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Ruta del Cerezo en Flor. Tornavacas – Garganta de los Infiernos – Jerte – Tornavacas (Valle del Jerte. Cáceres). Dificultad: Baja. Distancia: 23 kilómetros (circular). Duración: 6 horas aproximadamente
El valle del Jerte cacereño es el lugar más popular de España para disfrutar de la floración de los cerezos. Un espectáculo natural único que entre los meses de marzo y abril tiñe de blanco una comarca que además brilla por sus cascadas, miradores y rutas de senderismo. La del Cerezo en Flor es una de las rutas más conocidas del Jerte que además permite adentrarse en la singular reserva de la Garganta de los Infiernos y sus célebres pilones
Cuando llega la primavera hay una cita que siempre marcamos en nuestro calendario: la floración del cerezo. Asistir en vivo y en directo a este espectáculo natural es la mejor forma de recibir a la estación más vitalista del año. Si hablamos de cerezos en flor la mente se va automáticamente al cacereño valle del Jerte. Es cierto que en otros puntos como Las Hurdes y nuestra Sierra de Francia también es posible contemplarlos. Pero en ningún sitio con la magnitud que proporciona el profundo valle que se empieza abrir entre las sierras de Gredos y Béjar y que llega hasta las puertas de Plasencia siguiendo el curso del río Jerte.
Como además esta comarca es un paraíso para los amantes del senderismo, siempre nos gusta aprovechar el momento de la floración para realizar una ruta. Dos de las más interesantes son la que une Navaconcejo con Piornal y la de las cascadas de Las Nogaledas. Pero en esta ocasión nos planteamos un reto más ambicioso con un itinerario largo (23 kilómetros) que, además de discurrir entre cerezos, se adentra en la reserva natural de la Garganta de los Infiernos y en sus populares pilones. Se trata de la ruta del Cerezo en Flor que parte desde la localidad de Tornavacas, la primera del valle si entramos por el puerto del mismo nombre desde la provincia de Ávila.
Como hacer la ruta del Cerezo en Flor desde Tornavacas
Para hacer la ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte hay que madrugar. Lo normal es emplear unas seis horas en completar todo el recorrido haciendo una parada para comer. Los que vivimos cerca del valle, como es nuestro caso, podemos acudir en el día. Pero lo ideal es pasar un fin de semana en la zona para realizar alguna otra ruta y visitar la espectacular cascada del Caozo. Para ello existen alojamientos muy interesantes en la zona como el hotel rural Aura del Jerte, la hospedería Valle del Jerte, el hotel los Arenales del Jerte y la Antigua Posada de Tornavacas, además de otros que puedes consultar en este enlace.
A pesar de su extensión, la ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte tiene una dificultad baja. Está bien señalizada, la mayor parte transcurre por sendero y pistas de tierra y cementadas y el desnivel acumulado es de 619 metros. Una opción para acortarla es empezarla en Jerte en lugar de en Tornavacas. De esta forma eliminamos el tramo lineal de la ruta y se quedaría en un total de 17 kilómetros. Aunque en este caso nos quedamos sin ver algunos de los campos de cerezos, se trata de una distancia más asequible.
De Tornavacas al inicio de la reserva natural de la Garganta de los Infiernos
La ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte parte junto a la depuradora de Tornavacas, al suroeste del casco urbano. Antes de cruzar el puente sobre el río Jerte hay un pequeño aparcamiento donde estacionar el vehículo y comenzar a caminar. Vemos la señalización de diferentes rutas, entre ellas la nuestra, balizada con los colores blanco y amarillo y con la nomenclatura PR-CC2. Este tramo es también común con la ruta de Carlos V a Jarandilla de la Vera.
Caminaremos por una pista asfaltada escuchando el rugir del río Jerte que avanza poderoso gracias al agua del deshielo de las cumbres de la Sierra de Béjar. A nuestra derecha ya comenzamos a ver los primeros campos de cerezos con el cementerio de Tornavacas al fondo.
