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Programar un viaje a Budapest es un trabajo relativamente sencillo gracias a su división en dos partes muy diferenciadas: las antiguas ciudades de Buda y Pest. Por nuestra experiencia, y en un viaje de tres días como era el caso, aconsejamos dedicarle una mañana entera a todo lo que ver en Buda. Reconocemos que al principio nos parecía escaso, pero madrugando y teniendo energías para caminar nos dimos cuenta que poco después del mediodía habíamos hecho un exhaustivo recorrido por sus monumentos más destacados.
Qué ver en Buda en una mañana. Las visitas imprescindibles
El esfuerzo para hacer este itinerario es mucho mayor, ya que el perfil de Buda nada tiene que ver con el de Pest. Mientras la segunda es una ciudad completamente llana, la primera está asentada en una colina por lo que toca subir y bajar continuamente. Tampoco tiene es comparable todo lo que ver en Buda, lo que demuestra que el espíritu de las dos ciudades separadas por el Danubio perdura en el tiempo.
Funicular de Budapest
Lo mejor para comenzar un itinerario por Buda es cruzar por el Puente de las Cadenas, algo que no hicimos el día anterior y que tiene mucho encanto y simbolismo. Al otro lado del río nos encontramos de frente con el funicular que asciende al Castillo de Buda. La subida se puede hacer caminando, pero es mejor reservar fuerzas y además disfrutar de la sensación de montar en un funicular de 1870, el segundo que se construyó en Europa. El precio por persona si cogemos sólo ida es de 1.200 HUF (4 euros).
Castillo de Buda
El histórico transporte nos deja en la misma puerta del Castillo de Buda, el primer lugar para visitar. A pesar de su nombre, en nada se parece a un castillo tal y como lo conocemos en España, ya que es el palacio en el que residían los reyes húngaros. De hecho también se le conoció como Palacio Real. Está catalogado como Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y su magnificencia está fuera de toda duda. Actualmente alberga la Biblioteca Nacional de Hungría, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Los tres se pueden visitar, aunque el viajero debe tener muy en cuenta el tiempo del que dispone ya que entrar en ellos supondría toda una mañana.
Justo delante de la fachada principal existe un mirador desde el que se obtienen unas espectaculares vistas de Pest y del Puente de las Cadenas. Cuenta con un patio interior, el de los Leones, y en su fachada trasera podemos disfrutar de la imponente Fuente de Matías. Un recorrido completamente gratuito que nos da una idea de la grandeza de una construcción que recuerda el pasado más próspero de Hungría.
Palacio Sándor y Várszinház
Después de este breve paseo por el Castillo de Buda, salimos del mismo por su parte trasera para hace un recorrido por el conocido como Barrio o Distrito del Castillo. En primer lugar vemos el Palacio Sándor, que estaba en obras y que es la residencia oficial del presidente de Hungría, y el Várszinház (teatro del Castillo de Buda). A partir este momento nos vamos adentrando en un ambiente medieval y barroco muy especial que a mí personalmente me recordó a la ciudad belga de Brujas. Hay que tener en cuenta que el Distrito del Castillo se encuentra en un estado de conservación excepcional y todas sus construcciones han sido rehabilitadas manteniendo la esencia de sus orígenes.
Iglesia de Matías
Sólo hay que caminar unos metros para toparnos con la iglesia de Matías, otro de los grandes atractivos de Buda. Es un espectacular templo neogótico que se puede visitar por 1.000 HUF (3,37 euros). Hay que tener en cuenta que los domingos no abre hasta las 13:00 horas porque antes celebra misas. Eso nos impidió recorrer su interior porque acudimos bastante antes. El resto de la semana abre sus puertas a las 9:00 horas.
Bastión de los Pescadores
Junto a la iglesia de Matías se levanta el mirador más conocido de Budapest, el Bastión de los Pescadores. Es una fortaleza con siete torres (que recuerdan a las siete tribus fundadoras de Hungría) y desde la que se obtienen unas espectaculares vistas de Pest presididas por el Danubio y el edificio del Parlamento. Nosotros no lo hicimos por falta de tiempo, pero una recomendación es acudir al Bastión de noche o al atardecer para disfrutar de esas panorámicas con todo iluminado.
Junto al Bastión de los Pescadores y la iglesia de Matías han construido un hotel Hilton con un diseño que nada tiene que ver con el resto de la arquitectura de Buda. Una aberración en toda regla de esas que por desgracia vemos en muchas ciudades. Pero ya se sabe que poderoso caballero es don dinero.
Archivo Nacional de Hungría
Al final de este recorrido en dirección norte aparece una de las puertas de salida del Barrio del Castillo y el bonito edificio que acoge el Archivo Nacional de Hungría.
Úri utca
El itinerario es bastante sencillo porque como veis la ida transcurre por la parte más oriental de la colina y el regreso para deshacer lo andado debe hacerse por la calle Úri utca, en la que veremos una gran cantidad de edificios históricos barrocos. Muchos de ellos tienen en su fachada una placa en la que podemos leer la palabra “Müemlek”, que nos dice que han sido rehabilitados por su valor arquitectónico.
Iglesia de María Magdalena
Antes de adentrarnos en Úri utca merece la pena pasar por la antigua iglesia de María Magdalena, de la que sólo queda en pie su torre ya que el resto fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
Monte Gellért
Después de ese viaje en el tiempo por las calles del Distrito de Buda, tocaba despedirse para seguir descubriendo otros rincones de esta mitad de Budapest. Para ello bajamos la colina hasta la orilla del Danubio para caminar prácticamente desde el Puente de las Cadenas hasta el de Elisabeth. Un bonito paseo en el que nos cruzamos a mucha gente en bicicleta y haciendo running. Justo enfrente del puente de Elisabeth tocaba volver a subir la colina por su parte más “salvaje” (el Monte Gellért) ya que es la zona con mayor vegetación. El objetivo era en primer lugar acceder hasta el Monumento a Gellért, un homenaje al obispo que convirtió a los húngaros al cristianismo.
Hay que continuar ascendiendo no sin esfuerzo por un pequeño sendero asfaltado entre la vegetación para darnos cuenta que empezamos a visualizar unas bonitas panorámicas del Danubio y de Pest. La siguiente parada es la Ciudadela con su Monumento de la Liberación. Se trata de una inmensa plaza presidida por una estatua de bronce sobre un pedestal de 26 metros erigida para conmemorar la conquista soviética de Hungría tras la Segunda Guerra Mundial. Tras librarse del yugo comunista, Budapest mantuvo el monumento pero como homenaje a todos aquellos que dieron su vida por la libertad de Hungría.
Bajamos el Monte Gellért por otro sendero ubicado en su parte sureste rumbo al Balneario Gellért, aunque no para disfrutar de sus aguas termales, ya que por la tarde habíamos decidido darnos este lujo en los Baños Széchenyi. Vimos el bonito edificio del balneario por fuera y visitamos justo a su lado la iglesia de la Roca o de la Gruta, un peculiar templo inspirado en el Santuario de Lourdes escavado en el interior de una roca del Monte Gellért.
Así finalizó nuestro recorrido matinal por Buda, ya que tocaba volver a Pest caminando esta vez por el Puente de la Libertad, para visitar la Gran Sinagoga de Budapest.
Muchas gracias por tu comentario Marina. Nosotros el Castillo de Buda lo pillamos cerrado porque madrugamos mucho y como andábamos justos de tiempo no pudimos hacer el tour. Pero como tenemos pensado regresar a Budapest, en esa ocasión no podrá faltar. Gracias por tu sugerencia y un saludo.