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Viajamos a una de las islas más idílicas del Mediterráneo para hacer un recorrido por las diez mejores playas de Formentera, unos enclaves de ensueño que parecen piscinas de agua salada
Si el paraíso terrenal que describe la Biblia tuviera un homólogo en actualidad ese sería la isla de Formentera. Por algo se la conoce como el último paraíso del Mediterráneo y lo cierto es que este apelativo no se le queda para nada largo. Es uno de esos lugares en los que parece detenerse el tiempo para que el ser humano conozca del verdadero significado de la palabra relax. Aguas cristalinas, playas de arena fina, puestas de sol de ensueño y un estado de paz absoluto. Visitar Formentera es tener la sensación de estar flotando en un pedazo de tierra repleto de sorpresas a pesar de su reducido tamaño (83,24 kilómetros cuadrados). Un ejemplo más de que no hace falta desplazarse hasta la otra punta del mundo para sentirse como en una inmensa piscina de agua salada. Un lugar que invita a volver para regresar a la rutina con las pilas recargadas.
Las diez mejores playas de Formentera, la viva imagen del paraíso
Las playas de Formentera son el principal atractivo de una isla que se recorre muy fácilmente (aunque tammbién hay otras cosas que ver en Formentera). Ya sea en bicicleta, en moto o un vehículo de reducidas dimensiones, es sencillo adentrarse en algunos de sus rincones con más encanto. Precisamente una de las grandezas de este paraíso del Mediterráneo es que la variedad de lugares que ofrece para sumergirse en las aguas de este mar. Podemos encontrar desde largas playas de arena fina, a pequeñas calas similares a las que hay en Menorca o Ibiza, pasando por acantilados en los que se han formado una especie de piscinas naturales. Cada playa tiene su personalidad y su característica única que le hace especial. Y no en todas vamos a encontrarnos una excesiva cantidad de bañistas aunque visitemos Formentera en temporada alta. Otra de las grandezas de la isla es que siempre hay espacio para la intimidad, por lo que es uno de los lugares preferidos para la práctica del nudismo.
Vamos a hacer un recorrido por las mejores playas de Formentera en las que descubrir que el agua puede ser más transparente que el propio cristal y que la arena se puede transformarse en un polvo finísimo.
Playa de S’Alga (Isla de Espalmador)
Todo aquel que viaje a Formentera no puede quedarse sin visitar la cercana isla de Espalmador, situada en su extremo norte. Se puede llegar en una embarcación privada o en el barco Bahía, que tiene tres salidas por la mañana hasta la isla y regresa a Formentera en otros tres turnos por la tarde. Sale del puerto de La Savina y hace una parada en Ses Illetes. Una buena forma de pasar todo el día en un lugar con un encanto especial.
Debido a su cercanía con Ses Illetes, algunos pueden pensar que la pueden alcanzar a nado. De hecho en días de marea baja el agua no cubre más de un metro en el trayecto entre Formentera y Espalmador, pero es algo totalmente desaconsejable aunque a simple vista pueda parecer fácil. Se trata de una zona de fuertes corrientes que, aunque sea haga pie, pueden arrastrarnos sin contemplaciones. De hecho varias personas han fallecido intentando hacer este recorrido.
A pesar de su reducidísimo tamaño, la isla de Espalmador cuenta con una inmensa playa de arena blanca y aguas cristalinas, la de S’Alga. Eso permite que en ningún momento esté masificada. Es posible estar tranquilamente tomando el sol en su arena sin que haya otra sombrilla a varios metros a la redonda. Lo ideal para buscar esa calma es intentar avanzar lo máximo posible hasta casi el final de la playa. Precisamente en este punto sale un sendero que lleva hasta una charca de lodo sulfuroso en donde mucha gente se embadurna ya que cree que tiene efectos beneficiosos para la piel. Esta práctica está totalmente prohibida porque daña el ecosistema y además es algo antihigiénico. A pesar de todo, algunos visitantes siguen optando por empaparse de lodo de los pies a la cabeza.
En la isla de Espalmador (que es privada, pero que se puede visitar sin restricciones) fondean numerosos yates, veleros y otras embarcaciones cuyos ocupantes se acercan habitualmente hasta la playa de S’Alga en lancha para darse un baño y tumbarse en la arena.
Apenas hay oleaje es un lugar idóneo para nadar y relajarse en el agua como si estuviéramos en una piscina.
