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La llamada Ciudad Perdida de los Incas es uno de esos destinos turísticos que alguna vez nos planteamos visitar una vez en la vida. Ningún viajero tendrá problemas para encontrar en la red abundante información sobre esta Maravilla del Mundo, pero una vez que se ha disfrutado de la experiencia de estar en Machu Picchu consejos y recomendaciones hay muchas que dar y conviene tenerlas en cuenta para evitar problemas y garantizar que nuestro viaje sea un éxito.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que a Machu Picchu se llega en tren. La ciudadela inca, escondida en lo alto de la Cordillera Central de los Andes peruanos, solo está accesible sobre ruedas por una pista serpenteante que asciende durante unos 25 minutos los casi 9 kilómetros que la comunica con el vecino pueblo de Aguas Calientes, y cuyo uso está reservado a los autobuses que tienen la concesión turística. Y Aguas Calientes es la estación final de la línea férrea que transcurre por el valle del rio Urubamba. Así que la cuestión que hay que plantearse es: ¿Cómo llegar a Aguas Calientes?
Machu Picchu: consejos para organizar el viaje
Para preparar una visita a Machu Picchu dentro de un viaje a Perú, es obligado prever una estancia en Cuzco como punto de partida. Desde la histórica y atractiva ciudad colonial, que merecerá un post exclusivo, parte la línea férrea (estación de Poroy) que recorre el Valle Sagrado haciendo escala en Urubamba y Ollantaytambo hasta Aguas Calientes.
Solo la compañia Perurail ofrece la ruta completa aunque desde enero este servicio se combina en un transporte en autobús hasta Urubamba y desde allí, tren hasta Aguas Calientes, con una duración total de viaje en torno a las 4,15 horas. A nuestro juicio, su elevado precio (por encima de los 320 euros) no lo sitúan como la opción más aconsejable.
El atractivo natural y arqueológico del Valle Sagrado, que conecta ambos lugares, aconseja en cambio planificar para visitar algunos de los interesantes lugares históricos como Písac, Urubamba, Salinas, Chinchero, Moray, Maras, etc. En Cuzco radican numerosas empresas que realizan servicios de transporte con guía para conocer las maravillas del Valle Sagrado en uno o dos días.
En función de la disponibilidad de tiempo y de las preferencias entre los distintos destinos, el viajero podrá elegir entre distintas rutas y precios para admirar con calma los vestigios de la civilización inca en un paisaje natural abrupto y sobrecogedor y contratar algún alojamiento en un punto intermedio. También se puede optar por un transporte directo en furgoneta o monovolumen (“combi”) de uso exclusivo o compartido, opción ésta más barata.
No os será complicado encontrar estos servicios: en la Plaza de Armas de Cuzco las ofertas al turista son continuas. Una vez decidido el plan de viaje, basta con concretar el transporte deseado y negociar el precio con una sonrisa.
Sea cual sea la opción elegida, para disfrutar tranquilamente de la visita a Machu Picchu es recomendable ascender a primera hora de la mañana y así aprovechar al máximo nuestra estancia en la ciudadela, por lo que se recomienda aprovechar al máximo la jornada anterior por el Valle Sagrado y llegar a primera hora de la tarde a Ollantaytambo, donde termina la carretera, con tiempo para ascender a las espectaculares ruinas incas de Ollanta (mínimo una hora y media) y tomar el último tren a Aguascalientes.
Elegir tren: dos opciones
Dos compañías ferroviarias comparten la concesión del tren entre Ollantaytambo y Aguas Calientes: PerúRail con varios servicios diarios que incluye el lujoso tren Hiram Bingham, cuyo nombre homenajea al descubridor “oficial” de Machu Picchu, e IncaRail. La duración media del viaje es en torno a 1 hora y 50 minutos y los servicios entre ambas compañías son muy similares. Los precios superiores en algunos de los servicios de PeruRail corresponden a que el tren cuenta con techo acristalado con vista panorámica o un servicio a bordo más variado.
Es obligado comprar los billetes con antelación en la página web de la compañía elegida, mejor de ida y vuelta para asegurar el retorno. Con la reserva impresa en mano, buscaremos en la estación de Ollantaytambo la oficina de nuestra compañía para retirar allí el billete que nos acreditará para el viaje, previa presentación en ventanilla de nuestro pasaporte y de la tarjeta de crédito utilizada para la compra.
A la hora de elegir el servicio, optamos por el tren básico de IncaRail en el que viajamos nosotros, ligeramente más económico que su competencia horaria (el precio medio de un billete de ida y vuelta es de 120 euros, en función de los horarios) y comparable en comodidad a un media distancia español, con snack y bebida de cortesía durante el viaje y dos asientos a cada lado del pasillo encarados con otros dos enfrente, lo que invita a entablar relaciones entre los viajeros.
