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El enclave privilegiado de la segunda ciudad de Portugal permite que exista un amplio abanico de miradores de Oporto desde los que captar la belleza de esta urbe donde el Duero es el absoluto protagonista
Nos encantan las ciudades con dos alturas. Aunque caminar por ellas suponga un mayor esfuerzo al estar continuamente subiendo y bajando calles, todo ello se ve recompensado con las vistas que se pueden obtener desde diferentes puntos. Esta característica la tienen en común las dos principales capitales portuguesas: Lisboa y Oporto. Aunque se trata de ciudades completamente diferentes y con una personalidad muy marcada, ambas cuentan con una red de miradores en donde el Tajo y el Duero respectivamente se convierten en referente de unas imágenes de postal. Ya hicimos un repaso de los mejores miradores de Lisboa, y en esta ocasión nos desplazamos a Oporto para hacer un recorrido muy especial por los lugares en los que disfrutar mejor de la belleza de esta urbe.
Guía de los mejores miradores de Oporto a ambos lados del Douro
Los miradores de Oporto, que engloban también los que se pueden visitar en Vila Nova de Gaia, son espectaculares atalayas desde las que se puede captar gran parte del encanto de la capital del Duero (Douro en portugués). Si el tiempo acompaña y el día es completamente claro, le sacaremos el máximo partido a la cámara fotográfica con imágenes para todos los gustos que permitirán llevarnos el mejor de los recuerdos de Oporto. Algunos de estos miradores son muy conocidos y frecuentados, y otros están más ocultos sin que por ello ofrezcan panorámicas menos interesantes. Aquí va una lista con las diez atalayas imprescindibles de la ciudad lusa.
Sé de Oporto
Como la visita a la catedral de Oporto (Sé) es obligada, un complemento perfecto es disfrutar de las panorámicas que se obtienen desde la explanada que hay junto a su fachada principal. En este lugar se encuentra además el ‘pelourinho’, una columna que se usaba para colgar a los criminales.
En una primera vista desde la Sé se puede observar de izquierda a derecha la iglesia da Vitória, el monasterio de Sao Bento da Vitória con sus dos torres, el Centro Portugués de Fotografía y la Torre de los Clérigos.
En otra panorámica es posible apreciar a la izquierda el río Duero y el Palacio de la Bolsa, además de las construcciones del casco antiguo de la ciudad diseminadas aparentemente sin orden, pero que forman una armonía visualmente impactante.
Mirador de la iglesia de San Lorenzo dos Grilos
Justo debajo de la Sé de Oporto se encuentra la iglesia de San Lorenzo dos Grilos, un bonito templo que es sede del Museo de Arte Sacra y Arqueológica de la ciudad. Además de visitar la iglesia, el visitante también puede disfrutar de las vistas que se observan desde su pequeño mirador, que suele estar bastante menos transitado que el de la Sé. Las panorámicas son similares, ya que la orientación del mirador es la misma, pero puede ser un buen lugar para tomar fotografías más tranquilamente y deleitarse sin bullicio de la silueta de la capital lusa.
Rua de Sant’Ana (Lavaderos)
Al salir de la iglesia de San Lorenzo dos Grilos y tomar la rua de Sant’Ana hay una pequeño marco sin puerta que da acceso a un balcón y que este a su vez cuenta con unas escaleras que bajan hasta unos lavaderos tradicionales. A simple vista puede parecer la entrada a una casa, pero tiene acceso libre y es uno de esos rincones especiales de Oporto con los que te topas por casualidad. Desde el balcón se observan unas vistas parecidas a las de San Lorenzo dos Grilos y la Sé, pero la peculiaridad de este mirador hace que no lo pueda pasar por alto.
Mirador da Vitória
Cuando visitamos Oporto por primera vez en el año 2009, un amable estudiante universitario ataviado con la típica capa nos indicó que había un mirador desconocido cerca del Centro Portugués de Fotografía desde el que se obtenían unas fantásticas panorámicas del Duero y Vila Nova de Gaia. Conseguimos llegar hasta él y permanecimos solos durante un rato disfrutando de un paisaje de excepción.
