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Como Buda y Pest. Dos localidades separadas por un río que se unieron para formar uno de los pueblos más bonitos de España. El Burgo de Osma es un motivo de peso para desplazarse a Soria. En un casco histórico cuidado con mimo sobresale su esbelta Catedral. Pero también lo hacen los restos de un castillo que vivió mil y una vicisitudes. En este post te contamos qué ver en El Burgo de Osma sin olvidarnos del estómago. Porque esta ciudad soriana también es mundialmente famosa por sus Jornadas de la Matanza, donde los productos ‘kilómetro cero’ del cerdo son los protagonistas. Bienvenidos.
Cómo llegar a El Burgo de Osma
Si Soria es el epicentro de la llamada ‘España vaciada’ es en parte por el olvido al que ha sido sometida en materia de comunicaciones e infraestructuras. Por eso llegar a El Burgo de Osma no es una tarea fácil, pero no imposible. Desde Valladolid hay que tomar la carretera N-122, la misma que transita junto a las bodegas y viñedos de la Ribera del Duero. La misma que los pueblos vallisoletanos, burgaleses y sorianos que la atraviesan llevan reclamando que se convierta de una santa vez en autovía. Existe algún pequeño tramo en marcha y varios puntos en obras que complican aún más la circulación.
Desde Madrid, tenemos un tramo de autovía (A-1) hasta Cerezo de Abajo, pero después 72 kilómetros de nacional (N-110 y N-122) hasta El Burgo de Osma. En total, poco más de dos horas de viaje. Esta localidad soriana no tiene estación de ferrocarril, por lo que si queremos usar este transporte lo tendríamos que hacer llegando a las estaciones de Soria o de Aranda de Duero.
Dónde alojarse en El Burgo de Osma
No es algo muy habitual, pero existen localidades en todo el mundo que están íntimamente ligadas a un hotel. Pasó en nuestra Salamanca durante muchos años con el inolvidable Gran Hotel. Y en El Burgo de Osma sucede con el Virrey Palafox. Un clásico que se adapta a los nuevos tiempos y que se ha convertido en un gran dinamizador del turismo y la economía local. Y todo gracias a sus Jornadas de la Matanza. Un acontecimiento único en España donde cada fin de semana de enero a abril, El Burgo de Osma se convierte en una auténtica fiesta para saborear los manjares que ofrece un animal del que se aprovechan hasta los andares.
Durante nuestra estancia en esta localidad soriana nos alojamos en el hotel II Virrey. Tiene cuatro estrellas y llama la atención su emplazamiento. La puerta principal se sitúa junto a la carretera N-122 por lo que el acceso es muy cómodo y la facilidad de aparcamiento, absoluta. Sin embargo, la puerta trasera comunica directamente con la principal vía del pueblo, la calle Mayor. Una ubicación magnífica que permite conocer de una forma más cómoda todo lo que ver en El Burgo de Osma.
El clasicismo marca una decoración donde sobresale la imponente escalera que engrandece el hall. Posee 52 habitaciones, algunas de ellas se encuentran reformadas para adaptarse a los nuevos tiempos. La nuestra, por ejemplo, tenía un baño completamente nuevo y un balcón con vistas a la Plaza Mayor. Uno de sus puntos fuertes es el desayuno, compuesto por productos locales y de calidad. Desde bollería de una panadería de la zona hasta manzanas cultivadas en Soria. El desayuno se sirve en el salón Don Manuel, y justo enfrente está el Doña Remedios, donde tiene lugar cada domingo de las Jornadas de la Matanza el original Vermú Matancero.
Siete lugares imprescindibles que ver en El Burgo de Osma
Un fin de semana es idóneo para conocer todo lo que ver en El Burgo de Osma. Pero también es posible acudir más días para escaparse hasta el parque natural del Cañón del Río Lobos y desplazarse hasta la siempre atractiva y desconocida capital soriana. Nosotros de momento vamos a hacer un recorrido por aquellos lugares imprescindibles en los que detenernos en El Burgo de Osma-Ciudad de Osma, que así es como oficialmente se llama esta villa.
Catedral de la Asunción de Nuestra Señora
El Burgo de Osma no se puede entender sin su catedral, pero tampoco sin la figura de San Pedro de Osma. Después de la ocupación musulmana, este monje francés fue el encargado, a finales del siglo XI, de repoblar este rincón del entonces condado de Castilla. Cuando pensaba que iba a ser un camino de rosas, se topó con la hostilidad del conde que dominaba el castillo que hoy podemos contemplar en un cerro a las afueras de la localidad. Esa lucha de poder obligó a San Pedro de Osma a levantar la catedral lejos de la fortaleza. Fue un templo románico, pero sobre el que se construyó otro gótico dos siglos más tarde. Del primitivo quedan algunos vestigios como la Sala Capitular, donde se puede contemplar la magnífica tumba de aquel monje francés, convertido en santo y que puso la primera piedra de lo que hoy es El Burgo de Osma.
La visita a la catedral de la Asunción de Nuestra Señora permite apreciar esa mezcla de estilos fruto de constantes añadidos y ampliaciones. Una de las más ambiciosas fue la patrocinada por Carlos III por el simple hecho de que su confesor era natural de esta localidad. El retablo, hecho al alimón por los geniales Juan de Juni y Juan Picardo. La cúpula de Sabatini (uno de los arquitectos del Palacio Real de Madrid) en la capilla dedicada a Juan de Palafox, virrey de México. El Cristo de 1100 del que dicen que brotó sangre de su cabeza. Los muros románicos emparedados. Y su torre de 72 metros obra de José de Lacalle. Todo un desafío arquitectónico por su altura y el suelo demasiado húmedo sobre el que se asentó. La catedral de El Burgo de Osma es una genialidad que es recomendable recorrer con una visita guiada para apreciar con más detalle cada una de sus joyas.
