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La Sierra de Lousã es uno de los espacios naturales más sorprendentes y desconocidos de Portugal. Enclavado en la Región Centro cerca de Coímbra, sus escarpadas montañas acogen cascadas, frondosos bosques, apasionantes rutas de senderismo y deliciosos pueblos de pizarra y esquisto. Uno de ellos es Cerdeira, idílico escenario de uno de los proyectos turísticos y artísticos más interesantes que hay en tierras lusas, Cerdeira Home for Creativity
Una serpenteante carretera asciende desde la ciudad de Lousã hasta la aldea de Cerdeira. Transitamos por ella de noche, a no más de 30 km/h. La luminosa luna llena hace que vislumbremos el frondoso bosque que la abriga. Es el aperitivo de lo que nos esperará cuando se despierte un nuevo día. Ya iluminada con el sol, esta vía saca a relucir todo su potencial. Podemos decir sin miedo equivocarnos que es una de las carreteras más bellas que se pueden recorrer en Portugal. Curvas cómodas para la conducción que zigzaguean por una ladera repleta de mimosas en flor (es enero), pinos de inmenso porte y pequeñas cascadas y arroyos que se deslizan desde lo alto desde las cumbres. Un espectáculo natural que se acrecienta si nos asomamos al mirador Sra. da Piedade. Desde allí se ve cómo el castillo de Lousã se eleva poderoso entre la espesura de un bosque de un verde resplandeciente. Es solo una pequeña muestra de lo que nos encontramos en una visita a la Sierra de Lousã. Un viaje que nos cautivó, no solo por su vertiente natural. En esta zona se localiza la mayor concentración de Aldeias do Xisto de toda la red. Pequeños pueblos de casas construidas con pizarra y esquisto donde se han sabido conservar las tradiciones locales. Una de ellas es Cerdeira, marco de una de las propuestas turísticas más atractivas que hemos conocido en el país vecino.
Cómo llegar a la Sierra de Lousã
En coche. La Sierra de Lousã es una elevación montañosa que alcanza los 1.205 metros de cota máxima que se localiza al sureste de la ciudad de Coímbra y que comparten los municipios de Miranda do Corvo, Lousã, Góis, Castanheira de Pêra y Figueiró dos Vinhos. Para llegar, por ejemplo, a la ciudad de Lousã en coche tenemos un viaje de una media hora desde Coímbra por carreteras nacionales. Desde Cáceres nos espera un viaje de tres horas y media con ausencia total de autovías y desde Salamanca hay un trayecto similar en cuanto al tiempo, pero con autovía hasta Viseu.
Ninguno de los municipios de la Sierra de Lousã cuenta con estación de ferrocarril y la más cercana es la de la ciudad de Coímbra.
Cerdeira Home for Creativity, el alojamiento más creativo de Portugal
Oculta entre la espesura del bosque de la Sierra de Lousã a 700 metros de altitud se encuentra la aldea de Cerdeira. Un emplazamiento casi imposible que otorga mayor mérito a aquellos valientes agricultores que encontraron aquí un sustento. Aprovecharon los recursos naturales para establecer una población y construyeron pequeñas viviendas con los materiales que tenían más a mano: pizarras, esquistos y madera. Pero a mediados del siglo XX la decadencia de la actividad agrícola y el éxodo de los jóvenes a las ciudades provocaron que Cerdeira comenzara a agonizar. Cuando la aldea estaba abocada al abandono, un grupo de artistas apasionados de las tradiciones y la naturaleza comenzaron a reescribir la historia de Cerdeira. Con el arte como hilo conductor, fueron recuperando algunas casas siendo fieles a su construcción original. Se organizaron festivales de arte y en 2012 el proyecto artístico empezó a converger con el turístico, lo que dio lugar en 2018 a Cerdeira Home for Creativity.
