Cabo da Roca, el ‘balcón’ más occidental de Europa

El Cabo da Roca es otra de las maravillas del Parque Natural de Sintra-Cascais, el punto más occidental de la Europa continental y un mirador privilegiado a 150 metros de altura sobre el Atlántico

Uno de los viajes más espectaculares que se puede hacer en Portugal es el que combina la visita a Sintra y a Lisboa. En nuestro caso lo hemos hecho en un par de ocasiones, pero las ganas de repetir están muy presentes. Los palacios de Sintra ubicados en un entorno natural privilegiado y el encanto sin igual de la capital lisboeta se pueden completar con una propuesta muy interesante y simbólica al mismo tiempo. Se trata del Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa.

Cómo llegar al Cabo da Roca

El Cabo da Roca está enclavado en el Parque Natural de Sintra-Cascais, a solo media hora en coche de la ciudad de los palacios y a 45 minutos de la capital portuguesa. Un tiempo que merece la pena emplear para disfrutar de un paraje espectacular en el que se divisa la grandeza del Océano Atlántico. También se puede llegar con el autobús turístico 403 que sale de Sintra. Una opción muy interesante para los que solo vayan a visitar esta ciudad portuguesa.

El trayecto hasta el Cabo da Roca desde Sintra se realiza por una carretera estrecha, pero con mucho encanto, ya que discurre por el corazón del Parque Natural. Esa belleza persiste si posteriormente se viaja a Lisboa pasando por Cascais, otro lugar en el que también recomiendo hacer parada.

Qué ver en el Cabo da Roca, el punto más occidental de la Europa continental

Aunque cualquier momento es bueno para visitar el Cabo da Roca, no cabe duda de que los atardeceres en este enclave son de auténtico ensueño. No obstante, al tratarse del punto más occidental de la Europa continental, en algunos momentos del año se puede ver el último rayo de sol del Viejo Continente, el finis solis. Matizo lo de la Europa continental, puesto que si incluimos las islas, siempre los habitantes de las Azores tienen la fortuna de ver esos últimos destellos del astro rey.

Algunos pensarán que como el Cabo da Roca es el punto más occidental de Europa debería ser siempre el mirador privilegiado del finis solis, pero no es así. Eso ocurriría si la tierra fuera plana, por lo que todo depende de la posición del eje de rotación del planeta con respecto al Sol. De esta manera, en algunos momentos del año el cabo portugués asiste a los últimos rayos solares que se ven en Europa, pero en otras ocasiones este honor lo tienen el cabo Touiñán en Galicia (el punto más occidental de España), el cabo Nordkinn en Noruega y Vardetangen, también en el país nórdico.

Al margen de este siempre interesante fenómeno, el visitante que acude Cabo da Roca puede sentir que pisa los últimos metros de tierra del continente europeo. De hecho Luis de Camoes en “Os Lusíadas”, describió este enclave como el lugar “donde la tierra se acaba y el mar comienza”. Esta frase está grabada en el monumento en forma de cruz con el que todos los turistas se quieren fotografiar.

Junto al monolito, la otra construcción que despierta la atención del visitante es un coqueto faro que no podía faltar en un cabo así. Tiene 22 metros de altura y fue construido en 1758 por orden del Marqués de Pombal, aunque no entró en funcionamiento hasta catorce años más tarde. Como dato curioso cabe destacar que su luz tiene un alcance de 48 kilómetros.

Pero lo más espectacular es dejarse seducir por el Atlántico desde una altura de 150 metros. Los acantilados del Cabo da Roca son la perfecta atalaya para sentirse libre mientras el fuerte viento que suele azotar golpea la cara. Eso siempre que no haya una excesiva aglomeración de turistas, cosa que suele ocurrir. De hecho se ha construido una tienda de ‘souvernirs’ junto a la oficina de turismo para hacer las delicias de los amantes de los recuerdos. Incluso se puede comprar un certificado que acredita el haber estado en el extremo más occidental de la Europa continental.

Lo mejor es pasear, siempre con precaución, por los alrededores para obtener unas panorámicas espléndidas. También es curiosa la vegetación de la zona, muy reducida pero que incluye especies que solo se pueden ver en ese maravilloso cabo portugués.

Los amantes del senderismo pueden realizar una ruta circular con inicio y final en la oficina de turismo y que recorre los alrededores del enclave. El sendero transita por lugares de una cautivadora vegetación y por algunas de las playas del litoral de Sintra, entre ellas Praia Grande, donde es posible observar huellas de dinosaurios. En este folleto tienen toda la información de esta ruta de 10 kilómetros que se puede hacer en tres horas.

Más allá de su simbolismo, el Cabo da Roca es una de esas joyas que guarda Portugal y que se mantienen en la retina por mucho tiempo. Un mirador privilegiado del Atlántico, ese océano que evoca tristeza y al que mira continuamente un país luso que jamás decepciona y siempre te deja con ganas de regresar.