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Subida a la Peña de Francia desde El Casarito y regreso por el sendero de El Cabaco. (Sierra de Francia. Salamanca). Dificultad: Moderada. Distancia: 14,2 kilómetros (circular). Duración: 4 horas aproximadamente
La subida a la Peña de Francia es una de las rutas de senderismo más populares que hacer en Salamanca. Es la cumbre divina y humana de esta provincia. Un lugar de culto y un mirador privilegiado de todo el parque natural Las Batuecas- Sierra de Francia. El ascenso desde El Casarito es el más cómodo y agradecido. Una ruta que se puede hacer circular de la forma que te explicamos en este post
No es la más alta, pero sí la más simbólica y popular. Con sus 1.727 metros de altitud, la Peña de Francia se eleva poderosa en mitad del verde paisaje serrano. Su silueta está muy presente en numerosas de las rutas de senderismo y en las localidades de la Sierra de Francia. Pero la Peña también es un lugar de peregrinaje. En lo alto de esta montaña, que pertenece a la localidad de El Cabaco, se encuentra el santuario de la Virgen de la Peña de Francia, una imagen de gran devoción en toda la provincia salmantina. Es por tanto una cumbre divina y humana. Una atalaya privilegiada que en invierno se cubre de nieve regalando una estampa de gran belleza.
En este post te hablamos de forma pormenorizada de la Peña de Francia y de cómo llegar hasta ella en coche. Pero una forma mucho más atractiva de coronarla es caminando. La ruta más conocida y cómoda es la que parte de El Casarito, un pequeño núcleo de población de Nava de Francia. Se trata de un itinerario lineal que solventa un desnivel de casi 700 metros en 7 kilómetros. Para convertir la ruta en circular, os proponemos una variación: regresar por el denominado camino de El Cabaco. Una forma de aumentar el interés de una caminata imprescindible que hacer en Salamanca.
Cómo subir a la Peña de Francia desde El Casarito
Para iniciar esta ruta de subida a la Peña de Francia desde El Casarito hay que desplazarse hasta el área recreativa de Las Eras. Está ubicada al pie de la carretera SA-201 (la que llega a La Alberca) y cuenta con varias plazas de aparcamiento. Desde allí hay que tomar una pista circundada por robles y helechos que ya nos muestra una primera vista de la Peña de Francia al fondo.
Inicio cómodo entre robles y castaños centenarios
El inicio de la ruta es muy cómodo. Apenas existe desnivel y el paisaje es muy agradecido. En la primera intersección hay que girar a la izquierda y pronto llegaremos a las casas del núcleo de población de El Casarito. Allí vemos las primeras indicaciones de la ruta de subida a la Peña de Francia y también otra mucho más corta y accesible que es la de los Castaños Centenarios.
El tramo común de ambas rutas se desarrolla por una pasera de madera. Son solo un puñado de metros. Suficientes para contemplar alguna de esas catedrales vivas que en otoño regalan un manto de colores ocres, marrones y rojizos casi hipnótico.
Inicio de la subida a la Peña de Francia
A la altura del primer kilómetro de la caminata dejamos la ruta de los Castaños Centenarios que continúa a nuestra izquierda para seguir rectos siguiendo las marcas blancas y amarillas en un paisaje dominado por los robles y los helechos. Poco después giramos a la derecha por una pista que sigue siendo ancha y muy cómoda sin que de momento la pendiente sea excesiva.
Avanzamos por la pista hasta un punto de cruce de caminos donde se toma el sendero que sale recto. La belleza de la ruta se va incrementando. Incluso los helechos cierran con su intenso color verde algunos tramos del sendero. Es inevitable que los que ya tenemos una edad recordemos cómo esta planta se usaba como cama en las pescaderías para colocar las diferentes piezas. Una manera de mantener fresco el género antes de que existieran los modernos sistemas de refrigeración en estos negocios.
El sendero va cogiendo más pendiente y se hace más pedregoso. Los helechos ceden el protagonismo al matorral bajo como brezos y jaras. La imponente vista de la silueta de la Peña de Francia domina el fondo de la escena para que tengamos muy claro cuál es el objetivo. En estos primeros compases de la ruta la bestia parece mucho más fiera de lo que en realidad es.
El paisaje vuelve a cambiar. Regresan los helechos y los grandes pinos antes de girar a la izquierda para tomar una pista más amplia. Llegamos a un cortafuegos, donde giramos a la derecha dos veces casi seguidas para entrar de nuevo en la frondosa vegetación de las faldas de la Peña de Francia.
Zigzagueo para ‘atacar’ la peña por su flanco este
A partir este momento (kilómetro 2,7 de la ruta) arranca un zigzagueo para ‘atacar’ la Peña de Francia desde su flanco este. La exigencia se incrementa y hay que tener precaución porque se cruza la carretera en varias ocasiones. No hay que caminar por ella, pero sí atravesarla para continuar por el sendero.
Por momentos da la sensación de que se avanza poco a tenor de la información que vemos en los carteles acerca de los kilómetros que nos restan para coronar. Poco a poco la vegetación se va mermando. Es buena señal, nos acercamos a la cima. El terreno es más pedregoso, pero al mismo tiempo se multiplica la belleza de las vistas. En algunos puntos aparece una especie de calzada y vemos también las marcas rojas y blancas del GR de la travesía de la Sierra de Francia.
Tramo común en el vía crucis de la Peña de Francia
Llegamos a un punto donde, abrigados por el último vestigio de vegetación antes de la cima, comenzamos el tramo común que utilizaremos tanto para la subida como para la bajada. Resta poco más de un kilómetro de caminata para llegar al techo divino y humano de la provincia de Salamanca. En este tramo final nos acompañarán las diferentes estaciones del vía crucis de la Peña de Francia.
Un último esfuerzo antes de alcanzar los 1.727 metros de la cima para asomarnos a su espectacular mirador de Santiago, presentar nuestros respetos a la talla de la morena Virgen de la Peña de Francia y reponer fuerzas con una generosa merienda a la altura de las circunstancias.
Descenso por una interesante alternativa
Después de hacer las visitas preceptivas y reponer fuerzas, es el momento de descender. La primera vez que hicimos esta ruta usamos el mismo camino para la subida y la bajada. Pero en esta ocasión realizamos una variación que os recomendamos para convertirla en circular e incrementar su interés.
Tras completar el tramo común de aproximadamente un kilómetro, giramos a la izquierda en dirección a El Cabaco. Se trata de un sendero pedregoso, pero con unas bonitas vistas de parte de la Sierra de Francia. Está señalizado con marcas blancas y amarillas y blancas y rojas o se encuentra flanqueado en algunos puntos por los robles.
Pasamos por dos cruces que atraviesan un sendero y un cortafuegos en los que seguiremos recto para continuar descendiendo. Los robles dejan paso a los pinos antes de volver a un frondoso robledal y girar a la derecha en una carretera para realizar los últimos dos kilómetros por asfalto. Es la única pega a este itinerario de vuelta, pero afortunadamente no suele haber demasiado tráfico y se hace muy cómodo.
En el siguiente cruce tomamos dirección a La Alberca, para continuar por carretera y enfilar el regreso al punto donde dejamos el vehículo. 14,2 kilómetros en total, de dificultad moderada. El recuerdo de la primera vez que hicimos esta ruta era el de una subida más exigente, pero sin embargo tras años realizando senderismo, la segunda vez en la Peña de Francia la sensación fue totalmente diferente. Asequible y perfectamente asumible para todos aquellos que estén acostumbrados a las caminatas en la naturaleza.