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Ruta de la laguna de la Nava PR-AV 39 (Nava del Barco. Sierra de Gredos. Ávila). Dificultad: Moderada. Distancia: 15,5 kilómetros (ida y vuelta). Duración: 5 horas y 25 minutos
Suele permanecer a la sombra de la imponente y archiconocida Laguna Grande. Sin embargo, la Laguna de la Nava es otro de esos lugares magnéticos que ofrece la Sierra de Gredos. Hundida en el fondo del circo glacial del corral del Diablo, el color de sus aguas y el imponente paisaje rocoso que la rodea es de lo más fotogénico. Llegar hasta ella implica una apasionante ruta de senderismo con el agua como absoluta protagonista que te explicamos con todo lujo de detalles en este post
El paisaje de la Sierra de Gredos impone y te hace sentir muy pequeño. La fuerza inusitada del hielo fue modelando a su antojo la roja granítica hasta formar la gran ‘escultura’ que hoy conocemos. Una cadena montañosa con grandes cumbres y un circo glaciar único en la península ibérica que hace las delicias de los amantes del senderismo. Los que disfrutamos más en frondosos bosques y en entornos totalmente verdes, siempre acudimos con ciertos reparos a Gredos. Sin embargo, cuando te adentras en sus moles rocosas te das cuenta de que la belleza también puede tener color gris y estar totalmente desnuda.
Una de las mejores caminatas para enamorarse de esta sierra abulense es la ruta de Laguna de la Nava en la localidad de Nava del Barco. Un recorrido lineal de algo más de 15 kilómetros ida y vuelta que alcanza una de las muchas lagunas de origen glaciar que tiene Gredos, donde sobresale especialmente la Laguna Grande. El sendero discurre en paralelo a la garganta de la Nava, por lo que el agua es el absoluto protagonista de un paisaje muy variado y atractivo.
Cómo hacer la ruta de la Laguna de la Nava en la Sierra de Gredos
Para comenzar la ruta de la laguna de la Nava hay que desplazarse hasta la localidad abulense de Nava del Barco. Esta pequeña población que no llega al centenar de habitantes está a un cuarto hora en coche de El Barco de Ávila y a poco más de una hora de la capital abulense y de Salamanca.
El puente de la Yunta, inicio de la ruta
Es posible iniciar la ruta desde el propio casco urbano de Nava del Barco, pero lo ideal es desplazarse en coche hasta el puente de la Yunta. Son 2,3 kilómetros por una pista en buen estado que se hacen cómodamente con el automóvil y evitan que alarguemos innecesariamente la ruta de senderismo.
El puente de la Yunta salva el cauce de la garganta de Galín Gómez en una zona de gran belleza donde incluso es posible darse un chapuzón en los meses de verano. Los robles y la vegetación de ribera engalanan un escenario totalmente diferente al que nos vamos a encontrar a medida que se coge altura. En este punto hay algunas zonas de aparcamiento en las que dejar el vehículo y comenzar a seguir las marcas blancas y amarillas del PR-AV 39, el indicativo de la ruta de la Laguna de la Nava.
Ascenso por una pista flanqueada por robles
Los primeros metros de la ruta de la laguna de la Nava se desarrollan por una amplia y cómoda pista que bordea el conocido como cerro del Camocho. El paisaje está dominado por el frondoso robledal que se extiende a nuestra izquierda y por la vegetación de ribera que acompaña el curso de la garganta de la Nava. Es normal encontrar en otoño a recolectores de setas, ya que es una zona muy prolífica en boletus.
Poco a poco los robles se van difuminando y el paisaje se despoja de esa tonalidad verde. El punto de inflexión lo marca el paso por una cancela que, por supuesto, hay que dejar cerrada. Las indicaciones blancas y amarillas siguen presentes, pero también los hitos elaborados con montones de piedra que también nos ayudarán en esta travesía. El paisaje se vuelve más rocoso, mientras la generosa garganta de la Nava pone la perfecta banda sonora.