Seis años después, en 2015, regresamos a Oporto y visitamos de nuevo este lugar, aunque esta vez la cosa había cambiado. Este mirador llamado Da Vitória, por estar junto a la iglesia del mismo nombre, estaba repleto de gente ya que en muchos blogs y webs se ha comenzado a hablar de él. Ha pasado del anonimato a convertirse en un lugar muy visitado, aunque su aspecto decadente y descuidado no haya cambiado. Se trata de un solar privado al que se le permite la entrada al turista para que pueda disfrutar de unas vistas excepcionales. Está al final de la rua de Sao Bento da Vitória y es nuestro mirador preferido de Oporto.
Torre de los Clérigos
Con sus 76 metros de altura, la Torre de los Clérigos es la atalaya más privilegiada de la ciudad de Oporto. Para llegar a la parte más alta hay que subir 240 escalones, aunque el esfuerzo merece la pena. Las imágenes de la ciudad desde los cuatro puntos cardinales son asombrosas, siempre que subamos en un día despejado y con ausencia de niebla. El acceso a la Torre de los Clérigos cuesta 3 euros y es un lugar que, desde nuestra primera visita a Oporto en 2009, ha experimentado un notable cambio al haberse renovado y mejorado con la vista puesta en el turismo.
Jardines del Palacio de Cristal
Aunque se encuentra un poco más alejado del casco histórico (a un cuarto de hora caminando desde la Torre de los Clérigos), el Palacio de Cristal o Pabellón Rosa Mota junto a los jardines que lo circundan es un lugar muy interesante que permiten contemplar unas bonitas panorámicas del Duero y de Vila Nova de Gaia. Aunque debería contar con un mayor cuidado, la zona ajardinada es una verdadera delicia para relajarse y caminar por ella. Las vistas tienen como protagonista el río y al constante tránsito de barcos y barcas que registra.
Puente Luis I
Caminar por los casi 400 metros del piso superior del puente Luis I es una experiencia que no puede faltar en la visita a Oporto. Teniendo precaución por el constante paso del metro que une la capital portuguesa con Vila Nova de Gaila, las vistas que se divisan desde este lugar son fantásticas. Desde la Ribeira hasta la zona alta dominada por la Sé, la panorámica es de auténtica postal. Al mismo tiempo, este paseo por el puente que diseñó Théophile Seyrig, discípulo de Eiffel, sirve para llegar hasta la parte alta de Vila Nova de Gaia.
Vila Nova de Gaia
Si queremos visitar las bodegas y restaurantes que se reparten junto al Duero por la avenida Diogo Leite de Vila Nova de Gaia, lo mejor es cruzar el río por el piso inferior del puente Luis I. Desde esta parte, también podremos captar algunas de las más bellas imágenes de Oporto, entre ellas la que aparecen los barcos típicos conocidos como rabelos, el río, el puente Luis I y la silueta de la ciudad. Se trata de la fotografía que aparece en un sinfín de postales y guías de Oporto y que sólo es posible lograrla desde Vila Nova de Gaia. Un mirador sin altura, pero de una belleza extraordinaria.
Bodega Graham´s
Aunque la visita a la bodega Graham’s no es apasionante ya que tiene un reducido tamaño (recomiendo mucho más el recorrido por Sandeman), el lugar en el que está enclavada permite obtener unas bonitas vistas de Oporto y Vila Nova de Gaia. Para llegar hasta ella hay que subir por algunas empinadas calles ya que está situada en la parte alta de Gaia. La sala dedicada a las catas posee unos amplios ventanales y una terraza desde donde es posible divisar una panorámica del Duero, Oporto, el Puente Luis I y el Monasterio de la Sierra del Pilar de Gaia.
Monasterio de la Sierra del Pilar
Cruzando el Duero por el piso superior del puente Luis I en dirección a Vila Nova de Gaia veremos a nuestra izquierda el Monasterio de la Sierra del Pilar, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Junto al templo hay un espectacular mirador desde el que se ve la totalidad de la ciudad de Oporto, el Duero y la parte alta del puente. Una atalaya que el turista no puede dejar de visitar si quiere captar algunas fotografías de excepción.