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Ser popular no quiere decir ser el mejor. Los cantantes o actores más populares no tienen porqué ser los intérpretes con más calidad y verdad. Lo mismo sucede con los destinos turísticos. Nadie puede poner en duda la belleza de la vertiente asturiana de los Picos de Europa y de los parques naturales de Somiedo y Redes. Pero, ¿acaso Omaña, Babia y Luna en León no están a la par? Cierto es que la popularidad también se trabaja y por eso nosotros vamos a poner nuestro granito de arena para dar a conocer uno de los enclaves naturales más sorprendentes que hemos conocido en España. Omaña, esa comarca de leyendas e inmensas praderas ligadas al curso de uno de los ríos trucheros por excelencia, tiene todo lo que el viajero necesita. Sosiego, paisajes irreales, buena gastronomía y un trato cercano. Un fin de semana es insuficiente para desgranar todos sus encantos, pero suficiente para enamorarse de una tierra inmensamente verde donde el tiempo parece detenido. En esta guía repasamos algunos planes que hacer en Omaña desde un alojamiento con mucho encanto.
Cómo llegar a Omaña
Una de las ventajas de la comarca leonesa de Omaña es su cercanía a la autopista AP-66. Tomando la salida de La Magdalena y La Robla nos metemos de lleno en el valle de Omaña gracias a la carretera LE-493, que discurre por sus principales municipios: Soto y Amío, Riello, Pandorado, Murias de Paredes…
Los que quieran evitar el carísimo peaje de la AP-66 pueden tomar en León la carretera CL-623 que asciende por un bello paisaje y sin excesivo tráfico hasta la comarca de Omaña.
¿Dónde alojarse en Omaña?
Si viajar a Omaña ya supone una huida del mundanal ruido y de cualquier síntoma de estrés, esa sensación se acrecienta si nos alojamos en un pequeño pueblo donde sus habitantes se cuentan literalmente con los dedos de una mano. Hablamos de La Omañuela, una bonita localidad en la ribera del río Omaña a la que se desciende por una empinada, pero corta carretera de montaña, desde Pandorado. Dos kilómetros que nos ponen de un plumazo en un frondoso valle donde las agujas del reloj avanzan a su ritmo. Sin prisas. En La Omañuela se encuentra la Casa Rural Aguas Frías, un cuidado alojamiento compuesto por dos casas rurales con capacidad para dos personas cada una y una vivienda de uso turístico con capacidad para cuatro. Aguas Frías es el sueño hecho realidad de Jesús y Mila, sus propietarios. Una pareja fantástica que transmite a sus huéspedes la pasión y el cariño que tienen por esta tierra. Mila nos contó que ambos trabajaban en León, pero un día acudieron a La Omañuela a hacer una ruta. Ese día se enamoraron de este lugar y decidieron poner la primera piedra de un proyecto maravilloso.
Nosotros nos alojamos en una de las casas rurales, y la experiencia fue inmejorable. Cuenta con un amplio salón con chimenea y cocina incorporada. El dormitorio está equipado con un jacuzzi y toda la casa cuenta con un sistema de cromoterapia para jugar con los colores y así propiciar momentos más íntimos y relajantes. Por si fuera poco, Jesús y Mila nos surtieron de una cesta con productos para preparar el desayuno y nos facilitaron toda la información necesaria de la zona para aprovechar al máximo el fin de semana.
Teniendo en cuenta que fue nuestra primera escapada tras el confinamiento por la crisis del coronavirus, la experiencia no pudo ser más relajante y renovadora. Mila y Jesús se han afanado además en aplicar todos los protocolos de limpieza y desinfección para eliminar el riesgo de contagio de la COVID-19.
Por si fuera poco, la casa rural Aguas Frías cuenta con una pequeña parcela en la ribera del río Omaña. Jesús y Mila dan acceso a sus huéspedes para que puedan tomar una copa de vino de forma relajada, se endulcen con los frutos de su frondoso frambueso o incluso hagan una barbacoa.
Qué hacer en Omaña y su entorno. 8 planes imprescindibles
Una visita a Omaña no solo permite descubrir esta comarca, sino también sus vecinas que conforman uno de los espacios naturales más desconocidos y fascinantes de España. Basta con señalar que casi en un palmo se concentran hasta cuatro reservas de la biosfera (Valle de Laciana, Babia, Omaña y Luna, Alto Bernesga y Los Argüellos). En estos enclaves nos esperan maravillas como las cuevas de Valporquero, las hoces de Vegacervera, el desfiladero de Los Calderones, el Camino Olvidado de Santiago… Además, es posible hacer turismo más urbanita en las ciudades de León y Astorga.
