A sólo 8 kilómetros de Oporto se encuentra la playa de Matosinhos, la que es para muchos el arenal “oficial” de la ciudad lusa. Una amplia playa para disfrutar del frío Atlántico y una ciudad repleta de restaurantes en los que degustar el mejor pescado fresco
Oporto es una de las ciudades con más magnetismo de Europa. Es un placer detenerse ante la solemne avenida dos Aliados e ir descendiendo rumbo a la Ribeira contemplando a su paso la bellísima Estación de Sao Bento y la sobria Sé (Catedral). Tomarse un café en una de las terrazas que miran al Douro, con la hermosa vista del puente Luis I de fondo, es uno de esos caprichos a los que el viajero no se puede resistir. Ni tampoco cruzar el río hasta Vila Nova de Gaia y visitar una de las bodegas del mundialmente conocido vino de Oporto, no sin antes degustar alguno de los bacalaos que tan magistralmente preparan por estos lares. Pero a esta lista de atractivos de Oporto le falta uno y muy importante: la playa. No hay que preocuparse. La capital lusa está muy bien donde está. Mirando hacia ese Duero enérgico, pero moribundo al mismo tiempo, que en el cercano enclave de Foz do Douro vierte sus aguas en el inmenso Océano Atlántico. Pero la playa que muchos visitantes reclaman, especialmente en los meses de verano, está y además de una gran calidad. Sólo hay que desplazarse a unos ocho kilómetros para recalar en Matosinhos, la popularmente conocida como playa de Oporto.
¿Cómo llegar a la playa de Matosinhos desde Oporto?
Dentro, por ejemplo, de una escapada de un fin de semana en Oporto (consulta las ofertas de alojamientos en la ciudad del Douro), la visita a Matosinhos resulta muy placentera para gozar de un agradable paseo por la arena, de un baño si el tiempo lo permite, y también de los excelentes restaurantes que sirven el mejor pescado fresco de la zona. Para llegar a Matosinhos en coche, tan sólo hay que bajar por la interminable avenida da Boavista que parte desde la Casa da Musica y desemboca enfrente de la costa, en la plaza de Gonçalves Zarco. Los que prefieran desplazarse en transporte público pueden usar las líneas 501 y 502 del autobús que salen desde el centro de Oporto o la línea azul o A de Metro y bajarse en la parada de Matosinhos Sul o Brito Capelo. Como ven las opciones son variadas y cómodas para que nadie que visite la ciudad lusa se quede sin pasar una agradable tarde de playa.
Qué ver en la playa de Matosinhos
En nuestro caso nos desplazamos a Matosinhos durante nuestro viaje a Oporto en dos días. Antes vistamos la zona de Foz do Douro, que es donde el Duero desemboca en el Atlántico. Un enclave ajardinado pegado a la costa y con dos faros en el que merece la pena detenerse unos minutos. Si seguimos en paralelo al Atlántico llegamos Matosinhos donde nos recibe en una glorieta la escultura de la artista norteamericana Janet Echelman. Su nombre es “She changes”, aunque se conoce popularmente como “Anémona gigante”. Se trata de una gran red de pesca de 50 metros de altura que pretende ser un homenaje a la comunidad de pescadores de Matosinhos. La obra, que se inauguró en 2004, no ha estado exenta de polémica aunque en la actualidad sea un símbolo de Matosinhos. Y es que el rápido deterioro de la “Anémona gigante” provocó una gran indignación al concluir que los materiales utilizados no habían sido los adecuados.
Junto a esta obra comienza la playa de Matosinhos, un arenal de unos 800 metros de longitud, protegido por el dique del contiguo puerto de Leixoes. Es una playa de arena fina y aguas frías. A pesar del abrigo que le otorga el mencionado dique, Matosinhos suele registrar un oleaje moderado que permite la práctica de deportes como el surf. En pleno verano suele registrar una ocupación elevada, aunque hay que tener en cuenta que es una playa con espacio suficiente para tomar el sol sin apreturas. A lo largo del arenal podemos encontrar varios chiringuitos con terraza para disfrutar de un refresco con las mejores vistas.
Pero Matosinhos no es sólo la playa. Esta ciudad perteneciente al distrito de Oporto cuenta con un buen puñado de restaurantes muy interesantes en las calles paralelas al litoral. Muchos de ellos sacan sus parrillas a la calle para cocinar pescados frescos a la brasa con un resultado excelente. En el post dedicado a comer en Oporto explicamos con detalle cuál fue nuestra elección a la hora de probar las especialidades típicas de este rincón de la costa portuguesa.
Otro de los atractivos de Matosinhos es su coqueto Jardín do Senhor do Padrao, situado junto a la playa, la oficina de turismo y al sobrecogedor conjunto escultórico “Tragedia do mar”. Son cinco figuras de mujeres, una de ellas con un niño en brazos, llorando desconsoladas, que recuerdan al naufragio que tuvo lugar en 1947 en estas costas y que se cobró la vida de 152 pescadores que iban a bordo de cuatro barcos de arrastre. Se trata de la mayor tragedia registrada en las costas portuguesas, que conmocionó a todo el país y que sigue en la memoria de la población lusa. Los 152 pescadores dejaron 79 viudas y más de 100 huérfanos. Por ello el artista José Joao Brito quiso realizar este homenaje en forma de escultura que llama la atención de todos los visitantes que caminan por el amplio paseo marítimo de Matosinhos.
Los que quieran también conocer un gran mercado de pescado por dentro pueden acercarse al que tiene Matosinhos junto a la estación de Metro del mismo nombre. Una imponente instalación donde se comercializa el pescado fresco que llega cada día a este puerto.
Sin duda Matosinhos es un lugar muy interesante de visitar en cualquier época del año, y mucho más en verano para darse un baño en lo que es y será la playa de Oporto.