Hoy, además de los artistas que encuentran aquí inspiración, descanso y un indudable contacto con la naturaleza, a Cerdeira pueden acudir todos aquellos que disfrutamos con el turismo rural más auténtico. Cerdeira Home for Creativity cuenta con diez casas de esquisto totalmente rehabilitadas y equipadas. La sostenibilidad es una de las líneas maestras del proyecto y eso se ve en vivienda. Se aprovechan los materiales reciclados y naturales y la gestión de los residuos y del consumo de energía es ejemplar. Da gusto compartir una charla al calor de la chimenea o recoger por la mañana el desayuno para degustarlo en la terraza sin prisas y saboreando cada instante. Hay casas de dos personas, como la de la Mel donde nosotros nos alojamos, pero en otras pueden estar hasta seis. De esta forma es un lugar ideal para acudir en pareja, con amigos o en familia.
Cerdeira Home for Creativity también posee un hostel con habitaciones compartidas y un proyecto muy interesante de estancias artísticas. Cualquier profesional de este campo puede enviar su candidatura para acudir a la aldea durante algunos días y contar con alojamiento a cambio de compartir con la comunidad sus experiencias y técnicas. Un bonito trueque que enriquece el proyecto.
Otra de las iniciativas más interesantes de Cerdeira Home for Creativity son los talleres y ‘workshops’. Su Escuela de Artes y Oficios organiza durante todo el año cursos de cerámica, madera y artes visuales, entre otros, para que cualquiera pueda acercarse a los secretos de estas técnicas artísticas. Es posible iniciarse en la talla de la madera, la cestería, la elaboración de cerámica a partir de los recursos naturales y la encuadernación, entre otras actividades. Los ‘workshops’ de iniciación duran entre uno y dos días, por lo que son ideales para los que acuden, por ejemplo, un fin de semana. Mientras, los cursos se prolongan entre 5 y 8 días y permiten un mayor acercamiento a la técnica artística en cuestión.
Esta apuesta por divulgar el arte también se refleja en las ‘Experiencias creativas’, otro de los proyectos que pone a disposición del visitante Cerdeira Home for Creativity. Tienen una duración de dos horas y media y en ellas pueden participar tanto adultos (35€) como niños (25€), por lo que se trata de una opción muy apetecible para los que acudan a la Sierra de Lousã en familia. El objetivo es acercar a los participantes a una actividad artística sin que sea necesario que tengan formación previa en este ámbito. Estas experiencias son muy variadas y van desde el modelado del barro, pasando por la elaboración de platos regionales como la chanfana y las mermeladas hasta la fabricación de juguetes de madera o pequeñas casas de esquisto.
Cerdeira Home for Creativity tiene además una pequeña piscina natural para los meses de verano y desde su casco urbano parten rutas de senderismo como la que llega a la vecina aldea de Candal y de la que más tarde hablaremos.
Qué ver en la Sierra de Lousã en un fin de semana
La riqueza natural y patrimonial de la Sierra de Lousã es tan grande que un fin de semana siempre se va a quedar corto para recorrerla. Hay que tener en cuenta que muchas de sus rutas de senderismo son bastante exigentes, por lo que cualquiera de ellas nos puede llevar un día entero. Pero si no se dispone de más tiempo, un fin de semana, especialmente en los días largos de primavera, puede dar mucho de sí. Estos son los imprescindibles que nosotros tuvimos la oportunidad de visitar y que nos dejaron con unas irrefrenables ganas de regresar a la Sierra de Lousã.
Aldeias do Xisto
Las Aldeias do Xisto es una red compuesta por 27 pequeños pueblos del Centro de Portugal que se distinguen por unas tradiciones muy arraigadas y, sobre todo, porque muchas de sus viviendas están construidas con esquisto y pizarra. Ya tuvimos la oportunidad de visitar la aldea de Janeiro de Cima durante el viaje que hicimos a Fundão, pero la particularidad de la Sierra de Lousã es que cuenta con la mayor concentración de Aldeias do Xisto de toda la red con un total de 12 pueblos.
Cerdeira es una de esas aldeas de esquisto, pero también tuvimos la oportunidad de visitar Candal. Situada en la ladera de una colina y con forma de anfiteatro, pasear por sus calles es un auténtico viaje en el tiempo. Pero las mayores sorpresas nos esperan en su entorno. Una de ellas es su mirador con forma de corazón desde el que se obtiene la mejor panorámica de la aldea. Y otra, la cascada de Candal, a la que se llega por un agradable sendero que transita en paralelo a la ribeira de S. João.