Adentrarnos en el Camino Olvidado de Santiago
El furor por el Camino de Santiago ha hecho que en los últimos años se hayan recuperado itinerarios que habían permanecido olvidados a la sombra de los más populares y transitados. Uno de ellos es precisamente el Camino Olvidado o Camino Viejo. A pesar de haber permanecido en un segundo plano, es una de las primeras rutas documentadas para alcanzar al Compostela. Conecta Bilbao con Villafranca del Bierzo a lo largo de 637 kilómetros. La etapa 15, que une las localidades leonesas de Pandorado y Fasgar, nos regala su tramo más interesante precisamente desde La Omañuela. El sendero se adentra en un frondoso bosque de ribera sin dejar de escuchar el sonido del río Omaña. Un río que, al no estar regulado por ninguna presa en su cabecera, desciende indómito y sublime.
Desde La Omañuela caminamos hasta la localidad de El Castillo, que recibe su nombre por acoger el Castillo de Benal que se asienta sobre un altozano que ocupó un antiguo castro romano. Este tramo nos propone un agradable paseo de 8 kilómetros ida y vuelta ideal para realizar a primera hora de la mañana o al atardecer. El sol se va adentrando tímido entre el bosque de ribera dejando destellos casi irreales que pondrán su granito de arena para enamorarnos un poco más de Omaña.
Senderismo en la ruta de Las Fuentes del Omaña
Del interminable abanico de rutas de senderismo que hacer en Omaña nos teníamos que quedar con una porque nuestro tiempo era limitado. Elegimos las Fuentes del Omaña y dimos en el clavo. Es una ruta larga, de algo más de 18 kilómetros, con un desnivel acumulado de 570 metros, pero muy agradecida, variada y singular. Parte de Murias de Paredes, uno de los pueblos con más encanto de la comarca, y se adentra en una sucesión de valles y montañas por los que se deslizan diferentes arroyos que surten al río Omaña.
El itinerario pasa en primer lugar por el pueblo de Montrondo para comenzar una incesante subida hasta uno de los abedulares más ricos de toda España. El abedular de Montrondo se extiende por las laderas de los montes que abrigan a esta localidad. Es además el refugio de una variada avifauna donde destaca el urogallo. La ruta alcanza las proximidades del nacimiento del río Omaña en un valle glaciar totalmente virgen y donde solo estuvimos acompañados por las vacas que pastan felices. Tras llegar al puerto de La Magdalena a 1.434 metros de altitud, el sendero regresa de nuevo a Murias de Paredes.
Adentrarse en el desfiladero de Los Calderones
De Omaña a Luna. Ambas comarcas forman parte de la misma reserva de la biosfera y se complementan a la perfección con parajes naturales totalmente inesperados como el desfiladero de Los Calderones. Este Punto de Interés Geológico es una estrecha garganta que se formó gracias a la fuerza erosiva del arroyo de Los Calderones. La roca caliza se fue moldeando al gusto del agua regalándonos una sucesión de cuevas, oquedades, simas y figuras naturales arrebatadoras. Esa agua del arroyo sigue transitando por el desfilader,o pero de forma subterránea. Eso sí, en la época lluviosa vuelve a aflorar y hace totalmente imposible realizar este pequeña ruta. Por lo tanto, los meses de verano y el inicio del otoño es la época ideal para adentrarse en esta joya natural de la provincia leonesa.
Si limitamos la ruta al paso por la garganta haremos un recorrido de 6,5 kilómetros ida y vuelta desde la localidad de Piedrasecha.
Los que quieran prolongarla pueden continuar por la vega que se abre al final del desfiladero. Se trata del paraje de Santas Martas, que propone un itinerario circular no señalizado que va ganando altura para contemplar unas vistas espectaculares de la zona.
De regreso a Piedrasecha, podemos subir hasta la cueva de la Virgen del Manadero, lugar de culto que acoge cada último domingo de julio una gran romería.
Recorrer el patrimonio de los valles de Omaña y Luna
Entre ruta y ruta también hay que dejar espacio para el patrimonio. En cada pueblo de los valles de Omaña y Luna nos encontraremos con ejemplos de arquitectura tradicional que tienen un denominador común: la optimización del espacio. Casas donde en la planta baja se guardaba el ganado y en el primer piso residía la familia. En esta planta se abrían balconadas de madera. Los residentes tenían el calor del ganado por abajo y el de la cubierta de paja de centeno por arriba. Todo ello rematado con tejados a dos aguas con mucha pendiente para sobrellevar las copiosas nevadas.
