Piscina natural de Valero, la más popular de Salamanca

La piscina natural de Valero es la más popular de la provincia de Salamanca al estar ubicada en el fantástico entorno de la Sierra de La Quilama y contar con un amplio espacio para refrescarse en aguas frescas y cristalinas

Al contrario de lo que ocurre en su vecina Cáceres, la provincia de Salamanca no es demasiado prolífica en cuanto piscinas naturales se refiere. La mayoría son pequeñas y no excesivamente conocidas aunque existe una excepción, la piscina natural de Valero. “El charco del pozo”, como realmente se llama, es un espléndido lugar de baño en el corazón de la Sierra de Las Quilamas, uno de los parajes más hermosos de la provincia de Salamanca. Un oasis para aliviar el intenso calor del verano salmantino entre aguas cristalinas y abundante vegetación.

Valero, el pueblo de Salamanca oculto entre las montañas

Salamanca se distingue por tener pueblos de gran belleza como Candelario, La Alberca, Miranda del Castañar o Mogarraz. Pero si hablamos de la localidad mejor enclavada de toda la provincia nos quedamos sin lugar a dudas con Valero. Descender hasta el valle en el que está ubicada por la serpenteada carretera que comienza en San Miguel de Valero, es una experiencia extraordinaria. Se trata de un viaje de algo menos de siete kilómetros en el que se puede contemplar el magnetismo de la Sierra de Las Quilamas. Valero se encuentra a sólo 63 kilómetros de Salamanca, pero parece trasladar al visitante a un mundo aparte. Su privilegiada situación hace que sus habitantes se enfrenten a inviernos más suaves que en el resto de la provincia y a veranos no tan cálidos. Un particular microclima que da lugar a una vegetación exuberante. Un pueblo de ensueño que en verano renace gracias a la presencia de decenas de valeranos que emigraron en su día al País Vasco, a Madrid o a Barcelona en busca de trabajo y que regresan en la época estival para disfrutar de los encantos de su tierra.

«El charco del Pozo», la piscina natural de Valero

Y uno de esos encantos es “El charco del pozo”, la piscina natural de Valero. Su construcción data del año 1985, por lo que durante más de tres décadas lleva refrescando cada verano a los valeranos y a todos aquellos que nos hemos acercado hasta allí en más de una ocasión. El Ayuntamiento de la localidad decidió aprovechar la presa de la antigua fábrica de la luz que databa de 1920. Una feliz idea que permitió hacer realidad el sueño de contar con una piscina natural que hoy en día es la mejor y más amplia que se puede encontrar en la provincia de Salamanca.

La piscina natural de Valero se surte del río Quilamas, que nace en la Sierra del mismo nombre y cuyas aguas llegan totalmente vírgenes a la localidad, puesto que es la primera que atraviesa. Posteriormente desemboca en el Alagón, río en el que curiosamente también vierte sus aguas el Ladrillar, que a su paso por la comarca cacereña de Las Hurdes da lugar a la piscina natural de Ríomalo de Abajo y a la de Las Mestas, conocida como “El charco de la olla”.

Para llegar a la piscina natural de Valero es conveniente dejar el vehículo a la entrada del pueblo junto a la carretera que llega desde San Miguel. Posteriormente se toma la calle que sale junto al puente principal sobre el río Quilamas que, entre frondosas higueras, nos lleva a ese oasis llamado “El charco del pozo”. En la parte inicial veremos una pequeña piscina de escasa profundidad muy adecuada para los más pequeños.

Acto seguido se encuentra la propia piscina natural de Valero, de unos dos metros de profundidad y de aguas claras y limpias. Para delimitarla se han colocado unas vallas y detrás de ellas es donde más bañistas se colocan. Al igual que ocurre en la piscina natural de Las Mestas, los visitantes no sólo se pueden bañar en la piscina en sí, también en el propio río Quilamas en el tramo inmediatamente anterior. En ese punto la profundidad es de algo más de un metro.

Los bañistas tienen varios sitios para extender sus toallas o colocar sus sillas, muchos de los cuales están a la sombra. Un lado de la piscina está dominado por los guijarros y en el lado contrario hay numerosos árboles, entre ellos un gran sauce llorón, donde existe el suficiente espacio para acomodarse. Justo en esa zona hay un chiringuito que actualmente se encuentra cerrado, pero que en su día proporcionaba más animación a la piscina natural de Valero.

Con el objetivo de dotar de más servicios a este enclave, el Ayuntamiento de Valero ha construido unos vestuarios y baños para lograr que sea lo más parecido posible a una piscina municipal.

Al tratarse de un valle, el sol se esconde con más antelación, todo un alivio en los días más calurosos del verano donde las frías aguas de la piscina natural de Valero sirven de bálsamo para sobrellevar mejor la altas temperaturas. Un motivo más para hacer una visita a esta localidad en la que además los amantes del senderismo podemos disfrutar de la bellísima ruta del Camino de los Trasiegos. Una de las joyas de la provincia de Salamanca que muestra a la perfección el atractivo natural de la Sierra de Las Quilamas.