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Un vergel. Una explosión de naturaleza donde se mezclan los grandes bosques de pinos, eucaliptos y madroños con cultivos de vides, olivos, frutales y pequeños huertos. Proença-a-Nova es uno de los municipios más verdes de Portugal y un destino ideal para los que amamos la naturaleza. Posee algunas de las mejores piscinas naturales de la Región Centro, una amplia red de rutas de senderismo y BTT, una vía ferrata y hasta un didáctico centro de ciencia dedicado a los bosques. Te contamos todo lo que ver (y saborear) en Proença-a-Nova en un viaje a la Portugal más auténtica y hospitalaria.
Al margen de los principales circuitos turísticos y casi oculta en una de las zonas más auténticas y tradicionales de Portugal, la Beira Baixa, el municipio de Proença-a-Nova es una de las grandes sorpresas que nos ha dado últimamente el país vecino. Después de recorrerlo durante un fin de semana nos preguntamos cómo habíamos tardado tanto tiempo en descubrir este rincón que tiene todos los ingredientes que nos apasionan: piscinas naturales, rutas de senderismo, gentes hospitalarias, pueblos en encanto y una gastronomía que se aferra a la tradición para conquistar a los paladares más exigentes. En Proença-a-Nova siempre han apostado por los productos kilómetro cero antes de que se acuñara este concepto. Jamás han dejado de ser sostenibles y ecológicos. Y, sobre todo, no se han desdibujado sus tradiciones porque el turismo de masas no ha trastocado sus planes. Es la Portugal más genuina, la que buscamos los viajeros que queremos ir un poco más allá.
Cómo llegar
En coche. Proença-a-Nova se encuentra en la región histórica de la Beria Baixa al norte del río Tajo y próxima a la frontera con España en la provincia de Cáceres. Está a una hora de las ciudades de Castelo Branco y Coímbra. Para llegar a Proença-a-Nova desde España lo ideal es circular por la autovía A23 hasta el entorno de Vila Velha de Ródão y, una vez allí, tomar la IC8 hasta la capital del municipio.
En tren. El municipio de Proença-a-Nova no cuenta con estación de ferrocarril. La más cercana se localiza en Vila Velha de Ródão, a algo menos de media hora en coche. Por esta localidad pasan dos servicios: el Regional/Urbano y el Intercidades. Por ejemplo, el viaje entre Vila Velha de Ródão y Lisboa en Intercidades se hace en dos horas a un precio de 14,75 euros el billete y sin trasbordos. Entre Vila Velha de Ródão y Proença-a-Nova se puede coger un taxi.
Dónde alojarse en Proença-a-Nova
El municipio de Proença-a-Nova cuenta con una pequeña pero muy interesante red de alojamientos que permiten ese contacto con la naturaleza que tanto se busca en una escapada de este tipo. Nosotros tuvimos la suerte de pernoctar en dos establecimientos muy diferentes pero totalmente acogedores que os recomendamos sin lugar a dudas.
Hotel Rural da Catraia
Situado en la aldea de Catraia Cimeira, es uno de los alojamientos más modernos y destacados del municipio. El hotel rural da Catraia abrió sus puertas en 2017 y la maldita pandemia le obligó a un parón forzoso de más de un año. Ahora regresa con fuerza y con argumentos más que sobrados para conquistar al cliente. Posee una decena de habitaciones, cada una de ellas bautizada con el nombre de una de las aldeas del concelho. Amplias, confortables, con esas camas donde el colchón te atrapa de tal forma que el sueño no puede ser más reparador. Todos los detalles están cuidados con mimo y juega con la ventaja de que cada elemento está casi por estrenar. El hotel posee un amplio jardín con una pequeña y elegante piscina rodeada de árboles frutales y de los alcornoques que son el símbolo del establecimiento. Junto a la piscina hay un pequeño bar para disfrutar de una mañana o tarde de relax absoluto.