Un poquito más al norte tenemos el que está considerado uno de los pueblos más bellos de Portugal. Su nombre es Talasnal, y una vez más las casas de esquisto y pizarra son las absolutas protagonistas de su trazado urbano. Es la Aldeia do Xisto más visitada por méritos propios ya que ofrece rincones de lo más fotogénicos, que al atardecer y por la noche adquieren un tinte más bucólico.
Muy cerca de allí también nos dio tiempo a visitar otros dos pequeños pueblos de esquisto. Casal Novo y Chiqueiro están además unidos por un sendero de un par de kilómetros ida y vuelta. A mitad de camino encontrarás el mirador con las letras “Isto é Lousã”, uno de los lugares más fotografiados de la Sierra de Lousã.
Aunque lleva su tiempo, porque solo se puede llegar a través de pistas sin asfaltar, nos desplazamos hasta la aldea de Gondramaz, la más recóndita de todas las Aldeias do Xisto. Los principales atractivos están en su calle principal, donde destaca una casa en la que hay talladas varias cabezas en su fachada. Por allí es normal toparse con un zorro que se ha convertido en un vecino más de Gondramaz. Nosotros no lo vimos, pero otros viajeros lo han podido saludar. Otro atractivo de esta aldea es la cascada do Penedo dos Corvos, a la que se llega por un sendero que parte al final del pueblo caminando durante tres kilómetros ida y vuelta.
Un consejo, en la calle principal del pueblo hay una pequeña tienda de productos tradicionales un tanto descuidada y regentada por una mujer de avanzada edad. Normalmente nos gusta comprar en estos establecimientos porque son más auténticos y es una forma de apoyar el comercio local. El problema es que la buena señora se aprovecha en exceso de los turistas y pide por un tarro de miel sin etiquetar 15 euros, algo que no vale ni el producto más ‘gourmet’.
Lousã, su castillo y la piscina natural Senhora da Piedade
Uno de los enclaves más especiales que ver en la Sierra de Lousã es el que forman el castillo de Arouce y la piscina natural Senhora da Piedade, muy cerca de la ciudad de Lousã. Dijimos al principio que su vista cautiva desde el mirador que hay al pie de la carretera que baja desde Cerdeira, pero adentrarse en este complejo es fascinante.
El castillo de Arouce o simplemente de Lousã se alza sobre una colina en el fondo de un valle que parece trasladarnos a otras latitudes gracias a su frondosidad y a los colores amarillos de las mimosas. Data del siglo XI y se construyó para defender el acceso meridional a Coímbra. Pasó a manos musulmanas y permaneció en el olvido durante siglos hasta que en 2019 fue rehabilitado para acoger un centro de interpretación.
Nuestro consejo es que dejéis el coche donde el mapa marca passadiços da Senhora da Piedade. En este punto se inicia una pasarela de madera que, pegada a la carretera M580, llega hasta el castillo al mismo tiempo que gozamos de unas espectaculares vistas del valle y del río. Una serie de paneles informativos nos ayudan a interpretar el paisaje y a entender la presencia de una fábrica de papel, que desde el siglo XVIII surte de este material a la Universidad de Coímbra.
Después de pasar junto al castillo, la pasarela desciende hasta la piscina natural Senhora da Piedade, uno de los motivos de que la Sierra de Lousã sea un lugar muy concurrido en verano. Río arriba existe una pesquera que forma una cascada y, junto a ella, se encontraba un columpio suspendido sobre el agua que ha desaparecido.
En otra colina por encima de la piscina está el santuario mariano de Nossa Senhora da Piedade, compuesto por varias capillas y con gran devoción en la zona.
Ruta de la Levada
Solo el municipio de Lousã cuenta con siete rutas de senderismo señalizadas donde se entremezclan frondosos bosques, paisajes del agua con cascadas, ríos y arroyos y el patrimonio de las Aldeias do Xisto. Todas tienen en común su exigencia, ya que nos encontramos en un terreno muy escarpado con fuertes desniveles.
El problema principal es que muchas de las rutas son lineales, por lo que hay que concertar el regreso con algún taxista de la zona o hacerla ida y vuelta empleando de esta forma mucho más tiempo. Si nos tenemos que quedar con única ruta que hacer en la Sierra de Lousã esa sería la de la Levada (PR3 LSA). Si la acometes solo en un sentido deberías empezar en Cerdeira a 700 metros de altura para acabar en el castillo de Lousã a 267. De esta forma son algo más de 7 kilómetros de continua bajada. Si optas por hacerla ida y vuelta te aconsejamos comenzar en Lousã para hacer la subida a la ida.