Además de las viviendas tradicionales, en Omaña y Luna tenemos un puñado de bellas iglesias que merecen una parada. Una de ellas es la de Pandorado, del siglo XVII y cuya construcción se basa en una leyenda muy común en otras muchas ermitas españolas. Dicen que un pastor de La Omañuela encontró la imagen de una Virgen en este lugar y la llevó a la iglesia de su pueblo. Sin embargo, la talla siempre volvió a su lugar original, por lo que decidieron levantar una ermita que más tarde se convirtió en el santuario actual. Una de las fiestas más relevantes que acoge este templo es el desfile de los pendones cada 15 de agosto.
Destaca también la iglesia de San Juan Bautista de Murias de Paredes con un colorido retablo recientemente restaurado que acoge la talla de una Virgen del románico tardío. También nos dio tiempo a desplazarnos hasta Valdesamario donde se ubica la conocida como ‘catedral’ de Omaña. El santuario de La Garandilla es un templo dedicado a Nuestra Señora de las Angustias que destaca por su imponente torre. Cada 8 de septiembre congrega a los vecinos de toda la comarca para celebrar la festividad de la Virgen, cuya imagen primigenia de estilo románico no está en el templo sino en el Museo Diocesano de León.
Extasiarse ante las hoces de Vegacervera
Los que prolonguen su visita a Omaña algo más que un fin de semana tienen dos visitas imprescindibles en la zona del río Torío enclavadas en la reserva de la biosfera de Los Argüellos. En primer lugar hablamos de las hoces de Vegacervera. Un angosto valle de paredes verticales donde el río Torío ha ido moldeando la roca caliza generando una serie de formaciones rocosas de lo más interesantes como torcas, sumideros, marmitas de gigante… Un paisaje que nos recuerda al del desfiladero de los Calderones pero con mayor extensión.
Aunque existen varias rutas en el entorno de las hoces de Vegacervera, la mejor forma de contemplarlas es circulando por la carretera LE-315 que asciende desde la localidad de Vegacervera hasta Felmín y de ahí hasta nuestra próxima parada, las cuevas de Valporquero.
Durante esta visita tenemos dos citas gastronómicas ineludibles. Una es comer la exquisita cecina de chivo en el restaurante Las Rocas de Vegacervera. Y otra, acudir a la lechería tradicional de la localidad de Coladilla donde elaboran, además de quesos, unos yogures naturales apreciados en toda España.
Descender a las cuevas de Valporquero
El paisaje angosto de las hoces de Vegacervera nos conduce hasta otro de los atractivos más destacados de la provincia de León, las cuevas de Valporquero. Nosotros las visitamos durante otro viaje a tierras leonesas, pero las incluimos en este post ya que es otro de los planes que hacer desde Omaña.
Situadas a poco más de 1.300 metros de altitud bajo el pueblo que le da nombre, las cuevas de Valporquero son una sucesión de galerías, seis de las cuales son visitables. Existen diferentes recorridos disponibles. El normal (6 euros adultos) tiene una duración aproximadas de 60 minutos y hay pases cada media hora de 10:00 a 17:00 horas. El largo (8,50 euros adultos) cuenta con dos pases diarios (12:00 y 16:00 horas) y la visita se prolonga durante hora y media más o menos. Por último, se encuentra la opción del Valporquero Insólito (18 euros adultos), una visita de dos horas para grupos reducidos que se realiza la primera parte a oscuras y el regreso, con las salas iluminadas.
Es bueno llevar ropa de abrigo ya que la temperatura de la cueva es de 7 grados durante todo el año con un grado de humedad que llega al 99 por ciento. En Valporquero también se realizan actividades de barranquismo puesto que la cueva cuenta en su interior con un curso de aguas activo.
Embobarse con el Faedo de Ciñera
A 42 minutos en coche de La Omañuela y a media hora de las cuevas de Valporquero se encuentra un lugar de ensueño repleto de leyendas y misterios. El faedo (hayedo en asturiano y leonés) de Ciñera es un pequeño paraíso natural que se abre en uno de los enclaves mineros por excelencia de la provincia de León. En un lugar donde el carbón tiñó muchas cosas de negro, incluido el atuendo de aquellas mujeres que perdieron a sus maridos e hijos en la mina, el contraste perfecto lo pone este frondoso hayedo que demuestra la riqueza natural de la cuenca del Bernesga.
La ruta al faedo parte desde el casco urbano de Ciñera y es un itinerario sencillo que se puede realizar en familia. Tiene 5,7 kilómetros (ida y vuelta), aunque se puede hacer una versión circular de 8,2 kilómetros como explican en este post nuestros compañeros y paisanos de Mi Familia Viajera.
