Subida al Gorbea desde Pagomakurre (Vizcaya). Dificultad: Moderada. Distancia: 12 kilómetros (ida y vuelta). Duración: 5 horas aproximadamente
La subida del Gorbea es una de las rutas más populares del País Vasco y una experiencia fantástica para cualquier amante del senderismo o del montañismo. El Monte Gorbea está enclavado en el Parque Natural del mismo nombre y se extiende por las provincias de Álava y Vizcaya. La subida al Gorbea (1.482 metros) se puede realizar desde cinco puntos diferentes, pero la ruta más popular y cómoda es la que parte desde la plataforma de Pagomakurre, a la que se accede en coche desde la localidad vizcaína de Areatza.
Es tradicional que el 31 de diciembre o el 1 de enero de cada año, decenas de vascos acudan en familia a subir el Monte Gorbea. El objetivo es coronar su cima que está presidida por una cruz de 17,23 metros que tiene una estructura similar a la Torre Eiffel. Se trata de la tercera cruz que se coloca en el Gorbea, ya que las dos anteriores acabaron destrozadas víctimas de los vendavales.
¿Es difícil subir el Gorbea?
Aunque en muchos blogs sobre montañismo y senderismo podréis leer que la ascensión al Gorbea tiene una dificultad sencilla o fácil, no es del todo así. Para un montañero experimentado seguramente sea pan comido, pero para el aficionado al senderismo se trata de una ruta de dificultad moderada o difícil. Hay que tener en cuenta que si se hace en pleno invierno, y con el Monte Gorbea teñido del blanco de la nieve, hay que acudir con el equipamiento necesario para estas situaciones. Nosotros hicimos la ruta a finales de enero pero, aunque la nieve estaba derretida, el terreno estaba encharcado y embarrado lo que dificulta bastante la ascensión en su tramo final. Esta circunstancia va a estar siempre presente al tratarse de una zona en la que se registran abundantes precipitaciones, por lo que hay que tenerlo muy en cuenta.
Otro aspecto importante es que el segundo tramo de la ruta no está señalizado y hay que seguir el sendero que se ha ido creando en el terreno fruto de la erosión por el paso de cientos de montañeros y senderistas al cabo del año. No tiene mayor dificultad si nos encontramos con un día claro, pero puede presentar algún que otro problema si la niebla hace acto de presencia (algo bastante habitual en la zona). Por ello lo mejor es madrugar y comenzar el trayecto a primera hora de la mañana para evitar disgustos innecesarios.
¿Dónde alojarse para hacer la ruta de la subida al Gorbea?
Para realizar esta ruta nos alojamos en la localidad de Areatza (también conocido como Villaro), concretamente en el Hotel Balneario Areatza. Se trata de un bellísimo municipio vizcaíno ubicado en la comarca de Arratia-Nervión. Está enclavado en un paisaje privilegiado y es lugar ideal para desconectar y alejarse del mundanal ruido. El Hotel Balneario Areatza es una moderna instalación con un trato excelente. En la reserva teníamos incluida la cena y el desayuno y todo fue exquisito y de calidad. Muy recomendable.
Además, en el pueblo fuimos a un mesón tradicional en el que comimos de vicio (como no podía ser menos en el País Vasco) y a un precio de risa. Se trata del Bar Restaurante Eguzki (plaza de Gudarien) que tiene un menú del día por 11 euros con cocina casera y abundante. Una maravilla.
Cómo subir al Gorbea desde Pagomakurre, paso a paso
Pero vamos a la ruta. Justo enfrente de la bonita iglesia de Areatza sale una calle que nos llevará a Pagomakurre (aparece una indicación del Parque Natural del Gorbea). Basta con seguir recto con el coche durante aproximadamente 7 kilómetros. Se trata de una carretera estrecha, pero con buen firme, por la que deberemos ir con precaución ya que es normal que aparezcan caballos de montaña en el momento menos esperado.
Aunque por el camino veremos un par de aparcamientos y senderos que salen a un lado y al otro de la carretera, deberemos seguir hasta que la carretera se acabe, ni más ni menos. Cuando lleguemos a Pagomakurre dejaremos el coche en el amplio aparcamiento que hay junto a una pequeña casa que es un bar que abre en la época veraniega. Justo en ese punto comenzará la ruta.
El primer tramo del trayecto es el más cómodo porque discurre por un amplio camino en el que apenas notamos que vamos cogiendo altura. Al mismo tiempo es la parte en la que el paisaje es menos llamativo.
El camino desemboca en un lugar de una extraordinaria belleza que son las campas de Arraba. El verde del terreno en contraste con el gris de la roca de la Peña Lekanda da lugar a un escenario de montaña idílico. Merece la pena pararse unos minutos en las campas de Arraba y disfrutar. Unos metros más adelante veremos que sale un desvío a nuestra derecha que lleva hasta el refugio de Elorria. Habrá que seguir por la indicación que marca la subida al Gorbea. Se trata de un camino que no tiene pérdida y que está rodeado de arbolitos a ambos lados.
Llegará un momento en el que el camino se difumine un poco y habrá que dejarse guiar por el sendero formado en el terreno por la erosión del paso de las cientos de personas que hacen cada año esta ruta. Incluso hay tramos en la tierra está protegido con unas mallas para evitar que se siga desgastando.
Pasaremos de largo por un frondoso hayedo que forma parte del bosque de Egiriñao y que se encuentra junto a otro gran refugio, el del Club Juventus. A partir de este momento, divisaremos sin confusión la cima del Gorbea y sólo habrá que iniciar una fuerte subida que, como apuntaba antes, se puede complicar un poco por lo embarrado que está el terreno.
Los últimos metros son de gran dureza, pero la visión de la cruz que preside el monte nos empujará para alcanzarla y presumir de haber subido el Gorbea. Allí podremos ver la imagen de la Virgen de Begoña y un bonito buzón en el que se podrá introducir un mensaje.
La vuelta se realiza por el mismo camino y por ello en el track de Wikiloc que podéis ver en la parte superior del post figura sólo el trayecto de ida.
Aunque nosotros hicimos esta ruta en enero, lo ideal es disfrutar de ella en los meses de primavera o verano. Los aficionados al montañismo y la nieve seguramente preferirán hacerla en invierno. Es cuestión de gustos, fuerzas y espíritu aventurero. De una forma o de otra, es una experiencia muy aconsejable para gozar de uno de los parajes más atractivos del País Vasco.
