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El agua. Fuente de vida. Dominarla ha sido el anhelo del ser humano. Contenerla en embalses, presas, azudes, aprovecharla de los ríos… Pero al agua, como todo elemento natural es indomable. Lo vemos cuando es capaz de inundar una ciudad entera y también cuando se desliza imparable en una gran cascada. Si hay un lugar en el mundo donde esta fuerza indómita adquiere un significado superlativo ese es Iguazú. Las cataratas del Iguazú. Los saltos de agua más espectaculares del mundo. Y es en plural, porque el Parque Nacional que comparten Argentina y Brasil es un cúmulo de cascadas. La serpiente Boi en su propósito de acabar con el amor de Tarobá y Naipí, provocó esta inmensa abertura donde el río Iguazú se va dejando caer de forma suicida para regalarnos estampas que quedan en la retina. Esta es la leyenda porque la realidad dice que el macizo basáltico que se encontraba en este punto estratégico de la frontera argentino-brasileña se hundió en el curso del río Iguazú para formar lo que vemos hoy.
Aunque todos y cada uno de los saltos de agua son apabullantes y mucho más para los que vivimos en un país donde este tipo de fenómenos escasean, hay uno que es la joya de la corona. Hablamos de la Garganta del Diablo, el punto álgido de las Cataratas del Iguazú. Una inmensa ‘lavadora’ en continua centrifugación que, en días soleados, dibuja un arco iris gracias al humeante polvo de agua que desprende. Mirar hacia abajo desde la pasarela que llega hasta esta caída es divisar una nebulosa que golpea el rostro con millones de fragmentos de agua. Si alguna vez llega el fin de mundo, nos imaginamos a todos los humanos cayendo uno a uno por este infierno. Al menos no sería doloroso. “El bien y el mal dinámico y cambiante”, dice Alfonso Ricciutto en un verso que se puede leer junto a la garganta. La furia más bella de la naturaleza. El diablo más angelical.
Pero las Cataratas del Iguazú tienen otro pequeño demonio que también muestra dos caras muy diferentes. Hablamos del turismo. No podemos criticarlo porque nosotros hemos sido turistas en Iguazú. En el hotel donde nos hospedamos, el taxista que nos llevó al parque, en el supermercado donde compramos algo de comida o en el restaurante donde comimos están encantados. Pero las cascadas de gente que visitan cada día este maravilloso enclave han tenido su efecto negativo en el ecosistema. La construcción de cientos de alojamientos ha provocado la tala incontrolada de árboles que servían como barrera natural para que hasta el río Iguazú no llegasen toneladas de sedimentos. Antes el agua de su caudal era transparente y hoy tiene un color rojizo que ha dañado a los peces y a otras especies de la zona.
El turismo también provoca que hacer una fotografía en la Garganta del Diablo sin que a tu alrededor salga alguna cabeza, un trozo de brazo o el gorro de un chubasquero sea una misión casi imposible. Vosotros en estas imágenes veréis un paisaje idílico donde solo estamos nosotros y las cataratas. No os lo creáis. Es irreal. A nuestro lado teníamos a decenas de personas. Aun así tuvimos suerte y no visitamos el parque con una ocupación excesiva.
¿Dónde alojarse para visitar las Cataratas del Iguazú?
Para visitar las cataratas nos alojamos en la ciudad argentina de Puerto Iguazú dentro de nuestro viaje a Argentina por libre. Es una población creada al albor del turismo. No tiene nada de relevancia salvo el conocido hito de las tres fronteras desde donde se puede ver territorio de Brasil y Paraguay separado por los ríos Iguazú y el Paraná. Nuestro alojamiento fue La Aldea de la Selva Lodge, un coqueto hotel compuesto por cabañas rodeadas de vegetación autóctona (lo puedes reservar en este enlace sin coste añadido y así ayudas a este blog). Un lugar muy agradable para relajarse y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Acabamos en este alojamiento sin quererlo. Habíamos reservado en un primer momento en El Pueblito, otro hotel similar cercano, pero cuál fue nuestra sorpresa que a la llegada dijeron que nuestra cabaña había sufrido daños por las lluvias y nos habían buscado alojamiento en otro hotel. Llamaron a un taxi para que nos llevara al lugar donde nos habían derivado e hicimos el ‘check-in’. Cuando ya nos disponíamos a llevar el equipaje a la habitación, llaman desde El Pueblito para decir que se habían equivocado y ese no era el hotel al que nos habían derivado. Otra vez llegó el taxi que nos llevó por fin al lugar correcto, La Aldea de la Selva.
