A orillas del río Ponsul está Penha Garcia, una bonita aldea portuguesa con un castillo templario desde el que comienza la Ruta de los Fósiles. Un recorrido fantástico por un lugar en el que parece haberse detenido el tiempo
Una de las sensaciones más satisfactorias de un viajero es plantarse en un determinado lugar casi por casualidad y descubrir con asombro que guarda un sinfín de sorpresas. Eso nos ocurrió en Penha Garcia, una freguesia del concelho portugués de Idanha-a-Nova. El descubrimiento se produjo durante una escapada de un fin de semana a las Termas de Monfortinho, un enclave ideal para relajarse en sus baños termales y disfrutar de un entorno natural muy interesante. Se trata de una zona de Portugal perteneciente a la Beira Interior Sul desconocida para el gran público y a la que se llega cruzando la frontera por la provincia de Cáceres por la carretera EX-108. Lo ideal es llegar hasta Coria y allí tomar esa vía.
La ciudad portuguesa más representativa que podemos encontrar más próxima a esta comarca es Castelo Branco (a 58 kilómetros), conocida por ser un importante núcleo industrial. Además, a 23 kilómetros de Monfortinho y a 8 de Penha Garcia, se encuentra la histórica aldea de Monsanto, la gran atracción turística de la zona y que posee un extraordinario encanto.
Qué ver en Penha Garcia, una aldea rodeada de granito junto al río Ponsul
Pero centrémonos en Penha Garcia. Mis padres, que ya lo habían visitado previamente, nos recomendaron que pasáramos unas horas en este pequeño pueblo situado en una ladera repleta de grandes rocas que miran al río Ponsul. Es curioso porque, al acceder a Penha García desde la carretera que llega desde Monfortinho, la primera impresión es de cierta indiferencia. Parece un pueblo más que aparentemente no tiene ningún atractivo. Pero cuando se deja el coche y se comienza a adentrar en sus estrechas calles en dirección a los restos del castillo que vigila a la aldea, entonces la cosa cambia por completo.
En ese trayecto ascendente descubrimos una arquitectura muy cuidada y humilde presente en casas bajas con sus hermosas flores en la puerta. Hay que recordar que esta zona de Portugal tiene un clima muy agradable durante todo el año y es posible encontrar plantas más propias del Mediterráneo. De hecho, no recomiendo hacer una escapada por estos lares en pleno verano ya que el calor puede ser sofocante. En nuestro caso fuimos a mediados de marzo y la temperatura fue primaveral y muy agradable.
La Ruta de los Fósiles, en gran atractivo de Penha Garcia
Cuando se llega a la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Penha Garcia se puede comprobar que un cartel nos indica el inicio de la Ruta de los Fósiles (Rota dos Fósseis). No obstante, hace 600 millones de años el lugar que ocupa actualmente Penha García estaba cubierto por el océano. Una de las maravillas que nos depara esta aldea portuguesa y que nos invita a hacer un recorrido por unos vestigios excelentemente conservados ya que están incluidos dentro del área protegida Naturtejo Geopark que tiene el apoyo de la UNESCO.
La ruta (señalizada como PR3 y perteneciente a la Red de Senderos del Sistema Central) pasa por delante del castillo templario del siglo XIII que es el símbolo de la localidad. Desde allí podemos disfrutar de una estupenda vista del valle del río Ponsul y de un pequeño embalse. Pero justo debajo se divisa una piscina natural y pequeñas casas levantadas entre una macizo rocoso que da la impresión de haber sido esculpido por la mano del hombre. Una postal de una gran belleza que demuestra que la visita a Penha Garcia comienza a merecer la pena.
Pero lo bueno se inicia cuando la ruta empieza a bajar desde el castillo por un desfiladero en el que no es raro ver a aficionados a la escalada trepando por unas impresionantes rocas. En ese momento nos abordó un buen hombre que se ofreció a hacernos una visita guiada por la zona. Se trata de Domingo, guardián de este enclave y el responsable que de que todo esté conservado en un estado envidiable. Llama la atención que el camino empedrado por el que se hace la ruta esté decorado con bancos artesanos de madera, un pequeño merendero y papeleras fabricadas con productos reciclados. Sin apenas gastarse dinero han conseguido hacer una especie de parque temático muy acogedor, humilde y con mucho encanto.
