El Caminito del Rey, la belleza de un sendero de vértigo

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La espectacularidad de este paraje natural llamó la atención de Hollywood y Frank Sinatra o Robert De Niro fueron dos de los valientes que se atrevieron a cruzarlo a más de 105 metros de altura. A pesar del gran atractivo visual que tiene caminar por las paredes del desfiladero más hermoso del sur de la provincia de Málaga, fue su peligrosidad la que hizo que el Caminito del Rey se diera a conocer al mundo entero. En el año 2001 tuvo que ser cerrado por las muertes que se registraron entre 1999 y 2000 y pese a ello han sido muchos los que años después han desafiado la suerte y lo han recorrido clandestinamente para disfrutar de primera mano de un sendero único.

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Sin embargo, desde su dilatado proyecto de renovación y posterior reapertura en 2015, poco queda de aquella experiencia de riesgo extremo y el Caminito del Rey se ha convertido en una ruta de senderismo segura, lo que ha hecho que el número de visitas se dispare hasta alcanzar el millón en tan solo tres años.

El Caminito del Rey sin reserva

Nosotras quisimos engordar esa lista y decidimos recorrerlo el pasado mes de julio, algo que no nos resultó nada fácil. Las reservas se realizan en esta página con mucho tiempo de antelación -al menos cinco meses- y cuando quisimos planear el viaje ya estaba todo pillado hasta octubre. Pero no estaba todo perdido. La organización tiene la obligación, como ocurre en otros sitios tan turísticos como La Alhambra, de vender todos los días a primera hora de la mañana en las taquillas 50 entradas libres a un precio de 10 euros por persona. No es posible comprarlas por internet por lo que el madrugón está asegurado.

En función del mes y de las previsiones meteorológicas el horario puede sufrir modificaciones por lo que es recomendable mirar el día antes este apartado para saber a qué hora abren las taquillas. En nuestro caso, abrían a las 9:30 horas por lo que estimamos estar en la zona de aparcamiento una hora antes ya que luego hay que caminar unos 15 minutos hasta llegar a las taquillas. Y menos mal, porque cuando llegamos ya había un grupo de excursionistas de 20 personas.

Para llegar en coche al Caminito del Rey hay que tomar la autovía A-357 siguiendo las indicaciones hacia Cártama para luego tomar la salida MA-5403 hacia Ardales/El Chorro. A partir de ese momento está perfectamente señalizado el Caminito. Hay dos opciones para dejar el vehículo que también se reflejan en los carteles: el acceso norte o sur. El Caminito del Rey tiene un único recorrido: comienza en la entrada norte (Ardales) y se finaliza en la sur (El Chorro). Pese a ello tienes las dos posibilidades para estacionar y en ambos casos tendrás que cogerte un bus lanzadera que cuesta 1,55 euros por persona para ir de un lado a otro. En nuestro caso, al querer estar allí de las primeras, preferimos dejar el coche en la entrada norte para no perder tiempo, aunque si se tiene ya la reserva ambas opciones son buenas. De hecho, la mayoría de los visitantes que acuden con la reserva online eligen la zona sur para así poder coger el coche nada más acabar el Caminito.

Siguiendo las indicaciones de la entrada norte, la de Ardales, llegamos fácilmente hasta un parking con un precio de dos euros por estacionamiento. Sin embargo, este aparcamiento no abre sus puertas hasta las 8.30 y debido a nuestro miedo de quedarnos sin entradas preferimos dejarlo en el aparcamiento habilitado en el restaurante ‘El Mirador’ (el autobús lanzadera de regreso nos dejó luego justo allí).

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Desde ahí iniciamos nuestra ruta a pie. Hay dos opciones: arrancar del conocido como ‘Túnel Grande’ que hay junto al restaurante ‘El Kiosko’, situado unos metros más adelante de el de ‘El Mirador’ (2,7 kilómetros); o hacerlo por un túnel peatonal (1,5 kilómetros) que encontramos a escasos metros del parking público. Nosotras elegimos este último al ser la distancia más corta hasta las taquillas.

La verdad es que el inicio de la caminata es cuanto poco tétrico. El pequeño cartel con anotaciones a bolígrafo está al lado de una gruta oscura y alargada (150 metros) que no invita a atravesarla pero que, a su vez, supone el camino más fácil hasta la entrada.

Una vez cruzada, el paisaje ya es prometedor: un cómodo camino de tierra repleto de pinos, eucaliptos, sauces y fresnos recorre las aguas azules del embalse de Gaitanejo hasta llegar a la caseta de recepción de visitantes, donde se unen varios caminos y a las 9.30 en punto conseguimos nuestras ansiadas entradas para comenzar el recorrido oficial (7,7 kilómetros que se tardan en recorrer unas tres horas).

