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Proponemos un recorrido para saber qué ver en La Valeta en un día con paradas en sus rincones más singulares y monumentos más representativos
Nuestro viaje a Malta en cuatro días comenzó, como no podía ser de otra forma, con una visita a la capital del país, La Valeta. Nada más llegar al aeropuerto por la mañana y coger el coche de alquiler nos dirigimos a esta ciudad repleta de historia. Teníamos claro qué ver en La Valeta en un día después de haber ojeado varías guías y otros blogs de viajes. Todas estas fuentes coincidían en que se puede recorrer perfectamente en una mañana. Exactamente así fue. Apenas cinco horas fueron suficientes para, a pesar del intenso calor que se registraba aún en octubre, conocer de cerca una urbe en la que el viajero realiza un apasionante viaje en el tiempo.
¿Dónde aparcar en La Valeta?
Un aspecto a tener muy en cuenta cuando se va a La Valeta en coche es que el tráfico está restringido en toda la ciudad, excepto en algunas calles donde pueden circular los residentes. Por ello hay que dejar el vehículo en el aparcamiento que hay junto a la fuente de Tritón. Esta construcción se encuentra justo antes de la entrada a La Valeta y no tiene pérdida ya que es el lugar al que se desemboca obligatoriamente cuando uno se dirige a la capital maltesa. El día de nuestra vista este aparcamiento estaba completo, por lo que nos tocó buscarnos un poco la vida. Finalmente encontramos una plaza en una calle de Floriana, una pequeña ciudad que está pegada a La Valeta y al puerto en el que atracan los cruceros que llegan al país. Lo bueno de estacionar allí es que nos salió gratis, puesto que el aparcamiento de la fuente de Tritón tiene un precio de cinco euros todo el día.
Guía con todo lo que ver en La Valeta en un día
Como La Valeta se encuentra elevada ocupando la punta de una península, hay que tomar un ascensor que sube a una altura equivalente a veinte pisos y que cuesta 1 euro para comenzar la visita por la ciudad. Aunque la infraestructura rompe un poco con la estampa de La Valeta donde dominan al cien por cien los edificios color ocre, lo cierto es que este elevador se ha convertido en aliado fundamental de los visitantes, ya que de lo contrario se tendrían que pegar una gran paliza subiendo cuestas y escaleras. Además, está localizado en un punto estratégico junto a puerto, para que todos aquellos turistas que lleguen en un crucero sólo tengan que coger este ascensor para plantarse en La Valeta.
Upper Barrakka Gardens, las mejores vistas del Gran Puerto y las Tres Ciudades
El elevador desemboca en los Upper Barrakka Gardens, unos bonitos jardines desde los que se obtienen las mejores vistas del Gran Puerto de La Valeta. Desde esta atalaya privilegiada se aprecia la fortificación de la isla y la belleza de un puerto que fue utilizado desde tiempos de los romanos y que también fue escenario de intensos bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Es sin duda una de las panorámicas más reconocibles e impactantes de Malta, donde el azul del Mediterráneo, el ocre de las fortificaciones y edificios y el intenso sol que brilla en la isla dan como resultado una estampa luminosa que se queda grabada en la retina.
Plaza de Castilla
La plaza de Castilla nos recibió muy hospitalaria para comenzar a callejear por la sencilla cuadrícula que es La Valeta. Un buen recibimiento, puesto que nosotros llegábamos a Malta desde la legendaria Castilla y es un orgullo ver que la huella de esta tierra persiste en otros lugares del planeta. Lo más destacado de esta plaza es el bonito edificio del Albergue de Castilla, que en la actualidad es la residencia del primer ministro maltés.
Triq il-Merkanti, la calle más comercial
Posteriormente tomamos la calle Triq il-Merkanti, una de las que vertebran la ciudad y que está repleta de tiendas, restaurantes y palacetes de interés. Además, al principio se encuentra la oficina de turismo, que viene bien para adquirir un pequeño plano gratuito y tener localizado todo lo que ver en La Valeta en un día.
