da Calheta

La presencia de bares con sus terrazas y restaurantes en los que se sirve buen pescado fresco, otorgan una mayor animación a este rincón con encanto de la isla de Terceira.

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Pablo Montes y Estefanía Casillas
Pablo Montes y Estefanía Casillas
Periodista e Ingeniera Agrícola. Viajeros

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Comentarios

4 COMENTARIOS

  1. Muy buenas pareja, no habéis dejado ni un rincón de la isla sin visitar y de lo cual me alegro porque no la conozco y ya veo por vuestras fotos que es preciosa, así que tendrá que ir a la larga lista de pendientes.
    Un abrazo

    • Muchas gracias Abilio. La verdad es que en tres días recorrimos casi todo. Seguro que quedaron cosas en el tintero pero será para una próxima ocasión. Muchas gracias por tu comentario y tu cariño. Un abrazo.

    • Hola Marta, no alegra que te gustara Terceira. Como bien dices el tiempo es muy cambiante, sobre todo fuera de los meses de verano. Pero la experiencia merece la pena. Un saludo y gracias por tu comentario.

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