Impresentable la actitud de El Pueblito. No solo por eso. Nuestra llegada al hotel se produjo al día siguiente de lo previsto por un retraso en los vuelos (pagamos una noche que no disfrutamos). Avisamos de esta circunstancia al hotel por correo electrónico hasta en dos ocasiones. Reconocieron haberlos recibido, pero no dieron ninguna explicación de porqué no contestaron ni pidieron disculpas. Vamos, que como íbamos a llegar más tarde le dieron la habitación a otro y se quedaron tan panchos.
En La Aldea de la Selva, nada que objetar. Aunque se encuentra un poco alejado del núcleo urbano de Puerto Iguazú, es algo menor porque ofrecen media pensión con una cocina de calidad y elaborada. El desayuno es completo y variado y el lugar es una auténtica belleza. La madera domina tanto la estancia principal, donde se ubica el restaurante, como las propias cabañas. Sillas, mesas, lámparas, adornos, estanterías y persianas. Todo está realizado a base de troncos uniformes que dan un resultado sorprendente. Las cabañas se van ubicando a lo largo de un tupido bosque de especies autóctonas que otorga paz y descanso. Además, cuenta con una piscina para aplacar las altas temperaturas que se registran en la zona. Hablamos de un clima tropical donde los valores pueden llegar a los 40 grados incluso en el invierno austral y donde la humedad es muy elevada.
¿Cuál es la mejor manera de visitar las cataratas más espectaculares del mundo?
La visita al Parque Nacional de Iguazu requiere dos días. Uno para recorrer el lado argentino (el más extenso y en el que se divisan las cascadas desde diferentes ángulos) y medio para el brasileño (ofrece una visión panorámica de las cataratas). Hay personas que han visitado todo en un día, lo que obliga a madrugar e ir prácticamente a la carrera cuando un lugar así hay que saborearlo y disfrutar, especialmente de los rincones donde se encuentre algo de intimidad.
Si es posible lo ideal es visitar en primer lugar el lado brasileño de las Cataratas del Iguazú. ¿Cuál es el motivo? Dejar las emociones fuertes y el plato principal para el final. Desde Puerto Iguazú hasta Foz de Iguazú, la ciudad homóloga que Argentina tiene en Brasil y a la que pertenece el parque nacional, se puede viajar en taxi, coche de alquiler o en autobús. Como andábamos muy justos de tiempo usamos el mismo taxista que nos hizo el baile de hoteles para llevarnos al lado brasileño, al argentino y también al aeropuerto. Su nombre, Pablo de la Cruz. Todo amabilidad y educación. Los que quieran ponerse en contacto con él pueden escribirnos un correo electrónico y le daremos su teléfono.
Es imprescindible llevar consigo el pasaporte ya que tenemos que hace un cruce de frontera. Es muy cómodo y sencillo y solo consiste en que los trabajadores de aduanas de Argentina y Brasil te sellen el pasaporte. Ni visados, ni registros, ni controles extraños. Nada que ver con las esperas e historias que viven muchos viajeros en las fronteras de otros países. Nosotros teníamos reciente el paso de Israel a Jordania, que sin ser problemático, nos llevó más tiempo. La entrada al Parque Nacional do Iguazú tiene un valor de 65 reales (15 euros). No es necesario cambiar moneda puesto que el pago se puede realizar con tarjeta (que aprendan en los parques nacionales argentinos donde solo admiten efectivo).
