Uno de los lugares más visitados y espectaculares de la provincia de Cuenca es el nacimiento del río Cuervo, una serie de cascadas donde el agua compone una sublime pieza musical en medio de un entorno con un encanto extraordinario
Prepárense para asistir a la audición de una sinfonía impredecible, interactiva y de una calidad sublime. Una composición musical perfecta donde hay que afinar el oído, pero también la vista. Un regalo divino para disfrutar, relajarse y olvidar cualquier atisbo de estrés. Aunque pueda tratarse de la invitación a un concierto de música clásica, lo que proponemos es cambiar el patio de butacas por un sendero embarrado y dejar en el armario el traje o el vestido de gala para enfundarse una buena ropa de senderismo con sus correspondientes botas. Vamos a escuchar, ver y sentir una de las mejores piezas que no ha salido de la cabeza de ningún genio de la música. Aquí el brillante compositor es la madre naturaleza. Bienvenidos al nacimiento del río Cuervo en Cuenca.
Pocos lugares en España ejercen una atracción tan poderosa como este enclave de la siempre sorprendente Serranía de Cuenca. Eso sí, los músicos que interpretan esta sinfonía no lo hacen de la misma manera durante todo el año. El nacimiento del río Cuervo maravilla y deja con la boca abierta al visitante si se visita en época de lluvias, deshielo o nevadas, o sea en los meses de invierno y primavera, y puede decepcionar si acudimos en pleno verano o en otoño cuando las cascadas que lo distinguen están prácticamente secas. Por lo tanto hay que elegir muy bien el momento en el que ir para que los instrumentos estén afinados y el talento de los miembros de la orquesta dé rienda suelta a su imaginación.
En nuestro caso recalamos en el nacimiento del río Cuervo en abril de 2016, uno de los mejores años para disfrutar de este regalo de la naturaleza. Fue durante un viaje de tres días a Cuenca y la experiencia no pudo ser más satisfactoria. Además, ese mismo día también contemplamos otro nacimiento, el del río Júcar, y la siempre espectacular Cascada del Molino de la Chorrera en Tragacete. Una jornada para gozar de la Serranía de Cuenca en todo su esplendor.
Cómo llegar al nacimiento del río Cuervo
Para desplazarse hasta el nacimiento del río Cuervo si se está alojado en la capital conquense, es aconsejable madrugar. Hay que tener en cuenta que son casi 80 kilómetros los que separan estos dos puntos, algo más de una hora con el coche. Lo bueno de ponerse pronto en pie es que podremos contemplar y fotografiar las cascadas con menos gente alrededor, y además encontraremos muchos menos tráfico. Da gusto conducir por las carreteras de Cuenca, ya que se encuentran en buen estado y en muchos tramos se circula en solitario. No obstante, la provincia castellano manchega es la tercera de España con menor densidad de población.
El camino hasta el nacimiento del río Cuervo no tiene pérdida puesto que está constantemente señalizado. Hay que llegar hasta la localidad de Tragacete y seguir por la carretera CM-2106 hasta el paraje donde comienza la ruta. Allí hay un amplio aparcamiento y un par de restaurantes en los que se puede reponer fuerzas sin gastarse demasiado dinero. En nuestro caso nos proveímos de un par de bocadillos de chorizo y salchichón de ciervo (típico de la zona) que nos supieron a gloria.
Senderos del nacimiento del río Cuervo
No hemos incluido el nacimiento del río Cuervo dentro de la sección de rutas de senderismo de este blog de viajes porque no hace falta ser aficionado a esta práctica para disfrutar del enclave. Hay que tener en cuenta que la ruta que recorre las cascadas es un camino circular muy sencillo de 1,5 kilómetros. Por lo tanto, más que una ruta en sí estamos ante una atracción turística que no supone un excesivo esfuerzo. Eso no impide que haya que acudir con ropa cómoda y botas de senderismo. Nada de deportivas, zapatos y, ni mucho menos, sandalias. Hay que tener presente que cuanta más agua haya en las cascadas y más espectacular sea la sinfonía, más barro habrá en los alrededores. Con unas botas como Dios manda evitaremos resbalones inoportunos y que los pies acaben empapados.
El recorrido circular está debidamente señalizado y, en varios puntos, se han construido pasarelas a modo de mirador para contemplar las cascadas y el paso del agua de una forma más cómoda.