Vistas del río Guadalhorce desde las taquillas del Caminito del Rey
Vistas del río Guadalhorce desde las taquillas del Caminito del Rey
Taquillas del Caminito del Rey
Taquillas del Caminito del Rey

Recomendaciones para realizar el Caminito del Rey

Aunque algunas parecen obviedades, es importante recordar que el Caminito del Rey es un espacio natural protegido y por tanto está prohibido encender fuego, tirar basura, fumar, salirse del sendero habilitado, o arrancar plantas. Pero además, su peculiar orografía obliga a seguir una serie de prohibiciones por seguridad, como quitarse la camiseta o el casco que la organización te proporciona en las taquillas, acceder con chanclas (vimos a varias personas a las que la organización le obligó a pagar unas deportivas a la entrada para poder acceder), subirse a las barandillas, llevar bastón o vara, acceder con menores de 8 años e, importante para los adictos a las redes sociales, usar palo selfie.

Personalmente, es recomendable llevar agua y sobre todo, no caigáis en nuestro mismo error, prismáticos.

Comienzo del Caminito del Rey
Comienzo del Caminito del Rey

Enfundadas en nuestros cascos y cámara en mano, arrancamos. Lo primero que nos encontramos es el vistoso desfiladero de Gaitanejo, un cañón que sorprende por las altas paredes calizas y su morfología debido a la acción erosiva. A lo largo del recorrido se puede disfrutar de las peculiaridades de la roca, formada por pequeñas cavidades y cuencos naturales conocidos como ‘Marmitas o Cambutas’ que cuelgan de las paredes o se forman en el fondo del desfiladero por la disolución de la caliza, una piedra que proporciona al paisaje unos colores grisáceos y rojizos que lo hacen aún más espectacular.

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El sendero se construyó porque la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, propietaria del Salto del Gaitanejo y del Salto del Chorro, necesitaba un acceso entre ambos puntos para facilitar el paso a los operarios y fue en 1921 cuando el rey Alfonso XIII inauguró el camino. Fue a partir de este momento cuando la gente comenzó a referirse a él como ‘Caminito del Rey’. Por ello otro de los puntos importantes del recorrido, dentro del segundo desfiladero conocido como ‘El Tajo de las Palomas’, es el ‘Puente del Rey’ que cruzó por aquel entonces el monarca.

Puente del Rey Caminito del Rey
Puente del Rey

Aunque son muchos los rincones que sorprenden, uno de los más recomendados para detenerse es el ‘Mirador de Rocas Llanas’ desde donde se puede disfrutar de una panorámica espectacular: la pared anaranjada del Tajo de Ballesteros en frente, la cantera del ferrocarril a la izquierda, y en todo lo alto los Tajos de Almorchón, con más de 660 metros de altura.

A través de estrechas pasarelas, poco a poco volvemos a tocar suelo y llegamos hasta el Valle del Hoyo, un tramo de frondosa vegetación que pasa por la charca del Sapito Pintojo, la casa del Hoyo y hasta por un refugio de murciélagos. Pero si hay algo que llama la atención al visitante es la posibilidad de disfrutar del vuelo de aves como el alimoche, el buitre leonado, el águila real, el halcón abejero y un largo etcétera. Aunque en un principio puede parecer un tramo menos atractivo al dejar de lado los famosos barrancos, el valle cerrado no deja de sorprender por la preciosa estampa del color verde del bosque de pinos con algunos manchones silvestres y la esmeralda del agua del río. Además, a lo largo del sendero encontramos distintos elementos de la canalización, como puentes, compuertas o taludes; y un sinfín de plantas como los zapatitos del señor, la campanilla de roca o la escoba.

Tajos de Almorchón Caminito del Rey
Tajos de Almorchón
Valle del Hoyo Caminito del Rey
Valle del Hoyo
Un buitre leonado desde el Caminito del Rey
Un buitre leonado desde el Caminito del Rey

El desfiladero de los Gaitanes, la sorpresa final

Llegados a este tramo, encontramos el desfiladero más singular de todos, el de los Gaitanes. La altura de nuestros pasos va in crescendo y por eso es el sendero más sobrecogedor, aunque hay que aclarar para los más miedosos que el Caminito puede realizarlo sin problema cualquier persona a excepción de aquellas que padezcan de vértigo, con movilidad reducida o enfermedades relacionadas con el corazón.