Playa de Ses Illetes
Es la playa más famosa y concurrida de toda Formentera. No es para menos. Aguas transparentes que tardan bastante en cubrir y arena fina. Otra muestra del paraíso terrenal que es esta isla del Mediterráneo. Ses Illetes forma una especie de manga de tierra que casi enlaza con la isla de Espalmador. Forma parte del Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera y también es habitual que en sus aguas fondeen decenas de yates y embarcaciones.
Cuenta con dos aparcamientos, el segundo de ellos ubicado junto al último chiringuito que se puede encontrar, el restaurante Es Ministre. Al encontrarse en un Parque Natural, el precio por estacionar una motocicleta es de 4 euros y para los coches sube a 8 euros. Este dinero se destina a la conservación de este extraordinario paraje. En temporada alta es importante llegar prontito para coger sitio sin problema.
Junto al último aparcamiento y el chiringuito es donde se concentran la mayor parte de los bañistas, pero si se sigue avanzando caminando por la manga de tierra se podrá encontrar más calma y tranquilidad. Todo depende de las fuerzas y ganas que haya para andar por la arena de la playa.
En realidad Ses Illetes son pequeñas playas separadas por montículos de rocas que forman un paisaje idílico. Las aguas de la parte occidental de la manga de tierra siempre están en calma al encontrarse más protegidas, mientras que las de la zona oriental suele haber oleaje ideal para la práctica de deportes como el surf, el windsurf, kitesurf, etc.
Playa de Es Arenals
Siguiendo en la línea de playas con aguas transparentes y que tardan bastante en cubrir, nos vamos al sur de la isla para hablar de Es Arenals. Se encuentra al final de la playa de Migjorn en sentido Pilar de la Mola y se accede por una pequeña carretera señalizada que sale de la vía principal que recorre la isla (la PM-820). Cuenta con un aparcamiento gratuito y destaca por su ausencia total de rocas y un mar totalmente en calma que parece una piscina.
Es una playa muy familiar por la cercanía de hoteles y apartamentos y cuenta con un restaurante justo a su entrada. Posee sombrillas y hamacas de pago (en Formentera tienen el prohibitivo precio de diez euros cada una) y es conveniente acudir pronto ya que se suele llenar de bañistas.
Fue una de las sorpresas más agradables que nos encontramos en nuestro viaje a Formentera puesto que no suele aparecer en las listas de playas más sobresalientes de la isla, pero creo que debe ocupar muy merecidamente el tercer lugar tras S’Alga y Ses Illetes.
Cala Saona
Es la única cala que podemos encontrar en Formentera en toda la extensión de esta palabra. Tiene muchas similitudes con algunas de las mejores calas que existen en Menorca como Macarella o En Porter. Está ubicada en el oeste de la isla y se llega sin ningún problema por carretera cogiendo un desvío a la derecha en la vía que va al Cap del Barbaria.
Su innegable belleza y la cercanía del hotel Cala Saona, uno de los mayores de Formentera, hacen que esté siempre muy concurrida. De todas formas tiene una amplia superficie de arena que hace que no haya problema para encontrar sitio. En sus inmediaciones hay un par de restaurantes y un pequeño chiringuito y cuenta con un amplio aparcamiento gratuito.
Las aguas de Cala Saona son totalmente transparentes y muy tranquilas. En los laterales de la cala hay rocas que permiten acercarse a ellas para hacer esnórquel. Es muy recomendable subir a lo alto de los acantilados que la rodean para obtener las mejores panorámicas de una cala de ensueño.
Playa Migjorn
Con cinco kilómetros de largo, estamos ante la playa más larga de la isla de Formentera. Aunque su ancho no supera los veinte metros, su longitud permite encontrar puntos de absoluta intimidad y tranquilidad.
Hay que tener en cuenta que en su parte más occidental cuenta con una abundante cantidad de posidonia, una planta acuática que está protegida ya que es de vital importancia para preservar el privilegiado ecosistema de la isla. No obstante puede haber bañistas que la consideren un tanto molesta y por ello recomiendo avanzar un poco más en la playa de Migjorn y así librarse de esta planta.
Un punto bastante interesante para disfrutarla es justo enfrente del restaurante Real Playa, ya que ahí no hay ni rastro de posidonia y las aguas están cristalinas y perfectas para el baño.
En paralelo a la playa de Migjorn hay una pasarela de madera por la que es un auténtico lujo pasear al atardecer y disfrutar de la puesta de sol. Además, hay chiringuitos de todo tipo cada poco espacio (más hippies o más elitistas) por lo que estamos antes un lugar de visita forzosa en Formentera.