El Hotel Rural da Catraia tiene un sofisticado restaurante con una decoración muy elegante. En él se sirven los desayunos protagonizados por productos frescos y de la zona. Huevos revueltos recién hechos, zumo de naranja natural, tostadas de pan pan, mermeladas caseras… Una inmejorable forma de arrancar la mañana. Carlos Ferreira, su propietario, es todo amabilidad y te hace sentir en todo momento como en casa.
Azoka by de river
Una de las cosas que más nos admiran de Portugal es el trabajo que están haciendo algunos emprendedores en pequeñas aldeas casi olvidadas. Con mucha pasión y absoluta dedicación han recuperado casas abandonadas para transformarlas en alojamientos deliciosos. Lo comprobamos en la aldea de Juízo en Pinhel y lo hemos vuelto a ver en Proença-a-Nova con el sueño hecho realidad de Mario y Marta. Azoka by de river es una casa rural enclavada en Rafael, un minúsculo núcleo de población con solo cinco habitantes. Se encuentra en la ribera del río Isna, rodeada de los restos de los antiguos cultivos que poblaban la zona: higueras, vides, perales, olivos… Un auténtico vergel salpicado de vetustos molinos y abrigado en las laderas de la montaña por un frondoso bosque de pinos. Por las noches el cielo es absolutamente límpido y se pueden pasar horas y horas contemplando las estrellas. Un lugar casi irreal. Mágico.
La casa rural es una vivienda de esquisto con dos plantas. En la baja se encuentra el dormitorio principal con un baño. Y en la primera, un gran salón con chimenea y cocina totalmente equipada, además de una pequeña buhardilla donde se ubica en segundo dormitorio. Es una casa ideal para ir en familia. En el exterior hay una terraza con barbacoa y tumbonas. Todos los elementos están en perfecto estado.
Mario y Marta cuentan con otra casa rural en Peniche. Su nombre es Azoka by de sea. Mario vivió un tiempo en el País Vasco y adoptó esta palabra del euskera para bautizar su sueño. Azoka significa mercado.
Qué ver en Proença-a-Nova entre caminatas, chapuzones y mucha naturaleza
Las actividades de naturaleza son la columna vertebral de un viaje a Proença-a-Nova. Si además se realiza en verano, será complicado resistirse a darse un chapuzón en alguna de sus cinco piscinas naturales. Vamos a hacer un repaso de los principales lugares que ver en Proença-a-Nova para con argumentos de peso que te inviten a visitar este municipio portugués.
Piscinas naturales
Uno de los grandes reclamos de Proença-a-Nova son sus piscinas naturales (praias fluviais como se denominan en portugués). De hecho el municipio fue pionero a la hora de reparar en el potencial turístico que tienen los recursos hídricos. Posee cinco zonas de baño que se encuentran entre las mejores de la Región Centro de Portugal. Para nosotros fue una muy grata sorpresa, ya que son espacios muy amplios, accesibles, con aguas absolutamente limpias y provistos de extensas zonas verdes a su alrededor.
Piscina natural de Aldeia Ruiva
Es una de las joyas de la corona del concelho de Proença-a-Nova. Recientemente rehabilitada, se trata de una amplísima zona de baño ubicada en el curso del río Isna. Posee espaciosas zonas verdes con grandes árboles que permiten que haya numerosas zonas protegidas del sol. El complejo cuenta con un agradable bar-restaurante (Tascá Aldeia Ruiva), un gran aparcamiento y un camping. Desde esta piscina natural parte uno de los senderos más bellos del municipio que, junto al río Isna, alcanza la piscina de la que hablaremos a continuación, la de Malhadal.
Piscina natural de Malhadal
Si la amplitud de la piscina de Aldeia Ruiva ya nos sorprendió, con la de Malhadal nos quedamos directamente con la boca abierta. Aprovechando una represa construida en el río Isna, se ha habilitado una monumental zona de baño rodeada de una abundante vegetación. Una de sus características más peculiares es que cuenta con un parque acuático hinchable que hace las delicias de los más pequeños. Posee también una piscina flotante y está equipada con todos los servicios que se esperan en una instalación de estas características.