Las Cataratas del Iguazú, desde el lado brasileño
El recorrido de las Cataratas del Iguazú en el lado brasileño es muy sencillo. Sota caballo y rey. Se toma un autobús en el centro de visitantes, se llega hasta la tercera parada y se inicia el recorrido por una serie de escaleras y pasarelas que ofrecen diferentes perspectivas de las cataratas. Es un recorrido cómodo de un kilómetro y medio y al final hay otra parada de autobús para regresar al punto de partida (consulta el mapa del parque). El momento culminante se vive justo al final donde una pasarela lega hasta el inicio de una de las cascadas ofreciendo imágenes muy hermosas. También se ha instalado un ascensor que ofrece una panorámica más elevada e igualmente interesante.
En unas dos horas y media hicimos todo este recorrido que se pude completar con otras actividades que ofrece el parque como un safari y paseos en barca por el río. Los que vayan con niños también pueden hacer una parada en el Parque Das Aves (40 reales, 10 euros), situado a apenas 500 metros del parque nacional. Se trata de un espacio en el que contemplar aves en cautividad de la zona como tucanes, guacamayos, etc.
Una recomendación más, junto a la frontera hay un restaurante de buffet libre llamado Churrasqueria Brasil donde es posible comer buena carne sin límite. Un precio no excesivo y una buena calidad a pesar de ser lo que los argentinos llaman tenedor libre. Entre las dos fronteras también se encuentra un centro comercial ‘dutty free’ en el que muchos argentinos salen con bolsas llenas de compras, pero que a nosotros no nos pareció que tuviera unos precios mejores que en España.
La visita a las cataratas, desde el lado argentino
Para visitar las cataratas desde el lado argentino hay que madrugar, especialmente si se acude en temporada alta. Lo ideal sería, si es posible, no acudir en fin de semana. A la hora de programar un viaje a Argentina por libre tener este dato muy en cuenta. De esa forma podréis visitar el parque de una manera más “decente”, porque de lo contrario os veréis envueltos en una marabunta que terminará por consumir vuestra paciencia. La entrada son 500 pesos por persona (12€) y existe la posibilidad de obtener un descuento del 50 por ciento en la entrada de ese segundo día.
El presidente argentino, la Garganta del Diablo y una “lucha” en taquilla
La extensión del parque nacional argentino es lo suficientemente amplia como para dedicarle un día al completo. Nosotros tuvimos que dividir la visita en dos jornadas. El motivo fue que, cuando a última hora de la tarde nos disponíamos a acudir a la Garganta del Diablo, el acceso estaba cerrado. ¿El motivo? El presidente de Argentina, Mauricio Macri, visitaba ese día las Cataratas del Iguazú. Cuando compramos la entrada por la mañana no nos informaron de esta circunstancia, algo que nos hubiera hecho organizar nuestro tiempo de otra manera. En ese momento nos veíamos ante el “desastre” de quedarnos sin ver la Garganta del Diablo. Afortunadamente al día siguiente disponíamos de unas horas antes de tomar el vuelo a Buenos Aires, por lo que acudimos a taquilla a reclamar nuestros derechos. En un principio nos ofrecían la posibilidad que le bridan a todo el mundo: comprar la entrada del segundo día al 50% de descuento. Pero insistimos que teníamos derecho a ese acceso gratuito por el perjuicio que nos había ocasionado la visita del presidente sin previo aviso. Después de un toma y daca logramos lo que era de justicia y al día siguiente pudimos disfrutar de la joya de la corona de las Cataratas del Iguazú.
Senderos de las Cataratas del Iguazú
El parque nacional Iguazú cuenta con cinco senderos señalizados con diferentes colores que en ningún caso superan los dos kilómetros. En este mapa los podéis consultar pero vamos a hacer un repaso breve por ellos.