Un dato importante antes de planificar el viaje: el tren de IncaRail no cuenta con compartimento para maletas y solo permite un equipaje de mano de 8 kilos máximo, con especificación de medidas (ver página web). Aunque ningún empleado de la compañía se molestará en comprobar el peso o dimensiones de vuestra mochila, conviene atender a estas instrucciones para evitar incidentes desagradables. Por eso recomendamos llevar a Macchu Pichu una mochila con los enseres imprescindibles para nuestra estancia y dejar el resto del equipaje en el punto de partida de la excursión, por ejemplo Cuzco.
Aunque entre la variedad de horarios no será difícil encontrar el servicio que encaje en nuestros planes, recomendamos viajar hasta Machu Picchu antes de la puesta de sol para disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece el cañón del Vilcanota, el bravo rio junto al que trascurre la vía férrea. Mirando en el sentido de la marcha, los asientos situados a la izquierda, en el lado del río, son los que ofrecen mejores vistas.
Aguas Calientes, el campamento base… y poco más
Si existen en Perú bellos pueblos y ciudades llenos de historia y encanto, que los hay en cantidad, Aguas Calientes no es uno de ellos. Esta pequeña ciudad , fundada en 1901 precisamente como asentamiento para los trabajos de construcción del ferrocarril, espera a los turistas encajonada en un tajo entre verdes montañas junto al Vilcanota y ofrece a cambio todo lo que necesitará el viajero a Machu Picchu: alojamientos a precios aceptables, oficinas de cambio, un balneario de aguas termales para poner a punto el organismo antes o después de la subida, un bullicioso mercado de artesanía situado entre las dos estaciones y restaurantes asequibles donde poder encontrar desde cualquier comida internacional a la cocina peruana más tradicional, como el típico cuy (conejillo de indias) al horno, uno de los platos nacionales del Perú.
Más allá de eso, la localidad (también conocida como Machu Picchu Pueblo) es un abigarrado conjunto de edificios funcionales de cemento y acero surcado por estrechas calles peatonales –recordemos que aquí no llegan los coches- que se convierten en un hervidero de gente ilusionada a primera hora de la mañana y satisfecha a última de la tarde. Pero en las horas centrales del día, con toda su población flotante visitando Machu Picchu, esas mismas calles se ven vacías.
La tarde en la que lleguemos a Aguas Calientes puede ser un buen momento para comprar los billetes de autobús a la ciudadela y evitar colas en la mañana siguiente. El puesto de venta se encuentra frente al apeadero (avenida Hermanos Ayar s/n) de donde los autobuses de la concesionaria parten continuamente, y atiende al público de 5 de la mañana a 9 de la noche parten. También pueden adquirirse en Cuzco, pero en cualquier caso de forma presencial y mostrando nuestro DNI. La tarifa es de 24 soles ida y vuelta y 12 el trayecto sencillo. Más información en la web de la compañía Consettur
Las entradas, desde casa
En el Centro Cultural Machu Picchu, situado en la calle en cuesta que reúne el mayor número de restaurantes (av. Pachacutec s/n) y junto a la plaza Manco Chapac, se ofrece información de servicio sobre Machu Picchu y de hecho es el único lugar donde podremos comprar entradas para el complejo. No os recomendamos, sin embargo, dejarlo para última hora.
Comprar las entradas al recinto debe ser lo primero que hagamos al planificar nuestro soñado viaje a Machu Picchu, y una vez confirmadas, será el momento de organizar todo lo demás en torno al Dia D, empezando por los billetes ida y vuelta de tren hasta Aguas Calientes. Esto se debe a que el número de personas que pueden acceder a la ciudadela está limitado a 2.500 al día, cifra mucho menor si el billete de acceso incluye el ascenso a la montaña Huayna Picchu.
Las entradas pueden adquirirse en la web oficial del Ministerio de Cultura peruano, donde se ofrece toda la información actualizada sobre tarifas y plazas disponibles cada día. La página ofrece la posibilidad de escoger el acceso entre varios tramos horarios para escalonar las visitas evitando las multitudes. También es posible escoger varias modalidades de visita. La entrada básica con recorrido por la mítica ciudadela cuesta 152 soles (41 euros) para los visitantes extranjeros y 64 para los peruanos (febrero 2017), pero también es posible incorporar a la entrada la subida al monte Machu Picchu o al Huayna Picchu (200 / 112), que es el pico que siempre vemos presidiendo al fondo la “postal” del recinto.
¿Qué opción de éstas es la mejor? Conviene aquí considerar dos aspectos principales: el tiempo disponible y la forma física. El único límite para la estancia es el horario del recinto, de 7 a 17 horas. Así que cuanto antes lleguemos, más tiempo podremos disfrutar del recorrido. Si se quiere evitar el tramo de mayor afluencia de visitantes (de 10 a 14 h.) , es buena idea subir al amanecer y disfrutar del espectáculo de los primeros rayos de sol entre las piedras incas.
