La Salvé, la playa de Laredo, es una de las más extensas del litoral cantábrico con sus más de cuatro kilómetros de longitud. Un arenal ideal para pasear con las estupendas vistas de la bahía de Santoña
Una de las actividades físicas más saludables que se pueden hacer es la de pasear por la playa. La sensación de caminar descalzo por la arena sintiendo la brisa del mar, relaja a todo hijo de vecino y hace olvidar cualquier síntoma de estrés. Un excelente arenal para andar y andar con la siempre bella estampa que ofrece el litoral cantábrico es la playa de Laredo, llamada La Salvé. Esta playa es una de las más extensas de toda la costa norte española y también una de las más populares. No obstante, la ciudad de Laredo es un epicentro turístico de la región de Cantabria y por lo tanto la playa de La Salvé cuenta con una ocupación elevada en los meses estivales.
La Salvé, la playa de Laredo para gozar paseando por la arena
Nuestro primer contacto con la playa de Laredo fue en el mes de agosto de 2015 y, aunque se trató de un fin de semana un tanto desapacible, la posibilidad de caminar por la orilla hace que La Salvé no pierda encanto. De hecho, algunas de las imágenes más bellas que tomamos de este arenal fueron el día de nuestra llegada, con un cielo totalmente nublado que amenazaba lluvia, pero que daba un colorido diferente a esta playa de Laredo. Una estampa más bucólica y casi otoñal que también tiene su atractivo.
La playa de Laredo es un arenal urbano al que se accede desde el paseo marítimo de la localidad sin ningún tipo de problemas. Es posible dejar el coche en las calles paralelas y perpendiculares aunque, en los meses de verano, siempre hay más escasez de plazas libres. Un buen lugar para estacionar el vehículo donde suele haber plazas es la intersección de las avenidas de Francia y Cantabria, justo enfrente de la plaza de Carlos V. Allí hay una calle sin salida que cuenta con varios aparcamientos en batería y que tiene un acceso directo a la playa.
Además de tener una longitud de algo más de cuatro kilómetros, La Salvé posee una anchura de unos 120 metros. Espacio más que suficiente para colocarse a tomar el son sin demasiadas apreturas a pesar de su elevada ocupación. La playa de Laredo posee todo tipo de servicios: duchas, alquiler de sombrillas y hamacas, aseos, bares cercanos, escuela de surf, etc. Todo ello le ha hecho acreedora en alguna ocasión de la bandera azul. Al tratarse de un arenal bastante abierto, el viento sopla con más fuerza y el oleaje que presenta suele ser moderado.
Además de la extensión de la playa de Laredo, otro de sus atractivos es el bello escenario que la rodea. La Salvé se localiza en la espectacular bahía de Santoña, cuyas mejores vistas se obtienen desde el Pico Candiano, lugar al que también subimos durante nuestra estancia en tierras cántabras. El arenal en sí se extiende entre el puerto de Laredo y una zona conocida como El Puntal, lugar exacto donde la ría de Treto (desembocadura del río Asón) vierte sus aguas al Cantábrico. Esta zona de la desembocadura forma otra playa llamada Regatón, un arenal de casi 3 kilómetros con un carácter virgen del que obviamente carece La Salvé. Precisamente la expansión urbanística ha sido demasiado agresiva con la playa de Laredo, ya que este fenómeno acabó con uno de los sistemas dunares más importantes de la costa cantábrica. La zona de El Puntal conserva esas dunas que nos trasladan a un espacio natural privilegiado. Por lo tanto un paseo muy interesante y saludable es recorrer de una punta a otra la playa de Laredo. Más de ocho kilómetros de caminata por la arena que activan a cualquiera.
Desde El Puntal además se visualiza perfectamente la zona del paseo Pereda de Santoña. Es más, parece que incluso se puede tocar con las manos. No obstante, son unos pocos metros los que separan el casco urbano de la localidad cántabra de esta zona de la playa de Laredo. De hecho algunas lanchas están cruzando continuamente de un lado a otro. Sin embargo, si quisiéramos hacer ese mismo trayecto en coche, tendríamos que hacer un rodeo por la A-8 y las Marismas de Santoña que nos llevaría algo más de veinte minutos (17,4 kilómetros). Paradojas que tiene la orografía del terreno.
Justo enfrente de la playa de Laredo tenemos unas excepcionales vistas del Monte Buciero, un espectacular acantilado verde que es uno de los símbolos de Santoña y por donde además es posible hacer algunas interesantes rutas de senderismo como la del faro del Caballo. Además, desde el puerto de Laredo parten en la época estival los barcos que realizan una excursión entre esta localidad cántabra y Santoña bordeando el Monte Buciero y mostrando los encantos de este enclave de la costa norte española.
Justo por detrás del puerto laredano vemos una pequeña montaña verde, con cierto parecido al Buciero, y a la que se conoce como La Atalaya. Para sorpresa de propios y extraños se trata nada más y nada menos que de un volcán. Concretamente es un cono de cenizas que perteneció a los Pirineos pero que, con la separación de los continentes, acabó en esta zona de la costa cantábrica. Actualmente es un espacio natural protegido que posee varios miradores para obtener las mejores panorámicas de la playa de Laredo.
Durante nuestro viaje a Laredo, también realizamos la breve ruta de senderismo de la subida a la Bien Aparecida y acudimos hasta el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, además de visitar la propia ciudad de Santoña y proveernos de sus típicas e inigualables anchoas.
La playa de La Salvé es una de esas maravillas que nos deja la infinita comunidad de Cantabria. Una región para mezclar azul y verde con tan sólo dar unos pasos y recargar las pilas con una escapada de lo más satisfactoria.