Ruta de la Ribeira do Mosterio (Freixo de Espada à Cinta. Parque Nacional do Douro Internacional). Dificultad: Moderada. Distancia: 8,3 kilómetros (ruta circular). Duración: 2 horas 15 minutos, aproximadamente
Las Arribes del Duero son un paraíso para los amantes del senderismo como he dejado patente en más de una ocasión en este blog. El simple hecho de contemplar el Duero encajonado entre dos paredes de más de 250 metros de altura es un espectáculo único. Pero no hay que olvidar que esta maravilla de la naturaleza es la encargada de separar España de Portugal, y por lo tanto en el país vecino existen también rutas muy interesantes para practicar este deporte en parajes de igual belleza que en el lado español. En la zona lusa ya no hablamos de las Arribes del Duero y sí del Parque Natural do Douro Internacional, que posee una amplia red de senderos (percursos pedestres en portugués) que merece la pena descubrir para disfrutar al máximo del senderismo en Portugal.
Ruta de la Ribeira do Mosteiro, la más popular para hacer senderismo en Freixo de Espada à Cinta
Como teníamos pensado comer en Freixo de Espada à Cinta, elegimos una ruta que parte a unos 20 kilómetros de esta localidad en la carretera que une Barca de Alba con la propia Freixo (N221). Se encuentra aproximadamente a medio camino entre ambas junto a un puente sobre la Ribeira do Mosteiro. No tiene ninguna pérdida ya que hay que tomar una pequeña pista que sale a nuestra derecha si vamos en dirección Barca de Alba, o a la izquierda en sentido Freixo (dirección Ligares y Estrada do Candedo), que está señalizada con un panel de madera en el que leemos “Rib. Mosteiro”. Enfrente tenemos una bonita vista del Duero ya que nos encontraremos en el punto en el que el río transcurre más próximo a la carretera.
Si avanzamos unos metros por la pista con el coche veremos que pronto aparece el panel informativo de la ruta del Vale da Ribeira do Mosteiro. Allí podremos dejar el vehículo sin ningún problema ya que es el sitio de inicio y conclusión del trayecto. Aunque es circular, aconsejo comenzar por el sendero que sale a nuestra derecha y que es precisamente el que está indicado una señal que reza “circuito completo”.
Aunque en un principio veamos que la ruta está señalizada con los colores amarillo y rojo, hay que estar muy atentos en dos puntos que más adelante relataré, ya que es muy fácil que se produzca una confusión y nos desviemos del itinerario. Aprovecho para realizar una crítica a los encargados de las rutas del Parque Natural do Douro Internacional porque no tiene sentido que en algunos puntos de la ruta haya una señalización cuando no existe ningún cruce de caminos y sin embargo, no coloquen paneles informativos cuando sí que se produce ese dilema.
En el sendero inicial veremos a nuestra derecha la Ribeira do Mosteiro con algunas pequeñas huertas de agricultores locales. Los naranjos y los almendros empiezan a dominar los cultivos dando lugar a un paisaje que nos recuerda al Mediterráneo. Nosotros realizamos esta ruta en el mes de marzo por lo que tuvimos la suerte de ver los almendros en flor, un espectáculo natural que merece mucho la pena.
Llegamos a un punto en el que debemos cruzar la Ribeira do Mosteiro por un puente de piedra. Acto seguido hay que tomar un camino que sale a la izquierda y que tiene un cartel de madera que indica Alpajares. Se refiere a la calzada romana que cogeremos más adelante y que forma parte de la ruta. Puede producir alguna confusión que ese cartel no tenga las marcas roja y amarilla de la ruta ni su código (PR1 FEC), pero hay que tomar esa dirección. Nosotros nos equivocamos y nos dirigimos por el camino que sale a la derecha, pero un poco más adelante rectificamos como se puede ver en el track de la ruta. Esta pequeña confusión tuvo una parte positiva, ya que en uno de los campos de naranjos nos encontramos a una agradable anciana portuguesa de Freixo que nos obsequió con unas cuantas naranjas. Nos explicó que este año habían bajado demasiado las temperaturas en la zona (hasta 0 grados) y la cosecha de esta fruta no era tan buena. Recordemos que las Arribes del Duero tienen un microclima mediterráneo y el termómetro no llega a los valores bajo cero que se alcanzan en el resto de la provincia de Salamanca, por ejemplo. Compartimos unos minutos con la agradable mujer mientras degustábamos sus naranjas. Sin duda una de esas experiencias por las que también merece la pena practicar el senderismo.
El tramo de la ruta en dirección a Alpajares es el más duro del recorrido. Tras cruzar un pequeño arroyo por un destartalado puente de madera comenzamos a zigzaguear en constante subida por una calzada en buen estado. A medida que vamos subiendo las vistas de la Ribeira van adquiriendo un mayor atractivo hasta tener una espectacular panorámica de la zona que forma parte de la freguesia de Poiares. En la parte más alta nos encontraremos con un panel informativo que nos indica en qué punto estamos y las especies autóctonas que podemos divisar.
Unos metros más adelante aparece un doble cartel que indica la dirección de la Calzada de Santa Ana (esta vez sí con los colores de la ruta y su código) y la de Poiares. Habrá que seguir la primera durante unos pocos metros mientras seguimos contemplando las privilegiadas panorámicas de toda la Ribeira do Mosteiro. Habrá que estar muy atentos cuando veamos a nuestra izquierda las ruinas de una casa que se ven en la imagen, porque la ruta sigue por el sendero que sale de ese paraje. Es el momento del trayecto más confuso porque no existe ninguna indicación y la inercia invita a seguir recto por el camino que estábamos transitando hasta el momento. Por ello hay que tomar como referencia esa casa ruinosa y comenzar ahí una fuerte bajada por un estrecho sendero que transcurre por la ladera.
El descenso concluye en un bonito puente de hormigón sobre la Ribeira do Mosteiro en el que se puede hacer un pequeño receso antes de seguir el sendero que vuelve a subir ligeramente. Unos metros más delante aparece una pequeña capilla dedicada a un Cristo desconocido repleta de flores y con una inscripción que nos revela que su construcción data del año 1948. En este lugar deberemos tomar la pista asfaltada que nos llevará al lugar en el que dejamos el vehículo. Es la dirección Foz da Ribeira do Mosteiro que muestra otro panel de madera. Este tramo es el más cómodo y transcurre en paralelo al sendero de la ida, al que veremos a nuestra izquierda. En esta última parte del recorrido seguiremos viendo campos de almendros, naranjos y viñedos como los que hay en la finca Quinta D’Alva que dejamos a nuestra derecha.
Una ruta pequeña pero intensa que ofrece la cara portuguesa de las Arribes del Duero. Una forma de practicar senderismo en Portugal en un paraje atractivo y con un agradable microclima mediterráneo.