Piscina natural de Fróia
A nuestro juicio es la más fotogénica de las piscinas naturales de Proença-a-Nova. Aprovecha también una represa construida en la ribeira da Fróia para ofrecer al visitante una zona de baño de aguas frías y cristalinas abrigada por una frondosa vegetación donde dominan los pinos. Posee zona de merenderos y un amplio espacio de cemento para extender la toalla, con bancos ubicados a la sombra de las higueras. Tiene también un bar y desde este punto parten algunas de las rutas de senderismo que se adentran en los bosques de Proença-a-Nova.
Piscina natural de Cerejeira
Agradable zona de baño que se nutre de las aguas de la ribeira do Alvito. Dispone de una zona de piscina como tal y otra de playa fluvial con arena. Destaca también por la abundante vegetación del entorno y la calidad de sus aguas. No tiene vigilancia, pero sí un pequeño bar donde sirven raciones.
Piscina natural de Alvito da Beira
Es la piscina natural más septentrional del concelho. Destaca por un frondoso entorno donde también encontramos una plantación de grandes olivos. Está situada junto al casco urbano de Alvito da Veira y cuenta con zonas verdes cuidadas y accesos muy cómodos al agua. Desde aquí también parte una ruta de senderismo, el PR5 que une esta aldea con Cova do Alvito gracias a un agradable sendero de tres kilómetros que transcurre junto a una levada.
Rutas de senderismo y BTT
Los aficionados el senderismo tienen en Proença-a-Nova una parada imprescindible en Portugal. El municipio cuenta con ocho rutas señalizadas bajo la nomenclatura PR. A esto se le añaden tres pequeños senderos circulares por el entorno de tres de sus playas fluviales: Adeia Ruiva, Malhadal y Fróia. Por si fuera poco, recientemente se ha señalizado un GR, una ruta de gran recorrido llamada ‘Grande rota da Cortiçada’. Recibe este nombre porque Cortiçada fue la denominación que tuvo este municipio desde la llegada de los romanos y hasta el siglo XVI.
Además, existen dos rutas de arte en la naturaleza que se pueden consultar en esta página web y que se incluyen dentro de la iniciativa Cortiçada Art Fest. Se trata del Trilho da Menina dos Medos (5 km. Circular) que parte de la aldea de Sobral Fernando y alcanza las Portas Do Almourão. Esta ruta se puede mezclar el trilho do Farol dos Ventos lo que hace un itinerario de 15 kilómetros. Nosotros vistamos precisamente el Farol dos Ventos, un trabajo realizado con cables náuticos de colores junto a la buraca da Moura. El objetivo es crear una ilusión de movimiento que asemeja a un gran pájaro que emprende el vuelo.
De toda esta amplia oferta de rutas de senderismo en Proença-a-Nova nosotros realizamos la que une las piscinas naturales de Adeia Ruiva y Malhadal. Se trata de un sendero de 5,6 kilómetros lineales que va en paralelo al curso del río Isna. Una de las rutas más bellas que hemos hecho por la abundante vegetación de ribera, pero también por la presencia de esos cultivos tradicionales de los que hablábamos al comienzo del post y que hacen de este municipio una auténtica despensa: viñedos, plantas de kiwi, membrilleros, manzanos… Un espectáculo natural muy entretenido porque el sendero no deja espacio para el aburrimiento. Aunque el desnivel es imperceptible, tan pronto tenemos que caminar por una vereda que apenas tiene un palmo de anchura, como que de repente toca hacerlo por un pequeño murete, cruzar uno de los campos de cultivo o hacerlo por encima de pequeñas levadas por donde transita el agua del riego. La ruta no da tregua y eso la convierte en más intensa y atractiva.
Los que prefieran las dos ruedas, Proença-a-Nova también les tiene reservada una sorpresa. Cuatro rutas BTT perfectamente señalizadas y adaptadas a todos los niveles.