Concatedral de San Juan
Triq il-Merkanti, paralela a la más importante de la urbe, Triq ir-Repubblika llega hasta la construcción cumbre de la capital maltesa, la Concatedral de San Juan. La entrada tiene un precio de 6 euros y merece muchísimo la pena para contemplar un magnífico ejemplo del Alto Barroco. Un templo, quizás demasiado recargado, que fue construido hace casi 500 años por la Orden Militar y Hospitalaria de Jesús de Jerusalén, de Rodas y de Malta, la popularmente conocida como Orden de Malta.
La sencilla fachada de la Concatedral, que por cierto estaba en obras cuando la visitamos, no hace presagiar lo que se encuentra el visitante en su interior: pinturas en los techos, muros de piedra labrada, imponente suelo de mármol decorado, un espectacular altar y ocho ricas capillas. En estas últimas podemos ver la huella española en Malta con la capilla de la Lengua de Aragón, Cataluña y Navarra dedicada a San Jorge y la de Castilla, León y Portugal dedicada a Santiago Apóstol.
Hay que recordar que para entrar en la Concatedral de San Juan, como en otros templos de Malta, las mujeres deben cubrirse el pecho, los hombros y las piernas y los hombres tienen que despojarse de los sombreros o gorras. Además, el precio de la entrada incluye una audioguía en español para conocer más profundamente la historia de este templo único.
Basílica de Santo Domingo y Fuerte de San Telmo
Tras reponer fuerzas en un restaurante griego ubicado en la propia calle Triq il-Merkanti y contemplar la bonita fachada de la basílica de St. Dominic (Santo Domingo) nos dirigimos al extremo de la península que acoge a La Valeta. Allí se levanta el Fuerte de San Telmo. Situado en un lugar estratégico desde el que se controla el Gran Puerto y el de Marsamxett, fue una construcción muy simbólica para los Caballeros de Malta. Como curiosidad cabe destacar que allí se rodaron algunas escenas de la película “El expreso de medianoche”. Desde el Fuerte de San Telmo se contempla, al otro lado del mar, otro fuerte, esta vez el de Ricasoli, también escenario de filmes como “Gladiator” y “Ágora” y que está ubicado en la ciudad de Kalkara. Uno de los días de nuestro viaje a Malta intentamos visitarlo, pero por desgracia no estaba abierto al público.
Procatedral de San Pablo e iglesia de los Carmelitas
Posteriormente nos dirigimos al extremo de La Valeta que mira a la ciudad de Sliema y la Isla Manoel y donde se puede obtener alguna imagen del perfil de la capital maltesa. En esa panorámica destaca la torre de la procatedral de San Pablo y la iglesia de los Carmelitas (basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo) y su espectacular cúpula ovalada, uno de los símbolos de la ciudad.
Casa Rocca Piccola
Para regresar al punto de partida optamos por subir por la calle Triq ir-Repubblika. A la altura del número 74 se localiza la Casa Rocca Piccola, un palacio del siglo XVI cuya entrada cuesta 9 euros y que sirve para ver cómo vivía la nobleza maltesa. Como no cuenta con visitas guiadas en español y las referencias que habíamos leído no eran apasionantes, desechamos entrar.
Plaza de San Jorge y Biblioteca Nacional de Malta
Subiendo por esta misma calle aparece la bonita plaza de San Jorge con su moderna fuente que cuenta con chorros que salen desde el suelo. Detrás se levanta el majestuoso edificio de la Biblioteca Nacional de Malta.
Palazzo Ferreira
Antes de salir de la ciudad a la fuente de Tritón, nos quedamos extasiados al final de Triq ir-Repubblika con el Palazzo Ferreira del siglo XIX y con la muralla de entrada y su extenso foso.
Así concluyo la breve pero intensa visita a La Valeta, ya que por la tarde teníamos previsto visitar las conocidas como Tres Ciudades (Senglea, Vittoriosa y Cospicua). Salimos encantados del recorrido por la capital maltesa que conserva intacto su legado histórico y aglutina gran parte de las joyas patrimoniales de una isla especial como es Malta.