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Senda de los Pescadores. Versión larga por Guisando y el Lancharón. (Arenas de San Pedro. Ávila). Dificultad: Media. Distancia: 20 kilómetros (circular). Duración: 4 horas en movimiento y 7 horas con paradas (aproximadamente)
La Senda de los Pescadores es la ruta de senderismo más popular que hacer en Arenas de San Pedro. Un itinerario largo e intenso que en otoño e invierno nos regala colores fascinantes y en primavera y verano permite que nos demos un chapuzón en algunas de las numerosas pozas que aparecen en los ríos Arenal y Pelayo. Te contamos cómo hacer esta senda para gozar al máximo de la magia del Valle del Tiétar.
La ‘Andalucía abulense’. Así se conoce popularmente el Valle del Tiétar y más concretamente la localidad de Arenas de San Pedro. Una rara avis en la gélida Ávila gracias a un microclima que le permite registrar temperaturas suaves en invierno y muy cálidas en verano. Un lugar ideal para los amantes del senderismo y de los deportes de naturaleza gracias a un entorno privilegiado con frondosos bosques abrigados por las cumbres de la Sierra de Gredos y ríos que van regalando a su paso pequeñas cascadas y pozas. Precisamente con el objetivo de hacer algunas rutas recalamos en Arenas un puente de diciembre donde media España se congelaba. Sin embargo, en el Tiétar el otoño parecía haberse desteñido resistiéndose estoico a la llegada del invierno. En apenas unos kilómetros se pasan de las temperaturas bajo cero y las cencelladas y nieves de los puertos de Menga y El Pico a los diez o doce grados de un valle casi impermeabilizado donde no dejan ni una puerta abierta para que se escape el calor. Entre esas rutas que realizamos, está una que se lleva la palma. La más popular que hacer en Arenas de San Pedro, la Senda de los Pescadores.
Cómo llegar y dónde alojarse en Arenas de San Pedro
Para hacer la Senda de los Pescadores de Arenas de San Pedro hay que desplazarse hasta esta localidad ubicada a algo más de una hora en coche de la capital abulense por la N-502 y a casi dos horas de Madrid, un trayecto que se hace en gran parte por la A-5 vía Talavera de la Reina.
Nosotros pasamos en Arenas de San Pedro un puente de diciembre y aprovechamos para ver la propia localidad y realizar otras rutas como la del Santuario de San Pedro y la del Castañar de las Huertas en Cuevas del Valle. Son varias las opciones que hay para alojarse e Arenas, desde hoteles y complejos de turismo rural hasta apartamentos. Aquí puedes consultar cuáles son las mejores opciones.
Como hacer la Senda de los Pescadores de Arenas de San Pedro por Guisando y el Lancharón
La clásica Senda de los Pescadores de Arenas de San Pedro es una ruta circular de 11 kilómetros que transita por las dos márgenes del río del Arenal hasta el puente de los Llanos. Aquí puedes consultar esta opción más corta que lleva unas cuatro horas. Sin embargo, nosotros optamos por una variante más larga que incluye el paso por el Charco Verde de Guisando, por esta bonita localidad y el regreso por el mirador del Lancharón. En total, 20 kilómetros que se hacen más llevaderos si se aprovecha el paso por Guisando para comer en un restaurante que os recomendaremos a su debido tiempo.
Por la margen izquierda del río del Arenal hasta el puente de los Llanos
Podemos dejar el vehículo en el aparcamiento que hay junto al castillo de la Triste Condesa de Arenas de San Pedro para arrancar desde allí la ruta. Hay que cruzar bonito puente medieval Aquelcabos para girar inmediatamente a la izquierda y caminar entre las naves del polígono industrial El Martinete. Allí veremos un panel informativo que informa de la versión corta de Senda de los Pescadores. A partir de este momento el curso del río del Arenal será nuestro fiel compañero ya que estará omnipresente en este primer tramo de la ruta.
