La Catedral y los puentes Romano y Enrique Estevan son los protagonistas de una ruta nocturna para contemplar las mejores vistas de Salamanca desde el otro lado del Tormes
En ocasiones lo que está a la vuelta de la esquina es lo que menos se aprecia, aunque tenga un valor incalculable. Eso nos ocurre a muchos salmantinos. Siempre que podemos presumimos de nuestra Plaza Mayor, la Catedral, el Puente Romano y, en definitiva, del Casco Histórico de la ciudad, pero sin darle a veces la dimensión que realmente tiene. Cuando llega algún visitante y se queda sin palabras al definir lo que siente tras haber recorrido la capital charra, entonces somos más conscientes de lo que poseemos. No es algo malo, ya que hasta cierto punto es lógico que lo que se ve casi a diario pierda el atractivo de la primera vez. Pero no está mal que de vez en cuando recordemos que Salamanca es una ciudad Patrimonio de la Humanidad por algo. Como salmantinos tenemos ese deber y esa obligación y por ello os proponemos un sencillo recorrido nocturno para deleitarse con las que, indudablemente, son las mejores vistas de Salamanca.
La vista nocturna más conocida y reconocida de Salamanca
Quien más quien menos ha visto en alguna postal, fotografía o incluso en un sello de Correos la típica estampa de Salamanca en la que aparece la Catedral al fondo y, en primer plano, el Puente Romano o el puente Enrique Estevan. A la hora de hablar de las vistas de Salamanca, ésta es la panorámica por antonomasia de la capital del Tormes. Para contemplarla hay que alejarse ligeramente del Casco Histórico y cruzar el Puente Romano hasta el otro lado del río. El pequeño paseo que separa la magnífica construcción romana y el bellísimo puente de hierro Enrique Estevan (es con v, no es ninguna errata) es un auténtico disfrute para los sentidos. Especialmente cuando cae la noche, Salamanca se pone el vestido de gala gracias a una de las mejores iluminaciones que se pueden encontrar en el Viejo Continente. La silueta de la Catedral brilla con luz propia para dejar reflejos inolvidables en el Tormes y composiciones increíbles con los dos puentes. Un auténtico privilegio que ninguna persona que visite la capital charra se puede perder.
En nuestro caso han sido muchas las ocasiones en las que hemos hecho el recorrido que os proponemos para obtener las mejores vistas de Salamanca. Lo curioso es que nunca habíamos llevado la cámara para inmortalizar todas y cada una de las estampas que aparecen ante nuestros ojos. Cuando uno llega a casa, descarga la tarjeta y repasa cada una de las imágenes se da realmente cuenta de la belleza de una ciudad admirada en medio mundo.
Aunque hay más puntos desde los que admirar la estampa de Salamanca como el cerro de San Vicente o el propio Parador de Turismo, este paseo tiene una característica única: la posibilidad de ver el reflejo de la monumentalidad de Salamanca en el río Tormes. La sensación es parecida a la que se tiene en Budapest cuando se cruza el Danubio y se contempla el majestuoso Parlamento de la capital húngara desde la plaza Batthyány tér. Hay que tener en cuenta que Salamanca no es una ciudad construida a varias alturas como lo son, por ejemplo, Lisboa y Oporto. Las dos capitales lusas tienen desplegada una extensa red de miradores (ver los post dedicados a los miradores de Lisboa y los miradores de Oporto) de los que la capital del Tormes carece. Por este motivo las mejores vistas de Salamanca están en la ribera del río, aprovechando la construcción más elevada de la Catedral y la formidable sintonía con los dos puentes.
Del casco histórico al Tormes para contemplar las mejores vistas de Salamanca
Para comenzar esta ruta nos desplazaremos hasta el monumento que va a estar presente en todas nuestras panorámicas, la Catedral de Salamanca. Con la vista de la Torre del Gallo (que se puede visitar dentro de la exposición Ieronimus), descenderemos por la calle Tentenecio donde, según la leyenda, San Juan de Sahagún le gritó a un toro que se había escapado del mercado de ganados, “¡Tente, necio!”, y sorprendentemente el animal se paró como si le hubiera hipnotizado.
El Puente Romano nos recibe majestuoso con dos sorpresas de bienvenida: un verraco de piedra con más de 26 siglos de historia y el monumento al Lazarillo de Tormes de Agustín Casillas. La construcción romana que se levantó para que la calzada de la Vía de la Plata salvara el río, nos permite dar un breve pero intenso paseo repleto de historia y significado. Su iluminación tenue nos traslada a tiempos pasados, mientras vamos vislumbrando a nuestras espaldas la figura esbelta de la Catedral salmantina y escuchamos discurrir el agua del Tormes.