Desfiladero de los Gaitanes Caminito del Rey
Desfiladero de los Gaitanes

Aunque llegados a este punto estamos deseosos de llegar al gran puente colgante que protagoniza todas las promociones del Caminito del Rey, lo cierto es que antes hay varias curiosidades por descubrir. Una de ellas es la gran curva en la que, a modo de balcón, se observa plenamente el viaducto del ferrocarril y las dificultades técnicas que tuvieron para su construcción debido a la orografía. En 1860 se planteó la necesidad urgente de conectar Málaga con el resto de España y tan solo cinco años más tarde se inauguró la línea férrea que ha servido de vía de comunicación a la provincia hasta la llegada del AVE a Málaga en 2007. De hecho, esta zona se convirtió en un punto turístico ya que eran muchos los viajeros que decidían hacer parada en este conjunto montañoso para apreciar su belleza. Tanto es así, que los viejos raíles están presentes a lo largo de toda la visita.

Viaducto del ferrocarril Caminito del Rey
Viaducto del ferrocarril
Curva en el Caminito del Rey
Curva en el Caminito del Rey

Además del espectacular conjunto montañoso, algo que llama mucho la atención de este tramo es lo bien que se observa entre las tablas de la pasarela los restos del antiguo Caminito del Rey, muy deteriorado tras más de un siglo de vida, lo que invita a imaginar el peligro que corrían a diario tanto los trabajadores de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro como los habitantes de la comarca que lo utilizaban para hacer más fácil su comunicación.

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Nuevo y antiguo Caminito del Rey
Nuevo y antiguo Caminito del Rey

Después de continuas y estrechas curvas, al fin llegamos a la joya de la corona, el Puente Colgante. Junto a él se encuentra el antiguo Puente Acueducto de la Ribera que cumplía una doble función: servir para cruzar el agua de una vertiente a otra del desfiladero y como vía de entrada para las personas que antiguamente visitaban el Caminito del Rey. El habilitado hoy para el público se trata de una pasarela metálica anclada con altos tirantes a la pared situada en la boca del gran cañón la cual da cierto respeto recorrer. Y es que el ligero tambaleo del puente junto al suelo, de rejilla, deja ver a la perfección los 105 metros de altura al que nos encontramos. Antes de atravesarlo se observan varias placas que recuerdan a las últimas personas que perdieron la vida antes de que se realizara la restauración del Caminito del Rey. El más impactante fue el de tres jóvenes que fallecieron cuando decidieron tirarse de la antigua tirolina que servía para transportar material durante una madrugada en el año 2000. Se precipitaron desde 120 metros. Sin embargo, como indicábamos al principio la restauración lo convierte en un sendero completamente seguro y pudimos hasta fotografiar el fondo del valle.

Cuando parece que todo está concluido aún restan al menos 20 minutos para llegar a la pasarela de autobuses. Las escaleras pegadas a la majestuosa pared vertical nos supondrán el último esfuerzo antes de alcanzar la meta. En la parte final se puede observar una pequeña casa de tres plantas que era la residencia del ingeniero jefe Rafael Benjumea. El propio Alfonso XIII elegía este punto para tomar el café por las maravillosas vistas del desfiladero.

Puente Colgante y río Guadalhorce Caminito del Rey
Puente Colgante y río Guadalhorce
Vista del Puente Colgante Caminito del Rey
Vista del Puente Colgante
Pisando el Puente Colgante Caminito del Rey
Pisando el Puente Colgante
Puente Colgante Caminito del Rey
Puente Colgante

A partir de ahí, nuestra aventura toca su fin. Pero si tras la caminata se quiere recobrar fuerzas, después de coger el autobús lanzadera y volver al punto de inicio, siempre os podéis dar un baño en las aguas azules del río Guadalhorce y relajarse alquilando una de sus barcas a pedales.

Zona de baño del río Guadalhorce Caminito del Rey
Zona de baño del río Guadalhorce
Gema Masa
Gema Masa
Periodista y viajera

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Comentarios

2 COMENTARIOS

  1. Tras el «Camino de Hierro», otro caminito…el del Rey. Lo hice el domingo, y es espectacular. Pueden pasarlo mal quienes tengan respeto a las alturas.
    Yo no paraba de mirar las pasarelas del antiguo caminito, que discurren por debajo de las renovadas…la gente se metía allí a jugarse la vida.
    No es difícil, lo completé en algo más de dos horas. Las únicas agujetas que desarrollé fueron en el dedo de tanto tomar fotos 🙂

    • Gracias Marta por compartir tu experiencia en el Camino de Hierro. Como bien dices, los que tengan aprensión a las alturas pueden pasarlo un poco mal, pero compensa la experiencia de caminar por una vía férrea que fue una obra de ingeniería increíble. Se hace bien en unas tres horas y es cierto que es imposible parar de hacer fotos porque a cada metro te encuentras un paisaje espectacular. Un saludo y nos alegra que te gustara.

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