Ruta del cañón del Tera y la cueva de San Martín (Parque Natural Lago de Sanabria – Zamora). Dificultad: Difícil. Distancia: 15,5 kilómetros (ruta circular). Duración: 6 horas y 40 minutos aproximadamente.
El senderismo es deporte, pasión por la naturaleza y ansias de libertad. Pero también es marcarse objetivos. Alcanzar una determinada meta para experimentar una sensación de orgullo indescriptible. Puede ser coronar la cima de un pico, llegar a una espectacular cascada o darse un chapuzón en una poza natural de agua helada de diez metros de profundidad. Esto último es el suculento premio que tienen los caminantes que realizan la ruta del cañón del Tera y la cueva de San Martín en el Parque Natural del Lago de Sanabria (Zamora). Ese relajante baño obviamente solo será posible en los meses de verano, aunque esto no impide que la ruta se pueda realizar en otros momentos del año como la primavera y el otoño. Eso sí, mejor evitar una época de demasiadas lluvias ya que las rocas por las que transita gran parte de la ruta pueden convertirse en una pista de patinaje muy peligrosa.
Ruta del Cañón del Tera y la cueva de San Martín, joya del Lago de Sanabria
La ruta del cañón del Tera y la cueva de San Martín se encuentra en el ‘top 5’ de las más espectaculares que hemos hecho desde que practicamos esta bendita afición del senderismo. Es un trayecto duro que implica seis horas y media de caminata superando un desnivel de 720 metros. Pero el esfuerzo se ve recompensado por la satisfacción que supone “deslizarse” por un cañón modelado por los glaciares del cuaternario por el que discurre el río Tera, y un tramo final desde el que se aprecia la magnitud del Lago de Sanabria. La mezcla de paisajes diversos que aúna le da un valor incalculable para los que disfrutamos enfundándonos las botas, agarrando los bastones y saliendo a la naturaleza más pura y salvaje.
Realizamos esta ruta por casualidad. Bueno, mejor dicho por la recomendación que nos hizo el propietario del hostal Martín, el lugar que elegimos en Ribadelago para pasar un fin de semana en el Lago de Sanabria. Forma parte de esa clase de alojamiento donde te hacen sentir como en casa y, además, te dan un puñado de buenos consejos para disfrutar aún más de la estancia. La recomendación de hacer la ruta del cañón del Tera y la cueva de San Martín fue inmejorable, ya que tan solo pensábamos realizar la que lleva hasta la Cascada de Sotillo. Al final hicimos cada día una y la experiencia no pudo ser mejor.
Para arrancar con la ruta hay que desplazarse hasta Ribadelago Viejo, la localidad zamorana que el 9 de enero de 1959 fue arrasada por la rotura de la presa de Vega de Tera. Una de las tragedias olvidadas de este país que se llevó la vida de 144 personas humildes. Hiela el alma imaginar que por el cañón protagonista de esta ruta se deslizaron aquel día 8 millones de metros cúbicos de agua con un poder asesino demoledor. Nuestro recuerdo a las víctimas con el objetivo de que este suceso jamás quede en el olvido.
En la parte norte del pueblo sale un camino que se dirige a un campo de fútbol de tierra con un gran aparcamiento y un chiringuito. Ese es el punto de comienzo y final de la ruta. Pero no solo eso, además es un lugar que guarda una de las sorpresas más agradables que nos proporcionó nuestro fin de semana en el Lago de Sanabria y que más adelante desvelaremos.
Junto al chiringuito, y en paralelo al río Tera, da comienzo el sendero que está marcado con unos hitos verdes y con el número 3, distintivos de la ruta del cañón del Tera y la cueva de San Martín. Los primeros metros discurren cómodamente entre helechos, robles y castaños que protegen del sol en días de elevadas temperaturas.