Descendemos a pie de río para caminar entre una frondosa vegetación de ribera con las hiedras abrazando los troncos y el sonido del Arenal poniendo la perfecta banda sonora. Los durillos y pinos se elevan poderosos, mientras las hojas de los robles extienden un cálido y acolchado manto en el sendero. El otoño en el valle del Tiétar suele ir con retraso y en diciembre, e incluso enero, es fácil verse acompañado por esos paisajes de colores naranjas, rojizos, amarillos y ocres.
Cuando tan solo llevamos recorridos dos kilómetros nos encontramos con una intersección que puede llevar a confusión. Hay tres carteles que marcan la Senda de los Pescadores. Nosotros deberemos girar a la izquierda siguiendo el que indica el puente Pozo Quirol. Unas escaleras nos llevan hasta esta pasarela de madera que salva el cauce del río del Arenal en una de las postales más bellas de todo el recorrido. Las aguas avanzan poderosas erosionando la roca granítica pintada del verde del musgo y rodeada de una frondosa vegetación.
Tras cruzar el puente, comenzamos a ascender por un sendero más estrecho, un tanto cerrado en algunos puntos, pero perfectamente visible. Seguimos acompañados de los durillos, los robles, los pinos y las jaras. Muy pronto veremos además algunas de las cumbres de Gredos cubiertas de un manto blanco.
Los castaños y madroños se suman a un espectáculo que lo completa el sonido del curso del río del Arenal. Su fuerza ha ido generando grandes erosiones en la roca granita y nos brinda pozas como el charco Cardenillo, un lugar ideal para darse un chapuzón si se hace la Senda de los Pescadores en los meses de verano.
A la altura del kilómetro 3, el sendero hace un brusco giro a la izquierda sin perder de vista el curso del río. Cuando parecía que el atractivo del paisaje no podía ir a más, nos encontramos con un bosque todavía más tupido y todavía más otoñal. El sendero es además muy intenso y entretenido con continuas subidas y bajadas entre las rocas. Hay que pisar con cuidado, siempre apoyando el puente del pie en el canto de cada piedra para no resbalar.
Más adelante, en una intersección, debemos tomar el sendero de la derecha antes de que el itinerario vuelva a hacer otro brusco giro a la izquierda siguiendo los pequeños meandros que hace el río. Algunas pasarelas de madera nos ayudan a salvar la orografía antes de llegar al puente de los Llanos.
Por la margen derecha del Arenal en la frondosidad de valle del Tiétar
Cruzamos el puente de los Llanos para ir remontando río arriba por la margen derecha del Arenal. Después de pasar por unas fincas ganaderas, nos adentramos en un frondoso bosque de pinos, robles y castaños en un tramo de la Senda de los Pescadores muchísimo más cómodo. El sendero enlaza con la pista del GR180 del Valle del Tiétar. Es momento de disfrutar del paisaje y gozar con un espectáculo natural único.
Pasaremos por alto un desvío que lleva hasta la cascada de Arbillas caminando 5 kilómetros. La pista se va transformando nuevamente en sendero donde predominan los madroños, helechos, pinos y algunos grandes robles. Es momento de despedirnos del río del Arenal para que coja el relevo uno de sus afluentes, el río Pelayos.
El puente Viejo del río Pelayos, nexo entre las versiones corta y larga
Obnubilados con el paisaje alcanzaremos uno de los puntos clave de la ruta. A la altura del kilómetro 9 aparecerá a nuestra derecha el bonito puente Viejo del río Pelayos, de origen romano. Los que prefieran hacer la versión corta de la ruta, deben atravesarlo para dirigirse de nuevo hacia el puente Pozo Quirol y regresar a Arenas de San Pedro. Sin embargo, nosotros optamos por hacer la versión larga de la Senda de los Pescadores que implica ascender hasta la bonita localidad de Guisando. Seguimos recto por lo tanto para desembocar en la carretera AV-924. Caminaremos unos metros por ella para girar inmediatamente a la izquierda, justo en el punto donde se encuentra la piscina natural de Pelayos. Otro lugar perfecto para refrescarse en las gélidas aguas de este río si estamos en época estival.
