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Ruta de los meandros del Alagón (Sotoserrano. Salamanca). Dificultad: Moderada. Distancia: 12 kilómetros (ruta circular). Duración: 4 horas y 30 minutos aproximadamente
Es un tesoro compartido por dos provincias. Una porque lo tiene en su territorio y la otra porque posee el mirador que regala sus mejores panorámicas. Es el meandro del Melero. Uno de los rincones más bellos de toda España. La c casi cerrada que el río Alagón realiza alrededor de la verde isla de Romerosa es una panorámica idílica. Perfecta para ilustrar cualquier postal o folleto turístico. El mejor reclamo de una zona limítrofe donde la Sierra de Francia salmantina y las Hurdes cacereñas se dan la mano. Una le cede el testigo a la otra y viceversa. Pero la continuidad es absoluta. Del meandro del Melero y de su mirador de la Antigua ya hablamos en este post, pero en esta ocasión la vista que proponemos es completamente diferente. Justo desde el lado contrario y accediendo hasta la misma isla. Este es el punto culminante de una ruta circular por los meandros del Alagón. Porque el Melero no es el único. Hay más en este tramo en el que el río se va despidiendo de la provincia de Salamanca para enfilar su muerte en el Tajo ya en Cáceres.
El Alagón es algo así como el Sella salmantino. En primavera y en un año lluvioso desciende con una fuerza inusitada. Es bravo e indómito. Pero en épocas secas su caudal baja y destapa en sus riberas un espacio yermo y desértico que deja en la mínima expresión joyas como el meandro del Melero. Es el capricho de la naturaleza, que no siempre se pone de acuerdo con el turista. La primera vez que hicimos esta ruta coincidió con el puente del Pilar. Desde nuestra privilegiada posición a los pies del meandro vimos a decenas de personas en el mirador de la Antigua. Muchas de ellas habrían ido allí con la esperanza de ver la imagen que previamente habían contemplado en un blog o en una guía. Seguramente muchos acabarían decepcionados. Es como el que va a ver el Pozo de los Humos cuando no cae ni gota de agua. Esto quiere decir que tanto la ruta como la visita al meandro son mucho más recomendables en época lluviosa. Por eso repetimos unos años más tarde en un mes de marzo tras un invierno muy generoso en precipitaciones. En este post hemos querido mezclar imágenes de ambos momentos.
Independientemente de la época del año en la que se acuda, la belleza del entorno es indudable. En otoño los tonos marrones, ocres y anaranjados dominan el paisaje de la Sierra de Francia. En primavera, nos encontramos con una paleta multicolor donde los brezos, las jaras y los cantuesos se ponen guapos y además desprenden aromas de lo más seductores. Lo que está claro es que no se trata de una ruta de masas donde nos vayamos a encontrar a decenas de senderistas. Todo lo contrario, los contaremos con los dedos de una mano e incluso ni será necesario contar.
La ruta no está señalizada, pero es sencilla de seguir en todo momento y discurre por pistas forestales y senderos. Este trazado puesto en valor (como dicen ahora los modernos) sería un auténtico filón. No hay mal que por bien no venga.
Cabaloria, un pueblo fantasma para iniciar y acabar la ruta de los meandros del Alagón
Para comenzar la ruta tenemos que llegar a un pueblo fantasma que encontramos entre la localidad salmantina de Sotoserrano (en ella puedes hacer la ruta de senderismo de los Tres Ríos) y la cacereña de Riomalo de Abajo. Se trata de Cabaloria. Apenas es visible desde la carretera SA-225, pero sus ruinas siguen siendo la huella viva de su historia. La de Cabaloria es la de tantos otros municipios que fueron abandonados por la construcción de un pantano que nunca llegó a cubrirlos de agua. Un ejemplo es Salvatierra de Tormes, junto al de Santa Teresa. Localidad con un excelso pasado que hoy se ha rehabilitado para deleite de los visitantes. La docena de vecinos que habitaban Cabaloria dijeron adiós a su pueblo en 1965. En esa fecha se inauguró el pantano de Gabriel y Galán, el mismo que estuvo a punto de sepultar Granadilla. Aunque en este caso no había ninguna posibilidad de que quedara bajo las aguas, sí lo hicieron las tierras que cultivaban sus gentes. Sin modo de vida, no tenía sentido seguir en un pueblo que se moría poco a poco. Voluntariamente decidieron emigrar. La mayoría inició una nueva vida en ciudades como Bilbao o Madrid y otros se quedaron en la localidad a la que pertenecía la alquería, Sotoserrano. Hoy una valla que impide que el ganado salga a la carretera da acceso a unas pocas ruinas que miran con nostalgia al río Alagón.
