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Día 1: Amplia ruta por Londres con comienzo en la Catedral del Westminster (católica). Abadía de Westminster. Big Ben. London Eye. Houses of Parlament. Número 10 de Downing Street. Horse Guards Parade. Admiralty Arch,Trafalgar Square. National Gallery. St. Martin in The Fields. St. James Park. Scotland Yard. Picadilly Circus. Leicester Square. Regent St. y Oxford St. (calles de tiendas). Dominion Theatre (musical “We Will Rock You”). Chinatown. Covent Garden.
La primera jornada la dedicamos para hacer una amplia ruta por Londres para ver los monumentos clave del centro de la ciudad y lo conseguimos con creces. Comenzamos nuestra visita por la Catedral de Westminster, que es el principal templo católico de Inglaterra. Un edificio atrevido de estilo neobizantino que no pasa para nada desapercibido. Y del Westminster católico al anglicano, con su Abadía. Uno de los lugares londinenses de obligada visita. La entrada tiene un precio de 16 libras (unos 20 euros) y con ella te facilitan una audioguía en tu idioma. Normalmente hay que esperar colas para entrar, por lo que en este caso recomiendo lo que con otros monumentos de gran atracción turística: acudir en cuanto abren sus puertas (a las 9:30 horas) y, si es posible, en un día de diario.
Justo al lado de la Abadía de Westminster nos topamos con Parliament Square y la vista del monumento más fotografiado de Londres, el Big Ben. Desde esta pequeña plaza se captan unas buenas instantáneas de la torre, pero también lo logramos si nos acercamos al Westminster Bridge y así mezclamos la vista del Big Ben con la del Palacio colindante que es sede de las dos cámaras del Parlamento británico.
En este punto se tiene el primer contacto con el Támesis, bastante sucio y no tan integrado como lo está el Sena en París. Desde ese mismo puente también vemos con nitidez el London Eye, que se encuentra al otro lado del río y al que nosotros nos acudimos por entender que es una simple noria por mucho que te ofrezca unas estupendas vistas de Londres. Además, tiene un precio nada barato de 20 libras en el mismo lugar y de 17 si se compra la entrada a través de esta página web.
Dejando el puente y tomando la calle Whitehall (una de las arterias principales de la capital londinense) llegamos hasta el número 10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico y que sólo se puede ver a lo lejos a través de una gran verja. En la televisión da la impresión de que se trata de una calle más de Londres, y en apariencia lo es, sólo que por ella no puede transitar cualquiera como es lógico. Justo al lado se encuentra Horse Guards Parade una gran explanada por la que no recomiendo caminar mucho si ha llovido ya que su suelo es de tierra. A la entrada veremos a unos guardias a caballo que cada día hacen un cambio de turno que despierta mucho interés entre los turistas. Tiene lugar de lunes a sábado a las 11:00 horas y los domingos a las 10:00 horas y es una ceremonia muy británica que merece la pena contemplar. Ese día pasamos tarde, por lo que volvimos en la jornada siguiente. Se aconseja llegar con un poco de antelación para coger buen sitio.
Animación en Trafalgar Square
Volvemos a Whitehall para seguir avanzando y admirar Admiralty Arch o Arco del Almirantazgo, un imponente edificio de oficinas que da la bienvenida a la plaza más famosa y concurrida de Londres, Trafalgar Square. El día que la visitamos se encontraba repleta de gente por la celebración del Día de San Jorge y estaban programadas diferentes actuaciones en directo. Una pena no verla despojada del escenario y la decoración de esa fiesta, pero eso por desgracia ocurre en muchas ciudades en las que sus plazas principales se usan para todo tipo de eventos. Muy bonito para el oriundo de la ciudad en cuestión, pero una faena para el turista.
Tras reponer fuerzas con la comida llegó el turno del primer museo dentro de nuestra ruta por Londres. Cabe recordar, que al igual que en Washington, los museos en Londres tienen la entrada gratuita. Una auténtica gozada teniendo en cuenta el gran interés que tienen, aunque al mismo tiempo hay que economizar el tiempo en cada uno de ellos cuando el viaje dura sólo tres días como era nuestro caso. La National Gallery se encuentra en la misma plaza de Trafalgar y es el principal museo de arte londinense con una colección de más de 2.000 pinturas.
A la salida del museo contemplamos la bella iglesia anglicana de St. Martin in the Fields para posteriormente caminar por The Mall rumbo al cercano St. James Park, todo un oasis de naturaleza, tranquilidad y relax después de haber caminado durante toda la mañana por las concurrías y bulliciosas calles londinenses. Se trata de un bello parque presidido por el lago del mismo nombre en donde la gente aprovecha para pasear, correr o tumbarse en la hierba para leer un libro o charlar en cuanto el tiempo lo permite. Aquel día lucía un estupendo sol y el parque presentaba un aspecto sensacional.
Musical «We Will rock You»
De vuelta hacia el hotel pasamos delante de la sede de Scotland Yard (mil veces vista en televisión). Ese primer día en Londres debía concluir con la asistencia al musical “We Wil rock You” en el Dominion Theatre. Resulta que mi compañera Mercedes Casal iba a viajar a Londres en las mismas fechas que nosotros y había comprado por internet dos entradas para este espectacular musical. La fastidiosa erupción del volcán islandés Eyjafjallajokull y el caos aéreo que generó por aquellas fechas hizo que suspendiera el viaje y que nos regalase las entradas (nosotros no podíamos suspenderlo porque no teníamos derecho de cancelación). Un detallazo porque el espectáculo merece mucho la pena y se lo recomiendo a todo aquel que vaya a la capital británica, ya que aún sigue en cartel.
De camino al Dominion Theatre hicimos parada en Picadilly Circus, uno de los espacios más populares de Londres que congrega a miles de personas cada día. Es como una especie de Times Square en pequeño en el que es obligado fotografiarse junto a los luminosos carteles publicitarios de TDK, Sanyo y demás marcas. Es un lugar por el que se debe pasar tanto de día como de noche. Antes de tomar el Metro también tuvimos tiempo de pasear por las comerciales calles de Regent y Oxford y contemplar Leicester Square. Hablando del Metro (o el “Tube” como lo llaman allí). Es fundamental utilizarlo para no perderse nada en una ruta por Londres y ahorrarse caminatas innecesarias. Aunque tiene once líneas divididas en nueve zonas, las que interesan al turista son las zonas 1 y 2 (el resto están más alejadas del centro y por consiguiente los billetes son más caros).
Tras disfrutar del musical y, de vuelta al hotel, nos dio tiempo a darnos un pequeño paseo por Chinatown y por el barrio de Covent Garden.
Y por último una idea de ruta por Londres para hacer en un sólo día.