Ses Platjetes o Es Caló
Si en el sur de Formentera tenemos la larguísima playa de Migjorn, en el norte nos encontramos con Ses Platjetes. Se trata de pequeñas playas que se localizan en los alrededores del pequeño pueblo pesquero de Es Caló de San Agustín, por lo que también son conocidas simplemente como Es Caló.
Las playas son muy reducidas y están separadas por bloques rocosos que dan un aspecto de diminutas calas con mucho encanto. El oleaje es mayor que en la zona sur de la isla, pero las aguas son igualmente transparentes. No suelen estar demasiado concurridas y otro de sus atractivos es que desde ellas se pueden divisar unas estupendas vistas de los acantilados de La Mola.
Se accede fácilmente desde la carretera principal que atraviesa la isla mediante pequeñas pasarelas por las que solo habrá que caminar unos pocos metros
Es Cavall d’en Borrás
Se trata de una playa muy cercana al puerto de La Savina, a medio camino antes de llegar a Ses Illetes. Suele estar bastante concurrida aunque es espaciosa. En algunos puntos se pueden encontrar rocas y posidonia en el interior del agua, pero eso no impide que sea una de las playas que es recomendable visitar.
Al estar en el interior del Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera el aparcamiento también es de pago con los mismos precios que en Ses Illetes.
En temporada alta es constante el trasiego de personas que llegan en lancha a la playa desde sus yates. El objetivo es refrescarse con un mojito o una copa en el chiringuito Beso Beach (uno de los más populares de la isla) y también para tomar un poco el sol en la arena.
Playa de Sa Roqueta
Cerca de la masificada playa de Es Pujols nos encontramos otra más pequeña, pero con mucho encanto, Sa Roqueta. Está junto a un hostal y restaurante del mismo nombre y la parte negativa es que tiene muy poca superficie de arena para colocarse. Además, la playa está diseminada con algunas rocas que dificultan ligeramente la estancia.
A pesar de esos problemillas, merece la pena zambullirse en sus aguas transparentes y con leve oleaje. Es quizá una de las playas en las que más domina el color turquesa que tantas veces veremos en Formentera.
Tiene un aparcamiento y, por su proximidad con Es Pujols, es una playa muy joven y animada, puesto que nos encontramos en la zona más “fiestera” de la isla.
Caló des Mort
Justo a continuación de la playa de Es Arenals en dirección La Mola aparece el Caló des Mort. Se trata de otro lugar idílico en el que la arena deja prácticamente todo el protagonismo a la roca. Eso genera algo más de incomodidad para tomar el sol, pero permite unos baños inolvidables.
Al estar en las cercanías de varios alojamientos importantes suele ser muy frecuentada. Eso unido al poco sitio que hay para colocarse obliga a madrugar para disfrutar de esta cala en su plenitud.
Es un lugar ideal para hacer deportes acuáticos, de hecho existe una escuela de vela y una empresa dedicada al buceo.
Les Piscinetes (Can Marroig)
Cerramos este sugerente listado playero con algo que en nada tiene que ver con una playa. Es una forma diferente de disfrutar de las aguas del Mediterráneo con unas vistas formidables. Se trata de las piscinas naturales de Les Piscinetes en la finca pública de Can Marroig, al noroeste de la isla.
Llegar hasta este sorprendente lugar es muy sencillo. Una vez en Can Marroig, se deja el coche, la moto o la bicicleta en el aparcamiento que hay junto al merendero y el Centro de Interpretación. Posteriormente se acude caminando en dirección a la costa por un paisaje de rocas con formas caprichosas que parece lunar. Aunque es una zona de acantilados y pueda parecer una temeridad bañarse allí, nada más lejos de la realidad. Solo hay que buscar algunos de los accesos más fáciles que nos llevarán hasta el nivel del mar. Algunos incluso tienen una pequeña escalera de madera para poder bajar sin problemas. Una vez allí tendremos espacio suficiente para colocar la toalla, enfundarnos las gafas y tubo de esnórquel y zambullirnos en el agua. La zona tiene una profundidad de tres metros y la vida marina que se ve es impresionante.
A pesar de su innegable belleza, no son muchas personas los que acuden hasta Les Piscinetes ya que su acceso es más complicado que el de cualquier otra playa de la isla. Eso es una ventaja ya que es una gozada estar prácticamente solo en un entorno idílico. Además, se obtienen unas estupendas panorámicas de la isla de Ibiza y en alguna de las rocas se pueden hacer saltos desde varios metros de altura al alcance de los más osados. Ni que decir tiene que al ser una zona de acantilados hay que tener una especial precaución para evitar caídas y sustos innecesarios.