Al otro lado del río nos espera otra de las espectaculares vistas de Salamanca que ofrece esta caminata. Tanto a un lado como a otro del puente podemos componer bellas instantáneas de esta construcción romana junto a la Catedral y también la Clerecía, que aparece algo más modesta en la parte izquierda. Se trata además de una zona a la que muchos salmantinos acuden a hacer deporte por la presencia de una pista gratuita de atletismo. Asimismo, es punto de paso del carril bici. Precisamente en paralelo a la vía destinada a los ciclistas comenzaremos a caminar sin perder de vista del Tormes y la imagen de la Seo salmantina.
La ausencia de contaminación lumínica nos permitirá apreciar desde numerosos puntos la postal de la Catedral reflejada en el agua. Especialmente llamativas serán las instantáneas que obtengamos a la altura del embarcadero, un pequeño puesto en el que se pueden alquilar patines y pequeñas barcas para realizar paseos diurnos por las aguas del río salmantino. Precisamente enfrente del embarcadero se localiza uno de los locales de moda en la ciudad, La Pachamama, un bar restaurante que brinda la posibilidad cenar o tomar una copa mientras se disfruta de estas excepcionales vistas de Salamanca.
En esta zona, el Puente Romano lo habremos dejado atrás y el protagonismo lo tomará el puente Enrique Estevan, una construcción de hierro recientemente restaurada que en 2013 cumplió un siglo de existencia. Está compuesto por seis arcos y su iluminación actual en sencillamente sublime.
Los amantes de la fotografía tienen en este enclave de la ciudad un punto de visita obligada, ya que las posibilidades para obtener imágenes de premio son enormes. La paleta de colores se abre a los amarillos, blancos y verdes que además dejan un sinfín de destellos. Sobran las palabras ante semejante espectáculo.
Pasaremos por debajo del puente Enrique Estevan para subir hasta la vía Helmántica y seguir extasiados con las panorámicas que Salamanca nos brinda. Esta vez tendremos la Catedral enfrente para verla a medida que volvemos a cruzar el río, aunque en esta ocasión por la centenaria construcción de hierro.
Pero aún nos queda la última sorpresa de este breve pero intenso recorrido. Tras caminar por la avenida Reyes de España llegaremos hasta el paseo del Rector Esperabé. Allí, con los restos de la iglesia de San Polo a nuestra derecha, tendremos a la izquierda otra de esas vistas de Salamanca totalmente imborrables. La Muralla nos recibe para combinarse a la perfección con otra perspectiva de la Catedral. Son los únicos restos que se conservan de la llamada Cerca Vieja, que se recuperaron recientemente dando lugar a un espacio visualmente muy atractivo.
Aquí termina este recorrido que, por supuesto, puede continuar por la calle San Pablo para disfrutar de la iglesia de San Esteban y acabar recalando en la Plaza Mayor como explicamos en el post sobre qué ver en Salamanca. Pero eso será para otra ocasión porque la capital charra da mucho de sí y cada rincón tiene una historia y un encanto especial.
Reportaje fotografico de gran calidad y colorido impresionante,que ha conseguido que este mas enamorado de » MI SALAMANCA » si eso es posible.
Muchas gracias por tus palabras Kalandraka Murcia. Salamanca lo pone fácil para sacar unas fotografías así. Un saludo afectuoso.
Me ha encantado el reportaje, interesante ruta acompañada de magníficas fotografías. 🙂
Muchas gracias. Sabía que siendo algo de Salamanca te iba a gustar. Un abrazo.
Me ha parecido muy interesante tu reportaje y te escribo desde una empresa de eventos que tenemos 30 personas para comer el próximo viernes en LA PACHAMAMA a la que llegan a Salamanca para que tuvieran unas bonitas vistas, pero está CERRADO…. sabrías de algún otro restaurante que tenga unas vistas espectaculares de Salamanca??
Mil GGracias
Muchas gracias por tus palabras Rafael. Ya lo siento que el restaurante esté cerrado, porque con este buen tiempo que está haciendo y las vistas tan espectaculares que tiene sería una gran opción. Con unas vistas similares no hay muchas más opciones. Está el Parador de Turismo, que ofrece también muy buena panorámica pero es otro concepto como podrás imaginar. A la orilla del río también hay un chiringuito en el parque Elio de Nebrija pero es más de tapeo y hamburguesas. Es lo único que te podemos comentar porque hay otros muchos buenos restaurantes pero sin vistas. Un saludo.