Descenso del barranco de Masca (Tenerife). Dificultad: Difícil. Distancia: 6,83 kilómetros (ida). Tiempo: 2 horas aproximadamente
Tenerife es mucho más que sol y playa durante todo el año (enlace a los diez lugares imprescindibles que ver en Tenerife). Es una isla apasionante que ofrece unos contrastes naturales únicos. El desierto volcánico del Teide, la vegetación del Macizo de Anaga y el sorprendente paisaje del Parque Rural de Teno son tres ejemplos del abanico multicolor de una isla que merece la pena conocer en profundidad.
Son varias las opciones que tenemos los amantes del senderismo en Tenerife, pero una de las más llamativas es el descenso del barranco de Masca. Se encuentra en el municipio de Buenavista del Norte y lo interesante de esta ruta no sólo es bajar por un estrecho barranco que nos lleva a la playa. Lo bueno es que, después de darnos un baño para tomar fuerzas tras el esfuerzo del camino, tomaremos un barco que sale de esa playa y hace un recorrido por el impresionante acantilado de Los Gigantes, en el que si hay suerte podemos ver hasta delfines. Esa embarcación nos llevará al puerto del mismo nombre para coger allí un taxi que nos devuelva al lugar de origen.
Cómo llegar al barranco de Masca
Para iniciar la ruta nos tenemos de desplazar hasta el caserío de Masca, que pertenece al municipio de Buenavista del Norte (entre los dos puntos hay casi 20 kilómetros). Masca es un bello pareja con una arquitectura tradicional digna de mención. Dejaremos el coche en un amplio aparcamiento que hay a la entrada del caserío, para dirigirnos a un bar-restaurante (no tiene pérdida) en el que podemos comprar los billetes del barco que nos llevará de la playa al puerto de Los Gigantes. También tenemos la opción de comprar esos tiques en la misma playa de Masca, en donde está ubicado un pequeño puesto.
Recomiendo que se cojan en el bar, ya que se puede correr el riesgo de llegar abajo y que el puesto de venta no esté instalado o que el barco que queramos coger esté completo. El precio es de 10 euros por persona y parte de la playa de Masca a las 13:30, 15:30 y 16:30 horas. Teniendo en cuenta que el descenso se realiza en dos horas como mínimo, el interesado en hacer la ruta tendrá que hacer sus cálculos. Aconsejo no apurar para coger el último barco, ya que si surge cualquier imprevisto en el camino y lo perdemos el lío ya está montado. En cualquier ruta senderista, y en ésta especialmente, hay que tener previsión y jugar con un amplio margen de tiempo. Para los que lo quieran llevar atado de casa, existe la opción de reservarlo a través de internet en esta página web.
El descenso del barranco de Masca, paso a paso
El inicio de la ruta no tiene pérdida. Atravesaremos todo el caserío de Masca por la iglesia de la Inmaculada Concepción y tomaremos un sendero que aparece a la izquierda. Antes de comenzar la caminata veremos un cartel que nos indica que existe peligro de desprendimientos y que transitar por el barranco entraña un riesgo y por lo tanto el que lo hace es bajo su responsabilidad. El aviso puede asustar un poco y es cierto que puede haber algún desprendimiento, pero caminando por la ruta señalizada y tomando las precauciones básicas, no hay nada que temer.
La ruta no tiene pérdida y además es normal encontrar a otras personas haciéndola. Descenderemos poco a poco por el barranco encajonados entre los muros de roca que no dejan entrar ni el sol. Eso es bien recibido, ya que en una jornada de calor evita que terminemos asfixiados. En algunos tramos habrá que tener especial cuidado por dónde pisamos ya que el pie se nos puede quedar atrapado en alguna roca y el esguince está servido.
Tras la bajada aparecerá radiante la playa de Masca. Es de guijarros, pero el agua está cristalina. Nosotros aprovechamos para comer allí y darnos un baño antes de la llegada del barco. Otros turistas prefieren esperar en el pequeño embarcadero que vemos a nuestra derecha y desde allí darse el chapuzón. Una vez que llegue el barco tomaremos asiento, nos agasajarán con un refresco que es muy bien recibido y disfrutaremos del impresionante acantilado de Los Gigantes. No sólo habrá que estar pendientes del acantilado, también deberemos mirar hacia el agua porque en esa zona se deja ver el delfín mular. Nosotros no tuvimos suerte y ese día estaba perezoso y no apareció.
El barco acaba su trayecto en el puerto de Los Gigantes, una zona muy turística de la isla tinerfeña. Para volver a donde teníamos el coche se puede optar por coger un taxi (entre 20 y 25 euros) o un autobús, aunque esta opción es más enrevesada. Es obvio que si se comparte el taxi con otras personas que hayan hecho la ruta nos ahorraremos un dinerito. Además, el camino de vuelta hasta Masca merece mucho la pena, ya que transita por una estrecha y serpenteante carretera que nos ofrece unas bellísimas vistas de esa zona de Tenerife.
Al margen de la recomendación lógica de llevar ropa adecuada, calzado de montaña y abundante agua, ni que decir tiene que esta ruta es desaconsejable si es un día lluvioso. Hay que tener en cuenta que, como un barranco que es, el agua de la lluvia baja por el sendero marcado hasta la playa por lo que el peligro sería mayúsculo.
Os preguntaréis si nadie hace el camino de ida y vuelta. Algún valiente vimos, pero si la dureza de la bajada es bastante elevada, imaginaos la subida. Además, de esta forma nos perderíamos el recorrido en barco por el acantilado de Los Gigantes. Sería un esfuerzo casi sobrehumano sin ninguna recompensa.
Los que conocen bien Tenerife coinciden en señalar que la bajada del barranco de Masca es la ruta senderista más bella de la isla, al igual que en Gran Canaria brilla con luz propia la subida al Roque Nublo. Nosotros fue la única que hicimos, pero el recuerdo es muy gratificante a pesar del esfuerzo. Una cara diferente de Tenerife que el amante del senderismo no se puede perder.
Muchas gracias por tu gran descripción.
Gracias Eva, me alegro que te haya gustado. Insisto en que es una ruta dura, pero que merece realmente la pena. No dudo que haya otras en Tenerife más apasionantes, pero la del Barranco de Masca la tendremos siempre en el recuerdo. Un saludo.
Pablo tienes razón, es una bonita ruta, pero Jose también la tiene, aunque comparto que no son las formas de decir las cosas. Yo les haría el planteamiento de dejar el vehículo en Los Gigantes, coger un taxi que te lleve a Masca y luego el barco hasta el puerto deportivo de Los Gigantes, donde nos esperaría nuestro coche, sin tener que pensar que tendríamos una vez hecho el pateo, coger un taxi que nos llevara a Masca para coger el coche y salir de Masca de nueva hasta nuestro domicilio.
Muchas gracias por tu comentario Ichasagua. El problema es que José ponía en duda los tiempos para realizar la ruta y que no fuera bonita. Las habrá más bonitas, estamos seguros, pero la del Barranco de Masca nos encantó. Te agradecemos mucho el consejo, porque tienes toda la razón. Es mucho más cómodo dejar el coche en Los Gigantes y coger el taxi hasta Masca. Si volviéramos a hacer la ruta seguiríamos ese planteamiento. Un saludo afectuoso.