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Planteamos un recorrido por Bruselas en dos días con consejos y recomendaciones para preparar el viaje a la capital belga, especialmente si se vuela al aeropuerto de Charleroi
Más de uno habrá escuchado que lo único que hay que ver en Bruselas es la Grand Place y poco más. Es una frase muy repetida que sirve inmediatamente para quitar las ganas de viajar a la capital belga. También los hay que recomiendan hacer una escapada a Bruselas sólo para trasladarse en tren desde allí hasta las maravillosas ciudades de Brujas y Gante. En nuestro caso tenemos que desmentir por completo la primera afirmación, ya que trajimos un grato recuerdo después de haber recorrido Bruselas en dos días. El tercero lo dejamos para conocer Brujas y nos quedó la espina de no habernos desplazado hasta Gante, pero será para la próxima ocasión. Sólo por deleitarse ante la imponente Grand Place merece la pena escaparse hasta la capital belga. Junto con la de mi querida Salamanca, son las plazas más bonitas del mundo. Pero Bruselas tiene mucho más. Sólo hay que ir con espíritu positivo, ganas de andar y descubrir cosas muy interesantes.
Todo lo que necesitas para preparar un viaje a Bruselas en dos días
Bruselas posee rincones muy especiales, iglesias de una extraordinaria belleza, plazas con mucho encanto y el barrio de la Unión Europa donde es posible ver todos esos edificios que tantas veces aparecen en los informativos. Para recorrer bien la ciudad belga lo ideal es contar con dos días completos, aunque es cierto que en uno se puede hacer una selección de lo más interesante.
Vuelos a Bruselas
Los vuelos a Bruselas están muy bien de precio ya que Ryanair cuenta con numerosas combinaciones diarias desde Madrid. En nuestro caso volamos desde Valladolid por su cercanía con Salamanca, pero en la actualidad esa conexión ya no existe. Hay que tener en cuenta que el aeropuerto de la capital belga se encuentra en la ciudad de Charleroi, a casi 50 kilómetros.
Cómo ir de Charleroi al centro de Bruselas
Las conexiones que para llegar de Charleroi al centro de Bruselas no son maravillosas, especialmente por su elevado precio. Existe un autobús (Shuttle Bus) que sale cada 30 minutos y cuyo billete tiene un precio de 17 euros. Aunque es posible obtenerlo previamente por internet, a la salida del aeropuerto existen taquillas automáticas en los que sacarlos. Personalmente me resultó imposible hacerlo, ya que la maquinita en cuestión no aceptada dinero en efectivo y con la tarjeta aparecía un error. Un verdadero suplicio teniendo en cuenta que llegamos a Charleroi a las doce de la noche y lo que queríamos era llegar cuanto antes al hotel. Espero que ahora el sistema no dé tantos problemas, aunque como la frecuencia del autobús es tan baja, hay que tener en cuenta que habrá colas y el viajero deberá esperar hasta más de una hora para tomar uno.
En esos momentos de confusión y nerviosismo por no poder sacar los billetes, se nos acercaron un grupo de españoles que estaban reuniendo a gente para coger un transporte privado que les llevara hasta Bruselas y así saliera más barato. Dudo de si el conductor de la furgoneta en cuestión tenía licencia para hacer este servicio, pero para nosotros fue una salvación. Nos cobró lo mismo que el autobús aunque intentó timarnos. Afortunadamente uno de los españoles que iba con nosotros sabía francés y consiguió salvar la situación.
Lo peor de todo es que la furgoneta nos dejó en la Gare du Midi, que está a un poco más de veinte minutos caminando de la Grand Place, lugar en el que teníamos el hotel. No nos quedó más remedio que coger un taxi, puesto que a esas horas de la noche los personajes que se veían en los alrededores de la estación no daban mucha confianza. Hay que decir que el Shuttle Bus entre Charleroi y Bruselas también hace su parada en esta misma estación.
He leído que la opción del taxi para llegar desde el aeropuerto a la ciudad también es desaconsejable de todo punto, ya que la tarifa pasa de los 100 euros. Por lo tanto, el capítulo de la conexión deja bastante que desear si lo comparamos con otras ciudades europeas como Londres, París, Roma o Amsterdam.
Para la vuelta optamos por otra opción diferente. Cogimos un tren desde la Gare Central hasta Charleroi ciudad y allí un autobús de la línea A de la compañía TEC hasta el aeropuerto. Existe un billete combinado que cuesta alrededor de 14 euros. Es la alternativa más barata, pero cuando se llega a Charleroi hay un poco de confusión a la hora de encontrar el andén en el que sale el autobús que va al aeropuerto.