Serra das Talhadas: Torre de Vigia y Buraca da Moura
Si dejamos el coche en el gran merendero, con escenario incluido, que hay a la entrada de la aldea de Chão do Galego, un camino nos conduce hasta lo alto de la Serra das Talhadas. Esta cordillera de grandes rocas de cuarcita sirve de nexo de unión entre Beira Baixa y el Alto Alentejo. El mejor punto para contemplarla es la recién construida Torre de Vigia. Se trata de una plataforma de 16 metros de altura equipada de una cabina para los guardas forestales. Cualquiera puede ascender hasta su punto más alto para tener una panorámica 360º de la sierra. A sus pies se extiende una vía ferrata de 1.600 metros de longitud y 12 sectores.
La pista que asciende hasta la Torre de Vigia tiene un desvío que permite llegar a otro de los puntos más interesantes de la zona, la Buraca da Moura. Es una pequeña cueva abierta en la roca de cuarcita y ubicada junto a la mencionada obra del Farol dos Ventos. Se dice que en esta guarida y en otras similares se escondieron los musulmanes de la zona cuando fueron expulsados de la región. Allí vivieron durante años ocultando también sus riquezas. La última moradora de la cueva fue una mujer que conversaba con los pastores que acudían allí con su ganado. A todos ellos les preguntaba: ¿Cuál es más bonito, mi pelo o mi oro? Si ellos elogiaban sus joyas, no pasaba absolutamente nada, pero si alababan su cabello, recibía al día siguiente como regalo uno de esos pedazos de oro.
Portas de Almourão
El río Ocreza ha ido modelando la roca cuarcita de la Serra das Talhadas formando un angosto valle que tiene su enclave más fotogénico en las Portas de Almourão. Estamos ante una versión más pequeña de las Portas de Ródão del Tajo, pero no menos espectacular y bella. Aquí se aprecia cómo las aguas del río fueron erosionando el terreno abriendo un estrecho pasadizo que comparten los municipios de Proença-a-Nova y Vila Velha de Ródão. El mejor punto para contemplar las puertas es el mirador ubicado junto a la aldea de Foz do Cabrão. También algunas de las rutas de senderismo del concelho de Proença-a-Nova alcanzan la base de las portas.
Figueira, una Aldeia de Xisto
La red de Aldeias de Xisto engloba a 27 localidades de 16 municipios que tienen en común sus edificaciones tradicionales de esquisto y pizarra. Ya tuvimos la oportunidad de conocer una de ellas (Janeiro de Cima) durante nuestra visita a Fundão, pero en Proença-a-Nova nos acercamos hasta otra, la aldea de Figueira. Acudimos al anochecer, momento el que sus callejuelas adquieren con color anaranjado que realza cada una de las construcciones. Da gusto perderse sin rumbo y encontrarse bonitas casas decoradas con flores y árboles como higueras, olivos y kiwis. En Figueira se encuentra uno de los restaurantes más interesantes para comer en Proença-a-Nova y del que hablaremos más adelante, Casa ti’Augusta.
Centro de Proença-a-Nova
La localidad que da nombre al municipio tiene una pequeña visita para recorrer algunos de sus puntos más interesantes entre los que destaca la coqueta capela do Espírito Santo, la de la Misericordia con la Igreja Matriz justo a su lado y el amplio y bien cuidado parque urbano, kilómetro cero de la Grande Rota da Cortiçada como así indica un gran hito. La localidad también posee varias obras de arte repartidas por el casco urbano que forman parte del Roteiro das Artes.
Centro Ciência Viva da Floresta
Uno de los espacios más interesantes que ver en Proença-a-Nova es su Centro Ciência Viva da Floresta. Qué mejor lugar que este municipio para rendir homenaje a la riqueza de los bosques a todo lo que nos aportan. Nos llamó gratamente la atención el cariño con el que se ha puesto en marcha este centro que apuesta por una divulgación cercana, entretenida y muy didáctica. Es por lo tanto ideal para acudir en familia ya que los más pequeños de la casa disfrutarán de lo lindo con cada una de las actividades que les proponen.