Poco a poco nos vamos despidiendo de la vegetación para adentrarnos en el paisaje que dominará los próximos kilómetros de la ruta. Las rocas que van dando forma al cañón del Tera van cogiendo el protagonismo. Al cabo de un kilómetro y medio el camino hace un giro a la izquierda alejándose ligeramente del río y regalándonos a cambio la sombra de los robles. El ascenso es constante y pausado, ya que hasta el momento tan sólo habremos superado un desnivel de solo 60 metros.
Poza de las Ninfas y cueva de San Martín, un chapuzón en aguas gélidas
A los dos kilómetros aparecerá la primera de las pozas que veremos en el recorrido. Se denomina poza de las Ninfas. Con este mitológico nombre solo podemos estar ante un lugar que cautiva y atrapa. Una pequeña poza hundida entre grandes paredes de roca que sirve de adelanto para lo que veremos más adelante. En este lugar apreciamos perfectamente las morrenas, el resultado de la erosión que fue dejando el glaciar a su paso. En este caso grandes rocas no redondeadas (puesto que el glaciar las transportó sin rodar) que forjan el paisaje del espectacular cañón del Tera. En algunos momentos el caminante tiene la impresión de que se van a desprender y lo van a sepultar. Te sientes una pulga en medio de unos gigantes rocosos que son los dueños y señores de la película.
Después de la poza de las Ninfas habrá que ponerse el “mono de trabajo” para empezar a ascender sin remisión entre las rocas. No habrá pérdida, ya que la ruta está muy bien señalizada con estacas y marcas de color verde en la propia piedra. Pronto veremos otras dos grandes pozas y alguna pequeña cascada. El agua que recogen no es cristalina, sino lo siguiente. En pleno verano las ganas de sumergirse en ella serán irrefrenables, pero nuestro consejo es seguir caminando y reservar el chapuzón para la cueva de San Martín.
A la altura del kilómetro 3 habrá que cruzar el río Tera para proseguir el trayecto por su margen derecho. Un pequeño tramo de especial dureza en el que casi habrá que trepar por las rocas, dará paso a un descanso merecido en forma de sendero que conducirá hasta el premio gordo de la ruta, la cueva de San Martin. En este lugar llevaremos a nuestras espaldas 5 kilómetros de caminata y estaremos a 1.400 metros de altura. Aunque se denomine como cueva, en el fondo se trata de una gran poza de más de diez metros de profundidad con una cascada al fondo por la que va cayendo el agua del río Tera. Como la naturaleza siempre va varios pasos por delante del hombre, junto a la cueva de San Martín hay una pequeña explanada verde para poder relajarse y descansar entre chapuzón y chapuzón. Si el tiempo no permite este baño, al menos sería idóneo introducir los pies en el agua helada para darles una tregua antes de comenzar la ascensión más dura del recorrido.
El agua de la cueva de San Martín está cristalina, fría e impone bucear y no intuir dónde está el fondo. Una vez más la sensación de sentirse muy pequeño ante tanta grandeza es absoluta. Lo cierto es que pocos baños han sido tan relajantes como éste. Nos sentó tan bien como si estuviéramos en las cristalinas aguas de Formentera o Menorca. Eso sí, con bastantes grados menos.
En este punto de la ruta existen dos opciones. La primera es deshacer lo andado por el cañón y regresar a Ribadelago Viejo. Y la segunda es ascender en dirección a San Martín de Castañeda y enlazar con la conocida Senda de los Monjes. Aconsejamos esto último, puesto que es mucho más atractivo, con ello se consigue que la ruta sea circular y, aunque se hagan más kilómetros, el trayecto es más cómodo.
En la cueva de San Martín tuvimos la suerte de coincidir con un nutrido grupo de una asociación senderista de nuestra tierra, Salamanca, que nos mostró el camino a seguir en dirección a San Martín de Castañeda. No hay mucha pérdida, puesto que hay que guiarse por las estacas verdes, pero una ayuda extra no está de más. En este tramo hay que superar un desnivel de casi 300 metros (desde los 1.400 de la cueva de San Martín a los 1.690 del punto más alto de la ruta). Pronto veremos un desvío a la izquierda que lleva hasta la “presa rota”, la presa de Vega de Tera que se fracturó aquel fatídico 9 de enero de 1959. Los que quieran llegar hasta ahí deben saber que la dureza del recorrido es aún mayor. Son seis kilómetros (ida y vuelta) en los que habrá que emplear unas tres horas.