Hoteles en Bruselas
Buscar hotel en Bruselas es una tarea complicada. Si se quiere algo céntrico (junto a la Grand Place) los precios se disparan en los alojamientos medianamente decentes. La capital belga es bastante cara y una opción para ahorrar es, como es obvio, alejarse del centro. En nuestro caso tuvimos la suerte de encontrar un hotel a un precio razonable a sólo 100 metros de la Grand Place. Se trataba del hotel Mozart, de tres estrellas y aparentemente decente aunque tuviera una decoración muy hortera. A la hora de la verdad resultó ser el peor hotel en el que hemos estado en nuestra vida. Nosotros no somos para nada sibaritas, pero en este caso el panorama no podía ser peor debido especialmente a las condiciones de higiene. Para rematar, el desayuno consistía en un cruasán, un poco de mantequilla, mermelada, un quesito y un zumo. Aunque han pasado varios años de aquello, he revisado en Booking los comentarios actuales que hacen los usuarios que se alojan en el hotel y la situación parece que no ha cambiado mucho. Lo mejor es que está al lado del epicentro de la ciudad y la calle en la que se ubica está repleta de restaurantes italianos y griegos donde comer bien y barato.
Cómo moverse en Bruselas
La capital de Bélgica es relativamente pequeña y se puede recorrer perfectamente caminando. Obviamente si sólo hay un día para conocerla, recomiendo coger el metro, pero de lo contrario lo mejor es pasear e ir descubriéndola poco a poco. En nuestro caso sólo utilizamos el metro para desplazarnos hasta el Atomium, ya que se encuentra a más de seis kilómetros de la Grand Place. Para ello utilizamos la línea 6 (azul) y paramos en la estación de Heysel. El precio del billete sencillo es de 1,80 euros y el servicio no destaca por ser uno de los mejores de Europa. De hecho es en la única ciudad donde nos hemos confundido a la hora de hacer un trasbordo, ya que las indicaciones dejan bastante que desear.
Comer en Bruselas
Bruselas no destaca especialmente por su gastronomía, pero se puede comer a precios asequibles y correctamente. Su plato más típico son los mejillones con patatas. Simplemente te ponen una cazuela repleta de mejillones al vapor y, por separado, un plato de patatas fritas. Muy básico, pero están bastante buenos. Los mejores restaurantes para degustarlos están junto a las Galeries Royales Saint-Hubert. Como es un plato sencillo, es complicado encontrar un lugar en el que lo hagan mal. Además, tiene un precio razonable.
En la misma calle del hotel donde nos alojábamos, Rue du Marché aux Fromages, junto a la Grand Place, cenamos una noche en un italiano y otra en un griego y ambos eran de nota.
Pero en lo que son unos verdaderos maestros en Bruselas es en el chocolate. Ni que decir tiene que Bélgica tiene una larga tradición en la elaboración de este manjar. Son muchas las confiterías y tiendas que venden toda clase de bombones (incluso los establecimientos de recuerdos y suvenirs), pero el lugar más conocido para comprarlos (y también el más caro) es Godiva en la propia Grand Place. El chocolate elevado a su máxima expresión. Aunque sólo sea para probar un par de bombones, merece la pena rascarse el bolsillo.
En este mismo capítulo de dulces, también destacan los gofres, sencillamente exquisitos y que se pueden degustar en cualquier pastelería o puesto callejero.
Por otro lado, las cervezas belgas también tienen un gran prestigio y destacan marcas como Grimbergen y Chimay. Además las hay de todo tipo y son la perfecta compañía para, por ejemplo, unos mejillones con patatas.
Itinerario con todo lo que ver en Bruselas en dos días
- Día 1. Grand Place. Manneken Pis. Galeries Royales Saint-Hubert. Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. Plaza de España (escultura de Don Quijote y Sancho). Plaza del Ágora (mercadillo). Bolsa de Bruselas. Iglesia de San Nicolás. Iglesia de Nuestra Señora de Riches Claires. Halles Saint Géry. Iglesia de Santa Catalina. Iglesia de San Juan Bautista. Teatro Real de la Moneda. Passage du Nord. Plaza de los Mártires. Atomium de Bruselas. Mont des Arts. Iglesia de Notre Dame du Sablon. Museos Reales de las Bellas Artes de Bélgica. Cour des Comptes. Plaza Real. Iglesia de Santiago.
- Día 2. Palacio Real. Cámaras Federales de Bélgica. Edificio Berlaymont (Comisión Europea). Parque del Cincuentenario. Parlamento Europeo. Palacio de Justicia de Bruselas. Plaza Poelaert (vistas de la ciudad). Mercadillo de la plaza de Jeu de Balle. Iglesia de la Inmaculada Concepción. Iglesia de Notre Dame de la Chapelle.