Ruta de La Chorrera en Hervás (con las Charcas Verdes). Dificultad: Fácil. Distancia: 12,3 kilómetros (ida y vuelta). Duración: 5 horas aproximadamente
La localidad de Hervás es una de las más interesantes de la provincia de Cáceres. Corazón del Valle del Ambroz, destaca por su célebre Judería, un casco urbano con encanto, una buena gastronomía y un entorno privilegiado. Una de las rutas de senderismo más bellas que se pueden hacer desde el pueblo es la de La Chorrera, una bonita cascada de agua a la que se llega siguiendo el curso del río Ambroz. Un trayecto sencillo que se puede completar al regreso con una visita a las Charcas Verdes en las que incluso nos podremos dar un baño muy refrescante si la temperatura lo permite.
Cómo llegar a La Chorrera de Hervás
El trayecto comienza en la plaza en la que está ubicado el Convento de los Trinitarios, actual iglesia de San Juan Bautista. En este punto podemos aparcar el coche, ya que hay espacio suficiente para ello. También en la plaza existe un panel informativo de la ruta, que está señalizada con los colores blanco y amarillo.
En los primeros compases del camino, y sin salir del todo de Hervás, nos encontraremos a nuestra izquierda con la imagen del puente de hierro de la antigua vía férrea de la Ruta de la Plata. Una bonita construcción abandonada puesto que el ferrocarril dejó de pasar por allí en 1985 cuando se cometió el sacrilegio de cerrar esta vía.
La ruta sigue por una pista de cemento que se adentrará en el Valle del Ambroz subiendo poco a poco. A nuestro alrededor veremos un bonito bosque de castaños que se teñirá de un verde intenso en primavera (época en la que nosotros hicimos la ruta) y de amarillo y marrón en otoño. Sin duda los dos momentos más adecuados para realizar este recorrido siempre que haya sido una época de lluvias abundantes para que La Chorrera luzca más impresionante.
Pasaremos al lado de un albergue juvenil en el que podremos ver un amplio jardín con tirolinas, dianas y otros juegos para que los chavales que acuden allí en verano disfruten de una divertida estancia. Poco después cruzaremos el arroyo del Posturillo y a la derecha veremos un camino que desemboca en la pequeña presa de Hervás, la cual divisaremos a lo lejos.
Habrá que estar atentos cuando lleguemos una casa abandonada de tres pisos y de fachada blanca que fue utilizada por los trabajadores de una antigua central eléctrica. Poco después de ese punto sale un pequeño camino a la derecha que habrá que tomar, ya que es el que nos llevará a La Chorrera. Hasta esa intersección hay gente que lleva el vehículo, pero lo ideal para disfrutar de la ruta completa es dejar el coche en Hervás y hacer todo el trayecto caminando.
A partir de este momento llega la parte más dura del recorrido con la auténtica subida. A los pocos metros veremos un desvío hacia las conocidas como Charcas Verdes, que nosotros visitamos a la vuelta. Por lo tanto seguimos ascendiendo hasta alcanzar el aljibe de la antigua central, desde el que obtendremos unas impresionantes imágenes del Valle del Ambroz y en un día claro también podremos divisar el embalse de Gabriel y Galán.
Tras captar estas bonitas panorámicas con nuestra cámara sólo queda realizar el último tramo de ascensión que será dominado por la vista del pico Pinajarro. Para ello seguiremos por el sendero que va en paralelo al canal de agua hasta alcanzar un robledal en el que aparecerá imponente el salto de La Chorrera. Merece la pena contemplarlo durante algunos minutos si tenemos la suerte de que expulsa abundante agua. También es recomendable subir hasta el inicio de la cascada donde podremos refrescarnos y dar buena cuenta de la merienda.
Regresaremos por el mismo camino hasta alcanzar el desvío de las Charcas Verdes. Esto nos supondrá hacer sólo un kilómetro más en total y es aconsejable porque estas pozas de agua cristalina son una delicia. A pesar de su limpieza, el líquido elemento adquiere una tonalidad verde esmeralda especialmente cuando se divisan desde la distancia. De ahí su nombre de las Charcas Verdes. En ellas nos podremos bañar si el tiempo lo permite aunque el agua está congelada. Habrá que echarle algo de valor.