Se llama ruta de la Levada, porque una parte de la misma transita junto a un canal de agua (en Portugal se denominan levadas y abundan sobre todo en la isla de Madeira) que conduce el líquido elemento desde lo alto de la montaña hasta la ciudad de Lousã. Otro de sus atractivos son la cascada de Candal que mencionábamos anteriormente y el paso por esta localidad y por Cerdeira.
Passadiço da Ribeira das Quelhas
En el sur de la Sierra de Lousã y ya en el municipio de Castanheira de Pêra se encuentra otro de los atractivos que ver en la zona y al que te recomendamos desplazarte. El passadiço da Ribeira das Quelhas es una plataforma de madera que a lo largo de un kilómetro se adentra en un escarpado paisaje repleto de pequeñas cascadas, pozas y saltos de agua donde se practica barranquismo. La zona no es tan frondosa como la de Lousã, pero se complementa a la perfección. Su acceso es gratuito y es posible aparcar junto al inicio de la pasarela, aunque el espacio para vehículos no es muy grande. De lo contrario os tocará dejar el coche en la localidad de Coentral y caminar durante un kilómetro por una pista.
La pasarela está compuesta en su mayor parte de escaleras, por lo que hay que estar en buena forma y tomárselo con calma para ir disfrutando del paisaje.
Baloiço do Trevim
Una última visita que hacer en la Sierra de Lousã en un fin de semana. En los últimos años, numerosos municipios portugueses han apostado por instalar columpios (baloiços) en miradores y enclaves naturales de especial belleza. La Sierra de Lousã no ha sido menos. Uno de los más espectaculares con los que cuenta es el de Trevim, ubicado junto a un parque eólico a poco más de 1.000 metros de altura. El columpio es gigantesco y cuesta balancearse, pero las vistas desde allí son formidables.
Otro de los columpios que ver en la Sierra de Lousã es el de Penedos de Góis, más pequeño y enclavado cerca de otra de las Aldeias do Xisto de la zona, la de Pena.
¿Dónde comer en la Sierra de Lousã?
La gastronomía juega un papel fundamental en una ruta por la Sierra de Lousã. El cabrito, la carne de caza como la de jabalí y los guisos y postres con castaña, están muy presentes en un recetario íntimamente relacionado con el pasado y presente agrícola y ganadero de la comarca.
Para muchos el mejor restaurante donde comer en la Sierra de Lousã es O Burgo. Se encuentra junto a la piscina natural Senhora da Piedade y para comer en él es imprescindible reservar, especialmente si se acude en fin de semana. Las vistas desde su comedor a la piscina, el castillo y el entorno natural, son de cine.
Su plato más popular es la ‘rapsódia’, un popurrí de seis platos regionales y seis postres con entrantes. Solo está alcance de los más comilones y su precio por persona es de 19,50 euros. Como nosotros acudimos a cenar preferimos optar por una ‘chanfana à Moda da Serra da Lousã’ (carne de cabra cocinada con vino tinto en cazuela de barro); y jabalí con castañas. Las medias raciones rondan los 10 euros y las enteras, los 21. Con dos medias para dos personas más las entradas regionales es más que suficiente.
Los pueblos que forman parte de las Aldeias do Xisto suelen tener restaurantes interesantes. Nosotros probamos el ubicado en Candal y cuyo nombre es Sabores da Aldeia. Sus precios son más elevados que el de O Burgo. Nos gustó muchísimo el cabrito asado, pero no tanto el bacalao. Solo abre los fines de semana y es imprescindible hacer una reserva previa por teléfono ya que tiene muy pocas mesas. En esa llamada también te pedirán que elijas los platos que quieres degustar.
Por último, y ya en la ciudad de Lousã, acudimos a una típica tasca portuguesa llamada Adega da Villa. Precios populares y buena calidad. Probamos un filete de novillo y bacalao, exquisitos ambos. Los precios de cada ración rondan los 10 euros y el trato es muy amable y cercano.