Paso por los refugios de Navacasera y Fuente Losa
La ascensión es constante, pero muy sostenida. Hay que tener en cuenta que en esta ruta pasamos de los 1.220 metros del puente de la Yunta a los 1.946 de la Laguna de la Nava. Los elementos propios de la Sierra de Gredos ya son los absolutos dominadores del escenario. Pasamos junto al refugio de Navacasera, mientras al otro lado de la garganta vemos a algunas vacas pastando en unas praderas salpicadas de las características rocas graníticas.
En algún momento es imposible resistir la tentación de acercarse a la garganta de la Nava para contemplar la fuerza con la que el agua desciende. La virulencia del caudal ha ido modelando pequeñas pozas y marmitas de gigante que, en los meses más cálidos, seguro que son una excelente opción para darse un remojón en sus gélidas aguas.
Sin mayor dificultad y acompañados en algunos momentos por las auténticas reinas de Gredos, las cabras montesas, el sendero avanza sin pérdida alguna en paralelo a la garganta. Otro refugio, el que se encuentra a la vera de la Fuente Losa, nos saludará un kilómetro antes de cruzar la garganta de la Nava.
Vadear la garganta de la Nava para afrontar la ascensión más dura
Para vadear la garganta de la Nava hay que tener precaución si se trata de una época en la que el caudal es importante. No existe un punto concreto con piedras pasaderas, sino que hay que buscar la mejor opción en un radio de unos metros. Como se puede apreciar en el track de Wikiloc a la ida pasamos por un sitio y a la vuelta por otro muy próximo que consideramos que era una mejor opción.
Una vez que se vadea el río, comenzamos a ascender por su margen derecha a los pies de la cuerda de Pradocampos. El paisaje se torna más imponente gracias a las moles rocosas características de Gredos y moldeadas con la impronta del glaciar que en otros tiempos cubría este lugar con un manto de hielo. Esta ruta hasta la Laguna de la Nava también nos depara pequeñas sorpresas como una roca en la que se ha construido una hornacina que guarda la imagen de una Virgen. Un poco más adelante, la garganta de la Nava regala varias cascadas donde el agua se desliza con fuerza por la roca granítica.
A partir de ahí el sendero zigzaguea por la ladera de la cuerda de Pradocampos para ir tomando más altura. Comienza la parte más exigente del recorrido. Se trata de una calzada protegida por paredes rocosas por las que se escurren pequeños hilos de agua. También aparece alguna fuente en la que es posible llenar la cantimplora si nos hemos quedado sin el líquido elemento. Cuando llegamos a la que recibe el nombre de Micaela, pensaremos que estamos a las puertas de la Laguna de la Nava, pero todavía resta un último esfuerzo para alcanzar el corral del Diablo. Una ascensión que nos llevará hasta la cota más alta de la ruta, los 1.946 metros en los que se encuentra esta laguna de aguas cristalinas donde los más valientes podrán darse un baño en los meses de verano. El reflejo de los gigantes graníticos de del corral del Diablo reflejados en el agua es magnético, y mucho más cuando esas cumbres están cubiertas de nieve.
Toca regresar por el mismo camino para completar una de las rutas más asequibles y atractivas que hacer en la Sierra de Gredos.
¿Dónde alojarse cerca de la Laguna de la Nava?
La ruta de la Laguna de la Nava es una de las muchas que se pueden hacer en esta vertiente de la Sierra de Gredos, que además está próxima al Valle del Jerte cacereño. Por ejemplo, la localidad de Tornavacas, desde donde parte la espectacular ruta de los Cerezos en Flor del Jerte, está a solo media hora de Nava del Barco. Por este motivo resulta interesante dedicar a la zona un fin de semana o un puente de tres días. Entre los alojamientos más destacados de la zona está la casa rural Molino Virgen del Rosario en el propio municipio de Nava del Barco y el hotel Mirador de Gredos en Barco de Ávila.