Ruta de la cascada del Xiblu y el hayedo de Montegrande (Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa. Asturias). Dificultad: Fácil. Distancia: 8 kilómetros (ida y vuelta). Duración: 2 horas y 15 minutos aproximadamente
Vamos a viajar a un lugar privilegiado. Y no sólo porque se trata de un escenario de inmensa belleza y magnetismo. El privilegio le vino dado en el sentido más literal de la palabra. Nos encontramos en Asturias, concretamente en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. Muy cerca del límite con la comarca leonesa de Babia que marca el complicado y rudo puerto de La Ventana. Estamos en la Asturias más salvaje. En la que nos podemos encontrar osos por la noche atravesando la carretera o huellas de lobo plasmadas sobre la nieve. La que ofrece una naturaleza casi virgen alejada de masificaciones. El paraíso natural en la más amplia extensión de la palabra. En este lugar se ubican en un palmo de terreno las localidades de Páramo, Villa de Sub y La Focella. Las tres formaron el Real Privilegio. Una república independiente donde no se pagaban impuestos, los pastores, vaqueros o arrieros se convertían en hidalgos y todos sus habitantes gozaban de la misma libertad que un noble por muy modestos que fueran. Tan solo tenían que entregar anualmente al rey un caballo y un rocín y encender una vela el día de San Miguel. Poco precio para tan alta recompensa.
Este extraño episodio que nos regala la historia sucedió en el año 1033. El rey Bermudo III concedió este privilegio a las tres localidades que hoy pertenecen al concejo de Teverga. Y tomó esta decisión como recompensa por los favores que un vecino de Páramo, Manulfo Bellido, le hizo al rey Alfonso V, su padre y antecesor en el trono leonés. Hoy el Real Privilegio ya no existe, pero los visitantes gozamos de otros favores que nos vienen dados casi por arte de magia. Tienen que ver con la sensación única de sentirse libre en mitad de un inmenso hayedo. Dejarse mecer por el sonido del agua que cae furiosa, pero pacífica por una cascada que silba. Admirar la verdadera dimensión de la naturaleza en una tierra que no entiende de grandes complejos hoteleros ni hordas de turistas. Todos esos privilegios, que nos son pocos, los gozamos en los ocho kilómetros que tiene la ruta de la cascada del Xiblu y el hayedo de Montegrande. Un sencillo itinerario senderista que realizamos en un mes de junio con el bosque en plena ebullición y las temperaturas comenzando a subir.
Ruta de la cascada del Xiblu y el hayedo de Montegrande, senderismo en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa
Recalamos en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa en un intenso fin de semana donde realizamos la Senda del Oso en bici y la ruta de las Xanas, la conocida como el «pequeño Cares». Para rematar la jornada, y de regreso a Salamanca, hicimos una última parada para hacer la ruta de la cascada del Xiblu. Se inicia muy cerca de la localidad de Páramo, en una pista que parte de la carretera AS-228, la que une Asturias con León a través del puerto de la Ventana. La típica vía de montaña que se adentra en un paisaje tupido, casi salvaje. Un deleite para la conducción si se transita de día, pero un martirio si se hace de noche.
Junto a la propia carretera hay un pequeño aparcamiento en el que podremos dejar el coche y varios paneles informativos. Se trata de un itinerario con dos partes bien diferenciadas. En la primera contemplaremos el hayedo de Montegrande, la tercera superficie forestal más extensa de toda Asturias. Casi nada, tratándose de una región dominada por el verde. Son en total más de 1.500 hectáreas de bosque enclavadas al sur del concejo de Teverga y que alcanzan el límite con León. Como su propio nombre indica, las majestuosas hayas son las dueñas y señoras del paisaje, pero también hay otras especies como robles, abedules y serbales. Un espectáculo natural que viste su mejor cara en los meses de otoño. Por esta razón, la época de colores ocres, árboles que comienzan a desnudarse y ambiente melancólico, es sin duda la mejor para hacer la ruta de la casada del Xiblu y el hayedo de Montegrande.