Nosotros seguimos ascendiendo hasta la cota máxima de 1.690 metros mientras empezábamos a divisar unas excepcionales vistas del cañón del Tera y la Cueva de San Martín. El esfuerzo de la subida se compensaba con estas panorámicas de auténtico privilegio. En este tramo habrá que atravesar una portera y, por supuesto, dejarla posteriormente cerrada.
Una vez que se llega al punto más alto del recorrido a la altura del kilómetro 7, toca afrontar la parte más sencilla de la ruta con un descenso cómodo por un sendero en buen estado. Cierto es que, de repente, las estacas verdes desaparecen y hacen que el caminante se plantee que transita por el camino incorrecto. No hay que preocuparse, porque no hay cruces que presenten dudas o propicien el desconcierto. Este tramo es el menos atractivo del recorrido, si exceptuamos las primeras vistas de divisamos del Lago de Sanabria.
Sendas de los Monjes
Llegaremos hasta un lugar donde hay varias naves en el que seguiremos por el camino hasta desembocar en la carretera ZA-103, que une San Martín de Castañeda con la Laguna de los Peces. Caminaremos durante un kilómetro y medio por el asfalto en dirección a la localidad zamorana y, antes de llegar a ella, giraremos a la derecha en las inmediaciones del refugio de montaña de San Bernardo. Justo por debajo de la carretera hay un pequeño túnel donde veremos el indicador de la Senda de los Monjes. Habrá que atravesarlo y comenzar este apasionante trayecto que irá descendiendo hasta Ribadelago Viejo. Lo mejor de esto últimos dos kilómetros y medio de la ruta son las panorámicas que gozamos del Lago de Sanabria.
En alguno de los tramos de la Senda de los Monjes habrá que tener especial precaución para no resbalarse. El suelo está formado por numerosos cantos que, si ha llovido, estarán mojados y, por lo tanto, muy resbaladizos. Entraremos en Ribadelago Viejo por su barrio alto en el que comprobaremos las “heridas” de la tragedia de 1959 en su antigua iglesia y en las lápidas que recuerdan a algunos de los fallecidos. Una vez más el corazón da un vuelco antes de concluir la ruta junto al chiringuito “Naval del pozo” donde la empezamos. Allí nos espera la sorpresa que mencionábamos al comienzo. Nada más y nada menos que una espectacular zona de baño en el río Tera que nos gustó mucho más que el masificado en verano Lago de Sanabria. Eso sí, el agua estaba congelada. Pero la profundidad supera los cuatro metros y el entorno invita a extender la toalla y relejarse a la sombra de los árboles. No se nos ocurre mejor colofón para una ruta que si hubiera que puntuarla tendría un 9,9.
Debes tener en cuenta… | |
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hola, me gustaría ir a la poza de las ninfas, y también a la cueva de san martín, he leído o me ha dado a entender que es la zona mas fácil del recorrido, me gustaría saber si para alguien que nunca ha hecho una ruta le resultaría fácil llegar a esos dos sitios o por lo menos al primero. me ha gustado mucho tu descripción del lugar y las imágenes son muy buenas, si me pudieses ayudar te lo agradecería mucho, también preguntarte si hay que llevar para esa primera zona calzado de montaña, y si los sitios por donde hay que subir son muy difíciles como la foto donde estáis escalando las rocas. muchas gracias por adelantado. y enhorabuena por tu pagina.