Otra opción que encuentra cada vez más adeptos es la de ingresar pasado el mediodía, aprovechando la retirada de la mayoría de los visitantes que han de emprender viaje a Cuzco, y de esta manera aprovecharemos las últimas horas de apertura del recinto bastante menos congestionado de gente.
Dentro de la fortaleza inca
La visita básica por las distintas zonas y estancias de la ciudadela, que no está exenta de escalinatas poco exigentes, basta para sorprender y satisfacer plenamente al visitante medio. Pero si deseamos un “plus” que haga nuestra visita plenamente inolvidable, cualquiera de los dos picos nos esperan como un reto añadido.
La ruta del cerro Machu Picchu, situado a la izquierda del acceso principal, ofrece las vistas más amplias y espectaculares del lugar como recompensa a una escalada de ente hora y media y dos horas. En el extremo opuesto del recinto, el ascenso al Huayna Picchu está limitado a 400 personas al dia: 200 entran a las 7 de la mañana y otras 200 a las 10. Estas entradas son las primeras que se agotan, así que conviene decidir y planificar con tiempo suficiente, nunca menos de un mes.
La subida al Huayna es bien empinada y requerirá de 45 a 90 minutos de subida por escalones de piedra y rampas de tierra. Si llueve hay que tener cuidado con los resbalones. El ascenso no presenta dificultades técnicas, pero está desaconsejado para quienes sufran de vértigo.
Fuera de estas especificaciones, la entrada da acceso libre a todo el recinto de la fortaleza, un complejo entramado de laberínticas ruinas que corresponden a las distintas edificaciones y dependencias de la ciudad. Al subir y bajar continuamente por las laderas, cada vista es más espectacular que la anterior y cada recodo ofrece continuas sorpresas.
Las llamas y las alpacas tienen su propio espacio en el recinto y ya están acostumbradas a recibir la visita de los turistas. Cuidado con tomarse demasiadas confianzas con ellas: suelen autoinvitarse a degustar nuestra merienda.
Suelen decir que el tiempo da apenas dos opciones en Machu Picchu: sol abrasador o lluvia torrencial. Aunque exageren, hay que estar preparado para cualquier cosa. Conviene llevar la cabeza protegida del fuerte sol y en la mochila no debe faltar un chubasquero, protección solar, agua suficiente para toda la jornada y repelente de insectos, otra amenaza tan latente como variable. Algo de fruta es una buena opción, ya que aunque las normas impiden introducir comida, el control no es, digamos, muy estricto. Hay consigna para dejar bártulos en la entrada (5 soles).
Los aficionados al senderismo tienen la posibilidad de prescindir del bus de bajada a Aguascalientes comprando solo el de ida y bajando a pie. Poco después de la salida del recinto, donde los visitantes esperan en colas a acceder a los autobuses, se encuentra la indicación para el sendero por el que en una hora aproximada de descenso con vistas espectaculares hasta Puente Ruinas, a 2 km. de Aguascalientes, se atajan las 14 curvas de la carretera. La única referencia debe ser la hora de salida de nuestro tren de regreso a Ollantaytambo o Cuzco.
Hola Roberto excelentes consejos, pero para una próxima visita a esta maravilla les recomendaría que realicen el Camino Inca, es una ruta muy solicitada en la actualidad, plagada de mucha aventura y adrenalina, un abrazo.
Muchas gracias por tu recomendación Marco. Tomo buena nota y gracias por compartirla con los lectores del blog. Un saludo.
Artículo muy bueno!! Práctico para los que viajan por primera vez recomiendo la lectura del siguiente post como complemento de este articulo ya que comentan una serie de recomendaciones muy interesantes.
Hola Roberto, muy buena información, Sin embargo, para este 2020 hubo algunos cambios, sobre el ingresos y horarios, allí te dejo la información. En el 2020, hay 9 turnos de ingreso a Machu Picchu, los horarios son los siguientes: primer ingreso a las 6:00 am, 7:00 am, 8:00 am, 9:00 am, 10:00 am, 11:00 am, 12:00 pm, 1:00 pm, 2:00 pm. El tiempo máximo que deben estar dentro de Machu Picchu son 4 horas, además los reingresos están extremadamente prohibidos, solo se aceptaran si es por algo urgente.
Durante el año 2020 podrá ingresar gratis al Museo Manuel Chavez Ballón en el turno tarde.
Los descuentos se aplican a los niños o adolescentes entre 8 a 17 años de todos los países.
Quien te escribe es Yeni, guía de turista en Machu Picchu, Si tienes alguna Duda, puedes Consultarme.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario Yeni y en nombre de Roberto te hago llegar también su agradecimiento por la información que nos facilitas. Ahora mismo procedo a actualizar esos datos para que el lector que lo consulte tenga información más certera. Un saludo.