Una de las ventajas de esta primera parte del itinerario es que es totalmente accesible. En paralelo a la pista por la que caminamos se ha construido una pasarela de madera de unos 500 metros. Una buena iniciativa que permite a personas con movilidad reducida poder deleitarse con el encanto de este lugar mágico del sur de Asturias. Es algo similar a lo que se ha hecho en la Sierra de Francia de Salamanca en la ruta de los Castaños Centenarios.
A los pocos metros de empezar la ruta veremos un panel informativo que nos indica el desvío a la fuente de las Vallinas. Su acceso es complicado, por lo que declinamos bajar para continuar rumbo a la cascada del Xiblu. Se dice que a esta fuente acudían a beber los leprosos con la esperanza de sanar sus llagas.
Continuaremos caminando por la pista durante unos 3,5 kilómetros sin ninguna dificultad ni apenas desnivel. Tan solo disfrutando del paisaje y escuchando el sonido del agua de algún pequeño arroyo. Poco antes de tomar el desvío que nos llevará hasta la cascada del Xiblu veremos otro panel informativo que nos indica la presencia de restos de corros, pequeñas construcciones ganaderas donde los pastores se cobijaban cuando tenían que pasar largas temporadas en el bosque al cuidado de los animales. Un buen lugar para contemplarlos es la cercana braña de Las Cadenas, también en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. También observamos construcciones de este tipo, pero más elaboradas, en la ruta del Lago del Valle en Somiedo. Son las denominadas como payozas.
Poco más adelante veremos otro panel que nos muestra el desvío hasta la cascada del Xiblu. A partir de este momento dejamos la cómoda pista y nos adentramos durante un kilómetro en un sendero por el que habrá que transitar con precaución. En la época en la que nosotros fuimos apenas ofrecía dificultad, pero hay que estar muy atentos de no resbalar en las rocas mojadas o no hundir las botas en el barro. Descendemos hasta el arroyo de La Verde que lo cruzaremos por un pequeño puente de madera. Veremos unas indicaciones hacia la propia cascada, el hayedo y la braña Las Navariegas de La Focella, puesto que esta ruta también se puede hacer desde esta última localidad. A partir de este momento comienza la ascensión hasta la cascada del Xiblu. Son poco más de 500 metros que nos llevarán sin pérdida alguna hasta el punto culminante de la ruta.
La cascada del Xiblu es en realidad una sucesión de tres caídas de agua con un desnivel de 100 metros. Su majestuosa imagen se vislumbra entre el intenso verde del bosque que nos regala un contraste singular. Su sonido envuelve un enclave del que gozamos en solitario. Un privilegio. Si para contemplar el hayedo de Montegrande es mejor el otoño, en el caso de la cascada siempre es preferible acudir en primavera, coincidiendo con el deshielo.
Para regresar al punto inicial tomaremos el mismo camino. En total la ruta se puede culminar en poco más de dos horas. Además, la presencia de abundante vegetación hace que en todo momento estemos protegidos del sol si las temperaturas son altas. Por el contrario, si acudimos en invierno es muy probable que nos encontremos con un paisaje totalmente nevado. Es la grandeza de la Asturias más salvaje. El privilegiado parque natural de Las Ubiñas-La Mesa que nos regala perlas como la cascada del Xiblu y el hayedo de Montegrande.
Buenos días. Una pregunta, por las fotos que habéis puesto, se ve una senda bastante ancha y en buen estado, ¿se podría realizar parte de la ruta con silla de bebé? En mi caso dispongo de una casualplay con ruedas de aire. Muchas gracias
Hola Miguel, gracias por visitar el blog. La primera parte de la ruta se puede hacer perfectamente con una silla de bebé. Es una pista amplia y en buen estado. Además, en el primer medio kilómetro tienes una pasarela de madera. De esta forma podéis contemplar el hayedo de Montegrande. Lo que ya no se puede hacer con silla es la parte de la ruta que llega hasta la cascada del Xiblu, porque es un sendero muy estrecho, con grandes piedras y más complicado. Un saludo.