Rumbo a Guisando por el Charco Verde
El Charco Verde es una de las pozas naturales más populares de la provincia de Ávila. Se nutre de la aguas del río Pelayo y su nombre le viene por el color verdoso de sus aguas fruto del reflejo del bosque de pinos que hay en su entorno. Un lugar de gran belleza que nosotros tuvimos la oportunidad de visitar hace algunos veranos. En esta ocasión lo pasamos de largo para seguir ascendiendo rumbo a la localidad de Guisando entre imponentes castaños.
De forma cómoda por una pista amplia, subimos poco a poco mientras divisamos al fondo las cumbres Gredos. El microclima del que hablábamos al principio del post permite el cultivo de olivos en bancales en un entorno muy cuidado donde también aparecen pequeñas casas de verano muy cerca del curso del río Pelayos. Pasamos junto a la reserva micológica de Guisando, una de las tres que hay que Gredos junto a las de Navarredonda y El Barraco. Dejamos el campo de fútbol de la localidad a la derecha para afrontar la última ascensión hasta el pueblo.
Comida en el bar El Galayar-Casa Macario de Guisando
El paso por la localidad de Guisando se realiza más allá del ecuador de la ruta. Nos quedarían seis kilómetros de regreso a Arenas de San Pedro, la mayor parte de bajada. Es por ello que Guisando es un lugar ideal para hacer un alto en el camino y degustar algunas de sus viandas. Esta localidad, declarada Conjunto Histórico Artístico en 1974, destaca por un coqueto núcleo urbano con casas de mampostería, encaladas y con bonitas fachadas y balconadas de madera donde cuelgan decenas de flores. Merece la pena perderse por sus calles y plazas. En Guisando también hicimos un notable descubrimiento gastronómico. Se trata del bar El Galayar-Casa Macario, un mesón tradicional con un gran comedor calentado por una lumbre donde sirven raciones exquisitas a precios muy ajustados. Muy recomendable la tortilla de patata, el secreto a la brasa y el minutejo (oreja a la plancha). Todo con un trato de diez.
Regreso a Arenas por el mirador del Lancharón
Tras la comida, dejamos Guisando por su vertiente noreste por una pista cementada. Ascendemos entre pequeñas huertas y viviendas con amplios jardines para gozar de otra vista excepcional con Guisando rodeada de olivares en bancales. Estamos en el punto más elevado de toda la ruta. 905 metros.
Hay que estar muy atentos porque en un momento dado hay que dejar la pista cementada para tomar un sendero que sale a nuestra derecha y que nos introduce en un bosque de pinos y helechos. Unos metros más adelante, volvemos a coger otra pista cementada marcada con las señales del GR-180. Acto seguido, la ruta nos regala unas bonitas vistas del embalse de Riocuevas y del casco urbano de Arenas de San Pedro hundido en el fondo del valle.
Cruzamos con precaución la carretera AV-P-713 que une Arenas con Guisando para seguir recto rodeados de pinos por una cómoda y amplia pista de bajada. A la altura del denominado collado de Guadyerbas giramos a la izquierda a la altura de una finca para seguir descendiendo por el pinar. A partir de este momento comenzamos a ver las marcas blancas y amarillas de la senda del Lancharón y poco después aparecerá el mirador del mismo nombre. Provisto de algunos bancos de madera, se trata de una atalaya ideal para contemplar el alargado casco urbano de Arenas, el embalse de Riocuevas y las cumbres de Gredos. Una vista de gran belleza donde se aprecia el contraste de la roca desnuda de la sierra con los frondosos bosques del valle.
Un poco más adelante nos deberemos desviar de nuevo a la izquierda para enfilar el regreso a Arenas por un sendero que desemboca en la carretera de Guisando. Pondremos así el colofón a una Senda de los Pescadores en versión larga que es sin duda la ruta más interesante, amena y atractiva que hacer en Arenas de San Pedro.