Sendero verde (600 metros). Es el camino que comunica el centro de visitantes con la zona desde la que parten el resto de rutas.
Circuito superior. Rojo (1.750 metros). Interesante recorrido que, a través de pasarelas y senderos, permite contemplar algunos de los saltos que conforman las Cataratas del Iguazú. Si se visitan antes de acudir a la Garganta del Diablo, su magnetismo será aún mayor. Estas pequeñas cascadas tienen el nombre de Dos Hermanas, Chico, Bossetti, Adán y Eva, Gpque, Mbiguá y San Martín.
Circuito Inferior. Azul. (1.400 metros). Sendero que transita más próximo al cauce el río Iguazú y permite contemplar otra perspectivas de los saltos Chico y dos Hermanas. Además llega hasta los saltos Alvar Núñez y Lanusse y baja hasta la misma orilla del río para tomar el barco gratuito que conduce hasta la isla de San Martín. No confundir con las lanchas de las actividades de pago que permiten calarse hasta los huesos al situarse debajo de alguna de las cascadas.
Isla de San Martín. Amarillo (700 metros). Una vez que el barco nos ha llevado en menos de cinco minutos a la isla de San Martín, podemos realizar una ruta circular de 700 metros. Es uno de los lugares más tranquilos y apacibles del parque nacional ya que muchos visitantes lo pasan por alto. Durante el recorrido estuvimos prácticamente solos. Su interés radica en disfrutar de unas fantásticas panorámicas de los saltos Escondido y San Martín, los dos más espectaculares tras la Garganta del Diablo.
Garganta del Diablo. Naranja (1.100 metros). Es el sendero que llega hasta la Garganta del Diablo en paralelo a la vía del tren. Si se dispone de poco tiempo, se puede optar por usar este medio de transporte. O tomar el camino intermedio, que es el que hicimos nosotros. Realizar la ida en tren y la vuelta caminando. Suele estar poco frecuentado ya que la mayoría de los visitantes se decanta por la opción “cómoda”.
Senderos Macuco y Yacaratiá. Para los que dispongan más tiempo y sean amantes del senderismo por la selva, existen dos senderos de más extensos que se adentran en la frondosa vegetación y brindan la oportunidad de disfrutar de la fauna autóctona como coatíes, monos caí y todo tipo de aves. Se trata del sendero Macuco (7 kilómetros ida y vuelta) y el Yacaratiá (11 kilómetros ida y vuelta). Son totalmente llanos y el primero de ellos permite ver otro de los saltos del parque, el Arrechea.
El tren, una ayuda para agilizar la visita. Los que no sean demasiado amigos de caminar tienen a disposición un tren gratuito con el que ahorrarse el trayecto hasta la Garganta del Diablo y los primeros 600 metros entre el centro de visitantes y la zona de restauración. A donde no llega el tren es al resto de cascadas que sólo se pueden disfrutar realizando los senderos anteriormente descritos.
Consejos para visitar las Cataratas del Iguazú
Para finalizar os dejamos un ramilletes de consejos fruto de nuestra experiencia de dos días en las Cataratas del Iguazú.
- Es imprescindible llevar ropa cómoda y botas se senderismo No olvidemos que estamos en la selva, no en un museo. Hay barro y agua. Nosotros acudimos en época de lluvias y durante un buen rato no paró de caer agua. Por lo tanto es fundamental ir equipados con un chubasquero. De esta forma nos ahorramos comprarlo allí por un ojo de la cara.
- Aunque existen varios restaurantes de comida rápida, la calidad y los precios no son demasiado seductores. Es mejor acudir a uno de los supermercados de Puerto Iguazú o Foz do Iguaçu, comprar “material” para hacer unos bocadillos y llevarlos ya preparados.
