Índice de contenidos
Día 1. Estatua de La Princesita. Puente de las Cadenas de Budapest. Plaza Roosevelt. Academia de Ciencias Húngara. Homenaje a Michael Jackson en Erzsébet tér. Vörösmarty tér (Café Gerbeaud). Vigadó Concert Hall. Paseo por Váci utca. Estatua de Petofi. Iglesia Belvárosi. Mercado Central. Kálvin téri református templom. Museo Nacional Húngaro. Avenida Andrássy. Plaza Oktogon.
El primer día en Budapest quisimos que fuera una toma de contacto con algunos de los puntos más representativos de Pest a excepción de la Gran Sinagoga y el Parlamento que los dejamos para las dos siguientes jornadas. La buena ubicación de nuestro hotel nos permitió hacer un completo recorrido caminando, sin estresarnos demasiado, debido al cansancio del viaje.
Salimos en dirección a la orilla del Danubio para contemplar por primera vez el segundo río más largo de Europa tras el Volga. De esta forma tuvimos la primera visión de Buda y su imponente Castillo, aunque no todo lo nítida que nos gustaría debido a que el día no era nada claro. Este hándicap lo sufrimos los tres días en Budapest, aunque dimos gracias porque al menos no cayó ni una gota de agua.
De camino al Puente de las Cadenas nos hicimos la obligada fotografía con La Princesita de Budapest o el Duende de Budapest. Es una pequeña estatua apoyada en una barandilla obra del artista Laszlo Marton, que se inspiró en su hija para realizarla. Aunque lleva en ese lugar sólo desde 1990, se ha convertido en un punto de atracción para los turistas que visitan la ciudad.
Un poco más adelante aparece el Puente de las Cadenas de Budapest, el principal símbolo de la ciudad después de su Parlamento. Es obligado su paso por él hasta Buda tanto de día como de noche, ya que la iluminación nocturna es de gran belleza. Más que por su atractivo visual (que lo tiene y mucho), el Puente de las Cadenas es un icono de la ciudad por ser el más antiguo y el que permitió la unión de Buda y Pest en 1849. Está abierto al tráfico rodado y se puede caminar por cualquiera de sus dos amplias aceras.
Como esta primera jornada estaba centrada en Pest, el paso por el Puente de las Cadenas lo dejamos para el segundo día que era el dedicado completamente a Buda. Por ello seguimos el recorrido justo enfrente, en la plaza Roosevelt. Más que una plaza es una amplia explanada sembrada de césped, ideal para que en el buen tiempo los jóvenes y no tan jóvenes puedan tumbarse a tomar el sol y charlar. Está presidida por dos grandes estatuas del conde István Széchenyi y de Ferenc Deák y por el edificio neorenacentista de la Academia de Ciencias Húngara.
Caminando cinco minutos en dirección suroeste nos encontramos con otra inmensa plaza verde, Erzsébet tér donde llama la atención un peculiar homenaje a Michel Jackson que han hecho en uno de los árboles. El tronco está empapelado con fotos del cantante y en la parte de abajo hay flores y velas. No hay que olvidar que el “Rey del Pop” ofreció en 1992 en la capital húngara uno de sus conciertos más multitudinarios que se editó en DVD.
Junto a Erzsébet tér visitamos Vörösmarty tér, plaza famosa acoger uno de los cafés con más solera de Budapest, Gerbeaud. Su mobiliario del siglo XIX y las grandes lámparas que cuelgan del techo son dos de las señas de identidad de un lugar que abrió sus puertas en 1858. Famosos son también sus pasteles artesanos, bombones y helados.
Bajando de nuevo en dirección al Danubio merece que contemplemos la fachada del Vigadó Concert Hall, una sala de conciertos como su propio nombre indica. El edificio se encuentra reluciente porque su exterior fue restaurado en 2006.
Paseo por Váci utca
Justo detrás de la sala de conciertos comienza una de las calles más populares de Budapest, Váci utca. Junto con la avenida Andrássy son las vías más comerciales de la capital en las que podemos ver las tiendas de las franquicias más conocidas en Europa. Váci utca es una especie de calle Fuencarral en Madrid o calle Toro en Salamanca. Es peatonal y, además de tiendas de moda, también hay cafeterías muy “chic” y tiendas de recuerdos. Esta vía nos muestra al Budapest más moderno, europeo y cosmopolita.