Darse un chapuzón o disfrutar de la pesca en el embalse de Selga de Ordás
Acabamos ese itinerario volviendo de nuevo a la comarca de Luna para pasarnos por el embalse de Selga de Ordás. Tiene un cómodo acceso desde la carretera LE-420 y cuenta con un amplio aparcamiento, un pequeño centro de interpretación de la fauna de la zona y un muelle que utilizan los pescadores, pero también los bañistas que llegan allí durante los meses de verano. Las aguas del embalse son el hogar de ocho especies diferentes de peces entre los que sobresalen la trucha, el bordallo y el barbo.
Comer en Omaña
La gastronomía ocupa un papel capital en un recorrido por todo lo que hacer en Omaña y en las comarcas limítrofes. Durante nuestro viaje tuvimos oportunidad de comer en uno de los restaurantes con más solera para los omañenses. Se trata del mesón Resthy, en Pandorado. Está situado al pie de la carretera y regentado por un agradable matrimonio que apuesta por una cocina tradicional a precios muy razonables. Trabajan especialmente bien y con mucho gusto la casquería y la carne de caza. Nosotros nos decantamos de primero por unos garbanzos con callos (6,50 €) y unos entremeses de cecina, jamón, lomo y chorizo (9 €); y de segundo por un filete de ternera (9 €) y un filete de venado (11 €). Tienen además otros platos como rabo de ternera, chuleta de jabalí o bacalao a la riojana. También se puede comer a base de raciones (callos, mollejas, croquetas de jamón, gambas al ajillo…) que incluso se pueden encargar para llevar y comerlas tranquilamente en la casa rural Aguas Frías.
Otra opción para comer en Omaña es desplazarse hasta la localidad de Riello. Pegados el uno al otro junto a la oficina de España-Duero se encuentran lo restaurantes Villamor y El Rincón de Manolo. El primero cuenta con un coqueto patio donde degustar plácidamente algunas raciones como albóndigas caseras y jamón asado. Son platos más elaborados y un poco más caros que los de El Rincón de Manolo, donde también quedamos satisfechos con unas exquisitas raciones de croquetas, rabas y picadillo.
La ‘fiesta’ del chivo en Vegacervera
Además del título de una de las obras de Mario Vargas Llosa que narra los últimos días del dictador dominicano Trujillo, la ‘Fiesta del chivo’ (concretamente la Fiesta de la Cecina del Chivo) es un motivo más para viajar hasta Vegacervera. Hablar de esta localidad es hacerlo de sus hoces y de las cuevas de Valporquero, pero también del chivo. De la carne del macho de la cabra se elabora la cecina entrecallada que es diferente de la cecina de vaca. En este caso la carne se deja en remojo y se cuece junto a la longaniza para posteriormente servirse en su jugo tierna y deliciosa. Los que no puedan acudir a la fiesta, pueden hacer parada igualmente en el restaurante Las Rocas de Vegacervera. En él, además de la cecina de chivo, podemos meternos entre pecho y espalda unos judiones de La Bañeza con todos sus ‘sacramentos’ (como los bautizan en las Jornadas de la Matanza de El Burgo de Osma). Es decir, con chorizo, morcilla y panceta. En el restaurante Las Rocas elaboran muy bien el bacalao al ajoarriero y las truchas fritas.
Hablando de truchas. Aunque nos lo catamos, no podemos cerrar este post de Omaña sin mencionar que el plato más popular en la comarca es la sopa de truchas. Los probaremos en una próxima ocasión que seguro que la habrá.
Es una pena que con el trabajo que cuesta hacer una entrada como ésta y lo bien que pintaba, hayas metido la pata hasta el fondo incluyendo a Vegacervera en Omaña 😱😱 Esta población pertenece a la comarca de la Montaña Central y está separada de Omaña por la de Luna. Para la próxima ruta te aconsejo que te informes mejor. Saludos
Muchas gracias por tus palabras, pero como bien recalcamos en el post se trata de una guía de Omañana y «su entorno». Sabemos perfectamente que Vegacervera no está en Omaña, como tampoco lo está el desfiladero de Los Calderones. Sentimos si no queda aclarado suficientemente, pero a nuestro juicio sí diferenciamos entre lo que se puede ver en la comarca de Omaña, y lo que está fuera de ella. Omaña es el centro de operaciones de la visita y desde ahí aconsejamos desplazarse a otras comarcas y lugares que están en su entorno. Te invitamos a que leas de nuevo el post al completo y si ves que queda aclarado, no tenemos problema en remarcarlo mejor. Pero no es problema de no estar informados, te lo aseguramos. Sabemos qué está en cada sitio. Saludos.