Hola Noel, gracias por tus palabras sobre el blog. Si nunca has hecho senderismo creo que es una ruta que te va a resultar complicada. No es la mejor forma de empezar, ya que te recomendaría hacerlo por otros trayectos más sencillos que vayan a través de un sendero. El tramo hasta la Poza de las Ninfas es menos duro y si vas acompañado de alguna persona más experimentada no debe suponer grandes problemas, pero hasta la Cueva de San Martín es mucho más complicado. Sobre el calzado, nosotros siempre recomendamos que sea de montaña, incluso en el primer tramo. Más que nada porque cualquier resbalón sin importancia se puede convertir en un esguince si se llevan unas deportivas y, sin embargo, con unas botas el tobillo está protegido y no supondría mayor problema. Gracias y nos alegra que tengas interés por practicar senderismo porque es una afición maravillosa. Saludos.
Primer intento en esta exigente ruta… Entre que ando algo desentrenado, que no llevaba comida ni bebida y que hacía un sol de justicia, solo he hecho el tramo hasta la cascada y me he vuelto sin ver la cueva… Pero ya caerá en el segundo intento. Después de ver las espectaculares fotos me ha picado el gusanillo Jejeje. ¡Muy buena descripción!
Gracias por tu comentario. Ya lo sentimos que no hayas podido acabar la ruta, pero si tienes otra oportunidad para hacerla, no la dejes pasar. Has hecho bien en darte la vuelta porque si no tenías agua suficiente y el sol pegaba de lo lindo, no hay que arriesgarse ni un ápice. Como se suele decir, la montaña siempre va a estar a ahí. Hay que tener mucho respeto al afrontar este tipo de rutas y siempre hacerlas con mucha cabeza. Suerte para la próxima ocasión. Un saludo.
Hola buenas. Queriamos hacer esta ruta y queremos llevar a nuestro pastor alemán. Sería apto? Saludos
Hola Diego. No sabemos exactamente el aguante que tendrá vuestro pastor alemán, pero creemos que no tendrá problemas en hacerla. Lo importante será elegir un día en el que no haya unas temperaturas excesivas. Además, como verás, hay agua en diferentes puntos de la ruta para poder refrescarse. Espero que disfrutéis mucho del recorrido. Un saludo.
Muchas gracias Pablo. Ya te contaremos la experiencia. Saludos.😊
Gracias a ti Diego. Un saludo.
Muchísimas gracias por tú información. Nos perdimos al principio de la ruta, pero gracias a tu post conseguimos encontrarnos!!!
Un saludo!
Muchas gracias por tus palabras Criss. Es cierto que en algún momento alguno se puede despistar, por eso es importante llevar el track de la ruta y algunas indicaciones previas. Esperamos que hayáis disfrutado del trayecto del Cañón del Tera y la Cueva de San Martín y gracias por visitarnos. Un saludo.
Hola. Queríamos agradeceros la detallada explicación de la ruta, gracias a ella pudimos hacerla completa sin ninguna dificultad. Somos una pareja de un pueblo de Zamora y fanáticos de Sanabria y sus alrededores. Gracias y un saludo.
Muchas gracias por vuestras palabras pareja. Nos alegra mucho que las explicaciones del post os hayan servido para hacer la ruta del Cañón del Tera con éxito. Siempre que podemos nos encanta hacer rutas por Zamora, sobre todo en los Arribes, que los tenemos bien cerquita. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Buenas tardes, quería realizar esta ruta como parte de una ruta mas larga este verano y me estaba planteando cuanto hay que «trepar» o escalar entre rocas en la parte final de la ruta. El grupo con el que la haría esta en buena forma física, pero llevaríamos mochilas de trekking bastante grandes a la espalda y no se si podría ser un inconveniente insalvable. ¿Hay que trepar durante mucho rato o es solo un alto nivel de desnivel?
Hola Pablo, gracias por tu comentario y por visitar el blog. No os preocupéis porque los momentos en los que hay que trepar son dos o tres muy puntuales y muy cortos por lo que no tendréis ninguna dificultad para hacerlo que las mochilas en grandes. Si estáis acostumbrados a hacer senderismo es una ruta que nos ofrecerá ninguna dificultad. Lo que pasa es que en nuestros artículos nos gusta hacer mención de todo ello ya que hay gente que no está tan acostumbrada a hacer este tipo de rutas y es bueno que lo tenga en cuenta. Un saludo.
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