Castelo Mendo es un pueblo medieval en La Raya hispano-lusa junto a la provincia de Salamanca que goza de una envidiable conservación y recuerda un pasado en el que fue un punto estratégico de la frontera
La caja de sorpresas que es Portugal parece inagotable y en ocasiones algunas de ellas se encuentran más cerca de lo que uno piensa. Aunque somos conocedores de muchos de los pueblos y parajes cercanos a La Raya entre la provincia de Salamanca y el país luso, aún nos quedaban por descubrir un par de pueblecitos con un encanto muy especial. Se trata de Castelo Bom y Castelo Mendo, dos villas medievales que gozaron de una gran importancia por su situación estratégica en la frontera y que hoy conservan muy decentemente gran parte de sus vestigios del pasado. Lo curioso es que se encuentran muy cerquita del punto fronterizo de Fuentes de Oñoro en Salamanca y, a pesar de eso, habíamos tardado demasiado en saber de su existencia. Como se dice, más vale tarde que nunca, y por eso quiero compartir con vosotros la experiencia de visitar uno de esos dos pueblos, Castelo Mendo.
La presencia de castillos en numerosas poblaciones de Portugal es algo muy común, especialmente en la frontera con España por su importancia estratégica. De hecho la palabra “castelo” se incluye en el nombre de pueblos como, por ejemplo, Castelo Branco, Castelo Rodrigo, Castelo de Vide, Viana do Castelo y, por supuesto, el que nos ocupa en este post: Castelo Mendo. Cuando se llega a esta villa, perteneciente a la Región Centro de Portugal y al Distrito de Guarda, uno se explica el porqué de su importancia en épocas pasadas. Además de su carácter fronterizo, está ubicada en un cerro con excepcionales vistas del valle del Río Coa y, por lo tanto, con una perspectiva privilegiada de los alrededores de La Raya. Cualquiera puede entender a la perfección el importante papel que jugó Castelo Mendo en la defensa de la frontera portuguesa cuando, de vez en cuando, se ponía en peligro por parte de los españoles.
Cómo llegar a Castelo Mendo
Para llegar a Castelo Mendo hay dos opciones. La primera y más interesante y recomendable, es salir del núcleo urbano de la localidad de Vilar Formoso por la carretera N16. Va en paralelo a la autovía A-25 (la que llega hasta Aveiro) y se trata de una carretera tranquila que en algunos momentos se adentra por bellos paisajes del valle del río Coa. Además, si se opta por esta ruta, el visitante podrá hacer una parada en primer lugar en Castelo Bom, el otro pueblo del que hablaba al inicio y que bien merece un paseo. La otra opción es coger la propia autovía A-25 y abandonarla a unos doce kilómetros de la frontera por la salida de Sabugal (ver la ruta de los Meandros del río Coa) y Pinhel.
Qué ver en Castelo Mendo, Portugal medieval en ‘la Raya’
Castelo Mendo es un pueblo cuidado y rehabilitado de una manera asombrosa. Lo mejor es dejar el vehículo en un aparcamiento que hay delante de la puerta principal de la Muralla, y comenzar a caminar por todos sus rincones. Al ser una villa muy pequeña, se visita en apenas una hora. Nada más llegar a la excelentemente conservada puerta de entrada existe un pequeño panel informativo con todos los puntos de interés. Además, llama la atención una placa que recuerda la visita del entonces presidente de la República Portuguesa, Mario Soares, en el año 1988.
Aunque el esplendor de Castelo Mendo llegó en el Medievo, también cuenta con vestigios romanos y se cree que su ocupación se remonta, nada más y nada menos, que a la Edad de Bronce.
El perfecto empedrado de sus calles y la cuidada arquitectura tradicional de sus casas empiezan a envolver al visitante desde el inicio, a pesar de que pueda parecer un pueblo fantasma. Y es que tan solo tiene unos 80 habitantes, por lo que el silencio, sólo roto por algún turista, suele marcar la visita a Castelo Mendo.
