Comer en Cangas del Morrazo o en cualquier otro punto de Galicia y no regar las viandas con albariño es casi un pecado. Pero lo que no es tan habitual es que este vino blanco sea el ingrediente fundamental de un plato que cautivó nuestros estómagos. Merluza en salsa de albariño. Suena bien, y sabe mucho mejor.
Cangas del Morrazo, o Cangas a secas, es uno de esos lugares donde se saborean con intensidad las delicias paisajísticas y gastronómicas de la costa gallega. Situada en el lugar donde la ría de Vigo se fusiona con el Atlántico, Cangas posee una excelente playa urbana, la de Rodeira, donde un agua totalmente cristalina se mece al compás de los barcos que surcan la ría. Además, tiene la fortuna de contar con uno de esos cabos de ensueño que posee Galicia donde un vetusto faro, un escenario rocoso y una playa virginal conforman postales dignas del paraíso terrenal. Hablamos de la Costa da Vela y más concretamente del cabo de Home y la maravillosa playa de Melide.
Mi compañera Mercedes Casal me puso sobre la pista de todos estos parajes y también del lugar donde dimos buena cuenta de la merluza en salsa de albariño que protagoniza este post. El restaurante se llama O Bruño y, además de una cocina de muchos quilates, permite al comensal disfrutar de unas vistas privilegiadas de la ría de Vigo. Un auténtico acierto en un viaje que nos llevó también a comer de forma excepcional en Baiona y que también nos permitió visitar la ciudad de Vigo (ver el post dedicado al Monte del Castro, el mejor mirador de la capital viguesa) y, por supuesto, las Islas Cíes.
O Bruño, calidad-precio para comer en Cangas del Morrazo
El restaurante O Bruño (rúa Celso Emilio Ferreiro, 10) se levanta donde la fina arena de la playa de Rodeira desaparece y la ensenada de Cangas va dando paso al pequeño y coqueto puerto de la localidad. Una localización privilegiada donde el concepto “comida con vistas” alcanza su máxima expresión. O Bruño es de sobremesas largas sintiendo la brisa que se cuela por sus amplios ventanales. Es sinónimo de comida pausada y relajada en un entorno que invita a ello. Porque Cangas huye de la masificación y apuesta por la paz y el sosiego. Conceptos muy valorados en la costa española en pleno verano.
O Bruño cuenta con una amplia carta donde los pescados y los mariscos, como no podía ser de otra forma, tienen el protagonismo absoluto. Almejas, pulpo, lubina salvaje, gambas, arroces, paté de centolla, nécoras, sargos, bacalao… la lista es interminable. Y todo ello con unos precios bastante ajustados en relación con la calidad de los platos. En nuestro caso abrimos el festín gastronómico con un pulpo a feira (14€). Su presentación se asemeja más al pulpo a la brasa que sirven magistralmente en Portugal. Es decir, se sirve la pata entera en lugar de trocearla. Pero la preparación es la clásica de esta receta gallega con sus cachelos, aceite de oliva y pimentón. Muy tierno y jugoso. Por cierto, se sirve en una teja de barro. Un toque curioso que se ha convertido en el sello de la casa, ya que para presentar gran parte de los platos se usan recipientes y cazuelas de este material.
El pulpo puso el listón muy alto, pero no se quedan para atrás las gambas a la plancha (12€). De un tamaño considerable y con un toque de ajo y perejil que le da el puntito de ‘rock and roll’ al plato. Aunque estemos en Galicia y muchas veces se dé por descontado que estos productos tienen que ser de calidad, se valora esa perfecta simbiosis entre una excelente materia prima y una preparación cuidada y mimada.
Pero el festival llegó con el plato estrella de nuestra propuesta para comer en Cangas del Morrazo. La merluza con salsa de albariño (16€) llega a la mesa en una gran cazuela de barro acompaña de patata cocida, pimiento y una generosa cantidad de almejas. La salsa en cuestión está ligada, a medio camino entre líquida y espesa. Es un punto exacto para mojar pan hasta prácticamente reventar. La merluza se empapa de ese suculento “mar” y queda jugosa en su interior. Un auténtico festival. El plato es contundente y abundante y significó una muy grata sorpresa para los autores de este blog de viajes.
Una comida así hay que regarla con albariño como apuntaba al comienzo y para ello nos recomendaron el Bouza do Rei (13,50€). Muy buen caldo, aunque el precio se nos hizo un poco elevado teniendo en cuenta que hay otros albariños más ajustados y que también tienen una buena calidad.
La carta de postres de O Bruño también brilla con luz propia, siempre y cuando el estómago deje un hueco para las ‘golosadas’. Una tarta San Marcos con chocolate por encima y otra muy cremosa con bizcocho, nata, almendras y chocolate fueron nuestras peticiones. La mayoría de los postres tienen un precio de 4€ que hace que, junto al vino, se eleve un poco más la “dolorosa” de un lugar que, insisto, tiene unos precios muy ajustados teniendo en cuenta su calidad.
El recuerdo de esa merluza con sala de albariño que comimos en Cangas del Morrazo fue uno de los más nítidos de esa escapada a la provincia de Pontevedra donde la gastronomía ocupó un lugar medular.
No se si soy yo solo, pero tengo la boca agua y con ganas de unos mariscos, o esa merluza, que se ve estupenda. La presentación, el color y hasta puedo sentir el aroma… WOW! solo eso puedo decir! Y dar las gracias por compartir. Algún día probaré esas delicias de seguro.
Gracias por tus palabras Rizog. A cualquiera que le guste la gastronomía me imagino que le pasará lo mismo. Lo mejor no es la pinta, que es estupenda. Lo mejor es que todo lo que preparan allí está exquisito y además con vistas a la ría. No se puede pedir más. Un saludo y gracias por visitarnos.
Por recomendación vuestra estuve en O Bruño hace unos días. Corroboro la excelente calidad y ajustado precio. Fue cena, así que pedimos el pulpo (no lo sirvieron en teja sino en cazuela), la ensalada de tomates (espectacular) y la chalana de gambas. Postre: tarta australiana y empanada de manzana. Enhorabuena por vuestro blog.
Cómo nos gusta leer tu comentario Marta. Muchas gracias por compartir tu vivencia y nos alegra que la experiencia de comer en Cangas del Morrazo en O Bruño fuera tan satisfactoria. Nosotros guardamos un muy grato recuerdo. Un saludo y gracias por tus palabras.