Justo enfrente de Cabaloria, al otro lado de la carretera, una pequeña explanada y una valla nos indican el comienzo de la ruta. Allí se puede dejar el vehículo para posteriormente cruzar la puerta y dejarla cerrada. Operación que hay que hacer siempre que nos encontremos puertas y porteras de este tipo. Bajamos unos metros y el Alagón hace acto de presencia. En esta zona su caudal suele ser importante y nos permite ver rápidamente algunas incluso aves de ribera como garzas y cormoranes.
Un sendero junto al Alagón repleto de vida
Encinas, castaños, majuelos, alisos y alguna higuera con sus inconfundibles hojas que evocan al paraíso terrenal son los compañeros de viaje en los primeros dos kilómetros de ruta. Un paisaje de ribera donde la banda sonora la pone el río Alagón y las rocas están vestidas con una gruesa capa de musgo. En las zonas sombrías, el otoño es perenne. Da igual que hagamos la ruta en primavera, verano o invierno. El manto de hojas secas sobrevive gracias a la humedad. Es un paseo muy agradable en el que podemos acercarnos de vez en cuando a la orilla del río. Refrescarnos en sus aguas cristalinas y ver alguna de las aves que sobrevuelan por la zona como cigüeñas, buitres y las propias garzas. Un auténtico espectáculo.
Subida entre un bosque de pinos en busca del meandro del Melero
El sendero remonta entre helechos hasta la carretera SA-220. Con precaución caminaremos por ella unos metros en dirección Riomalo de Abajo hasta tomar una ancha pista que sale a nuestra izquierda. A partir de este momento iniciamos el tramo más exigente del recorrido. Una constante ascensión por un frondoso bosque de pinos. Cuando llevamos poco más de tres kilómetros de ruta, la pista hace un brusco giro a la derecha. A medida que vamos tomando altura disfrutamos de unas bonitas vistas del río Alagón que se deja ver tímido entre los pinos que nos rodean.
Una vez que llegamos a la cima de este particular ‘Tourmalet’ las panorámicas de los meandros del Alagón son más visibles. Como si fuera un cuadro realista, el río nos regala curvas casi perfectas con el consiguiente contraste del azul con el verde de sus riberas. En un cruce de caminos a la altura del kilómetro 6,3 de la ruta, volveremos a tomar el de la derecha para, un poco más adelante, comenzar el descenso hasta la isla de Romerosa. Los pinos dejan paso a los eucaliptos y la soledad del paisaje de la Sierra de Francia nos invita a detenernos, respirar y disfrutar. Es la magia de la naturaleza en su versión más pura.
En la bajada a la isla, hay una zona rocosa junto a la pista donde podemos obtener las mejores panorámicas de los meandros del Alagón. Una vez en Romerosa, veremos justo enfrente el mirador de La Antigua de Riomalo de Abajo. Ese que ofrece la panorámica más completa y precisa del Melero. Eso sí, nosotros no nos quedamos para atrás. La perspectiva que nos brinda la ruta en terreno cien por cien salmantino, no desmerece ni un ápice.
La primera vez que la hicimos no nos adentramos en la isla de Romerosa, pero la segunda nos animamos a hacerlo. Dimos una vuelta completa a esta porción de tierra gracias a un sendero muy accesible.