- Para disfrutar de la Garganta del Diablo sin una marabunta de turistas, es mejor acudir a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Nosotros nos decantamos por la segunda opción. Hay que recordar que el parque tiene horario de 7:30 a 18:30 horas del 1 de octubre al 31 de marzo y de 8:00 a 18:00 horas del 1 de abril al 30 de septiembre.
- Está de más recordar que el respeto al entorno tiene que ser absoluto. No hay que arrojar basura, ni molestar ni dar de comer a los animales y sólo se puede circular por los senderos habilitados.
- Para no acabar acribillado por las picaduras de los mosquitos hay que utilizar un buen repelent Y para protegerse del sol, crema solar y un sombrero.
- Si es posible, recomendamos ver primero el lado brasileño de las Cataratas del Iguazú y después visitar el lado argentino. Así la curva de las emociones irá de menos a más.
Qué recuerdos!!! Me encanta leer tus textos ahora que ya lo hemos visitado, se lo recomiendo a todo el mundo, es un viaje alucinante, pero debemos ser muy raros porque a nosotros nos gustó más el lado brasileño jaja, las vistas me parecieron más espectaculares al igual que la pasarela en la que acabas empapado, (eso sí más breve).
Muchas gracias Nerea. Nos alegra mucho que el artículo te haya traído buenos recuerdos de tu visita a las Cataratas del Iguazú. Nos parece interesante además lo que apuntas sobre que te gustó más el lado brasileño. El lugar es tan maravilloso que a cada persona le sorprende de una forma diferente. Es cierto que desde Brasil tienes una visión más general y el recorrido por la pasarela es una pasada. Al final una visita no se puede concebir sin la otra. Ambas se complementan y son imprescindibles. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Hola chicos!!!
Estoy interesada si me podeis dar el contacto de Pablo de la Cluz, el taxista que os hizo los transportes.
Si podeis mandarmelo al email cuanto antes os lo agradezco!!! ibane_osa@hotmail.com.
Un 10 el blogvuestro!!!
Un saludo,
Ibane
Muchas gracias por tu comentario Ibane. Te mandamos ahora mismo un correo electrónico con el contacto de Pablo para que puedas visitar las cataratas del Iguazú. Un saludo.
hola chicos .vamos a ir a argentina a mediados de octubre estoy leyendo vuestro blog y me encanta ,creo q me va a ser de gran ayuda,os agradeceria me mandaseis elcontacto de vuestro taxista y si podeis decirme cuanto cuesta el viaje desde puerto iguazu a las cataratas.Muchisimas gracias y un saludo. Mi correo es ,pradorigueiram@gmail.com
Hola Luz. Muchas gracias por visitar el blog. Ahora mismo nos ponemos en contacto contigo para facilitarte el teléfono del taxista. Un saludo.
Hola: gracias por compartir vuestra experiencia que ayuda muchísimo. Queremos ir en enero a Calafate y Usuhuaia y pensamos a ultima hora añadir las cataratas y andamos intentando fijar el tiempo que necesitamos para sacar el máximo posible de tiempo de disfrute. Dos días entiendo que serian completos así que son dos noches? tres?. El lodge me ha encantado y voy a intentar conseguirlo. Me interesa mucho el teléfono del taxista.
Gracias de nuevo
Hola Paqui. Muchas gracias por visitar el blog. Para visitar las cataratas del Iguazú hay que emplear al menos dos días completos. Por el problema de cambios de horarios de vuelos que relatamos en el post, nosotros sólo estuvimos una noche, pero llegamos el primer día temprano y nos fuimos el segundo día por la noche. Por lo tanto, la estancia fue prácticamente de esos dos días. Si ya quieres visitar otras cosas, necesitas más tiempo. Ahora te pasamos el contacto del taxista por email. Un saludo y gracias.
Hola Pablo! Gracias por el post!! Yo voy en Enero y nos gustaría pedirte el telefono del taxista. Nos podrias enviar un email?
Mil gracias!
Paula
Hola Paula, gracias por visitar el blog. Te escribo un email con el contacto del taxista. Un saludo.