A través de los diferentes espacios en los que se divide el centro nos podemos acercar a la riqueza natural de los bosques, la fauna que habita en ellos, los aromas y sonidos que desprenden, cómo afectan las lluvias, la importancia que tiene el agua… También existe una sala dedicada a la lacra de los incendios. Un lugar donde se te encoge el corazón al comprobar el daño que el fuego hace en la masa forestal y donde se pretende remover las conciencias. En cada una de las áreas existen una serie de juegos que hacen más ameno el recorrido.
El Centro Ciência Viva da Floresta guarda además una bonita sorpresa. Un camión de bomberos de 1961 que fue utilizado por los bomberos de Proença-a-Nova durante 36 años y que se ha restaurado completamente para ser expuesto. Una joya en la que los más pequeños también pueden montarse vestidos de bomberos para sentirse héroes contra el fuego por un día.
El exterior del centro posee un amplio jardín con numerosas especies vegetales y también un pequeño estanque donde poco a poco se va creando un ecosistema muy rico que permite el estudio de la biodiversidad de la zona.
Murales de Maljoga
Como hemos visto, el municipio de Proença-a-Nova apuesta por el arte más vanguardista para que se integre como un elemento más en sus espacios naturales y urbanos. Otro ejemplo de esta iniciativa son los murales de la pequeña aldea de Maljoga, muy cerca de la piscina natural de Aldeia Ruiva. Los protagonistas de estas representaciones artísticas son algunos de los oficios tradicionales de la zona. En el más espectacular, obra João Gama aparecen un apicultor, un hojalatero y un cordelero. En otros puntos de la localidad podemos ver reflejada la actividad del pastoreo y la extracción del corcho de los alcornoques. Un recorrido muy interesante por una aldea en la que podemos comprar miel de apicultores locales y disfrutar de un agradable paseo.
Museo Isilda Martins en Sobreira Formosa
Isilda Martins fue la directora del Grupo de Danza y Canto de la aldea de Sobreira Formosa que un buen día empezó a recopilar objetos cotidianos como ropa, aperos agrícolas, utensilios de cocina… Casi sin quererlo había reunido un pedazo muy importante de la historia de la región. Estas joyas no podían estar en otro lugar que no fuera un museo. Por ello en febrero de 2012 se inauguró el Museo Isilda Martins donde, además de esos objetos, es posible acercarse a la forma tradicional de tejer el lino, la extracción de lino, el oficio de zapatero o el de herrero.
Dónde comer en Proença-a-Nova
La gastronomía juega un papel fundamental en una visita a Proença-a-Nova. El municipio conserva una cocina tradicional muy arraiga donde destacan platos contundentes como los ‘maranhos’ o el ‘afogado da boda’, además de las ‘feijoadas’, los embutidos y los quesos de cabra. Hacemos un repaso a continuación de los restaurantes que más nos cautivaron y que ayudaron a que cada vez estemos más enamorados de la gastronomía lusa.
Casa Ti’Augusta
La aldea de Figueira de la que hemos hablado anteriormente es una de las más deliciosas y auténticas que ver en Proença-a-Nova. Una de sus tradicionales casas de esquisto es la que ocupa el restaurante Casa Ti’Augusta, uno de los mejores de todo el concelho y sin duda el mejor lugar para degustar sus platos típicos. Aunque cuenta con un amplio comedor, si es posible no dudéis en comer en su terraza. Apenas tiene cinco o seis mesas, pero todas ellas están protegidas por un techo de parras adornado con unas lucecillas que por las noches crean un ambiente muy íntimo y agradable. Si a esto le añadimos que las estrellas son perfectamente visibles y que de vez en cuando llega una fragancia a queso y especias, entonces nos encontramos con el clima perfecto.