De nuevo acompañados por el río entre ruinas y olivos
Junto a la isla de Romerosa, a la misma orilla del río, hay un campo de olivos ideal para hacer un alto en el camino y dar buena cuenta de la merienda. Es normal ver a algún pescador por la zona. De hecho se ha construido de forma rudimentaria un puente con palets para poder pasar de una orilla a la otra sin tener que dar un importante rodeo. Una comunicación sencilla y efectiva entre las dos márgenes, pero que solo está disponible cuando el caudal es más reducido. Un puente entre Castilla y León y Extremadura ya que en este punto el Alagón ejerce de límite natural entre las dos regiones hermanas. En esta zona también se ha celebrado el “Lost theory festival”, un festival de música electrónica que congregó durante varios veranos a casi 5.000 jóvenes de todo el mundo en un entorno privilegiado.
Caminamos junto a la orilla del río unos metros hasta tomar un sendero que sale a nuestra derecha. Hay que estar muy pendientes y seguir el track de Wikiloc puesto que, además de no estar señalizado, no es muy visible de primeras. Podemos tomar como referencia la desembocadura de un pequeño arroyo. Rápidamente comprobaremos que se trata de un sendero en buen estado que se adentra en el bosque ganando poco a poco altura. Inmediatamente volveremos a tener al Alagón como referencia a nuestra izquierda, pero divisándolo con un poco más de elevación.
En este tramo vemos perfectamente cómo el río va formando sus meandros al paso por la Sierra de Francia salmantina. Entre grandes canchales vamos avanzando hasta llegar a una antigua almazara de aceite cuyas ruinas, casi ocultas por grandes higueras, merecen una pequeña parada. Seguiremos esta vez más cerca del río hasta introducirnos en un gran campo de olivos que nos anunciará que estamos llegando al final. Podremos ver a algún pastor cuidando de sus ovejas y, cuando empecemos a divisar el puente de la carretera sobre el Alagón, giraremos a la derecha para introducirnos en las ruinas de Cabaloria. Las pocas casas que quedan en pie son el recuerdo de un pasado que pasó. Sensación de tristeza al ver un pueblo fantasma consumido por el tiempo y que nunca llegó a ser tocado por las aguas del embalse. Cruzaremos la carretera para regresar a nuestro destino.
La ruta de los meandros del Alagón es una de las más agradecidas que hemos hecho en la Sierra de Francia. A pesar de no contar con señalización, es muy fácil seguirla y nos brinda imágenes de gran belleza del recorrido más lucido e interesante del río Alagón. Sus meandros son un regalo de la naturaleza que comparten Salamanca y Cáceres. La Sierra de Francia y Las Hurdes. Castilla y León y Extremadura.
Me encantaría hacer esa ruta
Te la recomendamos Ana. Además ahora es muy buena época porque el Alagón tiene más agua y el paisaje está más verde y florido. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Estupendo recorrido. Aunque lo conozca siempre viene bien hacerlo virtualmente. Por cierto, la foto en la que haces referencia a los frutos de acebo, no son tal, son fruots de majuelo. Saludos.
Muchas gracias por tu comentario Francis. Te animamos a hacer esta ruta por los meandros del Alagón porque es muy agradecida y merece mucho la pena. Gracias por el apunte del majuelo porque ahora mismo lo corregimos. Nos habíamos colado. Un saludo y gracias por visitar el blog.
¡¡¡Que precioso recorrido !!! lástima que mis piernas no permiten hacer esas marchas.
Un abrazo fuerte y enhorabuena por esas fotos
Muchas gracias Isabel. Es unas de nuestras rutas favoritas de la provincia de Salamanca, te lo aseguramos. Es una pena que no puedas hacerla, aunque siempre desde el mirador de La Antigua de Riomalo se puede ver el meandro del Melero y también es posible bajar en coche esta la isla de la Romerosa para no tener que caminar apenas nada. Un saludo y muchas gracias por tus palabras y por visitar el blog.