Plaza Mayor
Nada más abrir la ventana de nuestra habitación del hotel II Virrey nos encontramos con una grata sorpresa. La Plaza Mayor de El Burgo de Osma. Un ágora castellana de cabo a rabo donde los soportales abrigan un espacio repleto de vida. Centro neurálgico de la localidad presidido por el Ayuntamiento a un lado y el Hospital de San Agustín, al otro. Este último edificio es un imponente monumento que acoge la oficina de turismo y que cuenta con dos grandes torres, ejemplo del barroco castellano. Este es el estilo uniforme que marca un lugar donde, con buen tiempo, las terrazas de los bares le dan un ambiente singular. Una plaza donde tampoco puede faltar uno de los vecinos ilustres de El Burgo de Osma, el cerdo que es protagonista de sus Jornadas de la Matanza.
Calle Mayor
Es la arteria principal de El Burgo de Osma y el nexo de unión entre la Plaza Mayor y la Catedral. Porticada en gran parte de su trazado, acoge numerosas tiendas de recuerdos y de alimentación, así como los principales bares para tapear. Si queremos saborear ese auténtico manjar soriano como son los torreznos, nada mejor que hacerlo en la calle Mayor. Puede ser en cualquiera de sus bares acompañado de una copa de vino de Ribera del Duero o comprado en sus tiendas para degustarlo posteriormente en nuestras casas. Las auténticas barritas energéticas castellanas.
Castillo de Osma
Nada mejor que subir al Castillo de Osma para bajar la tapa de torreznos de Soria o incluso el gran festín de las Jornadas de la Matanza. Un empinado sendero que parte junto al río Ucero nos lleva hasta los restos de esta fortaleza que se encuentra en rehabilitación. Su origen data del siglo X y es una perfecta atalaya para divisar El Burgo de Osma y su entorno donde sobresale el desfiladero que ha ido formando el río Albión y su desembocadura en el Ucero.
Una de las leyendas asociadas a este castillo nos cuenta que en 1469 sirvió como refugio del entonces príncipe Fernando de Aragón que huía de la persecución del marqués de Villena y del conde de Medinaceli. Lo hacía vestido de mercader para pasar desapercibido y su objetivo era casarse en secreto con Isabel de Castilla. Uno de los guardines de la puerta creyó que era un intruso y le disparó con una ballesta que a punto estuvo de costarle la vida y cambiar el rumbo de la historia de España.
Universidad de Santa Catalina
La importancia de El Burgo de Osma fue tal que llego a tener universidad propia en el siglo XVI. Gracias al patrocinio del obispo Acosta, portugués de la bella localidad de Alpedrinha y prelado de Osma durante casi 25 años, la ciudad contó con este centro de formación que estuvo activo hasta 1841. Se trata de un edificio renacentista con pinceladas góticas como las gárgolas que se pueden apreciar en el patio, hoy cubierto por un gran techo de cristal. También veremos el omnipresente escudo del obispo Acosta, compuesto por cinco costillas y una rueda que recuerda el martirio de Santa Catalina.
La universidad de Santa Catalina fue oficina de Correos, cuartel, instituto y ahora acoge un hotel y balneario que ha permitido su total rehabilitación. Aunque no estemos alojados en él, podemos caminar por su patio y asomarnos a la zona termal gracias a una cúpula acristalada.
Museo del Cerdo
Uno de los símbolos de El Burgo de Osma es el cerdo y lo es gracias a las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox. Una iniciativa turística y gastronómica que se lleva celebrando desde 1974. Esa devoción por el cerdo y sus productos se ha reflejado en uno de los museos más singulares que podemos visitar, no sólo en Soria, sino en toda Europa. El Museo del Cerdo agrupa más de 12.000 piezas que tienen al gorrino como hilo conductor. En sus diferentes salas encontraremos objetos insospechados como corbatas, calzoncillos, artilugios de matanza, huchas, cuadros, carteles, peluches…
Posee además con una interesante sección internacional donde se muestra la importancia del cerdo en países como China, Estados Unidos o México, entre otros muchos. La entrada es gratuita y un momento ideal para visitarlo es antes del ritual de la matanza que se realiza delante de su fachada.
Ruinas de Uxama
El origen de El Burgo de Osma se localiza al suroeste de la actual ciudad, en la antigua Uxama. Esta población primero celtíbera y después romana tuvo una gran importancia y además se sitúa en una atalaya desde la que se podía controlar todo el entorno. Las ruinas de Uxama son visitables y cuentan con un aula arqueológica para entender su origen y significado. Entre los tesoros que se han localizado está la llamada Casa de los Pintos, una vivienda romana con más de 20 habitaciones. Un auténtico palacete de la época.
Recorrido exprés de la forma más sostenible
Si disponemos de poco tiempo para hacer un recorrido por todo lo que ver en El Burgo de Osma o queremos hacernos una idea general de sus atractivos antes de descubrirlos con calma, la ciudad pone a nuestra disposición un servicio muy original y sostenible. Se trata del pequeño autobús eléctrico de Turisocio, que hace un recorrido de cuatro kilómetros por los principales monumentos de la ciudad acompañado de una explicación. Este mismo autobús también hace una ruta nocturna que se complementa con un recorrido guiado a pie repleto de historias y leyendas.