Viajamos hasta los alrededores de la Sierra de la Malcata portuguesa, junto al río Coa, para descubrir Trutalcôa, un restaurante construido junto a un vivero que se ha convertido en uno de los mejores lugares para comer truchas en Portugal
Uno de los post más exitosos de este blog de viajes, gastronomía y senderismo es el que relata la placentera visita a la freguesia portuguesa de Foios para disfrutar del fantástico restaurante El Dorado y sus platos tradicionales. Julián, un amable lector que dejó un comentario en ese artículo, nos puso sobre la pista de otro restaurante ubicado junto una piscifactoría de truchas en el río Coa. Para seguir descubriendo los encantos de esta zona de Portugal fronteriza con Salamanca decidimos seguir su consejo y desplazarnos hasta allí.
Cómo llegar a Trutalcôa
Para llegar hay que viajar en dirección a la localidad salmantina de Navasfrías y, antes de entrar en este municipio, desviarse a la derecha por una carretera de reciente construcción que lleva hasta Aldeia do Bispo, ya en el país luso. Tras pasar por Foios y Vale do Espinho, y antes de llegar a Quadrazais, un cartel en la carretera nos indica a la izquierda la presencia de Trutalcôa, un restaurante y piscifactoría enclavadas en un paisaje espectacular a orillas del río Coa.
Un vivero de truchas en el río Coa
Cruzamos el río por un puente, llamado de Rojoes, para acceder a la finca en la que se encuentra este remanso de paz y naturaleza. Trutalcoa comenzó siendo un vivero de truchas aprovechando el paso de este importante río luso, rico en esta especie. Su dueño, Antoine Tavares, tuvo la brillante idea de construir al lado un restaurante para cocinar este exquisito pescado. Por si fuera poco, junto a la piscifactoría se encuentra una estupenda zona verde en la que hay un chiringuito para pasar la tarde si el tiempo acompaña. Pero esto no es todo. Trutalcôa te facilita los aperos de pesca para que sea el propio visitante el que capture alguna de las truchas y se las pueda llevar a casa frescas. Solo hay que pagar el precio de la pieza.
Como decía Julián en su comentario, un lugar fantástico para practicar de la pesca mientras se disfruta de una copa a la sombra de un árbol. Eso para los meses de verano, puesto que nosotros acudimos en un día lluvioso en el que no fue posible ni tan siquiera sentarse en el jardín y gozar de este fantástico paraje.
Los que no tengan ni idea del arte de la pesca, pueden también adquirir las truchas ya capturadas en la pequeña tienda que hay junto a la piscifactoría.
Variadas recetas para comer truchas en Portugal barato y en un entorno único
Pero vayamos al restaurante de Trutalcôa (Ponte De Rojões, carretera entre Quadrazais y Vale do Espinho). Se trata de un local totalmente nuevo, construido en el punto más elevado de la finca. De esta forma los comensales tienen unas estupendas vistas de la zona. Cuenta con una variada carta con carnes y pescados y todo ello con precios bastante ajustados, en la línea de otros establecimientos hosteleros de esta zona de Portugal. El comedor es amplio. En nuestro caso no reservamos, aunque si se acude en un domingo o festivo no está de más hacerlo por si acaso.
Los platos tienen un tamaño generoso. Con uno por persona, más un entrante, se puede configurar una buena comida. Para comenzar nosotros nos decantamos por una crema de verduras, que en un día frío ayuda a entrar en calor. Muy bien preparada. También existe la posibilidad de tomar unas truchas fritas como aperitivo para comenzar a probar la verdadera especialidad del restaurante.
En la carta de pescados, por supuesto brillan con luz propia las truchas. Las preparan asadas con patatas cocidas, fritas con arroz y tomate, al vapor, y al horno con patatas, pimientos y champiñones. Nosotros nos decantamos por esta opción, y el acierto fue pleno. Dos hermosas truchas con una guarnición abundante de auténtico escándalo. De hecho, en la imagen no se aprecian las truchas por la cama de verdura que las acompaña. Pero estar, están.
Como no podía ser menos en Portugal, el bacalao también ocupa un lugar destacado en la carta de Trutalcôa. Lo preparan a brás, al horno con patatas pequeñas y al horno con bechamel. Este último fue el que elegimos. Nos recordó al bacalao con nata que nos ponen cada año en Aveiro, porque también tenía algo de patata y cebolla. Exquisito.
Los precios de los platos de truchas y bacalao oscilan entre los siete y ocho euros.
En cuanto a las carnes, en Trutalcôa se puede degustar cabrito (una de las especialidades de esta zona de Portugal), ternera, cordero y cerdo. También los precios rondan los 7 y 9 euros, salvo el cabrito que se sube a 15 euros.
Tienen también una carta de postres caseros a precios ajustados donde es posible poner el colofón a la comida de una forma muy dulce.
Sin duda fue una experiencia agradable, a pesar del día tan desapacible que vivimos. Este lugar en verano, pudiendo comer en la terraza y descansar posteriormente junto al río, configura un plan que merece mucho la pena.
💰 Precio por persona: 12-14 euros aproximadamente
Como ya recordé en el post sobre Foios y su estupendo restaurante El Dorado, en esta zona fronteriza entre Portugal y España se encuentra la Sierra de la Malcata, reserva natural conocida por ser uno de los hábitats ideales para el lince de toda la Península Ibérica. Por este motivo, es un lugar perfecto para hacer alguna de las pequeñas rutas que hay en la reserva y conocer un poco más este rincón del maravilloso país luso, que es desconocido para muchos, pero que guarda muchas sorpresas, no solo naturales, también gastronómicas. El Restaurante El Dorado de Foios es una de ellas y Trutalcôa, a orillas del río Coa, es otra.