Uno de los símbolos de Vigo es su Monte del Castro, una montaña que se eleva 133 metros sobre el nivel del mar para ofrecer las mejores vistas de la ría de Vigo
Nos encantan los miradores, esas atalayas en las que te sientes un privilegiado al tener ante los ojos panorámicas para el recuerdo. En cada ciudad que visitamos nos gusta explorar esos puntos que normalmente están más elevados y permiten obtener imágenes de auténtica postal. En este blog de viajes hemos hablado de los miradores de Lisboa y Oporto, por poner dos ejemplos de ciudades donde se aprovecha el hecho de contar con varias alturas. Pero en esta ocasión nos desplazamos hasta la ciudad de Vigo, concretamente hasta el Monte del Castro. Esta atalaya, que se alza a 133 metros sobre el nivel del mar, es uno de los parques más populares de la ciudad y se ha convertido en el mejor mirador de la ría de Vigo.
Qué ver en el Monte del Castro, una atalaya a la ría de Vigo
Visitamos la capital viguesa dentro de un viaje de tres días que nos llevó hasta Cangas de Morrazo (ver el post dedicado a comer en Cangas), las Islas Cíes y Baiona. Vigo se convirtió en el centro de operaciones desde el que nos desplazamos a estos puntos. Pero además, tuvimos tiempo de dar un pequeño paseo por el casco histórico de la ciudad y subimos hasta el Monte del Castro una agradable mañana de finales de agosto. Desde el Hotel Vigo Plaza, el alojamiento que elegimos, hasta la entrada de este parque, hay tan solo cinco minutos andando. Pero el esfuerzo mayor llega a la hora de adentrarse en los senderos del Monte del Castro que llevan hasta su cima. Hay que tirar de piernas para gozar, en la parte más alta, de las que indudablemente son las mejores vistas de la ría de Vigo.
Además de las panorámicas que ofrece el Monte del Castro (Monte O Castro en gallego), el lugar tiene un especial simbolismo para la ciudad. Y es que en sus faldas se localiza el origen de Vigo, ya que fue el lugar elegido para asentarse por sus primeros pobladores. Durante la Edad de Hierro, la ría de Vigo estuvo ocupada por numerosos castros que significaron las primeras aldeas permanentes del noroeste peninsular, de ahí el nombre del lugar. Para recordar ese periodo histórico, el Monte del Castro (anteriormente llamado Monte Terroso) cuenta con un yacimiento arqueológico en el que puede verse la réplica de tres construcciones castreñas de aquel momento. De martes a domingo se realizan visitas guiadas.
En la ascensión al Monte del Castro llama la atención la presencia de tres grandes anclas en una pequeña explanada en la que podemos hacer un alto en el camino. El monumento recuerda a la Batalla de Rande entre las tropas anglo-holandesas e hispano-francesas durante la Guerra de Sucesión Española en 1702.
Ya en la cima del Monte del Castro aparece castillo del mismo nombre, una fortaleza del siglo XVII cuya entrada es gratuita y desde la cual obtenemos las mejores panorámicas de la ría de Vigo y de parte de la ciudad gallega. El interior del castillo es, sin duda alguna, el espacio mejor cuidado de todo el Monte del Castro. Y es que, a medida que subimos, algunas zonas se encuentran un tanto descuidadas.
Algunas de las cosas que más llaman la atención de la fortaleza son el excelente estado de conservación de sus garitas, el crucero que preside la plaza que vemos nada más entrar y el denominado “saliente de Coya”. Precisamente en este último punto se encuentra una amplia barandilla para disfrutar de esas panorámicas tan deseadas de la ría de Vigo y de su puerto. Allí se ha colocado un panel informativo que nos explica todo lo que aparece ante nuestros ojos y ubica el lugar en el que se encontraban los castros de los primeros pobladores de la zona.
El Monte de Castro fue una de las agradables sorpresas que nos encontramos en Vigo y que nos sirvió además para comenzar la mañana con una caminata más exigente de lo habitual en una ciudad. A los que les cueste subir, pueden usar el coche para dejarlo a junto al recinto amurallado y hacer caminando los últimos metros hasta el castillo.