Dejamos la pista asfaltada para tomar a la derecha un sendero empedrado en algunos tramos. Muy bello recorrido con la inseparable banda sonora del río Jerte y con una frondosa vegetación de robles por cuyos troncos trepa la hiedra al tratarse de una zona húmeda y de umbría. Los campos de cerezos siguen muy presentes y sus flores nos deleitan en un espectáculo natural singular. Su color blanco conjunta a la perfección con el de la nieve que puebla los techos de las sierras de Béjar y Candelario. En el momento en el que hicimos la ruta, algunos de los capullos no se habían abierto. Hay que recordar en las localidades con más altitud del valle del Jerte, como Tornavacas, la floración es más tardía que en las que están más abajo como Cabezuela del Valle, Navaconcejo o Valdastillas.
El sendero desemboca en una pista antes de cruzar el puente de San Martín, donde la garganta del mismo nombre desemboca en el río Jerte. Vemos la primera de las indicaciones de la reserva natural de la Garganta de los Infiernos e inmediatamente después el paisaje se transforma. Desaparecen los cerezales y la vegetación salvaje se adueña del paisaje gracias a los robles, el matorral bajo y las especies de ribera.
Comienza la subida hasta el collado de las Losas
Alcanzamos una intersección donde se inicia el tramo circular de la ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte. Seguiremos recto en dirección al puente Sacristán. Nos metemos de lleno en la reserva natural de la Garganta de los Infiernos para comenzar con una subida que nos llevará hasta el collado de las Losas.
El paisaje se vuelve más auténtico. Aunque pasaremos junto a algún campo de cerezos, los robles se hacen los dueños y señores con helechos en sus bases. Cruzamos con precaución un arroyo que suele desbordarse e invadir la pista mientras contemplamos algunos restos del incendio que calcinó parte de la reserva natural de la Garganta de los Infiernos en verano de 2020. Pronto contemplaremos a la derecha la silueta de la localidad de Jerte.
A la altura de un campo de cerezos, tomaremos la pista de la izquierda para adentrarnos en el frondoso Monte Reboldo. Aunque es primavera, la umbría de este enclave nos brinda un paisaje puramente otoñal con las hojas de los robles sirviendo de alfombra y con el mugo cubriendo las rocas graníticas. A partir de ahí arranca el tramo más duro de toda la ruta, una fuerte subida de un kilómetro por un sendero que se estrecha. Antes de coronar la cima, nuestra ruta se mezcla con la circular de la Garganta de los Infiernos. Solo faltarán unos metros para llegar hasta el collado de las Losas donde divisaremos al fondo la garganta y las cumbres que separan el valle del Jerte de la comarca de La Vera.
Descenso hasta el puente Sacristán
Desde el collado de las Losas emprenderemos el descenso por una cómoda pista cementada. A nuestra izquierda escuchamos el rugir de la Garganta de los Infiernos, con el agua avanzando poderosa entre las rocas graníticas. El caudal se ve enriquecido por las diferentes chorreras que se deslizan por las laderas de las montañas. En un momento dado hay que dejar la pista cementada y tomar una de tierra a la izquierda. Hay que prestar mucha atención a este punto porque sorprendentemente no existe ninguna señalización de este giro. Volvemos a ver nuevamente campos de cerezos que pueblan las laderas mientras poco a poco intuimos las marmitas de gigante características de la Garganta de los Infiernos y el bullicio habitual de un domingo en este particular enclave.
En una intersección tomamos la pista de la derecha para descender al pie de la garganta y cruzarla por el denominado puente Sacristán, ubicado junto al refugio del mismo nombre. En este lugar tenemos un bonito anticipo de lo que veremos más adelante en Los Pilones. El agua cristalina procedente del deshielo y de las lluvias transita indómita erosionando a su paso la roca.