En Casa Ti’Augusta se cuida cada detalle, pero sin renunciar a este aroma a aldea en el que un paisano que regresa a su casa te saluda cariñosamente o los perros y los gatos corretean por las empedradas calles. Te hacen sentir como en casa y eso no está al alcance de cualquiera. Pero si nos centramos en el yantar os recomendaremos apostar por la cocina más tradicional de Provença-a-Nova. Nos gustó especialmente el ‘afogado da boda’. Se trata de un guiso de carne de cabra que lleva vino blanco, cebolla, ajo, pimienta, aceite… Todo ello se cocina a fuego lento durante horas para lograr que la carne se impregne de todos los condimentos y quede absolutamente tierna. Nos recordó a la lampantana de Mortagua, pero con un sabor todavía más delicioso. Viene acompañada además de un plato de verdura con patatas cocidas. Con una ración para dos personas es suficiente si además le sumamos una entrada.
Nosotros también probamos el ‘maranho com batata a murro’. Para los que odien la casquería mejor que lo eviten. Y el resto debe tener en cuenta que es muy contundente. Dentro de un estómago de cabra o de oveja se introduce una pasta con harina, grasa de cedro, costillas y otros condimentos. Una bomba de relojería pero que formaba parte de los platos que solían comer las gentes del campo tras una dura jornada de trabajo. Los platos principales rondan los 13 euros la media ración y los 19 la completa. Los postres (unos 3 euros) son caseros y variados. Destacan los crepes y también el que probamos nosotros por ser típico de la zona, la tigelada. Ya lo degustamos en Piódão y está elaborada con huevos y azúcar dando lugar a una especie de flan más contundente.
Restaurante del Hotel rural da Catraia
El restaurante del Hotel Rural da Catraia es sencillamente espectacular. En primer lugar, por su cuidada decoración y en segundo, por su cocina. Nos atrevemos a decir sin miedo a equivocarnos que aquí saboreamos el mejor pulpo a lagareiro de todos los que hemos comido en Portugal. Tal y como se aprecia en la imagen el aspecto es fabuloso, pero su sabor y textura no le fueron a la zaga. Se cortaba con cuchara de lo tierno que era. Venía acompañado de unas patatas, pan tostado con mantequilla y unas ramitas de perejil. Sin duda un plato a tener en cuenta si se visita este restaurante de Proença-a-Nova.
Una ración es suficiente para dos personas acompañada de una entrada, que en nuestro caso fue un plato con queso, embutidos de la zona, pan y aceitunas. Todo ello regado con uno de los excelentes vinos de que elaboran en el municipio. Se trata del malvasía Monte Barbo. Un caldo que nos cautivó del que compramos unas botellas.
En el restaurante también elaboran carnes con maestría y el trato es formidable. Una gran experiencia gastronómica que ha quedado en nuestro recuerdo.
Restaurante Despensa-a-Nova
También a un hotel, en este caso al Amoras Country House, pertenece el coqueto restaurante Despensa-a-Nova. Está ubicado en una mansión familiar de principios del siglo XX totalmente rehabilitada. Cuenta con dos plantas donde la decoración está exquisitamente cuidada con un peso específico de la madera. A pesar de su elegancia y sofisticación, los precios de su carta, al igual que ocurre con los otros dos restaurantes mencionados en este post, son muy ajustados. Las entradas rondan los 7 euros y los platos principales, los 13.
Nosotros nos decantamos por un delicioso arroz de cabrito, una receta típica de la zona. El arroz se presenta seco en una cazuela de barro con algunos pedazos de carne de cabrito deshuesados muy tiernos. Para seguir con la tradición también probamos una ‘chanfana de borrego’ con patatas. Es un guiso de carne de cordero similar a la lampantana y al ‘afogado da boda’. Para rematar pusimos el toque dulce con una ‘mousse’ de madroños, uno de los frutos más habituales en los bosques de Proença-a-Nova.
Restaurante Milita
El trato cercano, el ambiente familiar y los platos tradicionales y muy bien elaborados son la seña de identidad del restaurante Milita. Se encuentra en la zona industrial de Proença-a-Nova, junto a la carretera IC8. Los platos son generosos los precios típicamente portugueses. Entre sus especialidades se encuentra el maranho, una de las recetas más genuinas de la región. En una piel de estómago de cabra se prepara un relleno con la propia carne de este animal, jamón, arroz, pimentón, perejil y menta. Todo ello se riega con vino blanco y se cuece.