Bajando otra vez junto al Danubio para caminar en dirección al puente de Elisabeth pudimos contemplar la estatua del célebre poeta húngaro Sándor Petőfi y la iglesia Belvárosi que, aunque no lo parezca, es el edificio más antiguo construido en Pest.
Había llegado la hora de comer y para ellos nos dirigimos al Mercado Central, que se encuentra a unos metros del puente de La Libertad (el siguiente al de Elisabeth en dirección sur). Desde Belvarósi se puede llegar caminando por Váci utca y así se hace el trayecto más entretenido. En este tramo de la popular calle comercial de Budapest desaparecen las tiendas de franquicias para dar lugar a otras de souvenirs y restaurantes de comida típica húngara.
El Mercado Central es un bonito edificio del siglo XIX que es muy frecuentado por oriundos de la capital húngara y también por turistas. Al ser sábado estaba abarrotado, ya que es el día que más trasiego de visitantes registra dado que el domingo cierra. En el piso de abajo podemos ver multitud de puestos de alimentación como los que hay en cualquier otro mercado. El colorido de las verduras y las frutas colocadas con mucho mimo entran inmediatamente por los ojos. Algunos de los puestos están enfocados al turismo y en ellos podemos adquirir algunos productos típicos como la paprika o el paté de oca.
En el piso superior se dan cita todas las tiendas de recuerdos, salvo un pasillo que es le dedicado a los puestos de comida típica húngara que explico en la el post “Comer en Budapest”.
Tras reponer fuerzas cogimos la calle Vámház y posteriormente la avenida Múzeum para volver al hotel a hacer un receso. Por el camino contemplamos primero el Kálvin téri református templom y luego el impresionante edificio del Museo Nacional Húngaro. En él se recogen los objetos y reliquias más importantes de este Estado desde su fundación. Cuenta con siete exposiciones permanentes y varias temporales. El precio de la entrada es de 1100 HUF (3,85 euros).
Recorrido nocturno por la avenida Andrássy
Después del pequeño descanso en el hotel volvimos a salir a la calle para rematar el día aunque ya era de noche, puesto que en enero en Budapest anochece a las 17:00 horas. Tomamos la avenida Andrássy que, como apunté anteriormente, es la arteria más emblemática de Budapest (una especie de Gran Vía madrileña). Antes habíamos visto la fachada de la Basílica de San Esteban, que se encuentra en una plaza paralela en el inicio de la avenida. Se trata de un excepcional templo que es la catedral de Budapest y que visitamos en su interior en la última jornada en la ciudad.
La avenida Andrássy se extiende durante 2,3 kilómetros desde Erzsébet tér hasta Városliget (el parque de la ciudad donde está el balneario Széchenyi). Toda una paliza recorrerla andando de principio a fin aunque esa noche nosotros transitamos por su primer tramo hasta la plaza Oktogon. De esta forma pudimos ver la fachada y el hall de la Ópera Nacional de Hungría y algunas de las tiendas más exclusivas como la de Louis Vuitton, Ermenigildo Zegna y Gucci.
El Oktogon tomamos a la derecha Teréz krt. que enlaza con Erzsébet kt. y que también son dos amplias avenidas donde destacan los hoteles Corinthia y Boscolo. Se dice que Wes Anderson, el director de la película «El Gran Hotel Budapest», se pudo inspirar en estos imponentes edificios para diseñar el hotel en el que se desarrolla el filme. El director nunca lo han confirmado y los cinéfilos no se ponen de acuerdo. En este blog también se apunta a que guarda cierto parecido con otros dos bonitos hoteles de la ciudad, el Buddha Bar Budapest y el Four Seasons Greham Palace.
De esta forma concluyó la primera jornada en Budapest. Muy fructífera y sorprendente, aunque no había hecho más que empezar.
Eres un fenómeno , me gustan mucho las fotos y los comentarios. Estuvimos hace poco tiempo, me gusta recordar los sitios que visitamos
Me alegro mucho José Pablo. Gracias por leer el blog y espero que te sigan gustando el resto de destinos que voy añadiendo. Budapest es una ciudad que nos sorprendió muy gratamente. Aún me quedan más cosas que poner sobre ella porque dio mucho de sí. Un saludo.