A la vera de la Garganta de los Infiernos rumbo a Los Pilones
Nada más cruzar el puente Sacristán, a nuestra derecha sale un sendero deficientemente señalizado. Se trata de una vereda que nos llevará, siempre en paralelo al curso del agua, hasta el archiconocido paraje de Los Pilones. En este punto comenzaremos a ver a grupos de senderistas que realizan la ruta circular de la Garganta de los Infiernos. Pasamos junto a la fuente del Camino en un trazado muy cómodo y ameno.
A medida que nos acercamos a Los Pilones veremos a más senderistas y visitantes apostados en la roca granítica y contemplando desde diferentes puntos este espectáculo majestuoso. Incluso algunos de ellos taponan las escaleras que dan acceso al puente de madera desde donde se contemplan estas marmitas de gigante. Ollas naturales creadas por la erosión del agua en la roca granítica. Un lugar repleto de encanto que en verano congrega cada día a decenas de bañistas deseosos por zambullirse en sus aguas cristalinas.
El mejor lugar para obtener una instantánea más o menos tranquila de Los Pilones es, una vez pasado el puente, a la derecha. Cualquier movimiento por esta zona debe realizarse con la máxima de las precauciones ya que un resbalón puede resultar fatal.
Mirador del Chorrero de la Virgen y agradable caminata hasta Jerte
Una vez contemplados Los Pilones ponemos rumbo a la localidad de Jerte. Nos esperan algo más de cuatro kilómetros en los que seguiremos encontrándonos a numerosos senderistas y ciclistas. También a los 4×4 que realizan visitas guiadas a la Garganta de los Infiernos. Una opción también muy interesante para las personas que no deseen caminar demasiado y que se puede contratar a través de Civitatis.
Una de las chorreras de las que hablábamos antes y que surten de agua a la Garganta de los Infiernos es el chorrero de la Virgen. Existe un mirador junto a un merendero desde el que contemplar esta cascada. Posteriormente seguiremos bajando entre robles hasta un punto donde el sendero se bifurca. A la izquierda indica el centro de interpretación de la garganta. Nosotros seguiremos recto rumbo a Jerte.
La localidad de Jerte puede ser un buen lugar para hacer un alto en el camino. Comer en alguno de sus restaurantes o merendar en la amplia zona recreativa que hay junto al río. De aquí hasta el final nos quedarán seis kilómetros.
Regreso a Tornavacas entre cerezos en flor
Después del pasar junto al puente Largo de Jerte que salva el río del mismo nombre giraremos a la izquierda para comenzar a ascender por una pista cementada rodeada de campos de cerezos. En este punto podremos calmar la sed en las límpidas aguas de la fuente de los Linares para posteriormente tomar siempre la pista de la izquierda en las dos siguientes bifurcaciones en dirección al centro de reproducción de salmónidos.
Eso sí, en la tercera bifurcación cogeremos el sendero de la derecha dejando a la izquierda la pista que lleva a este centro. Este tramo es el menos lucido de todo el recorrido ya que los campos de cerezos desaparecen y transitamos por un bosque de robles un tanto desigual. En una subida muy cómoda y sostenida desembocaremos en el punto donde se cierra el círculo de la ruta. Toca deshacer los últimos tres kilómetros que realizamos al comienzo para regresar a Tornavacas, de nuevo entre cerezos y con el sonido del curso del río Jerte.
Saboreando un refrigerio en uno de los bares de Tornavacas ponemos el colofón a la ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte. La más larga que hemos realizado (23 kilómetros en total) pero muy asequible y agradecida por la variedad paisajística que nos ofrece.
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Hola….si solose quieren ver los cerezos en flor…se comenzaria la ruta al poco se admirarian y se podria dar la vuelta, no?
Hola Álex, para ver solo los cerezos en flor del Jerte, te aconsejamos que hagas los primeros kilómetros de la ruta partiendo desde Tornavacas y darte la vuelta antes de llegar a la reserva de la Garganta de los Infiernos. También en otros puntos del valle hay lugares para verlos desde la misma carretera. Saludos y disfruta.