La calle en la que se encuentra la pequeña iglesia de San Vicente nos lleva a la plaza del Pelourinho, llamada así por la presencia del pelourinho o columna de piedra donde eran ajusticiados los criminales y que está presente en muchas localidades portuguesas. En esta coqueta plaza está la iglesia de San Pedro, la principal que posee el pueblo.
Siguiendo con la ascensión en busca del Castillo que da nombre a la villa, aparece otra placita no menos interesante presidida por el Chafariz Novo (fuente nueva) y el Museo del Tiempo y los Sentidos. Nos llamó la atención su nombre, pero por desgracia la puerta estaba cerrada a cal y canto y no pudimos conocerlo. En teoría abre cada día en horario de 10:00 a 12:30 horas y de 14:00 a 17:30 horas, pero en nuestro caso nos fue imposible entrar y tampoco encontramos a algún lugareño que nos informara. De hecho, junto a la plaza del Pelourinho hay una pequeña cafetería llamada Wences que también estaba cerrada. Este museo alberga objetos tradicionales, herramientas y fotografías que ayudan a entender la personalidad de Castelo Mendo.
Como no podía ser de otra forma, en la parte más alta del pueblo se localizan los restos del Castillo que le da nombre. Entre ellos destaca una de las puertas de entrada, parte de la muralla, alguna tumba y la iglesia de Nuestra Señora del Castillo. Esta última es la construcción mejor conservada. Aunque carece de techo, sobresale el estado de su capilla con un interesante artesonado de madera.
Las vistas del valle del Río Coa desde el Castillo son espectaculares y merece la pena detenerse unos instantes para disfrutar de un paisaje de excepción. Una zona desconocida y un tanto olvidada en Portugal, pero con una belleza incuestionable.
De regreso al pueblo es bueno pararse ante alguna de sus casas quinientistas como las que hay en los alrededores de la iglesia de San Vicente y subirse a los restos de la muralla que hay junto a la puerta principal de entrada al pueblo.
Castelo Mendo deja un poso muy especial y la sensación de haber viajado en el tiempo sin alejarse mucho de la frontera con España. Llama también la atención que en la carretera de acceso a la localidad han construido un pequeño altar de la Virgen de Fátima desde el que se aprecia una bonita vista de la silueta del pueblo. Sin duda una visita muy recomendable que, por ejemplo, se puede completar con un recorrido por otras dos aldeas históricas de la zona como son Castelo Bom y Almeida.
Es un precioso paseo que en el mismo dia puedes visitar Castelo Mendo y Castelo Bom que queda en la misma carretera, regressar a Vilar formoso, comer en el Restaurante Stone que tiene unos bacalaos riquissimos , dar una vuelta por las tiendas de Vilar Formoso y passar a visitar el Edificio de la Estacion de Tren que es un museo al aire libre…y no pagas billete ni entrada. (Y) (Y) (Y)
Gracias por la recomendación María Lurdes. Como Vilar Formoso es punto de paso para ir a numerosos lugares de Portugal siempre es bueno hacer esa parada. Tomamos nota del restaurante y del museo de la estación del tren. Un saludo
Pues estupenda recomendación la de ver Castelo Bom y Castelo Mendo. En un par de días vamos hacia Aveiro y aprovecharemos para recorrerlos.
Muchas gracias Ramón. Espero que os gusten ambos pueblos y si quieres información sobre Aveiro, tenemos publicados en el blog varios post sobre este destino. Un saludo y disfruta del viaje.
Muchas gracias por el reportaje. Si nada se tuerce la semana que viene visitaré estos pueblos.
Gracias a ti Toni por el comentario. Esperemos que disfrutes mucho de la visita a esta zona. Seguro que te va a gustar. Un saludo.
Este fin de semana he estado visitando Castelo Mendo,la verdad , nos ha encantado, todo muy bonito y muy bien cuidado.Y las vistas como tu dices, espectaculares.
Gracias por tu comentario Marisa. Nos alegra mucho que te haya gustado Castelo Mendo. Es un pueblo con mucho encanto al igual que el resto de Aldeias Históricas de Portugal. Un saludo y gracias por visitar el blog