Domingo nos explicó la historia de este enclave y nos fue abriendo una a una las pequeñas casas que se encuentran en el recorrido. Algunas de ellas albergan molinos que se utilizaron en su día para moler el grano. Gracias al buen trabajo que ha realizado, los molinos siguen funcionando a la perfección y él mismo se encarga de ponerlos en marcha para demostrar que muelen el trigo de manera precisa. Una bonita demostración que le traerá muy buenos recuerdos a todos aquellos que conocieron en sus pueblos esa tradicional forma de elaborar la harina y que ilustrará a las nuevas generaciones sobre un método que los avances tecnológicos han forzado a desaparecer.
En algunas de esas casas se puede ver un amplio muestrario de fósiles. Domingo te explica con una pasión envidiable y, ayudado con libros, los tipos que se pueden ver. Nos dimos cuenta que Penha Garcia posee un patrimonio muy valioso que probablemente estaría más a salvo en museo guardado dentro de vitrinas. Para el visitante es una suerte poder ver a estos fósiles, entre los que predominan los trilobites, tan cerca e incluso tocarlos, pero lo más adecuado no es que estén amontonados en una mesa.
Domingo también nos mostró algunos de los antiguos aperos de labranza que se guardaban intactos en unas casetas en las que parecía que se había tenido el tiempo. Da gusto encontrarse a personas así que demuestran tanta amabilidad y que dedican su vida a conservar el patrimonio de su pueblo. En Portugal nos hemos topado con varios sujetos así de entrañables y esa es una de las muchas razones por la que es un verdadero placer viajar al país luso.
La Ruta de los Fósiles se prolonga a lo largo de tres kilómetros para regresar de nuevo al pueblo. Antes se pasa justo al lado de una pequeña piscina natural (llamada Fonte do Pego) que en los meses de verano puede ser un lugar ideal para darse un chapuzón en un entorno precioso. También se transcurre junto al río Ponsul en una bonita zona de huertos repletos de productos que los lugareños siembran con mucho mimo.
De camino hasta el lugar en el que habíamos dejado el coche nos sorprendió ver un parque infantil en cuya entrada está colocado un tanque restaurado. Se trata de un Patton americano que participó en la Revolución de los Claveles.
De esta forma concluimos nuestra visita a un lugar muy especial al que recomienzo visitar dentro de una escapada a Monfortinho y Montsanto. Una de esas maravillas desconocidas de Portugal para seguir admirando aún más si cabe a un país luso que siempre nos recibe con los brazos abiertos.
Moi interesante este recorrido.
Gracias por mostrásnolo
Gracias a ti Loli. Un saludo.
Hola Pablo, Estefania.
Me llamo Abel Rodríguez y formo parte del equipo de Senderos, el programa de Canal Extremadura. Estamos interesados en grabar por esa zona, me ha resultado muy interesante el recorrido que habéis hecho y me gustaría ponerme en contacto por telefono con vosotros que ya habéis pateado el terreno. Os dejo mi correo
Hola Abel, gracias por tu comentario y tus palabras. Ya me he puesto en contacto contigo a través del correo electrónico. Un saludo.
Totalmente d acuerdo con tu comentario inicial. Ademas, todos ls anhos viajamos un par d veces a portugal, y siempre venims encantados. Nunca nos falla el pais vecino.
Muchas gracias por tu comentario Carlos. Nosotros somos unos auténticos enamorados de Portugal. Cada vez nos gusta más viajar hasta allí y disfrutar de sus parajes, la hospitalidad de sus gentes y su fantástica gastronomía. Es toda una suerte tenerlo tan cerquita. Un saludo
Hola ! Hemos visitado el pueblo y realizado la ruta gracias a este artículo . Nos ha encantado, la verdad es que merece mucho la pena, gracias por mostrarlo !!!!
Gracias a ti Lorenzo por tu comentario. Nos alegra mucho que la visita os haya gustado. Tanto Penha Garcia como Monsanto son dos pueblos con mucho encanto. Un saludo.