Una pequeña subida nos llevará sin dilación al punto más representativo del nacimiento del río Cuervo. Una espectacular cascada tobácea (se llama así porque se desliza sobre un gran roca calcárea llamada toba) en la habrá que colocarse delante para dejarse llevar por un sonido que puede ser más o menos atronador, pero que en ningún momento deja de ser armonioso, simétrico y equilibrado. Es la banda al completo interpretando la sinfonía que no sólo se queda en el sonido. La imagen del agua precipitándose por la roca entre grandes masas de musgo y las orquídeas que decoran el paisaje, es una auténtica postal que queda en la retina.
Una de las grandezas de esta composición musical y visual de la naturaleza es que no hay dos días en que luzca igual. El rumor del agua sufrirá variaciones y la forma en la que caiga por las rocas adoptará formas diferentes. He visto imágenes en otros blogs de viajes de momentos en los que la cantidad de agua era tal que inundaba hasta el sendero, pero propiciaba una cascada soberbia. Por el contrario, otras personas que acudieron en verano u otoño, como fue el caso de mis padres, se encontraron con apenas un hilo de agua que restaba gran parte del encanto al lugar. En nuestro caso fue un término medio que no impedía hacer el recorrido completo hasta el mismo punto del nacimiento, pero que al mismo tiempo daba lugar a una caída del agua tranquila, pausada, sin estridencias, pero con un encanto indudable.
El camino se va adentrando en la vegetación sin perder de vista el río Cuervo y sin dejar de escuchar una composición musical que va adquiriendo diversos grados. A mitad del recorrido llegamos a una gran explanada rodeada de pinos desde la que vemos las cumbres donde brota el agua que da lugar al nacimiento de este río conquense, conocidas como la Muela de San Felipe.
La ruta circular nos conducirá hasta el punto exacto en el que mana, como por arte de magia, el agua que alimenta al río Cuervo. Se trata de una gruta desde la que brota el líquido elemento con una fuerza inusitada. Un nacimiento de manual que difiere del que nos encontramos cuando fuimos por la tarde al del río Júcar. En ese caso, depende de la época del año en la que nos encontremos, puede nacer hasta en tres puntos diferentes.
El recorrido que realizamos tiene el nombre de sendero del nacimiento del río Cuervo y, como apuntamos anteriormente, tiene una distancia de 1,5 kilómetros en forma circular. Un dato a tener en cuenta es que el acceso hasta las cascadas está preparado para personas con discapacidad.
Por otra parte, existe otro sendero llamado de la Turbera que aparece unos 150 metros antes del punto exacto del nacimiento del río Cuervo y que consta también de 1,5 kilómetros. El recorrido se realiza por una turbera calcárea y desemboca en el aparcamiento.
Los más preparados que además tengan tiempo suficiente pueden realizar el sendero del Pinar, un trayecto de 11 kilómetros que parte del sendero de la Turbera y que transita entre un bonito bosque de pinos que además brinda la posibilidad de obtener algunas bonitas vistas panorámicas de la zona. Por si fuera poco, también existe una ruta mucho más dura y larga que une los nacimientos del río Cuervo y del Júcar. Esta última nos queda pendiente para otra ocasión.
El nacimiento del río Cuervo fue declarado Monumento Natural en 1999 y las razones para este reconocimiento son poderosas, visibles y perfectamente audibles. Hablamos de un generoso y celestial regalo de la naturaleza que recomiendo visitar al menos una vez en la vida. Otra maravilla más que nos brinda la provincia de Cuenca (ver el post de los lugares imprescindibles que ver en Cuenca capital) para disfrutar de una composición diferente, la mejor sinfonía de la naturaleza.
El año pasado tuve la ocasión de visitarlo y me encantó. Había bastante menos agua pero seguro que repetiremos porque nos causó muy buena sensación. Gracias por describirlo tan bien. Saludos.
Muchas gracias Roberto. Este año al ser tan lluvioso ha sido uno de los mejores para visitarlo. Espero que lo puedas conocer en otra ocasión con más agua. Saludos.
Si vais este domingo, va a nevar y va estar de cuento de hadas. Una conquense orgusosa de una tierra tan bella. No dejéis de visitarla, os sorprenderá. Viva Cuenca
Gracias Montse, seguro que está precioso con nieve. Nos pareció un escenario mágico y volvimos enamorados de la provincia de Cuenca. Regresaremos. Un saludo.